La medicina en los Andes
Asociación Chuyma deApoyo Rural-PUNO, PERÚ.
Ed. PRATEC, Lima mayo de 1997, pp.359.-
Importancia
del libro
Aunque la importancia de la
medicina es evidente, no está demás recordar, que la Conquista de América fue
una especie de blietzkrieg de la
época. En cambio, la conquista del
Africa no lo fue así. Ello se debió a
que los invasores españoles contaron con un arma bacteriológica devastadora en
una población Virgen: la viruela.
Antes de que Edward Jenner,
médico rural inglés, descubriera la vacuna (1796), los indios peruanos, así
como los turcos, chinos e hindúes descubrieron la técnica de la variolización para atenuar los efectos de la
enfermedad. La variolización se usó en nuestro país hasta la difusión de la vacuna
y la erradicación de la viruela hasta fecha no muy lejana.
Así nomás nos curamos…da información sobre esa técnica.
Creo, en primer lugar, que Así nomás nos curamos…es importante
porque es el producto de un evento singular.
La reunión de pacos o yatiris de Puno para explicitar –en su
idioma nativo, el Aymara- sus conocimientos, creencias y experiencias. Ha sido un evento no para publicitar a los
participantes o para “marketearse”, como suele decirse y hacerse ahora. Tampoco se han reunido para ofrecer un
espectáculo exótico o pintoresco ante personajes de la cultura dominante en el
país. Ha sido un suceso generoso y liberador. Generoso porque los yatiris han revelado sus “secretos” en el contexto de un mundo
donde priman las relaciones de mercado; y liberador, porque los yatiris se han sobrepuesto tanto a su
retraimiento como a la marginación y al desprecio de la cultura oficial. Así como también a la otrora persecución de
los extirpadores de “idolatrías” en la época Colonial. En el evento que los ha congregado han
enriquecido –de alguna manera- sus conocimientos con el intercambio personal de
experiencias.
Todo esto se lo debemos
tanto a los yatiris como a la
Asociación Chuyma de Apoyo rural, especialmente a los redactores del
libro. Ellos son profesionales
originarios de las zonas aymaras de Puno que han retornado a las comunidades de
donde salieron para ingresar a la universidad.
Los miembros de la Asociación Chuyma han creado la atmósfera emotiva
propicia para la participación de los yatiris
y que estos permitan que sus conocimientos queden registrados en la cinta
magnetofónica, el libro y las fotografías.
De esta manera los conocimientos se conservan y se difunden.
Otro aporte de los miembros
de la Asociación Chuyma para la elaboración del libro ha sido la traducción del
aymara al castellano. No es suficiente
saber los dos idiomas para traducir a los yatiris. Es
necesario participar de sus referentes culturales, de su universo
vocabular. Ahora, difícilmente, un
jovencito huancaneño que sepa ambos idiomas pudiera traducir la conversación de
los yatiris, pues, se está
produciendo un “bache” cultural debido a la unipolaridad en el mundo y a la
imposición o sujeción cultural llamada “globalización”. El libro ha sido traducido al castellano,
pero al castellano puneño. Como es
sabido, nuestro Perú es un país pluricultural y no sólo se hablan varios
idiomas sino diversos castellanos. Así
como existe un castellano ayacuchano, selvático, piurano, etc. Eso es asunto de los lingüistas; yo,
simplemente, señalo esa particularidad.
En ese castellano puneño se encuentra no sólo otras formas de construir
el castellano sino palabras castizas que quizá datan de la época de Cervantes (Cárcavas, omento, merlo, taquear, amartelar,
finante, etc.).
Quien lea Así nomás nos curamos… rápidamente se
dará cuenta a quién va dirigido el libro.
Y esto no sólo por la traducción, sino por las descripciones de algunas
enfermedades propias de la región; ejemplo, Rayo,
Chullpa.
Además de la población
mayoritariamente puneña que pasa continuamente por emergencias tanto climáticas
como sociales; el presente libro es útil a cualquier población que pasa por
situaciones de emergencia, catástrofes, guerra subversiva y contrasubversiva,
etc.
Así nomás nos curamos…
cobra importancia en la actualidad por dos características que presenta el
mundo: la primacía de la economía de
mercado, en la que el Estado elude su responsabilidad de garantizar la salud de
la población y el fracaso –en ciertos aspectos- de los sistemas de salud de la
cultura Occidental. En los medios
académicos europeos y norteamericanos la llamada medicina alternativa es tema
de actualidad. El auge de la medicina
alternativa también se debe al respeto que tienen los curanderos por la
preservación de la naturaleza, tan venida a menos por el patrón de crecimiento
industrial.
