Estimados amigos:
Este escrito sobre las encuestas de Datum son de emergencia, pero son
llamados de alerta contra las fuerzas negativas del conservadorismo, que en
casi doscientos años impide que el Perú se convierta en una república soberana
y con autoridades no solo legítimas, sino transparentes y decentes.
Atentamente,
Fernando Arce Meza
La encuesta de Datum confirma el
poder que tienen los partidos de la derecha conservadora
La prensa escrita y televisiva informa sobre la encuesta realizada por
la empresa Datum, respecto a quien tiene y mantiene más poder en el país, y sin
equivocarse, lo ocupan en primer lugar los conservadores, pues si sumamos los
porcentajes de la señora Keiko (36%), García Pérez (14%) y Alberto Kenya
Fujimori (4%), se suma 54% y, aumenta algunos puntos por los compañeros de ruta
y de otros como los ex presidentes Toledo y Humala, que por cierto actuaron en
favor de la derecha cuando ejercieron la presidencia y defraudaron a quienes
siendo del centro izquierda votaron por ellos.
La encuesta registra que el Presidente de la República, Martín Vizcarra
se quedó atrás con un 18% y aun con los que sin ser aliados, pero que comparten
sus pedidos de reformas, no hay aumentos que muestren progreso en el porcentaje
de Vizcarra.
Esta encuesta, en la que más de la mitad de los peruanos expresan el
poder de los conservadores y de la derecha, no representa necesariamente que
ellos simpaticen con el fuji/aprismo o que estén identificados con las fuerzas
de la derecha.
De este porcentaje del 54% todavía hay que considerar que éste resulta
menor al de los años pasados; es decir, continuamos sometidos al bloqueo de
estas fuerzas de la derecha, lo que confirma lo que viene ocurriendo, y que si
se toma en cuenta la crisis política y de conducción económica que padecemos, ésta
tiene como responsables a quienes mantienen el modelo extrativista fundamentado
por el neo liberalismo.
Significa que ésta situación crítica del Perú, implícitamente la
responsabilidad de ella recae inevitablemente no solo en los que alientan y
apoyan al neo liberalismo, sino también hay que considerar como responsables a
quienes condujeron el gobierno desde 1990 a la actualidad. Es decir, que el
fujimorismo en su primera etapa (AFF) y en su segunda etapa, la influencia y su
presencia política en el parlamento, en especial en este periodo
2016-2021, está comprendido por fuerza popular, acaudillada por Keiko Sofía
Fujimori Higuchi.
Pasando de los responsables de esta situación que nos lleva al abismo,
estamos ante una dirección económica equivocada y degenerativa de los grupos de
poder, sin intensión de decidirse por una economía diversificada, y se prefiere
dar prioridad a la exportación, en especial de los minerales que dependen del
mercado internacional.
Esta perspectiva en el orden económico y lo político, a través de la
encuesta, el Ejecutivo Vizcarra/Villanueva se enfrenta al poder de FP, quien es
capaz de frenar los intentos de dar pase a la reforma política del legislativo
y del sistema de justicia. Su poder es muy grande, aun cuando se está enfrentando
como en la primera vez en que algo se logró en favor de una nueva perspectiva
de gobierno, la que se inició en la primavera democrática del 2000/2001.
Los proyectos políticos del actual Ejecutivo no serán posibles en su
realización tomando en cuenta los tiempos prudentes y pertinentes de los
debates y finalmente de su aprobación por el congreso; sin embargo ese
optimismo por aprobar los proyectos de reformas viene enfrentando a la mayoría
del keikismo en el congreso.
Esa postura de la mayoría fujimorista, hace peligrar su contenido y la
probación, pues ésta mayoría habrá de modificar y rebajar el tono progresista
del Ejecutivo; asimismo el fujimorismo probablemente también frenará
importantes sugerencias de parlamentarios de los otros grupos políticos, que
por cierto no son de la línea conservadora y beligerante del fujimorismo
conservador.
