Lima,
viernes 22 de marzo del 2019.
El presente homenaje a Miguel no es una
conmemoración especial; sino es un acto de amor. Ya decía Miguel, de manera cariñosa y
sonriente, que escribía para que sus
amigos lo quisieran más. A Miguel se
le estimaba per se y más aún por la
calidad de sus obras. Ahora, Miguel,
aunque no es tan difundido como debiera ser, se ha transformado en un autor de
culto. Es querido por los anónimos
lectores de sus obras.
El acendrado mariateguismo de Miguel enriqueció su imaginación creadora; pero,
la cultura oficial fue reticente para darlo a conocer. Y no era posible que al más mariateguista de los literatos no se le
hiciera un homenaje en la casa de su mentor.
El presente homenaje es un acto de reconocimiento y de justicia. El próximo Boletín de la Casa/Museo
Mariátegui estará dedicado a Miguel Gutiérrez.
Antes de dar inicio al programa de
homenaje diré unas breves palabras referidas al destino de América latina que
se está decidiendo en Venezuela; para lo cual expongo ante ustedes un
pensamiento de León Trotsky de su libro Literatura
y Revolución, libro al que Mariátegui le tenía gran aprecio:
Sería
ridículo, absurdo e incluso estúpido
hasta
no más poder,
pretender
que el arte permanece indiferente
a
las convulsiones de nuestra época. (1924)
En tal sentido, si hoy estuvieran
redivivos, tanto Miguel, como J.C. Mariátegui, no estarían ajenos a la emergencia
social que está pasando la República Socialista Bolivariana de Venezuela;
hubieran enarbolado la bandera del principio de la libre determinación de las naciones y la no injerencia en sus
asuntos internos.
Ya que
estamos en una casa que no nos es ajena, quisiera informarles que esta casa quedaba
en una zona de expansión urbana y fue expropiada debido a la gestión incansable
de Guillermo Rouillon Duharte, el biógrafo por antonomasia de J.C.
Mariátegui. Aquí, José Carlos, pasó los años más fecundos de su corta
existencia. Mariátegui, como buen intelectual proletario, no tuvo patrimonio
alguno. Tal es así, que algunos meses,
por insolvencia económica, fue un inquilino moroso. Termino estas palabras introductorias para
iniciar el homenaje a Miguel Gutiérrez. (A.R.B.)
MIGUEL GUTIÉRREZ CORREA
HOMENAJE
Casa/Museo José Carlos Mariátegui
Lima, viernes 22 de marzo
del 2019 a las 19 horas.
PROGRAMA
-RENGIFO, Antonio:
Miguel Gutiérrez, literato
mariateguista
-MEZA, Aníbal:
La
memoria en La violencia del tiempo
y El
mundo sin Xóchitl
-GARCÍA, José:
Una explicación para la
soledad del mestizo
-GUTIÉRREZ, Dimitri:
Celebración,
rebeldía y duelo: mis recuerdos de
Miguel Gutiérrez
-GONZÁLEZ VIGIL, Ricardo:
Miguel Gutiérrez en la
ruta de César Vallejo
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facebook.com/mariategui
issuu.com/casamariategui
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Miguel Gutiérrez, literato mariateguista
Miguel
Gutiérrez Correa es, sin lugar a dudas, un sobresaliente literato y declarado
mariateguista. Ser mariateguista implica plantearse la relación dilemática
del arte y la política y asumir la lucha de
clases.
No
intentaré una definición conceptual del mariaeguismo de Miguel; sino seguir el
derrotero de las tres estaciones en su periplo vital: 1)La evasión de la universidad católica, 2)la publicación
de la revista Narración y 3)la
captura de Abimael Guzmán. El torrente
sanguíneo que recorrió las tres estaciones fue el mariateguismo.
I.- La
evasión de la Universidad Católica
y su ingreso
a la Universidad Nacional de San Marcos.
(1960)
Miguel
nació en la ciudad de Piura el 27 de julio de 1940. Según sus propias palabras, había sido un niño introvertido y debilucho. Su primera infancia
transcurrió en un barrio pobre de los extramuros de la ciudad. Por haber
mejorado la economía hogareña, de la escuela fiscal pasó a estudiar educación
secundaria en el colegio particular de sacerdotes salesianos y a residir en
otro barrio.
A
los 13 años leyó Crimen y castigo de
Dostoievski. También leyó Los perros
hambrientos de Ciro Alegría. Ambos
libros estimularon su vocación literaria y su sensibilidad social; pues, precozmente, tuvo sentido de pertenencia y
una premonición de su devenir: Desde niño
supe siempre de qué lado estaba mi corazón. (“Celebración de la novela”
p.147).
