CENTRO DE ESTUDIOS “DEMOCRACIA,
INDEPENDENCIA Y SOBERANÍA”
CEDIS
La
agudización de la crisis política, el empeño del Apro-fujimorista por defender
sus privilegios, y la intensa campaña desplegada en la “Prensa Grande”
orientada a frustrar el adelanto de las elecciones nacionales, y “destrabar” el
escenario político con la “vacancia” de la Presidencia de la República a fin de
asegurar que continúe el Parlamento actual hasta el 2021, se remueva a los
fiscales del caso “Lava Jato” y se consagre la impunidad absoluta de la Mafia
enquistada en altas esferas del Poder; obliga al pueblo a movilizarse
activamente. En tal contexto, la Marcha Popular del 5 de septiembre constituye
el primer deber de la ciudadanía.
CERRAR
EL PASO A LA CONJURA GOLPISTA
Lo
que hoy pretende la derecha peruana es un auténtico Golpe de Estado. Se propone
derribar al Presidente Vizcarra simplemente porque levanta las banderas de
lucha contra la corrupción y ha retirado la licencia a la Southern Perú Cooper
para la explotación de los yacimientos de Tía María. Por esta última acción, se
ha dado rienda suelta a la ofensiva de la reacción que no tolera se ponga freno
a los voraces apetitos de las empresas transnacionales. Ahora acusan al
Mandatario de “incapaz” sólo porque se ha negado a cumplir los designios del
Capital financiero imponiendo un acuerdo leonino a los agricultores del Valle
de Tambo
En
su momento dijimos que la decisión presidencial tuvo una razón de fondo: la heroica
lucha de los pobladores del sur peruano que no aceptaron entregar sus tierras y
renunciar a sus cultivos en beneficio de un consorcio extranjero. Los
partidarios de la minería a cualquier precio pusieron el grito en el cielo ante
esta decisión y exigieron “mano dura” al Primer Mandatario, para imponer esa
voluntad rechazada vigorosamente por el pueblo.
Es
a partir de esa contradicción que la crisis política se ha agravado en el país
y ha arreciado un empeño que no parece dispuesto a retroceder, ni a perder sus
cuotas de Poder en el Congreso de la República y otras estructuras del Estado
–como el Tribunal Constitucional- a las que recurrirá para imponerse. En este
marco, el pueblo no tiene otra opción que volcarse a las calles para exigir a
una sola voz: cierre del Congreso, adelanto de Elecciones para que se vayan
todos y fin de la Constitución de la Dictadura.
Lo
nuevo, en este marco, es que el pueblo no necesita marchar como furgón de cola
de nadie, ni respaldar a nadie en particular. Ya está en capacidad de levantar
sus propias banderas y luchar por ellas sin comprometerse con sectores ajenos
al propio movimiento popular. Los trabajadores, a pulso, han sabido abrirse un
camino de lucha por el que puede transitar con seguridad y confianza la ciudadanía
entera. Hay que darle forma a ese derrotero.
GOBIERNO
ESTÁ OBLIGADO A CAMBIAR CONDUCTA
Como
si no tuviera conciencia plena de la grave confrontación que se avecina y en la
que será decisiva la presencia ciudadana, el gobierno persiste en la aplicación
de un rumbo equívoco: Reprime torpemente las luchas sociales, ataca a las
Comunidades Campesinas y a las poblaciones originarias, busca doblegar por la
amenaza y la intimidación a los agricultores del Valle de Tambo, insiste en liquidar
las conquistas sindicales de los trabajadores, cuestiona el derecho a la
movilización y a la protesta, y persevera en un rumbo pro yanqui en el
escenario latinoamericano prestándose al juego del Imperio contra la Venezuela
Bolivariana.
Esta
práctica oficial, no solamente confunde a la población sino que, además, acerca
peligrosamente a las fuerzas que combaten al Presidente Vizcarra, y lo aleja de
quienes podrían respaldarlo.
