Dos especialistas sostienen que no hay argumentos para que el presidente
Martín Vizcarra ejecute la flexibilizacion laboral.
PUBLICADO: 2018-12-20
Los empresarios pidieron reducir la
calidad del empleo, la estabilidad y los beneficios laborales y
el representante del Ejecutivo respondió con un guiño en el ojo afirmando
que en Perú habían muchos días de vacaciones y que había que
mejorar la competitividad. El entonces ministro de Trabajo, Christian Sánchez,
que se oponía a esos cambios, terminó renunciando. En su lugar está la exjefa
de la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil), Sylvia Cáceres.
En este escenario, nos
preguntamos ¿son justificados esos cambios que pide la clase
empresarial? ¿Se trata de mejorar la competitividad o de aumentar las ganancias
de la manera más fácil con mano de obra más barata? Para responder
esta y otras preguntas relacionadas, LaMula.pe invitó a dos
especialistas en el tema: el economista Farid Matuk y
el abogado Javier Neves.
Ambos fueron entrevistados en vivo por el periodista Pedro Salinas.
Para el profesor Neves, lo que en
realidad se pretende con esta llamada "reforma laboral" es flexibilizar
la entrada y la salida de la relación laboral (contratación y despido)
y disminuir los llamados "sobrecostos".
Un argumento de los
empresarios es que el régimen laboral peruano es muy rígido, que es poco
flexible, pero el abogado aclara:
"En la entrada, tenemos un régimen bastante flexible,
hay once tipos de contratos temporales que están previstos en la ley, y hay una
clausula abierta que incluye cualquier otro que tenga una naturaleza temporal.
¿Qué más se podría flexibilizar en la entrada?"
Neves señaló que hay una propuesta que
dice que por un año los contratos a plazo fijo no requieran una causa objetiva,
que dependa solo de la voluntad de las partes. Actualmente, solo se puede
celebrar un contrato de duración determinada cuando la naturaleza de la labor
es temporal. Sin embargo, resaltó el laboralista, esta regla está
"ampliamente desbordada por la realidad".
"La ley perfila mal algunos tipos de contratos temporales de modo
que favorece su utilización fraudulenta y la inspección de
trabajo no se da a basto para verificar si efectivamente los contratos
temporales recaen sobre labores temporales. Entonces, proponer que durante un
año los contratos se puedan celebrar sin causa objetiva es generalizar por
completo la contratación temporal".
Por su parte, Matuk afirmó que la
idea de reforma laboral "es un fraude", ya que cuando se realizó
la presentación en la CADE se citó un índice de competitividad mundial en el
que el aspecto laboral estaba en el séptimo lugar, por lo que resulta insólito
que si uno quiere aumentar la competitividad no se resuelvan los seis problemas
antes que el laboral y se ponga como prioridad la flexibilización.
¿Por qué entonces
impulsan una reforma que no resuelve el problema señalado? El economista
afirmó:
"Hay un interés absolutamente crudo para aumentar las ganancias
reduciendo los costos de la mano de obra".
Por otro lado, los
empresarios dicen que los costos laborales en Perú son muy altos comparados con
otros países y, por eso, deben ser reducidos. Ante ello, Neves responde con
datos:
"¿Cuál es el costo salarial global por país? Las cifras dicen que
Perú no llega a 7 mil dólares por año por trabajador y el promedio
latinoamericano es 9 mil 800 dólares. Las remuneraciones peruanas están
muy por debajo del promedio latinoamericano, incluyendo gratificaciones y
compensación por tiempo de servicio. Y si consideramos remuneración mínima y
canasta básica, tenemos una de los sueldos más bajos de y una de las canastas
más altas".
Neves tomó en cuenta el concepto de
"trabajo decente" propuesto por la Organización Internacional del
Trabajo (OIT) y señaló que en América Latina, hay países que tienen un
bienestar laboral superior al peruano, como el caso de Chile, Argentina,
Uruguay, Brasil, Colombia o en México. Sin embargo, señaló excepciones como
en el caso de la violencia anti-sindical, que en Colombia es terrible y es
mucho peor que la peruana.
Con toda esta
información e indicadores, para el abogado Neves la situación está clara: no
hay argumentos para flexibilizar la legislación laboral.
"Esta es una respuesta a quienes dicen que en Perú tenemos
costos laborales altos, esa afirmación es manifiestamente falsa".
Tomando en cuenta que renunció el
ministro que se oponía a esta "reforma laboral", ¿con la nueva
ministra hay más posibilidades? Neves consideró que Sylvia Cáceres
tiene una disposición al diálogo, que es más moderada. Dijo no esperar que
ella asuma una oposición a la reforma, pero sí que trate el tema con cautela
para que las propuestas se mediten y se conversen antes de que se implementen.
