Peoples Democracy
06-08-2018
Traducción: Héctor R. López Terán
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El
discurso capitalista sobre el desarrollo que se ha vuelto bastante influyente
en todo el Tercer Mundo en el periodo neoliberal procede de la siguiente
manera: (i) "el desarrollo" debe consistir en desplazar la fuerza de
trabajo del sector tradicional (pequeña producción) que está superpoblado de
baja productividad laboral, y por lo tanto, constituye un repositorio de
pobreza, al sector moderno (capitalista) que tiene una productividad laboral
mucho más alta. (ii) Para que este cambio ocurra, debe permitir que el moderno
(sector capitalista) crezca lo más rápido posible, para lo cual deben
eliminarse todos los impedimentos de la acumulación de capital. (iii) Incluso
si, en el proceso de crecimiento del sector moderno (capitalista), algunos
pequeños productores son desplazados, tal como en la adquisición de tierras de
la agricultura campesina para la construcción de fábricas, entonces esto puede
ser solo un problema transicional y no debería ser una cuestión de
preocupación, ya que toda la fuerza de trabajo del sector de la pequeña
producción será absorbida por el sector capitalista de todos modos. Por lo
tanto, prevenir el crecimiento del sector capitalista en el nombre de la
protección de la pequeña producción constituye un paso retrógrado; puede ser
necesitado para las consideraciones políticas o populistas pero carece de
racionalidad económica.
Este
discurso es típicamente justificado como referencia a la experiencia de Europa
Occidental, donde el sector capitalista surgió a través de un proceso de
acumulación originaria de capital, de los cuales el "mecanismo de los
cercamientos" en Inglaterra en el que las tierras comunes fueron
"cercadas" por terratenientes para excluir a los campesinos de usarla
y de esta manera hacer que su economía sea inviable, constituye un ejemplo
clásico. Los pequeños productores desplazados, aunque experimentaron un gran
sufrimiento durante un periodo de transición, fueron eventualmente absorbidos
por el empleo capitalista. Se argumenta que esta experiencia, se repetirá en
países del tercer mundo como India donde un proceso similar de desarrollo
capitalista está actualmente en marcha.
También
se justifica con referencia a la teoría económica elemental: puesto que la
existencia de un sector superpoblado de pequeña producción mantiene salarios
cerca de un nivel de subsistencia, no demasiado por encima del ingreso per
capita de este sector, incluso en el sector capitalista, donde la producción
por trabajador es más elevada, el excedente por unidad de producción en el
sector capitalista es correspondientemente mucho más alto. Si este excedente es
invertido, para lo cual se deben crear condiciones favorables para la
acumulación de capital, entonces el sector capitalista experimentará un alto
crecimiento que necesariamente extraerá a la fuerza de trabajo del sector
tradicional de producción; y a medida que la fuerza de trabajo se extrae de
este sector, los salarios aumentarán en el sector capitalista terminando con la
pobreza en la economía. Lo que las economías del tercer mundo necesitan para su
"desarrollo", por lo tanto, es crear un clima favorable para la
acumulación de capital, impulsar los "espíritus animales" de los
capitalistas; esto asegurará el fin de la pobreza.
Sin
embargo, el discurso es fundamentalmente erróneo. Considera el argumento
teórico primero. Podría ser correcto si estuviéramos hablando simplemente de
nivel dado de tecnología predominante a perpetuidad en el sector capitalista,
de modo que en el proceso de su crecimiento la productividad laboral dentro de
él permanece constante. (Los modelos teóricos en economía como "el modelo
de Lewis" que pintan tal cuadro de transición explícitamente asumen una
productividad laboral constante en el sector capitalista). Pero el capitalismo,
especialmente si no tiene restricciones, sigue introduciendo procesos
tecnológicos, y por lo tanto, sigue incrementando la productividad laboral.
Para cualquier tasa de crecimiento de producción dada del sector capitalista,
su capacidad de generar empleo se ve reducida. De hecho, si la producción del
sector capitalista crece, por decir, 8 por ciento y la productividad laboral 7
por ciento, entonces el empleo dentro de él puede crecer al 1 por ciento; y si
esto resulta ser menor que la tasa de crecimiento natural de la fuerza de
trabajo, entonces lejos de extraer trabajo del sector de la pequeña producción,
el sector capitalista ni siquiera será capaz de emplear el crecimiento natural
de la fuerza de trabajo que ocurre dentro de su propio cuerpo. Por lo tanto el
simple argumento teórico ofrecido para justificar este discurso no es
sostenible en cuanto tomamos nota del proceso tecnológico del sector
capitalista.
Volveremos
sobre este tema más adelante, pero veamos ahora el argumento histórico de la
experiencia de Europa Occidental. Es totalmente erróneo sugerir que los
pequeños productores desplazados por el capitalismo europeo occidental fueron
absorbidos como trabajadores dentro de él. Un gran número de ellos que fueron
desplazados en las colonias, semicolonias y dependencias por la libre
importación de bienes metropolitanos, permanecieron allí como una masa
pauperizada; de hecho, la "masiva pobreza moderna" que consiste no
solo en una baja productividad laboral sino sobre todo en la inseguridad
económica tiene su origen en este proceso de desplazamiento que nunca fue
seguido por ninguna absorción en el empleo capitalista, ya que el sector
capitalista en estas economías permaneció durante mucho tiempo como una entidad
minúscula.
