Autor:
MANUEL CABIESES DONOSO
“La libertad nunca es dada voluntariamente por el opresor; debe ser
demandada por el oprimido”.
(MARTIN LUTHER KING)
En lenguaje
corriente de los chilenos “quitarle el poto a la jeringa” significa eludir un
problema, evadir una responsabilidad, no asumir un deber. Es lo que hace en
estos días, muerta de miedo, la oligarquía que nos gobierna.
Llevamos más
de tres semanas de insurrección pacífica sin que ningún factor político o
mediático, se atreva a decir su nombre y reconocerla como tal… Para los
mandones civiles sólo se trata de una “crisis” o “estallido” social. Algo
pasajero y manejable. Le quitan el poto a la jeringa e intentan -como siempre-
salvar la contingencia repartiendo unas cuantas migajas. El prolongado
“estallido” enfrenta sin retrocesos y con mucho valor una cruel represión e
ignora las piruetas demagógicas de la “clase política”. El “estallido” no se anda
con chicas. Exige la renuncia del presidente de la República, la abolición del
modelo neoliberal y derrocar las instituciones mediante una Asamblea
Constituyente que dote al país de una nueva Constitución Política.
Bajo presión
del pueblo el gobierno y el Congreso comienzan a ceder. Se muestran dispuestos
a permitir algunas reformas constitucionales superficiales. Pero lo hacen
quitándole el poto a la jeringa, o sea a la convocatoria de la Asamblea
Constituyente que cuenta con 87% de respaldo popular.
La “clase
política” y los medios de comunicación que controla la oligarquía han desatado
una campaña del terror para desalentar la protesta. Los incendios y saqueos
-algunos muy sospechosos- le sirven a ese objeto. Los medianos, pequeños y
micro empresarios, cuyos intereses son parte del movimiento, reciben el peso
del mensaje de terror.
Esta táctica
de guerra sicológica oculta el gran saqueo histórico de Chile. El economista
Orlando Caputo, ex gerente de Codelco, compara el costo del programa social ofrecido
por el presidente Piñera (1.200 millones de dólares) con los 13.780 millones de
dólares de ganancias que el 2018 obtuvieron las grandes mineras privadas,
principalmente extranjeras, que explotan el cobre chileno. Orlando Caputo
sostiene con toda razón: “La desnacionalización del cobre, es el robo a Chile
del siglo XX y XXI”. (1)
El saqueo
reina en todas las instancias de la economía de mercado. Las AFP, cuya
eliminación es una de las demandas más importantes del movimiento, reconocen
que sus utilidades en el primer trimestre de este año alcanzaron a 196 millones
de dólares, un incremento del 100%. Compañías extranjeras como Provida, filial
en Chile del gigante norteamericano de los seguros Metropolitan Life Insurance
Co., se hacen el pino con la miseria de los pensionados. El drama de los
ancianos jubilados es una lacra horrible de la realidad social del país.
A su vez los
bancos confiesan ganancias por 2.200 millones de dólares entre enero y julio de
este año. Las inmobiliarias -que disputan centímetro a centímetro el suelo de
Santiago y otras ciudades-, las clínicas y universidades privadas y las cadenas
de súper mercados, también hacen utilidades de película.
Este
deslumbrante desfile de millones de dólares, no consigue esconder que el modelo
neoliberal está reventado. Lo vaticinó la OCDE el año pasado cuando informó que
Chile es uno de los países con peores salarios y empleos más precarios.
Nuestro país
permanece atado a un modelo que le impide desarrollarse. Está prisionero en
garras del capital financiero. El economista Roberto Pizarro apunta a la
necesaria diversificación de la estructura productiva y de las exportaciones.
El ex ministro de Planificación afirma que “de cada 100 dólares que el país
vende al mercado global, 90 dólares son materias primas en bruto o con escasa
transformación, provenientes de los sectores mineros, forestal, pesca y
agricultura”. (2)
La
oligarquía y su brutal método de explotación del capital humano, ha provocado
la crisis que hoy hace temblar los cimientos de la institucionalidad. Estamos
viviendo lo que describió Karl Marx: “La necesidad es ciega hasta que se vuelve
consciente. La libertad es la conciencia de la necesidad”.
La de Chile
es una economía de bisutería. 28 millones de celulares y 5 millones y medio de
automóviles encubren salarios de 300 lucas y pensiones de 120 y aún menos. Casi
5 mil millones de dólares se despilfarraron el año pasado en la compra de
autos. Mientras los hospitales públicos carecen de insumos elementales para
atender a los pacientes cuyas esperas pueden durar años.
Estas son
las magnitudes del saqueo que sufre Chile. Es tiempo de enterrar el viejo orden
para construir, unidos, una sociedad de iguales.
MANUEL
CABIESES DONOSO
Noviembre
2019
“Las
ganancias de la minería privada en Chile”, puntofinalblog.cl, https://www.puntofinalblog.cl/blog/las-ganancias-de-la-mineria-privada-en-chile
(2) “Chile:
otra vez el desarrollo frustrado”, puntofinalblog.cl, https://www.puntofinalblog.cl/blog/chile-otravez-el-desarrollo-frustrado
No hay comentarios:
Publicar un comentario