Venezuela planteó que el mundo castrense no estaría
separado del resto de la sociedad, sino que sería parte integral de ella.
En 1990, el periodista Stanley Karnow, viajó a
Vietnam para entrevistar al mítico general Vo Nguyen Giap, jefe militar
responsable de la derrota del Ejército francés y estadounidense durante las
guerras de Indochina (1946-1954) y Vietnam (1955-1975).
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La visita
de Karnow estuvo motivada por su afán de comprender una interrogante que ha
sido largamente estudiada en el mundo militar: ¿cómo una nación agraria y
tecnológicamente inferior como Vietnam aplastó a los ejércitos más poderosos
del mundo?
Esta semana me encamino hacia las canchas de
entrenamiento de los soldados del Ejército Bolivariano de Venezuela, donde
investigo en detalle lo que parece convertirse en la respuesta que ha dado la
nación suramericana a dicha cuestión: el Método Táctico de Resistencia
Revolucionaria (MTRR).
Romper
con la doctrina norteamericana
En
Venezuela, con la llegada al poder del ex presidente Hugo Chávez, comenzó un
proceso de reflexión sobre la estructura general, cosmovisión y espíritu de las
Fuerzas Armadas. Desde el primer momento, planteó que el mundo castrense no
estaría separado del resto de la sociedad, sino que sería parte integral de
ella, a través de una novedosa fórmula: la unión cívico-militar.
A medida que avanzaba su proyecto político y se
enfrentaba a los desafíos planteados por el golpe de Estado de 2002 y el paro
petrolero de 2002-2003, ambos alentados por Estados Unidos, Chávez vislumbraba
la necesidad de transformar la concepción de la defensa integral de la nación y
para ello recurrió a las doctrinas que le dieron la victoria al Ejército
vietnamita no una, sino dos veces.
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subestimar al pueblo
A
Venezuela, comentaba el propio Chávez en 2009, "tenemos
que convertirla en un país inexpugnable, blindado por todos lados, por dentro y
por fuera, y para ello es necesario darle vida y forma a la doctrina de la
guerra de todo el pueblo. Todos somos soldados".
Esta filosofía militar se convirtió en punta de
lanza de la reorganización de toda la estructura castrense, así como también de
sus formas de lucha. Sin embargo, el camino no resultaba del todo sencillo,
debido a la influencia que ejerció Estados Unidos en Venezuela, tal y como
explica el coronel Frank Zurita, responsable del grupo de trabajo del MTRR.
Con estudios militares en Francia, este coronel
pudo absorber las reflexiones europeas sobre la derrota de ese país en la
guerra de Indochina e incluso Argelia, y entender por qué la aplicación de la
doctrina de Nguyen Giap podría resultar fatal para las pretensiones hegemónicas
de Estados Unidos en Suramérica.
"El objetivo principal del MTRR es enseñar a
los venezolanos a combatir en colectivo. Hasta hace muy poco, por culpa de la
misión norteamericana, quien supervisaba todos los entrenamientos en Venezuela
hasta la llegada del comandante Chávez, fuimos inducidos a combatir en forma
individual, al estilo de las películas de Hollywood. De esa forma, no íbamos a
ganar ningún conflicto. El método busca enseñar a los venezolanos que no pueden
pelear solos, sino que deben formar una masa con conciencia que actúe como una
gran maquinaria. Está diseñado no solamente para jóvenes militares con
experiencia, sino para formar fácilmente a las comunidades", explica.
Al tiempo
que lo escucho, arropado por el sonido de la metralla de
fogueo, viene a mi mente Thomas Barnett, estratega del Pentágono a quien suelo
citar debido a que en 2005 confesaba sin filtros cuál es el problema
estratégico al que se enfrenta Estados Unidos.
Para Barnett, el poderío militar de esa nación solo
sirve para "acceder a los campos de batalla", lograr una victoria
táctica, pero no necesariamente una militar o política. Esa "fuerza
Leviatán" solo les sirve para la doctrina de shock de la primera y cruenta
etapa de intervención sobre un país. Sin embargo, lo que preocupa a Barnett es
que Washington es "terriblemente ineficiente" a la hora de manejar la
segunda etapa.
"Creo
que tenemos una capacidad sin par para hacer la guerra. A eso lo llamo fuerza
Leviatán. Lo que necesitamos es construir una fuerza para todo lo demás: lo que
llamo los administradores de sistema (…) Este es el secreto sucio de la Fuerza
Aérea: se puede ganar bombardeando, pero necesitas muchos de estos tipos en el
terreno para ganar la paz", analiza Barnett.