Llega
a Lima en 1958 e ingresa a la
Pontificia Universidad Católica; al año
siguiente ocurrió un suceso de gran influjo en su formación ideológica. Fueron
ofertadas al pueblo peruano por un precio asequible, las Ediciones populares de
las obras completas de José Carlos Mariátegui en 20 tomos de tamaño bolsillo
con notas explicativas e índice onomástico.
En
la Universidad católica le incomodó a Miguel el tipo de enseñanza de la Historia
y el ambiente social. (Narrado, años
después, en el capítulo II de su magna obra, La violencia del tiempo, Octubre 1991). Entonces, optó por evadirse hacia la
Universidad Nacional de San Marcos
La Universidad
de San Marcos estaba conmocionada por la onda expansiva de la Revolución
Cubana. Se había constituido en la caja
de resonancia de los levantamientos campesinos, las huelgas de los obreros
mineros y la toma de tierras en la zona periurbana de Lima; así como también de
la Guerra de Vietnam y las luchas de liberación nacional de los pueblos de
Africa. Además, en ese ambiente, se suscitaban animados debates entre jóvenes
de tendencia comunista y aprista.
En
el año 1962 Miguel está estudiando
simultáneamente literatura y sociología en la Facultad de Letras; tanto por su
definida vocación literaria como por su sensibilidad social. Ello no fue óbice para que obtuviera trabajos
eventuales que le permitían estudiar.
Estudiando sociología se inició nuestra amistad.
Miguel
era un joven idealista, incómodo con la desigualdad social y desadaptado ante
el “orden establecido”. Estas
características estimulan su adhesión al mariateguismo
y a la germinación de la imaginación creadora para fabular y hacer “soportable”
la vida personal del futuro literato.
La
seducción del socialismo en los jóvenes fue catalizada -en esa época- por El Manifiesto Comunista de Marx y Engels, Principios
fundamentales de filosofía marxista del francés George Politzer, La Madre del ruso Máximo Gorki, Reportaje al pie del patíbulo del checo
Julius Fucik, Diez días que conmovieron
al mundo del norteamericano John Reed y, por supuesto, 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad peruana de J.C.
Mariátegui. Pero, no solo nos deslumbró
el contenido de las obras; sino la atrayente biografía de sus autores. Obtuvimos
una biblioterapia.
La
formación marxista de los jóvenes lo ejercía la URSS, a través de Manuales; sin
embargo, ya Mariátegui en 1926 había aconsejado, preventivamente,
un antídoto contra el sectarismo político de los manuales:
“La verdadera imagen de Marx no es la del monótono
materialista que nos presentan sus discípulos.
A Marx hace falta estudiarlo en Marx mismo. Las exégesis son generalmente falaces. Son exégesis de la letra, no del
espíritu”.(p. 118).
MARIÁTEGUI, José Carlos:
“La agonía del cristianismo” de
Miguel de Unamuno
Variedades. Revista, Lima 2 de enero de 1926
Aprobadas
las asignaturas del tercer año, Miguel desertó de Sociología y continuó
únicamente con Literatura. La deserción de Miguel fue porque avizoró la
limitación de la Sociología académica, al parcelar la realidad en
especialidades, delimitando el objeto de su estudio; lo que imposibilita
cuestionar la realidad en su totalidad para revolucionarla. Igualmente, la Sociología académica, al
inculcar la neutralidad ética en los estudios, interfiere con la toma de
posición ante la realidad y también con
la creatividad en el arte para el despliegue de la fantasía. En 1964,
Miguel, egresó de la universidad.
En
suma, la Universidad de San Marcos le otorgó a Miguel el acceso a la modernidad
literaria, la filosofía marxista y al socialismo creativo de Mariátegui.
II.- “Narración”,
revista de
literatura peruana (1966)
En
noviembre de 1966, se publicó el
primer número de Narración con
acentuado color rojo en su portada y contraportada, y de formato apaisada. La diagramación correspondió a Vilma Aguilar
Fajardo, esposa de Miguel. En Narración Miguel desplegará su fervor mariateguista.
Narración
fue el
órgano de expresión de escritores jóvenes, aun no conocidos ni reconocidos con
la excepción de Oswaldo Reynoso. Se habían agrupado para irrumpir en el
escenario de la cultura peruana y ser tomados en cuenta por su calidad
literaria. Oswaldo era el escritor de mayor edad con 34 años y con obra
publicada: Los inocentes (1961), y En octubre no hay milagros
(1965), novela; Miguel en esa época tiene 26 años.
La revista se financiaba con los
aportes de sus integrantes. La reuniones
se efectuaban en la casa del flamante hogar de los esposos Gutiérrez/Aguilar.