Se están dando cuenta que
entre la medicina popular y la llamada medicina científica existen puentes. Uno de esos puentes permitió hace doscientos
años al médico rural inglés Eduardo Jenner descubrir la vacuna contra la
viruela. El supo aquilatar el
conocimiento campesino. Y en la época
del Virreinato en el Perú, la quinina, usada por los indios contra el paludismo
falciparum, le salvó la vida a la
esposa del virrey, la condesa de Chinchón.
Existen muchos casos que son un antídoto contra el etnocentrismo.
La medicina andina siempre
fue practicada masivamente y aún continúa así; al margen de toda consideración. En Lima el diario “Salud, Dinero y Amor”
tiene un tiraje de 25,000 ejemplares; y existe un gran movimiento comercial de
hierbas medicinales y ornamentos para rituales curativos en el mercado
mayorista llamado “La Parada”.
En el medio académico
peruano, los psiquiatras Hermilio Valdizán, en la década del 20, Federico Sal y
Rosas, en la década del 30, y Carlos Alberto Seguín, en la década del 50,
concitaron su atención sobre la medicina andina. Los médicos puneños Manuel Núñez Butrón,
Marroquín y David Frisancho Pineda fueron cogidos por el ambiente andino. Luego, algunos antropólogos han abordado
dicha temática. En los medios no
académicos, dos cusqueños: Gervasio Luna
con su primoroso libro: “Manual del herbolario”, impreso a mimeógrafo y el
Padre Lira. Ahora, y como ya se dijo,
los yatiris se hacen presentes por
primera vez con Así nomás nos curamos…
Así nomás nos curamos… proporciona prácticas para curar desde un
callo del pie hasta una
esquizofrenia. Ahí encontrará animales
que son extraordinarios cirujanos, como el piojo o la rana. Y muchas otras cosas más que parecen
fantasiosas. El lenguaje es coloquial y
testimonial. Su lectura se parangona con
el encanto del libro: Las Mil y Una noche.
Observaciones rápidas
1. Medicina y religión unidas.- En la medicina andina, la palabra es un
factor psicoterapéutico; se aplica a través de invocaciones, oraciones y
conversaciones con el enfermo. También practican rituales de sanación y ofrendas
(pago), especialmente a la Pachamama. Todas estas actividades son sagradas y se
llevan a cabo con unción y respeto. Se
conceptúa la enfermedad en su unidad psico/física.
2. Relato de experiencias.- Cada paqo
o yatiri ha ofrecido su testimonio de
lo que ha experimentado o ha visto; así
como también de lo que le han referido.
La transmisión del conocimiento se realiza, frecuentemente, a través de
la narración de una historia. No se
definen conceptos ni se plantean análisis.
(Un ilustrativo ejemplo aparece en la página 150)
3. Frecuencia de enfermedades del estómago.- Especialmente en
niños. Tengo la impresión por el número
de páginas dedicadas a empachos, cólicos, diarreas, dolores de estómago,
parasitosis, embalonamiento, etc., que hay una alta incidencia de enfermedades
del estómago. Y tal vez sean ellas las causantes de la mortalidad
infantil. La mayor mortalidad infantil
se obtiene al observar en los cementerios rurales, la mayor cantidad de cruces
blancas.
4. Medicamento barato o sin costo alguno, al alcance de la mano del campesino
andino.- Existe un gran conocimiento de la flora y fauna de la región y han
experimentado con todo. De lo que
resulta, que cuando se posee un amplio conocimiento, todo es remedio. Siendo así, muchas cosas del entorno familiar
son remedios y hasta alguno de ellos salen del propio cuerpo humano.
En el uso de sus propios
medicamentos se expresa la tendencia a la autosuficiencia, valerse por si mismo
y con sus propios recursos. Por lo
tanto, los usuarios de la medicina andina están fuera del mercado de productos
de la industria farmacéutica. (Sin
embargo, los grandes laboratorios transnacionales se interesan en la farmacopea
andina y en los resultados de las experiencias de los campesinos andinos)
Para corroborar lo afirmado
líneas arriba, el siguiente listado:
-Caquita de criatura que
lacta (p. 86)
-Heces de alacrán (p. 105)
-Excremento humano (p. 141)
-Excremento de burro (p.
