miércoles, 14 de agosto de 2019

VICTORIAS SIN FUTURO



Dr. Hugo SALINAS

A los desposeídos nos han enseñado a tener victorias sin futuro. Y los desposeídos festejamos con gran algarabía nuestras victorias sin futuro. En el fondo, bien lo sabemos, es una suerte de consuelo para seguir cargando la cruz de la humillación, de la miseria y del desempleo.

¡CONGA NO VA!, fue un grito de guerra que, a lo largo de años de lucha y de muertes, se ha convertido en victoria. De igual modo, ¡TÍA MARÍA NO VA!, es otro grito de guerra que se ha convertido en otra victoria. Pero, ¿estas “vitorias” son realmente victorias? Bien lo sabemos que no es así, porque el pueblo sigue sumido en la extrema pobreza y el extremo desempleo, mientras que los de arriba se siguen llevando todas las riquezas creadas por esas gentes.

Y la historia de las victorias sin futuro no solamente tiene un largo pasado, sino que también tiene diferentes formas de manifestación. Para no ir muy lejos, podemos comenzar con la gran victoria de las 8 horas de trabajo por día. En efecto, gracias a sus mártires ya no trabajamos “de sol a sol” y todos los días de la semana, pero seguimos, como ayer, siendo humillados, marginados y viviendo en la extrema pobreza.

Muchos creímos en la Revolución de Octubre, tanto que lo hemos replicado en diferentes países. Pero, la evidencia se ha impuesto. Fueron, y son, victorias sin futuro. Sin lugar a dudas que de algo sirven, pero no han logrado erradicar la raíz de nuestros grandes males de sociedad.

Y lo peor es que no nos hemos interesado en conocer el porqué de estos fracasos. Como poseídos por el demonio, seguimos añorando victorias sin futuro, tanto como para seguir soportando la humillación y la extrema pobreza. Seguimos haciendo el juego a los intereses de los de arriba.

La Independencia Nacional, es otro grito de guerra que se convirtió en un gran número de victorias. ¡Somos libres, seámoslo siempre! Sentimientos de jolgorio que no duran más allá de un espasmo, aun cuando el costo en vidas humanas suma por millones. Victorias sin futuro.

Podríamos decir que con la victoria del Voto Universal, tanto hombres como mujeres ya podemos decidir, nosotros mismos, nuestro propio futuro. Pero en la práctica, lo único que hacemos es elegir a nuestros verdugos. En ninguno de los países elegimos a nuestros representantes, con quienes deberíamos construir nuestro futuro. Al contrario, elegimos a los que no son más que una sarta de ignorantes, corruptos, vende patrias, al servicio de los grupos del poder local, nacional y mundial. 

Es la magia de la Democracia Representativa. Y nosotros, los de abajo, estamos empecinados creyendo que con este mecanismo resolveremos nuestros problemas de marginación, desigualdad e, incluso, la corrupción. ¡Qué estúpidos e ignorantes somos!
Los vendedores de sebo de culebras sobran. Baste mencionar a nuestro “chinito de la esquina” Fujimori, nuestro “cholo” Toledo…, o a nuestros “izquierdistas”  como el “frejolito” Barrantes en Lima, Goyo en Cajamarca, Cerrón en Junín… Esperemos que Aduviri no siga el mismo camino.

Sin embargo, los seres humanos nunca descansamos en la búsqueda de solución a los problemas que nos aquejan. Ayer, logramos inventar el fuego para protegernos del frío glacial; creamos la lanza, el arco, la flecha… para garantizar nuestra supervivencia; creamos, primero, la tierra cultivable y, luego, la máquina, para mejorar nuestro estándar de vida… 

Ahora, nuestras creaciones, descubrimientos e innovaciones nos están permitiendo elaborar bienes inmateriales, creando tiempo. Pero, en términos de pobreza, seguimos sufriendo las grandes desigualdades como hace diez mil años en Europa, y seis siglos en las tierras del Tawantinsuyo.

Los de abajo, desde hace diez mil años que solamente acumulamos victorias sin futuro. ¿Lograremos resolver este problema socio-económico? Hasta ahora, nuestras alternativas de solución se han convertido en fracasos continuados. Pero la Humanidad no se detiene jamás en la búsqueda de solución a sus problemas.

No seamos tercos, cambiemos de paradigma y orientemos nuestras prácticas y luchas cotidianas en función de los parámetros de la nueva sociedad y economía. La distinción entre derechas e izquierdas, así como entre los de arriba y los de abajo, es una buena aproximación a la problemática, pero no es suficiente y clara para resolver el problema.

La nueva sociedad, asentada en la nueva economía, debe iniciarse desde ahora, con la instalación de nuevos mecanismos como la Repartición Igualitaria de la totalidad de las utilidades de las empresas-país, la que se convertirá en la Remuneración de Base de todas las personas. 

La Remuneración de Base no es la contrapartida de un trabajo realizado. Es el reconocimiento que hace la sociedad a todos sus hijos, desde que nacen hasta que mueren, en igualdad de condiciones y sin ninguna distinción de religión, raza u origen étnico. Es decir, en esta nueva sociedad, todos nacen en igualdad de poder económico.

Algo más. Una mejor comprensión de la actividad económica moderna nos indica que todo pueblo tiene la capacidad financiera suficiente para  crear y desarrollar las empresas-país que requiera. Este es el elemento clave para resolver, en el cortísimo plazo, el masivo desempleo y la extrema pobreza de la mayoría de la población.

Un financiamiento ilimitado y gratuito, para todo aquel que quiera crear y desarrollar una empresa-país, permitirá rápidamente acumular y concentrar la propiedad comunitaria del país. Con ello se sentará las bases, en la práctica, de la igualdad de oportunidades entre todos los habitantes del país. La igualdad ante la Ley no es suficiente para crear una sociedad de Buen Vivir.

En suma, demos un paso adelante en nuestros combates cotidianos para, desde ahora, construir, nosotros mismos, la nueva sociedad y economía que resolverá nuestros problemas de extrema pobreza y extremo desempleo. No tengamos temor de comenzar la construcción de nuestro futuro. Y no seamos incautos. Nuestros amos y sus lacayos jamás construirán un futuro para nosotros.

Reorientemos nuestras energías desplegadas en victorias sin futuro, para dedicarla a la construcción de nuestro propio futuro.

Saint-Nazaire, Francia, 15 de agosto del 2019

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