Escribe: Milcíades Ruiz
Las empresas mediáticas nos están llevando a concebir que las crisis en
el sistema judicial es solo sectorial. Por lo tanto, la solución es reformar
únicamente este sector. Pero es el Estado como estructura lo que se resquebraja
por un lado y otro. Se puede parchar las grietas más notorias pero se nada
sirve si todo está podrido. La delincuencia callejera a mano armada es solo una
modalidad pero la tenemos bajo otras modalidades en toda la estructura del
Estado hasta el más alto nivel, de manera encubierta y hasta con legalidad.
El poder legislativo ha removido muy a su pesar al Consejo Nacional de
la Magistratura, declarando a esta institución tutelar en estado de emergencia
a fin de restructurarlo y calmar la indignación popular que podría desbordar en
insurgencia. El desmontaje ha malogrado los planes de los delincuentes
congresales y seguramente reconstruirán sus redes pues como sabemos: “Hecha la
ley, hecha la trampa”. Pero veamos lo siguiente:
Sobre la base de una encuesta a expertos en la materia “Transparencia
Internacional”, elaboró una tabla mundial de la percepción de la corrupción en
las instituciones de los países, incluyendo el nuestro. De una calificación de
1 (nada corrupto) a 5 (muy corrupto), las instituciones más corruptas
resultaron siendo los partidos políticos, con un promedio de 3,8 y en el caso
del Perú 4,3. (Fuente: Barómetro Global de la Corrupción 2013). Desde entonces
la corrupción se ha elevado a la actualidad. Entonces, siendo el Parlamento el
sustrato de los partidos políticos, la figura que proyecta es la de corruptos
procediendo contra corruptos.
En estas condiciones, ¿Puede haber garantías de solución a esta crisis
global del estado peruano? ¿Acaso el Parlamento no es un poder corrupto? Se
sabe por los audios filtrados solamente unos cuantos magistrados pero ¿Son los
únicos corruptos del sector judicial? ¿Acaso no se ha comprobado la corrupción
en la presidencia de la república? ¿No hay corrupción en el poder electoral?
¿No hay corrupción en el ministerio de energía y minas, como en los demás
ministerios? ¿No hay corrupción en los gobiernos regionales y locales?
El tráfico de influencias es muy común en todos los organismos del
estado, en las importaciones no solo de alimentos, en las exportaciones, en las
autorizaciones, licencias, organismos de supervisión, en la administración de
cuentas, en el ingreso y ascensos a las fuerzas armadas y policiales, en el
cuerpo diplomático, en las licitaciones de obras y proveedores del estado,
tanto o peor que en el sector justicia. Las mafias, compadrazgos y padrinazgos
no de exclusividad de este sector sino, multisectorial.
Pero también hay corrupción en el sector privado. ¿No es común el
soborno para eludir trámites y pagos por infracciones de tránsito vehicular? El
deterioro moral nos alcanza a muchos de nosotros ¿Alguien puede decir que no
hay arreglos deshonestos en los partidos de izquierda? Es que la conducta
social es solo una manifestación de males que están en la profundidad del
sistema que nos rige. Podemos bajar la fiebre, pero si no se cura la enfermedad,
el padecimiento irá creciendo.
Si tuviésemos el poder para cambiar de raíz todo el sistema sería muy
fácil. Se van a cumplir dos siglos de república y el pueblo sigue sin acceso al
dominio de gobierno. La fuerza para cambiar todo reside en el pueblo. Son las
masas las que tienen que asumir un creciente protagonismo en la forja de una
nueva sociedad. Sin el pueblo organizado, que luche y defienda sus derechos no
somos nada. Empoderar a los sectores sociales oprimidos es nuestra misión. Esa
debería ser nuestra línea de trabajo político. Ustedes que dicen.
Julio 20018
Otra información en https://republicaequitativa.wordpress.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario