Dr. Hugo SALINAS
A los desposeídos
nos han enseñado a tener victorias sin futuro. Y los desposeídos festejamos con
gran algarabía nuestras victorias sin futuro. En el fondo, bien lo sabemos, es
una suerte de consuelo para seguir cargando la cruz de la humillación, de la
miseria y del desempleo.
¡CONGA NO VA!, fue
un grito de guerra que, a lo largo de años de lucha y de muertes, se ha
convertido en victoria. De igual modo, ¡TÍA MARÍA NO VA!, es otro grito de
guerra que se ha convertido en otra victoria. Pero, ¿estas “vitorias” son
realmente victorias? Bien lo sabemos que no es así, porque el pueblo sigue
sumido en la extrema pobreza y el extremo desempleo, mientras que los de arriba
se siguen llevando todas las riquezas creadas por esas gentes.
Y la historia de
las victorias sin futuro no solamente tiene un largo pasado, sino que también
tiene diferentes formas de manifestación. Para no ir muy lejos, podemos
comenzar con la gran victoria de las 8 horas de trabajo por día. En efecto,
gracias a sus mártires ya no trabajamos “de sol a sol” y todos los días de la
semana, pero seguimos, como ayer, siendo humillados, marginados y viviendo en
la extrema pobreza.
Muchos creímos en
la Revolución de Octubre, tanto que lo hemos replicado en diferentes países.
Pero, la evidencia se ha impuesto. Fueron, y son, victorias sin futuro. Sin
lugar a dudas que de algo sirven, pero no han logrado erradicar la raíz de
nuestros grandes males de sociedad.
Y lo peor es que
no nos hemos interesado en conocer el porqué de estos fracasos. Como poseídos
por el demonio, seguimos añorando victorias sin futuro, tanto como para seguir
soportando la humillación y la extrema pobreza. Seguimos haciendo el juego a
los intereses de los de arriba.
La Independencia
Nacional, es otro grito de guerra que se convirtió en un gran número de
victorias. ¡Somos libres, seámoslo siempre! Sentimientos de jolgorio que no
duran más allá de un espasmo, aun cuando el costo en vidas humanas suma por
millones. Victorias sin futuro.
Podríamos decir
que con la victoria del Voto Universal, tanto hombres como mujeres ya podemos
decidir, nosotros mismos, nuestro propio futuro. Pero en la práctica, lo único
que hacemos es elegir a nuestros verdugos. En ninguno de los países elegimos a
nuestros representantes, con quienes deberíamos construir nuestro futuro. Al
contrario, elegimos a los que no son más que una sarta de ignorantes,
corruptos, vende patrias, al servicio de los grupos del poder local, nacional y
mundial.
Es la magia de la
Democracia Representativa. Y nosotros, los de abajo, estamos empecinados
creyendo que con este mecanismo resolveremos nuestros problemas de marginación,
desigualdad e, incluso, la corrupción. ¡Qué estúpidos e ignorantes somos!
Los vendedores de
sebo de culebras sobran. Baste mencionar a nuestro “chinito de la esquina”
Fujimori, nuestro “cholo” Toledo…, o a nuestros “izquierdistas” como el
“frejolito” Barrantes en Lima, Goyo en Cajamarca, Cerrón en Junín… Esperemos
que Aduviri no siga el mismo camino.
Sin embargo, los
seres humanos nunca descansamos en la búsqueda de solución a los problemas que
nos aquejan. Ayer, logramos inventar el fuego para protegernos del frío
glacial; creamos la lanza, el arco, la flecha… para garantizar nuestra
supervivencia; creamos, primero, la tierra cultivable y, luego, la máquina,
para mejorar nuestro estándar de vida…
Ahora, nuestras
creaciones, descubrimientos e innovaciones nos están permitiendo elaborar
bienes inmateriales, creando tiempo. Pero, en términos de pobreza, seguimos
sufriendo las grandes desigualdades como hace diez mil años en Europa, y seis
siglos en las tierras del Tawantinsuyo.
Los de abajo,
desde hace diez mil años que solamente acumulamos victorias sin futuro.
¿Lograremos resolver este problema socio-económico? Hasta ahora, nuestras
alternativas de solución se han convertido en fracasos continuados. Pero la
Humanidad no se detiene jamás en la búsqueda de solución a sus problemas.
No seamos tercos,
cambiemos de paradigma y orientemos nuestras prácticas y luchas cotidianas en
función de los parámetros de la nueva sociedad y economía. La distinción entre
derechas e izquierdas, así como entre los de arriba y los de abajo, es una
buena aproximación a la problemática, pero no es suficiente y clara para
resolver el problema.
La nueva sociedad,
asentada en la nueva economía, debe iniciarse desde ahora, con la instalación
de nuevos mecanismos como la Repartición Igualitaria de la totalidad de las
utilidades de las empresas-país, la que se convertirá en la Remuneración de
Base de todas las personas.
La Remuneración de
Base no es la contrapartida de un trabajo realizado. Es el reconocimiento que hace
la sociedad a todos sus hijos, desde que nacen hasta que mueren, en igualdad de
condiciones y sin ninguna distinción de religión, raza u origen étnico. Es
decir, en esta nueva sociedad, todos nacen en igualdad de poder económico.
Algo más. Una
mejor comprensión de la actividad económica moderna nos indica que todo pueblo
tiene la capacidad financiera suficiente para crear y desarrollar las
empresas-país que requiera. Este es el elemento clave para resolver, en el
cortísimo plazo, el masivo desempleo y la extrema pobreza de la mayoría de la
población.
Un financiamiento
ilimitado y gratuito, para todo aquel que quiera crear y desarrollar una
empresa-país, permitirá rápidamente acumular y concentrar la propiedad
comunitaria del país. Con ello se sentará las bases, en la práctica, de la
igualdad de oportunidades entre todos los habitantes del país. La igualdad ante
la Ley no es suficiente para crear una sociedad de Buen Vivir.
En suma, demos un
paso adelante en nuestros combates cotidianos para, desde ahora, construir,
nosotros mismos, la nueva sociedad y economía que resolverá nuestros problemas
de extrema pobreza y extremo desempleo. No tengamos temor de comenzar la
construcción de nuestro futuro. Y no seamos incautos. Nuestros amos y sus
lacayos jamás construirán un futuro para nosotros.
Reorientemos
nuestras energías desplegadas en victorias sin futuro, para dedicarla a la
construcción de nuestro propio futuro.
Saint-Nazaire,
Francia, 15 de agosto del 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario