11/04/2019
Mike Pompeo, que
efectuará una gira de 72 horas por Chile, Perú, Paraguay y Colombia, tiene
nombre de mafioso. Y es mafioso aunque más peligroso que los de antaño.
El poder de la
mafia es hoy infinitamente superior al que en su época tuvieron las “familias”
Genovese, Gambino o Luciano. La mafia sofisticó sus métodos y amplió sus
intereses. No solo controla la droga, la prostitución, el juego, el tráfico de
armas y la trata de personas. Hincó también sus dientes en la política e hizo
suyas las instituciones civiles y militares, las iglesias, los medios de
comunicación, la industria y las finanzas de EE.UU. Su estado mayor abandonó
Chicago y se aposentó en la Casa Blanca de Washington.
Mike Pompeo es uno
de los pistoleros de la Familia Trump con otros gánster como Mike Pence, John
Bolton, Elliot Abrams y Marco Rubio cuyas brutalidades marcan a fuego la decadencia
del imperio.
¿Cuál es el motivo
del viaje de Pompeo? No se diga que discutir las políticas del Departamento de
Estado con gobiernos peso pluma en el plano internacional. Entretanto en el
mundo arde la guerra civil en Libia, Corea del Norte incrementa su armamento
nuclear, la OTAN teme un conflicto con Rusia, China no afloja en la guerra
comercial, la ola migratoria de los desesperados de África se vuelca sobre
Europa y miles de infelices centroamericanos se agolpan a las puertas de la
frontera de EE.UU.
No se diga tampoco
que Pompeo necesita alinear gobiernos reacios con las políticas de EE.UU. Los
de Chile, Paraguay, Perú y Colombia han dado suficientes pruebas de docilidad
perruna con la voz del amo. Son los fundadores del Grupo de Lima que desde 2017
intenta socavar la estabilidad del gobierno de Venezuela.
Entonces, ¿a qué
se debe la sospechosa gira que Pompeo inicia en Santiago?
El perfil de este
mafioso es más siniestro de lo que aparenta a simple vista.
Su desempeño como
congresista estuvo marcado por los escándalos del financiamiento de sus
campañas. El 2016 la Familia Trump lo designó director de la CIA. En ese cargo
defendió el espionaje que la Agencia practica a nivel mundial y proclamó una
acción “implacable” contra toda amenaza a la seguridad de EE.UU.
Tal argumento –una
presunta amenaza a la seguridad nacional- utiliza la mafia para encubrir su
embestida contra Venezuela. Es el manto que cubre el verdadero objetivo de la
Familia Trump: apoderarse de las fabulosas reservas de petróleo, gas, oro,
hierro, níquel, diamantes, coltán, etc., que atesora el suelo venezolano.
Los gobiernos
suramericanos que visitará Pompeo lo saben. No son cándidas palomas sino
cómplices conscientes del holocausto que EE.UU. intenta consumar en Venezuela
para derrocar a su legítimo gobierno.
Tampoco Pompeo
necesita dejar instrucciones al Grupo de Lima que el 15 de abril se reúne en
Chile. Ese grupo –que va camino de convertirse en grupúsculo- sabe lo que tiene
que hacer en su su miserable papel de Caín.
Entonces, ¿cuál es
el verdadero objetivo de la gira express de Pompeo?
Algo huele mal en
este asunto. Hay algo oculto que sin duda tiene que ver con Venezuela que es la
obsesión de la mafia.
Su marioneta en
Caracas, Juan Guaidó, va a cumplir 90 días de “presidente encargado” y aún no
controla ninguna institución del estado. Más bien se está desinflando. Sus
convocatorias son cada vez más escuálidas y en cambio se mantienen en alza y
vigorosas las movilizaciones y la organización del pueblo revolucionario.
En el plano
internacional se han estancado los reconocimientos a Guaidó. La mafia le ha
conseguido el apoyo de 54 gobiernos… pero los miembros de la ONU son 193.
Pedalear en el
vacío sin avanzar un centímetro y desafiado por el coraje de un pueblo, debe
ser abrumador para la primera potencia mundial. EE.UU. ha violado todas las
leyes internacionales y jugado todas las cartas posibles para derrocar al
presidente Maduro y no puede conseguirlo.
Entonces, ¿qué
nueva operación mafiosa se está tramando contra la revolución bolivariana que
obliga a Pompeo dejar el teléfono y tomar el avión?
Abril 2019
https://www.alainet.org/es/articulo/199263
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