Lo que sí tiene claro el laboralista, es que si se llega a aplicar, tal cual
pide la clase empresarial, esto generará conflictos sociales.
"Una implementación llevaría a un conflicto social y político
intenso, en eso los empresarios están siendo sumamente irresponsables,
están empujando a Vizcarra a que tome decisiones impopulares que le van a hacer
caer en su aprobación y luego cuando esté en el suelo, van a dejar que lo
vaquen, a ellos no les importará y en el 2021 votarán por el fujimorismo, como
lo han hecho siempre. El Presidente debe tener cuidado con quiénes lo impulsan
y a qué".
Matuk, por el
contrario, ve poco probable que el Gobierno se atreva a aplicar estos cambios
en la legislación laboral.
"Tengo la impresión de que el Gobierno no se va a comprar mucho el
pleito de la reforma laboral. Hay un gran nivel de abuso con la cuarta
categoría, hay una adulteración, pagan como de cuarta pero en realidad son de
quinta. Si una persona trabaja 8 de 12 meses en una empresa,
automáticamente pasa a quinta, pero hacen una farsa, los contratan todos los
meses como cuarta".
Además, consideró que
en caso el gobierno decida ser pro empresarial, "tendría que ser honesto y
empezar con este índice [de competitividad] y con los primeros indicadores y no
en el corto plazo en el bolsillo, de cómo hacer más plata".
Otro factor que puede influir en
esta decisión es, para Matuk, que Martín Vizcarra está en proceso de
construir un proyecto político propio provinciano y "no se va a inmolar
por las élites limeñas, para nada".
La
rigidez laboral precariza y destruye la demanda de empleos
La reforma laboral que los peruanos necesitan
Lima-Perú, 01/07/2016 a las 04:07pm. por Lampadia
(Shhh, ¡Cuidado,
de eso no se debe hablar!)
Uno de los temas principales en la agenda pendiente del
Perú, para promover el empleo de calidad y superar la informalidad, que condena
al 70% de los trabajadores, a vivir sin derechos laborales efectivos, es la
normativa laboral. Nuestras regulaciones laborales inhiben la
formalización del trabajo y, contrariamente, a los considerandos con que se fue
creando, solo favorece a los pocos que tienen trabajo formal y, de facto, es
elitista y está representada por cúpulas sindicales, como la CGTP, que solo
pueden hablar en nombre de una ínfima proporción de trabajadores.
El arreglo de esta
situación conlleva el tener que enfrentar una reforma laboral que
despercuda nuestras normas de sus estipulaciones fariseas e hipócritas. La manipulación
populista de este tema ha llegado a tal nivel de penetración, que durante la
reciente campaña electoral, ninguno de los candidatos se atrevió a tocar el
tema por miedo a recibir un ‘bullying’ político y mediático.
Esta situación de inconsecuencia llega a tal nivel, que en
el pasado mes de abril, cuando el gobierno socialista francés planteo una
reforma laboral modernizante, la noticia no fue difundida
por los medios nacionales, con excepción de Lampadia (ver: Reforma
laboral francesa: flexibilidad o más desempleo). Solo cuando las
protestas de los jóvenes franceses tomó cuerpo, algunos medios reportaron
los desmanes.
Todo
esto ejemplifica, una vez más, la debilidad de nuestra clase dirigente y
la falta de líderes visionarios que muestren tercamente el camino de la
prosperidad.
Según el World Economic Forum, por las normas de
contratación y despido, el Perú es uno de los países con mayor rigidez laboral
en el mundo; ocupamos el puesto 14 de 144 (donde el primero es el
de mayor rigidez). Como afirmó Iván Alonso en La reforma laboral
(Comentado por Lampadia): “¿Qué aspiración al desarrollo podemos
contemplar si nuestro sistema laboral es más rígido y menos propicio para la
creación del empleo formal que en todos los países desarrollados que integran
la OECD? ¿Qué Alianza del Pacífico queremos forjar si el Perú tiene los costos
no salariales y costos para el despido mucho mayores que en Chile, Colombia y
México?”
Una reciente publicación
de EY titulada Guía de Negocios e
Inversión en el Perú (publicada en nuestra sección documentos),
describe en una de sus secciones los principales elementos de nuestra
legislación laboral, los cuales analizamos líneas abajo.