Nada mejor para caracterizar la revista que extraer uno de
los últimos párrafos de la Presentación:
COMPRENDEMOS como narradores revolucionarios, comprometidos
con su pueblo, que nuestra tarea es formar, a través de la acción y de la obra
creadora, en la conciencia de las clases explotadas, la necesidad urgente de
la-revolución.
Miguel
contribuyó, en la sección Opiniones
comprometidas, con la crítica literaria: Mito y aventura en “La Casa Verde”, y un adelanto de novela: Perfil del traidor. El comentario a la novela de Vargas Llosa
está orlado con un apotegma mariateguiano que sirve de epígrafe:…no
soy un crítico imparcial, objetivo. Mis
juicios se nutren de mis ideales, de mis sentimientos, de mis pasiones.
En 1968 viajó con
su familia a Huamanga en cuya
universidad se incorporó como profesor de literatura. Vilma ocupó la dirección del colegio de
aplicación Huamán Poma de Ayala. Ahí permanecieron hasta 1970.
De
Huamanga vino a Lima por unos días y presentó en el legendario bar Palermo su primera novela: El viejo saurio se retira (1969). El
Palermo, era llamado por Oswaldo Reynoso:
“La universidad popular”.
El segundo
número de Narración apareció en julio de1971 bajo la dirección de
Miguel Gutiérrez.. Miguel contribuyó con una
selección de textos de José Carlos Mariátegui bajo el título genérico: Sobre el Realismo. De la Presentación de los textos
seleccionados, sustraigo unas líneas introductorias escritas por Miguel:
No se puede ser realista,
si no se acepta la lucha de clases como ley del desarrollo social y la obra
literaria como expresión ideológica. (…)
como Lenin y Brecht, José Carlos Mariátegui lejos de ver una
contradicción entre realismo y fantasía, ve en esta última un instrumento
poderoso para el descubrimiento y exploración de lo real. (pp. 4-y 5)
Por
ser de interés para conocer los criterios clasificatorios elaborados por Miguel
de su selección de textos de Mariátegui, expongo el esquema (pp. 5/11):
1.El Escritor
1.1. Marxismo, Política y Libertad
1.2. El oportunismo de los intelectuales
1.3. Destino del escritor en la sociedad
capitalista
2. El
Realismo
2.1. Vigencia del realismo
2.2. El realismo proletario
2.3. El realismo crítico
2,4. Naturalismo y populismo
3. La forma
artística
3.1. El rol de la imaginación
3.2. El problema del lenguaje y la técnica
También
contribuyó en la sección Opiniones
comprometidas, con una crítica literaria que lleva por título: Un mundo para Julius, un fastuoso vacío.
La
actividad de Miguel era intensa. A las contribuciones ya mencionadas se sumó la
crónica en coautoría con Antonio Gálvez Ronceros: Los sucesos de Huanta y Ayacucho,
ocurrido los días 21 y 22 de junio de 1969.
Con esta crónica se inauguraba un
suplemento de “Narración”: Nueva
crónica y Buen gobierno; en alusión a la extraordinaria denuncia que
hiciera Huamán Poma.
El 31 de julio de 1974 publicaron Narración
N° 3. Empieza la revista con un
debate: la vía pacífica hacia el socialismo o la captura del Poder a través
de la lucha armada. Se tomó como escenario el caso de Chile.
Miguel
contribuyó con un cuento: Una
vida completamente ordinaria. Plantea en él, las implicancias de la
militancia política clandestina y una vida completamente ordinaria. Otra contribución fue su extenso artículo en
cual demuestra, una vez más, haber
asimilado la obra de Mariátegui; se trata de: Mariátegui, marxista-leninista. La finalidad de dicho artículo, en
palabras de Miguel: desenmascarar y
combatir a los que tergiversan, mutilan y calumnian al fundador del socialismo
científico en el Perú.
Sin
embargo, su contribución trascendente fue la crónica, 1971: Gran huelga minera. Es un relato de los antecedentes, desarrollo
y culminación de la huelga general del proletariado minero de Lima, Pasco,
Junín y Huancavelica que confrontó a la empresa norteamericana Cerro de Pasco Corporation entre el 26
de octubre y el 15 de noviembre de 1971. Se demostró que el trabajo en equipo, de
investigación y redacción, ligado a las masas y desde una perspectiva clasista,
es factible. Hicieron patente el verso
de César Vallejo: toda voz genial, viene del pueblo y va hacia él.
Paradójicamente,
cuando el grupo de la revista había logrado resolver el dilema entre arte o
política socialista y establecer una cabecera de playa en la lucha de clases
cultural, se retiró del teatro de operaciones.