Lo que ha
podido visualizar Barnett, es que el Pentágono sigue sin poder ganar en la
etapa que se abre luego de los bombardeos masivos: "se nos hace difícil
acceder al espacio de transición que naturalmente debe seguir y crear el
espacio de paz que nos permita terminar".
Es no poder resolver esa fase en una posible
intervención contra Venezuela, a lo que teme el "imperio más genocida,
destructivo y poderoso que ha conocido la historia de la humanidad", a
decir del ministro de Defensa venezolano, general en jefe Vladimir Padrino
López.
La
importancia de las raíces
El propio
Padrino López ha promovido el Método Táctico de Resistencia
Revolucionaria, como una estrategia disuasiva ante las amenazas que se ciernen
sobre el país.
"He
visto una innovación que me agrada como soldado, y que permite perfeccionarnos
en la táctica, desplazamiento, en lo individual y lo colectivo. No cuesta nada,
es económico y no requiere infraestructura", ha señalado el ministro de
Defensa, quien además ha ordenado la masificación del método.
El coronel Zurita, por su parte, recalca que para
implementar el programa solo se requiere el deseo de defender a la Patria.
Apunta que se encuentra adaptado a la idiosincrasia del venezolano y responde a
"su sangre Caribe".
Su
referencia hace que evoque una anécdota que relataba Chávez, a propósito de una
carta enviada por un teniente general español, Pablo Morillo, al Rey Fernando
VII.
Ante su
incapacidad de derrotar al Ejército del Libertador Simón Bolívar, Morillo reconoció: "Su majestad, es que no son ningunos
salvajes. Si usted me da un (José Antonio) Páez y cien mil llaneros de Guárico,
Apure y Barinas, le pongo a Europa completa a sus pies".
Morillo se asombraba por
la capacidad de lucha de los venezolanos durante la cruenta Guerra de
Independencia: "Estos cabalgan sus caballos sin sillas de montar, sin
equipamiento y no requieren botas, pues andan descalzos (…) es una gente
vigorosa, valiente. Comen cualquier cosa, no tienen hospitales, ni gastan
vestido".
El
teniente general refería además que el venezolano "en su
propio país es una horda feroz, y si se dirige bien, nos va dar qué hacer por
mucho tiempo, y será necesario sacrificar muchos soldados y muchos tesoros para
reducirlo a la obediencia".
El general Nguyen Giap le respondería al comandante
español que "en la guerra, hay dos factores: los seres humanos y las
armas. En última instancia, sin embargo, son los humanos el factor decisivo.
¡Seres humanos! ¡Seres humanos!". Es ese el centro de gravedad, al que
apunta el Método Táctico.
Los
próximos desafíos de Venezuela
A pesar del temor de Estados Unidos de que
Venezuela pueda convertirse "no en uno, ni dos, sino tres Vietnam",
tal parece que su opción más conveniente es usar a sus socios en el continente
para una arremetida bélica.
El 14 de septiembre, la cancillería colombiana
denunciaba una supuesta incursión de militares venezolanos en su territorio.
También, el secretario de la OEA, Luis Almagro, en un acto sin precedentes
llamaba a realizar una intervención contra Venezuela.
Aunque 11
países del llamado Grupo de Lima aparentemente se habrían negado a respaldar la
amenaza bélica, hubo otros que apoyaron a Almagro. Colombia,
Canadá y Guyana se negaron a firmar la crítica de las naciones
suramericanas a la instrucción que ha recibido el secretario de la OEA de
llenar de sangre a la región.
Ante este panorama, el coronel Frank Zurita,
reafirma que el Método Táctico de Resistencia Revolucionaria es disuasivo y
está perfeccionado para "convertir a un ciudadano común y corriente en un
combatiente con un nivel óptimo en menos 20 días". Y aunque le comento,
jugando al abogado del diablo, acerca de la supremacía tecnológica
estadounidense y de la OTAN, está seguro, al igual que Nguyen Giap, que la
mitad de la victoria se encuentra en cultivar el espíritu patriótico de la
población.
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estratégico
Quedo
satisfecho con su reflexión y mientras abandono el polígono
de tiro, acuerdo conmigo mismo que la mejor manera de cerrar esta pieza es
usando la respuesta dada por el libertador Simón Bolívar al agente
norteamericano Bautista Irving, hace ya dos siglos: "por fortuna se ha
visto a un puñado de hombres libres vencer a imperios poderosos".
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