Contratación
Se da mayormente mediante contratos a plazo indefinido, y
otorga al trabajador todos los derechos y beneficios laborales creados por la
profusa normativa (ver líneas abajo).
Además de regímenes
especializados para ciertos sectores, existen otros dos tipos de
contratos: a plazo fijo y a tiempo parcial. El primero es por un periodo en
particular y también cuenta con todos los beneficios, mientras que el segundo
es de a lo mucho cuatro horas a la semana en promedio y no cuenta con el
beneficio de indemnización por despido arbitrario ni compensación por tiempo de
servicios (CTS) y solo cuenta con 6 días laborables de vacaciones anuales.
En el caso de los extranjeros, se dan las mismas opciones,
pero, adicionalmente se requiere que sus contratos sean aprobados por el
MTPE con la estipulación de ‘calidad migratoria habilitante’. Esto podría ser
más complicado de lo que parece. Por
ejemplo, gracias a la Ley Universitaria (Mora – Saavedra), para ser profesor
universitario, es obligatorio tener una maestría con 48 créditos y haber
culminado con una tesis. El problema es que en el extranjero, muchas
maestrías solo tienen 24 créditos y no necesariamente requieren de tesis. Ergo:
un escondido mecanismo de protección para evitar la competencia de extranjeros
que perjudica al objetivo del sistema educativo: el estudiante. (Una
maestría de la Universidad Alas Peruanas permite la docencia, pero una del MIT,
Yale o Harvard, no).
Beneficios
Laborales
Estos beneficios son un gran dilema para la formalización
del empleo. El exceso de beneficios y la obligación de que se apliquen
uniformemente, sin tomar en cuenta diferencias de tamaño y productividad de las
empresas, inhibe su aplicación en el llamado sector informal. El
conjunto de estos derechos laborales crea grandes sobrecostos. Según Alonso,
“sumando las gratificaciones, CTS y otros beneficios, y dividiendo entre los 12
sueldos por año, se llega a la conclusión de que hay unos sobrecostos del orden
del 50% o 60%”.
Despido
El mayor inconveniente
de las regulaciones radica en el costo de despido, que en teoría es de 1.5
remuneraciones por año trabajado hasta un tope de 12 remuneraciones.
Pero, más allá del costo monetario, está la ‘suerte de
estabilidad laboral absoluta’ que se ha ido generando como producto de fallos
de la Corte Suprema y del Tribunal de Garantías Constitucionales. Éstos
llevan a tener que hacer reposiciones que desconocen la realidad económica de
las empresas, destruyen la productividad y hasta, en instituciones como la
Policía Nacional, por orden judicial, se obliga a reponer a elementos separados
por actos delincuenciales. En este caso, se ha llegado a judicializar la
disciplina en las Fuerzas Policiales.
Tributos
y aportes que gravan las remuneraciones
El empleador asume la responsabilidad de retener y pagar el
impuesto a la renta de sus trabajadores, monto que dependerá del ingreso anual
del mismo. Además, el empleador asume el pago de los siguientes
elementos:
El
‘Valle de la Muerte’
Tal vez el mayor escollo para la formalización, mayor al
tributario, es el laboral, pues los fiscalizadores laborales pueden exigir
compensaciones y multas hasta por los diez años anteriores. El
resultado de esta eventual carga es de tal proporción, que de aplicarse
efectivamente ‘quiebra’ a la empresa es lo que Pedro Olaechea ha llamado “el
valle de la muerte” (el imposible paso de micro y pequeña empresa a una
categorías de mayor tamaño y formalización). Ver en Lampadia: Sin flexibilidad
laboral perdemos empleo y productividad.
Por eso es que el Perú no tiene muchas empresas medianas.
Las que se atreven a hacer la transición mueren y, las demás se inhiben de
formalizarse.
Como hemos reseñado
líneas arriba, el Perú es uno de los países de mayor rigidez laboral del mundo.
Lo que es más, durante los últimos 15 años hemos transitado de regreso a la
estabilidad laboral absoluta, uno de los grandes frenos a la creación de empleo
formal y de calidad. Una afrenta injustificable e hipócrita que
afecta a los trabajadores más humildes y más necesitados de una protección
laboral adecuada y efectiva.
¿Quién
le va a poner el cascabel al gato?
La
reforma laboral ha devenido en ser un acto de justicia social y por lo tanto
debiera ser afrontada con realismo y responsabilidad, tal como ha tenido que
plantear el gobierno francés, otrora modelo de políticas populistas que solo
generaron a los galos, desempleo y pérdida de competitividad. Esperamos
que el nuevo gobierno esté a la altura de las verdaderas demandas sociales. Lampadia
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