En el Foro
Económico Mundial celebrado en julio del 2019, el primer ministro de China, Li
Keqiang, anunció que China realizaría cambios a las condiciones de propiedad de
los inversores extranjeros, en su sector financiero en el 2020. De igual forma,
se reducirán las restricciones en el sector de manufacturas, incluida la
industria automotriz.
La señal de
Beijing de que acelera el ritmo de la apertura financiera se produjo en el
contexto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la cual ha
afectado la confianza empresarial en todo el mundo, interrumpido las cadenas de
suministro y sacudido los mercados financieros (ver: http://www.obela.org/analisis/en-que-va-la-guerra-comercial-de-eeuu)
El gráfico
muestra los índices de los mercados de valores de Nueva York (Dow Jones
Industrials) y Shanghái (Shanghai Composite) y cómo desde la guerra, el mercado
de Nueva York está altamente volátil mientras en Shanghái hubo una caída
inicial, pero luego es menos volátil. Lo que esto sugiere es que China no
espera malas noticias mientras Nueva York no sabe qué esperar y cree que son
malas noticias.
Estados
Unidos y otros países europeos se han quejado durante mucho tiempo de que China
está bloqueando el acceso extranjero a sus mercados financieros de rápido
crecimiento sin igualdad de condiciones de inversión. ¿Qué cambios se producen
en la regulación y funcionamiento del sistema financiero de China para el 2020?
El objetivo
es internacionalizar el Renminbi. La banca china se está abriendo a los
inversionistas extranjeros como parte de esta estrategia y para cumplir con los
acuerdos pactados con el FMI en este sentido en el 2015. El propósito no es ni
reducir los límites a inversores extranjeros, ni dejar de lado el control de
riesgos en sus mercados. No es una consecuencia de las presiones de la
desaceleración económica mundial como sugiere la prensa especializada. En este
sentido, se creó el Comité de Estabilidad Financiera y Desarrollo (CEFD) que,
en trabajo conjunto con el Banco Popular de China, y tres comisiones delegadas
para regular la banca, los seguros y los valores, será el encargado de la
supervisión de la política monetaria, la gestión de riesgos sistémicos y frenar
el crecimiento de la banca sombra. China parece haber aprendido la lección de
Japón del año 1990 y no va a permitir presiones revaluatorias desde la banca
sombra.
El CEFD
publicó once medidas para la apertura financiera de China, de los cuales se
pueden destacar:
- Las agencias de calificación crediticia con inversión extranjera pueden calificar todo tipo de bonos que se negocian en el mercado interbancario de China y sus bolsas.
- Los administradores de activos extranjeros pueden asociarse con las subsidiarias de bancos o aseguradoras chinas para establecer compañías de administración de activos controladas por extranjeros.
- El límite de 51% en la propiedad conjunta con extranjeros de empresas de valores, de gestión de fondos y de operación de futuros acabará, un año antes de lo indicado, en el 2020.
- El gobierno chino se compromete a facilitar aún más la inversión de los inversores institucionales extranjeros en el mercado de bonos interbancarios.
El rubro que
facilita la apertura de la bolsa a los inversionistas extranjeros es un punto
débil, por lo que se vio con el ataque especulativo contra el Yuan coordinado
desde el exterior en el 2014. (Ugarteche y Luna (2016) www.Obela.org, “El yuan y su conversión en
moneda de reserva” en https://www.alainet.org/es/articulo/174947).
A nivel
internacional, las bolsas de valores con el mayor número de capitalización
están ubicadas en Estados Unidos, seguidas por Japón, China, Europa e India.
Esta lista la lidera la bolsa de valores de Nueva York con US$ 22.9 billones,
seguido por la NASDAQ con US$ 10.80 billones. La bolsa de valores de Shanghai
representa aproximadamente la quinta parte del valor de capitalización de la
bolsa de Nueva York y las calificadoras internacionales son muy importantes
para que ese mercado se internacionalice. S&P se ha establecido como la
primera calificadora de riesgos totalmente extranjera. Las grandes
calificadoras, todas estadounidenses, responden a los intereses de sus clientes
como se vio en la crisis del 2008.
En junio de
2019 se aprobó el mecanismo “Shanghai-London Stock Connect” que permite emitir,
listar e intercambiar recibos de depositario en el mercado de la contraparte a
las compañías que cotizan en las dos bolsas de valores, de acuerdo con las
leyes y regulaciones correspondientes. En este contexto, en septiembre del
2019, la Bolsa de Valores de Hong Kong ofreció $US 32 mil millones para
adquirir la Bolsa de Valores de Londres (LSE por sus siglas en inglés), oferta
que fue rechazada. Lo siguiente fue ofrecerles a los inversionistas del LSE,
comprar. Uno de los propósitos de estas medidas chinas es internacionalizar el
Renmimbi.
Evidentemente
el gobierno chino ha aprendido la lección de la guerra americana contra el yen
sostenida entre 1985 y 1990, implementando los mecanismos de regulación
necesarios para abrir su sistema financiero, con el propósito de contrarrestar
ataques cambiarios y especulativos. Será un reto evitar que fondos de cobertura
coordinen ataques especulativos como los que han realizado contra el euro tras
la crisis del 2008 y contra el Yuan en el 2014, cuando se abrió el mercado de
Shanghái. En todo caso, la especulación cambiaria es un arma muy potente en una
guerra económica.
- Oscar
Ugarteche, Investigador Titular, IIEc-UNAM, CONACYT / SNI,
Coordinador del obela.org
- Larry
Vargas, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla,
Miembro del obela.org
Fuente: OBELA
- Observatorio Económico Latinoamericano, IIEc-UNAM www.obela.org
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