Miguel
continuó desarrollando sus proyectos literarios e incursionando en el género
ensayístico; mientras en el ambiente nacional ocurrían los acontecimientos de
la guerra antisubversiva de las FF.AA contra la guerrilla del partido comunista
del Perú, llamado “Sendero Luminoso” (1980/1992). En tal emergencia social fue asesinado su
hijo Carlos Eduardo en la masacre del Frontón
(1986) y su esposa Vilma Aguilar, en la masacre del penal de Canto Grande (1992). Miguel, en lugar de
deprimirse tomó renovado impulso para concluir varias de sus obras; entre
ellas, su obra magna: La Violencia del Tiempo (1991). La que fue calificada por el
reconocido crítico Ricardo González Vigil como una de las mejores del idioma.
III.-La
captura de Abimael Guzmán Reynoso (1992)
La
noche del 12 de setiembre de 1992
aconteció en Lima la captura de Abimael Guzmán.
Miguel, la denominó la caída de Abimael Guzmán. Varios años
después de tal acontecimiento, Miguel escribió la impresión que le produjo:
Recuerdo que mientras veía por la televisión las incidencias
de la caída del “Presidente Gonzalo”, acudieron en tropel a mi mente sucesos,
escenas e imágenes sobre el altísimo costo que significó para el pueblo peruano
y los propios combatientes el desarrollo de la guerra. Entonces recordé la primera visita que hice a
un familiar en el Frontón. A la entrada
del pabellón de los prisioneros de guerra había un enorme cartel en el que se
leía una cita de Mao: Quién se atreve a ser cortado en mil pedazos
podrá desmontar al emperador, y como lo fui sabiendo, no se trataba de una
frase retórica o demagógica, pues no pocos militantes murieron de esa manera,
literalmente, pero ahora el “Presidente Gonzalo”, según veía por televisión las
incidencias de su apresamiento, había olvidado la vieja sentencia maoísta. (Figura en el prólogo
ampliado a la 2da. Edición de La
Generación del 50 del año 2008;
pp. 22 y 23)
Miguel
no estuvo consternado; sino, sumamente indignado. Pues, había estado a la expectativa del
desenvolvimiento de Sendero Luminoso
como lo corrobora su estudio de La
Generación del 50. También había estado afianzado al aserto mariateguista:
… no hay revolución mesurada, equilibrada, blanda,
serena, plácida. Toda revolución tiene
sus horrores. (p. 59)
MARIÁTEGUI, José Carlos:
Aspectos nuevos y viejos del futurismo.
Publicación original en el El Tiempo, diario. Lima, 03 de agosto de 1921.
Tomado de” El Artista y la Época”; Vol. 06 de las Obras Completas de J.C.
Mariátegui.
El mismo mes de setiembre del mimo año de la “caída” de Abimael, la editorial
Milla Batres publicó su novela La
Destrucción del Reino .
Miguel
explicitó su posición actual en el párrafo final del prólogo que escribió en abril del 2007 para su libro de ensayos Un Pacto con el Diablo (Ensayos
1966/2007), ahí declaró:
Visto desde la perspectiva que confieren los años, el autor de
los trabajos aquí reunidos es un individuo que, persistiendo en los principios
básicos que han orientado su vida –su adhesión a la causa popular y al
socialismo, y su distancia de los poderes que gobiernan al mundo-, no ha
permanecido inmune ante los acontecimientos históricos, sociales y políticos que
sacudieron al Perú y el mundo en las décadas finales del siglo pasado y
comienzos del siglo XXI. Este proceso,
naturalmente, ha influido en mi pensamiento y en mi escritura. Así he morigerado en algo el tono
confrontacional, de mis exposiciones. He
cuidado en matizar más mis planteamientos, he conferido más peso a la línea del
placer que toda obra válida suscita, he acentuado cierto espíritu heterodoxo
que siempre estuvo en mí y he añadido una razonable dosis de escepticismo a
todas mis certezas sociales humanas.
El comentario del importante párrafo le corresponde a los lectores.
A
manera de colofón, concluyo Miguel
Gutiérrez, literato mariateguista con las palabras iníciales de Miguel al
recibir la distinción como Doctor Honoris
Causa por la Universidad Ricardo Palma el 15 de noviembre del 2013:
El título de mi conferencia es La novela y la vida, que como ustedes habrán advertido pertenece a
José Carlos Mariátegui. La he tomado en
préstamo por dos razones: porque soy un mariateguista de corazón y porque fue
Mariátegui quien me introdujo en las escuelas de vanguardia de las dos primeras
décadas del siglo XX.
Antonio RengifoBalarezo
NOTA.- el presente texto es un resumen con fines
expositivos. (Casa/Museo Mariátegui, viernes 22 de marzo del 2019)
Miguel Gutiérrez y Antonio Rengifo (de pie).
Casa de Miguel:
Jr. Manuel Cuadros 382 Dpto. 507 Lima 1.
Celebración de uno de sus cumpleaños.
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