Asumir y ser muy claros que el Perú se encuentra en crisis, y enfrenta
por ello a todo un reto para ser república democrática, pasando primero por las
reformas políticas liberales, y segundo, vendrán los cambios con las reformas
económicas cuyo fin es alcanzar la democracia social.
Se está considerando este ciclo de proceso democratizador con seguridad
jurídica y Estado de Derecho constitucional, abierto y transparente, que
se ha tenido como experiencia cómo han asumido los países del primer
mundo; cada uno de los conceptos los medimos en el marco de lo que representa
una república democrática, debemos recordar las esperanzadas expectativas de
los constituyentes liberales de 1822/23; empero, su anhelo fue un sueño que no
se ha hecho realidad en casi doscientos años desde que nos liberamos de la
ocupación hispana monárquica y absolutista de entonces.
El Ejecutivo de Vizcarra y de los otros grupos parlamentarios, habrán de
luchar denodadamente por las reformas, aun cuando estos proyectos
carezcan y les falten innovaciones que sean más contundentes y convincentes; la
bicameralidad es muy acertada y correcta, necesitamos una cámara de diputados
fiscalizadora y que sea elegida por las formas uninominales; en consecuencia,
se requiere que la ciudadanía entienda que con 100 diputados, sigue siendo la
representación parlamentaria mezquina y dominada por la exclusión, donde las
minorías étnicas/culturales y las comunidades históricas, en su mayoría
campesinas distantes de las ciudades haga de que miles de peruanos no tengan
representación en el congreso.
Las reformas públicas son valiosas en la conceptualización, cuestan y
tienen un gasto en el presupuesto anual; sin embargo, tener una decena más de
diputados no lleva a la quiebra al país. Y contar con una cámara de senadores
de personalidades mayores de cincuenta años, es posible para que sea una cámara
revisora y reflexiva. No se quiere un Senado que repita las formas de ser elegidos
como en los congresos anteriores al autogolpe de 1992. El gobierno de facto del
primer fujimorismo, impidió que funcione el senado, y mentirosamente decía
acabar con la prebenda y que significaban mucho gasto; sin embargo esto último
resultó asegurar el poder monopólico del fujimorismo, al apropiarse del poder
de manera mafiosa y degradante.
El primer fujimorismo corrompió más y más a los poderes públicos, con el
agravante perverso de que en el Perú desaparecieran las ideologías y en su
reemplazo venía el pragmatismo simplón, pero aberrante. Las consecuencias de
esas formas de gobernar fue arrebatar también el patrimonio nacional y someter
las mentalidades de los peruanos en el pensar y actuar. Ahora con la nitidez de
lo ocurrido, por tanto habrá de hacerle entender a la ciudadanía que no tenga
miedo a las reformas democráticas.
Llegar al referéndum en medio de esta crisis, es devolver a los peruanos
la voluntad libertaria y de expresión, de una moral de trabajo, del pensamiento
y de que la historia no se repita y sirva para no caer en los abismos y los
desengaños. La memoria nos debe conducir a que volvamos a la realidad, porque
se requiere estar atentos a las mentiras perversas de los conservadores,
percibiendo y entendiendo que la mentira es un delito calificado en el
código penal, y que, a pesar de ello se han edificado gobiernos repudiables,
asimismo últimamente los mentirosos como el fiscal de la nación, se aferran a
tan importante cargo, aun cuando el presidente de la república que personifica
a la nación y es la primera autoridad del Estado, merece respeto, y ese fiscal
Chavarry debe mandarse mudar.
No más caudillos de presidentes avivados y autoridades de los poderes
públicos con vocales y fiscales del arrebato por el dinero, el poder y otros que
son timoratos. Liderazgos sí, elites sí, nacidas de partidos auténticos y de
organizaciones de la sociedad civil.
Surco, 15 de Agosto del 2018
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