De izquierda a derecha: Luz
Boyero, Francisco Correa-Araneda, Naiara López-Rojo y Javier Pérez. (Foto:
UPV/EHU)
Viernes, 30 de Agosto de 2019
La
pérdida de biodiversidad es una de las consecuencias más preocupantes del
cambio climático y medioambiental producido por el ser humano, cuyas
repercusiones ecológicas van más allá de la pérdida de especies ‘per se’. El
funcionamiento de los ecosistemas puede sufrir alteraciones como resultado de
la pérdida de especies, afectando finalmente a fenómenos tan relevantes como la
disponibilidad de recursos naturales o la regulación del clima.
Los ríos se encuentran entre los ecosistemas que sufren mayores pérdidas de biodiversidad, pero con consecuencias ecológicas en su mayoría desconocidas. Un estudio realizado por el Grupo de Ecología de Ríos del Departamento de Biología Vegetal y Ecología, en la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), demuestra por primera vez cómo la pérdida de especies de plantas de ribera afecta a la ‘multifuncionalidad’ del ecosistema fluvial. Este término, de reciente aparición en la literatura ecológica, se refiere a la capacidad de un ecosistema de mantener múltiples procesos de manera simultánea, lo cual es fundamental para determinar su estado de salud.
“Los bosques de las riberas de los ríos sufren importantes modificaciones que en muchos casos conducen al deterioro y la pérdida de biodiversidad, pasando de ser comunidades diversas y complejas a estar formadas por una o pocas especies”, alerta Luz Boyero, coordinadora del grupo de Investigación que ha realizado este estudio. Las plantas de ribera proporcionan el recurso energético básico de muchos ríos: la hojarasca, de la cual se alimenta un tipo de invertebrados acuáticos: los detritívoros. Estos a su vez forman la base de la red alimenticia fluvial, sirviendo de alimento para peces y otros organismos fluviales emblemáticos tales como las libélulas. Además, la hojarasca es descompuesta por microorganismos de forma que sus nutrientes se reciclan y quedan disponibles de nuevo para las plantas.
El estudio, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y con fondos FEDER (Proyecto Biofunction), consistió en crear microcosmos que emulaban el ambiente fluvial, en los cuales se simulaba una pérdida gradual de diversidad de plantas de ribera y se cuantificaban las tasas de múltiples procesos fluviales, incluyendo la descomposición de la hojarasca, su conversión a materia orgánica fina, el reciclado de nutrientes fundamentales (nitrógeno y fósforo) y la producción de biomasa animal. “La pérdida de diversidad supuso una disminución significativa en la multifuncionalidad del ecosistema, pero solo en la presencia de detritívoros, evidenciando el papel ecológico fundamental de estos organismos como intermediarios entre los recursos vegetales provenientes del ecosistema terrestre y los procesos fluviales”, explica Boyero.
El estudio demostró también la importancia de examinar los efectos de la pérdida de diversidad de plantas de ribera para cada proceso por separado, y teniendo en cuenta los diferentes compartimentos del ecosistema (hojarasca, agua y organismos), para poder identificar los mecanismos biológicos subyacentes. Por ejemplo, se vio que los microorganismos juegan un importante papel en los cambios producidos sobre el reciclado de nutrientes, mientras que los detritívoros son los principales responsables de los efectos en descomposición y producción de materia orgánica fina.
Los resultados de este y otros estudios realizados por el Grupo de Ecología de Ríos de la UPV/EHU “nos ayudan a predecir cómo diferentes cambios ambientales que suceden en la actualidad pueden aquejar la salud de los ríos, afectando así al agua de buena calidad, a los recursos piscícolas, parajes naturales de gran valor estético…”, constata Luz Boyero. (Fuente: UPV/EHU)
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