Mensaje a Semioticians. 2
de junio de 2002.
Se afirma que el significante y el significado son dos lados
inseparables. También se dice de la expresión y del contenido. Y Lelia lo decía
en su última colaboración acerca del signo y del objeto, ayudándose de una idea
de Peirce: el objeto de un signo es ya un signo. En suma, se parte de la noción
de que los contrarios deben estar unidos. Surgen algunas preguntas: ¿Siempre están
unidos? ¿No pueden existir separados? ¿Han estado desde siempre unidos?
Pongo un ejemplo concreto para precisar y aclarar. Y en lo que hablo
siempre habrá excepciones. Incluso cuando hablamos de un caso concreto, siempre
lo hacemos con un cierto grado de generalidad y de idealidad. Existen la
tierra, el agua y la tierra húmeda. La tierra sin agua no produce flores. Y el
agua sin tierra tampoco produce flores. Solo la tierra húmeda produce flores.
Analizaré ahora las distintas formas en que existen los dos contrarios o los
dos lados de la contradicción: la tierra y el agua.
-Primero concebimos los contrarios separados. Vemos en un lado a la tierra y el agua del mar en otro lado. Así
existen separados el uno del otro. Esa separación puede ser extrema: los
desiertos son ejemplos de tierra sin agua y algunas zonas polares son ejemplos
de agua sin tierra. Es decir, cada lado de la contradicción puede existir
separado del otro. (Repito que hablamos con cierto grado de generalidad, puesto
que durante la noche la arena del desierto se humedece).
-Veamos ahora a los contrarios unidos. Para que la tierra y el agua del
mar se unan es necesario que esta última sufra algunos cambios de forma. El
agua del mar por medio de la evaporación, liberándose de la sal, debe
transformarse en nube, y después en lluvia. Solo el agua en forma de lluvia
puede unirse a la tierra.
-Ahora tenemos la tierra húmeda: la unidad interna de la tierra y del
agua. Y después tendremos la flor, al
cabo de unos meses. ¿Qué representa la flor? La expresión objetiva, la
existencia objetiva, de la unidad de la tierra y el agua.
-En suma, la concepción dialéctica del mundo debe presuponer, uno, la
separación de los contrarios, dos, el cambio de forma de uno de los contrarios
para poder unirse al otro contrario, tres, la unidad de los contrarios, y
cuatro, la objetivación de la unidad de los contrarios.
-Se afirma, con Peirce, que el objeto de un signo es ya un signo. Yo
mantengo que esta expresión no es del todo acertada, puesto que aquí se supone
que al unirse un lado de los contrarios
con el otro hace que este último se transforma en el primero, o que al unirse
un contrario con otro se hacen iguales. Yo creo que es más acertado decir que
el objeto de un signo deja de ser un objeto en general y se transforma en un
objeto significado o un objeto simbolizado. Un lado de los contrarios que
originariamente debe existir separado experimenta un cambio de forma cuando se
une al otro, pero en ningún caso la unión puede provocar la igualdad con el otro,
puesto que de ser así la contradicción dejaría de existir y cesaría el
movimiento.
(Este texto ha sido modificado en el último punto).
Fuente: http://fcoumpierrezblogspotcom.blogspot.com/2019/06/separacion-union-y-cambio-de-forma-de.html
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