Pero
incluso cuando hablados de aquellos desplazados dentro de las propias economías
metropolitanas, no fueron absorbidos por el capitalismo metropolitano. Migraron
en un gran número a las regiones templadas de asentamientos europeos, como
Canadá, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica, donde pudieron
expulsar a los habitantes locales de sus tierras y establecerse como
agricultores. Es esta la migración, estimada en 50 millones de personas en
"el largo siglo XIX" (terminando en la Primera Guerra Mundial), que
mantuvo bajo control las reservas de trabajo europeo, posibilitó la existencia
de sindicatos exitosos, e incrementó los salarios junto a la productividad
laboral, de ese modo haciendo una mella en la pobreza. No es una tendencia
inherente del capitalismo absorber en su fuerza de trabajo empleada a todos
aquellos que son desplazados, que subyace en la experiencia europea, sino en la
larga escala de migración, cuyo alcance ya no existe para las poblaciones del
Tercer Mundo de hoy. (La difícil situación de los refugiados que llegan a
Europa hoy lo demuestra ampliamente).
Por
lo tanto, el discurso propagado por el capitalismo sobre el
"desarrollo" no es teórica ni históricamente válido. Pero hay más que
eso. Supongamos que el crecimiento del empleo en el sector capitalista no llega
a la tasa natural de crecimiento de la fuerza de trabajo, como se sugirió
anteriormente, ya que las reservas laborales crecerían en lugar de reducirse,
los salarios reales en el sector capitalista continuarán en el nivel de
subsistencia; pero dado que la productividad laboral en este sector estaría
creciendo (que después de todo es la razón básica por la cual las reservas
laborales no se reducen en primer lugar), la parte del excedente en la
producción del sector capitalista podría ser incrementada.
Ahora
aquellos que viven del excedente en una economía del Tercer Mundo, típicamente
emulan los estilos de vida que prevalecen entre los ricos de las metrópolis,
que requiere mercancías que son menos intensivas en trabajo que las mercancías
demandadas por la población trabajadora del Tercer Mundo. Por lo tanto, la
creciente desigualdad de ingresos dentro de la última economía causa un mayor
incremento de la productividad laboral, y por lo tanto, una mayor reducción de
la capacidad de absorción del trabajo del sector capitalista. Esto causa un
mayor aumento en la desigualdad de ingresos y así sucesivamente. De este modo
se establece un círculo vicioso en el que la capacidad del sector capitalista
para proporcionar empleos sigue disminuyendo a lo largo del tiempo. Incluso si
la tasa de crecimiento sigue siendo alta e intangible (y nos hemos abstraído
deliberadamente de cualquier problema de demanda agregada deficiente en este
sector, es decir, hemos asumido deliberadamente la absurda "Ley de
Say" asumida por la economía burguesa), el sector capitalista, si para
empezar no disminuye las reservas de mano de obra, nunca podrá
hacerlo. Y lo que es más, cuando no lo hace, hay un
agravamiento de la pobreza en la economía en comparación incluso con lo que de
otro modo podría haber prevalecido.
En
otras palabras, lejos de superar la pobreza a través del crecimiento, el
capitalismo en economías como las nuestras produce crecimiento en un
polo, posiblemente incluso altas tasa de crecimiento, y una agravación de la
pobreza en otro. Esta agravación se vuelve peor, si el crecimiento del
sector capitalista simultáneamente causa desplazamiento de pequeños
productores, tal como cuando se toman la tierra de los campesinos para
construir fábricas, carreteras y otros esquemas de
"infraestructuras", sin mencionar proyectos inmobiliarios y campos de
golf.
Esto
no quiere decir que las fábricas y las carreteras no deberías ser construidas;
pero crean un problema dentro de la lógica de la trayectoria
capitalista de desarrollo. Un entendimiento intuitivo de este hecho es
lo que subyace a la resistencia entre campesinos y otros segmentos de la
población afectada al apoderarse de sus tierras por varios proyectos de
"desarrollo".
Se
deduce que el "desarrollo" capitalista, por rápido que pueda ser, es
incapaz de superar la pobreza y el desempleo en sociedades como las nuestras.
El caso de una trayectoria de desarrollo alternativa, alternativa al
capitalismo, que defiende y promueve la pequeña producción, incrementa su nivel
de organización a través cooperativas y colectivos formados voluntariamente
(para lo cual la redistribución igualitaria de la tierra es una condición
necesaria), depende del sector público y de este sector cooperativo para
emprender inversiones e introducir proyectos tecnológicos (cuyo resultado
entonces no sería la creación de desempleo), surge por estas razones.
Sin
embargo, tal alternativa requiere un cambio en el carácter de clase del Estado.
Requiere un Estado basado en una alianza entre los trabajadores, incluidos los
trabajadores agrícolas, y los campesinos, y otras secciones de los pequeños
productores. Pero incluso en el periodo de transición antes de que surja tal
Estado, las fuerzas progresistas deben luchar contra la trayectoria de
desarrollo capitalista neoliberal que solo agrava la pobreza en la economía, y
hacer demandas de transición que provoquen y fortalezcan esta alianza de clase.
Prabhat Patnaik Es profesor emérito del Centre for Economic Studies and Planning, Jawaharlal Nehru University, Nueva Delhi.
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