Una
rectificación del rumbo de la política nacional e internacional, se impone para
acompañar una salida más bien democrática y popular a la crisis. En contrario,
la insistencia en los trillados caminos de la dependencia y el servilismo, solo
alentarán a los enemigos del pueblo.
Si
el gobierno persiste en su política errónea, quedará aislado del pueblo, y será
derrotado. Lo negativo será que ella, implicará paralelamente una victoria de
las fuerzas más reaccionarias; y será, por eso mismo, una derrota del pueblo.
Por eso, hay que evitarla
EL
PROGRAMA DE LOS TRABAJADORES
Para
enfrentar la crisis, los trabajadores tienen su propio programa, pero también
su propia táctica y estrategia. El Programa pone énfasis en los temas
fundamentales: la derrota de la Mafia el fin del modelo Neo Liberal, la quiebra
de la Constitución de la dictadura, la preservación de los derechos de los
trabajadores y las poblaciones vulnerable, la defensa de la soberanía nacional,
el respeto a las riquezas básicas de la nación peruana y la aplicación de una
política exterior de respeto a la identidad de cada uno de los países de la
región
No
se trata de un programa que interese solamente a los trabajadores, Es un
programa tras el cual pueden cobijarse todas las fuerzas democráticas y
progresistas de la sociedad peruana. Es un programa amplio y unitario, que
convoca a las grandes mayorías nacionales, y que puede abrir paso a una
verdadera transformación de la sociedad peruana.
Las
luchas que se desarrollen desde la base social y que tengan como elemento
aglutinador a los trabajadores, servirán para unir al pueblo, organizar a las
masas, politizar la conciencia de millones de peruanos y promover y alentar las
luchas en todos los ámbitos de la vida nacional. Esa es la táctica popular que
impone la circunstancia
El
proceso de unidad y de consolidación orgánica del movimiento popular labrado a
partir de la Asamblea de los Pueblos, la CGTP, los sindicatos y federaciones,
los colectivos sociales, los partidos progresistas y las fuerzas m{as avanzadas
de la sociedad; harán flamear esas banderas en la jornada del 5 de septiembre
en todo el país. Ellas, nos acercarán a nuestro objetivo estratégico: abrir
paso a la democratización real de la sociedad peruana.
PELIGRA
LA PAZ EN NUESTRO CONTINENTE
Los
acontecimientos ocurridos en Colombia implican un retroceso de las fuerzas más
avanzadas en la Patria de Nariño. La violencia que hoy arrecia allí es el
resultado de la desenfrenada ofensiva de las fuerzas más reaccionarias
empeñadas en reavivar la guerra para extenderla a todo el continente.
Cuando
el gobierno de Iván Duque sostiene que el sector de las FARC que ha resuelto
retomar las armas lo ha hecho bajo la protección y el apoyo del gobierno
bolivariano de Venezuela; lo único que hace es buscar un pretexto para agredir
militarmente al régimen de Maduro provocando un conflicto armado en la región,
que le permitirá luego solicitar la intervención de la OTAN en esta parte de
América. De ese modo, coronará los sueños de Trump, que busca trasladar el
escenario de guerra del Medio Oriente hacia América Latina. Para la
administración yanqui, hoy el objetivo no es Colombia, es Venezuela. Y allí
orienta sus planes belicistas.
Las
dos facciones en las que se ha escindido el movimiento de las FARC están
integradas por fuerzas revolucionarias legítimas, heroicas y firmes. Y
seguramente se reunificarán coincidiendo en la lucha por un destino mejor para
el pueblo de Colombia. Entre tanto, la solidaridad continental debe expresarse
exigiendo al gobierno de Bogotá el fin de la cacería asesina desatada contra
los líderes populares de ese país y el cese de la masacre sistemática
desplegada contra el pueblo.
En
los llanos de Colombia, más temprano que tarde la paz llegará para consolidarse
desde las bases mismas de la sociedad.
Lima,
3 de septiembre del 2019
El
Centro de Estudios “Democracia, Independencia y Soberanía”
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