El Economista
19-09-2018
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Prevé una nueva crisis financiera y seguida de recesión en 2020
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"La siguiente puede ser incluso más grave y prolongada que la anterior.
Nouriel
Roubini vuelve a la carga justo diez años después de la última crisis
financiera. El economista, también conocido como "Doctor Catástrofe",
fue uno de los pocos que vio venir el estallido de la crisis financiera de
2008. Ahora pronostica que en 2020 se darán las condiciones necesarias para una
nueva crisis financiera, seguida de una nueva recesión económica.
Para
esta situación está en la política fiscal aplicada por Donald Trump. Gracias a
ella, "la economía de EEUU crece por encima de su nivel potencial",
indica el experto. "En 2020 el estímulo se agotará", y el crecimiento
económico sufrirá un frenazo.
En
segundo lugar, para Roubini, la economía EEUU se está "sobrecalentando" y la inflación se situará por encima del
objetivo de la Fed. "La Reserva Federal de los Estados Unidos seguirá
subiendo la tasa de referencia desde el 1,75%- 2% actual a por lo menos 3,5% en
2020", provocando tensiones en los intereses a corto y largo plazo en la
deuda y también en el dólar. "Esto implica que los otros grandes bancos
centrales seguirán a la Reserva Federal en la normalización de la política
monetaria, lo que reducirá la liquidez global y generará presión alcista sobre
los tipos de interés", indica.
En
tercer lugar, es casi seguro que las disputas comerciales del gobierno de Trump
con China, Europa, México, Canadá y otros países se agravarán, lo que llevará a
menos crecimiento y más inflación.
En
cuarto lugar, hay otras políticas de Estados Unidos que seguirán añadiendo
presión estanflacionaria y obligarán a la Reserva Federal a subir todavía más
los tipos de interés como la restricción de los flujos de tecnología e
inversiones desde y hacia Estados Unidos, los límites a la inmigración que se
necesita para mantener el crecimiento conforme la población estadounidense
envejece; el desaliento de inversiones en economía verde; y la falta de una
política de infraestructura que permita resolver restricciones de la oferta.
En
quinto lugar, es probable que el crecimiento en el resto del mundo se
desacelere, sobre todo cuando otros países consideren adecuado tomar
represalias contra el proteccionismo estadounidense. "China debe frenar el
crecimiento para hacer frente a su exceso de capacidad y de apalancamiento, o
se producirá un aterrizaje forzoso; además, los mercados emergentes, que ya
están en situación frágil, seguirán padeciendo el proteccionismo y el
endurecimiento monetario en Estados Unidos", comenta.
En
sexto lugar, el crecimiento en Europa también será más lento, debido al ajuste
de la política monetaria y a fricciones comerciales. Además, políticas
populistas en países como Italia pueden llevar a una dinámica de deuda insostenible
en la eurozona.
En
séptimo lugar, en las bolsas de Estados Unidos y del mundo sigue la
efervescencia. "Los ratios precio/ganancias en Estados Unidos están un 50%
por encima de la media histórica, el capital privado está excesivamente
sobrevaluado, y los bonos públicos también están demasiado caros en vista de
sus bajos rendimientos y primas a plazo negativas", señalan. Y el crédito
de alto rendimiento también se está volviendo cada vez más caro ahora que la
tasa de apalancamiento corporativo en Estados Unidos alcanzó máximos
históricos.
En
octavo lugar, "una vez producida una corrección, habrá más riesgo de
iliquidez y ventas a precio de derribo", y por tanto, de colapso de los
mercados financieros.
En
noveno lugar, "hace poco Trump atacó a la Reserva Federal con una tasa de
crecimiento del 4%, ¿qué no hará en el año electoral 2020, cuando es probable
que el crecimiento haya caído por debajo de 1% y aparezcan las pérdidas de
empleo?, se pregunta Roubini. El experto cree que Trump puede terminar llevando
a EEUU a un enfrentamiento militar con Irán.
La
décima razón es la "tormenta perfecta" desatada y la escasez de
herramientas para pararla. "Los abultados balances de los bancos centrales
y la falta de espacio para bajar los tipos de interés reducirán la posibilidad
de seguir aplicando políticas monetarias no convencionales", señala.
Según
Roubini, "a diferencia de 2008, cuando los gobiernos tenían las
herramientas necesarias para evitar un derrumbe descontrolado, a la hora de
enfrentar la próxima desaceleración las autoridades tendrán las manos atadas,
con un endeudamiento general superior al de la crisis anterior, cuando se
produzca, la siguiente crisis y recesión puede ser incluso más grave y
prolongada que la anterior".
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