141)
-Heces de gallina (p. 108)
-Orines humanos frescos
(calientes) (p. 147)
-Orines humanos fermentados
(p. 206)
-Orines de llama (p. 140)
-Feto de llama
-Saliva (p. 316)
-Barro (p. 106)
-Tierra de muerto (p. 078)
-Arena de construcción (p.
142)
-Piojo (p. 270)
-Renacuajo (p. 287)
-Rana (pp. 287/290)
-Tela de araña (p. 287)
-Huevo de hormiga (p. 287)
-Gusanitos (p. 316)
-Leche materna (pp.
270-272-289-324)
-Calostro de vaca (p. 333)
-Leche de burra (p. 329)
-Leche de burra negra (p.
252)
-Sangre de perro (p. 225)
-Sangre de murciélago (p.
083)
-Sangre de oveja negra (p.
062)
-Omento de chancho (p. 087)
-Omento humano (p137) =
Redaño
-Cabello de mujer (p. 270)
-Trapo amarillo (p. 170)
-Telita negra (p. 281)
-Lana de oveja negra (pp.
109-283)
-Tinta de lapicero (p. 287)
-Uñas y cabellos humanos
(p. 249)
-Kerosene (p 195)
-Creso (p. 153)
-Gasolina (p. 141)
-Pasada de cuy o ratón
(p.187)
La timidez.- En un contexto de una cultura dominante.
Es la sensación y el temblor corporal que sienten algunos campesino de
Puno al hacer cualquier gestión ante una oficia o cuando se inclinan ante un misti (blanco) o una autoridad y… no
pueden hablar bien. Los campesinos
trasmiten la información que han recibido sobre la causa de la timidez:
“nuestros antiguos siempre dicen que esto pasa porque comemos feto de los
animales” (p. 336). Sin embargo, tienen
su remedio. Ojalá surta efecto… (Yo soy
limeño y, sin embargo, siento temor de internarme en el hospital Rebagliati de
Lima; qué sensación tendrá un campesino al ingresar a un hospital).
Prácticas
“extrañas” y animales fabulosos
Debo advertir que he
llamado “extrañas” en sentido relativo, pues son prácticas de una cultura
diferente a la mía y, por consiguiente, yo, las ignoro. Y creo que aunque si no fueran ciertas esas
prácticas y no existiera el animal fabuloso que se menciona, ya sería meritorio
desde la perspectiva literaria, pues, ni el más creativo de nuestros novelistas
se hubiera imaginado tales cosas.
1.
Para curarse el orzuelo,
frotarse el granito del ojo con el pene de un bebe (p. 272)
2.
Lagartos para curar la
locura (Shock de adrenalina). (p. 80/120)
3.
Lavar la cabeza con
orines fermentados (p. 206)
4.
El piojo cirujano (p.
270)
5.
El renacuajo cirujano
(pp. 288/290)
6.
Lagarto de dos cabezas y
con alas (p. 055)
7.
Sebo humano (pp. 062-231)
8.
Cabello de la mujer (p.
270)
9.
Benzoares (p. 334)
10.
Fuego que se apaga con el
fuego (p. 264)
Los
pobres de Puno y los de Lima ante la salud
Los servicios de salud del
Estado tienen un costo económico y otro costo psíquico; éste es
inconmensurable, tanto por el sistema administrativo como por las
“relaciones humanas”. Los hospitales del Ministerio de Salud y los
de la Seguridad Social sirven para las prácticas docentes de las Facultades de
medicina. Mejor dicho, los “pacientes”
sirven de material didáctico. En dichos hospitales la iatrogenia y las
infecciones nosocomiales no están ausentes.
En suma, creo que la salud
ahora está en una encrucijada porque los valores humanos se pierden cuando la
clase dominante asume la teología del mercado.
Tal vez la salida del problema venga por la vertiente popular
orientándose por el principio de confiar en las
propias fuerzas. Médicos jóvenes que
retornen a sus comunidades de origen encuentren una solución en alianza con sus
ancestros.
Reseña de Antonio Rengifo Balarezo publicada en la
revista: Investigaciones sociales. Año II, No.2 Revista del Instituto de
Investigaciones Histórico Sociales. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Facultad de Ciencias Sociales. Lima 1998.pp. 261/65.-
(rengifoantonio@gmail.com).
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