Marcela Mella Ortiz junto a una compañera de la
asociación Mujeres por el Maipo
ENTREVISTA
A “MUJERES POR EL MAIPO”
Miércoles 27 de noviembre de 2019. Nodo50 |
Chile
Por Arrate
López
Muchas de
las exigencias que se están haciendo durante estas semanas de protestas en
Chile abarcan la crisis climática. Chile es el único país del mundo en el que
el agua está privatizada y gran partes de sus recursos naturales pertenecen a
otros países occidentales. La idea de que lucha del pueblo Chileno no puede ir
separada de la lucha por el territorio Chileno, por su preservación y
conservación, es un eje central de las revueltas sociales.
Uno de los
grandes conflictos que Chile afronta en cuanto a sus recursos naturales es la
propiedad del agua. La coordinadora de No Alto Maipo es una de las
organizaciones que más lucha por visibilizar y combatir esta problemática. Me
reuní con Mujeres por el Maipo, una agrupación de mujeres que se organizan
dentro de la coordinadora no Alto Maipo. Esta coordinadora lucha contra el
proyecto de Alto Maipo, una construcción de una central hidroeléctrica en el
cajón del Maipo. La vocera de la coordinadora, Marcela Mella Ortiz me relató la
situación actual en la que se encuentran en el Cajón del Maipo, la cual
representa una realidad que se repite por todo el territorio chileno debido a
las escasas leyes de medio ambiente. Así me cuenta Marcela Mella:
El conflicto
contra el proyecto alto Maipo comenzó el año 2007. La comunidad se empezó a
organizar en contra del proyecto hace 12 años, la organización se llama
coordinadora ciudadano no alto Maipo y a partir de 2007 empezamos a desplegar
distintos tipos de actividades para explicar porque decíamos “No Alto Maipo”.
Esa fue la primera etapa, organizarnos. Luego, nos comenzamos a informar.
Muchos vecinos y vecinas comenzaron a revisar el estudio de impacto ambiental
que se hizo sobre el proyecto. El estudio de impacto ambiental que hizo Alto
Maipo es bastante mínimo y superficial. Además, Alto Maipo evaluó
ambientalmente y luego se aprobó ambientalmente en el año 2009 cuando aún en
Chile no habia ley de medio ambiente por lo tanto tuvieron muchas más
posibilidades de omitir información y cambiar datos.
AES coprs es
una gran corporación Norteamericana dueña del proyecto. Ellos compraron al
estado a mediados de los años 80, en plena dictadura, la empresa que generaba
electricidad, en el cajón del Maipo. En Chile tenemos un sistema interconectado
central, esto quiere decir que todas las generadoras producen y después
inyectan esta energía en el sistema central que es el que se encarga de
repartirla. El 16% de la energía que se produce en Chile la ocupamos las
personas, nada más. Eso incluye el alumbrado público, los edificios de
emergencia como hospitales, bomberos o policía. Todo el resto de energía lo usa
la gran minería extractivista, la agroindustria y otras actividades
industriales.
AES coprs
compró la empresa eléctrica al estado, anteriormente llamada Chilgener. Por eso
en Chile la corporación se llama AES gener. Entre los años 88 y 89 compraron
los derechos de agua de los ríos del cajón del Maipo. Chile es el único país
del mundo que tiene su agua privatizada. Nos solo su gestión, que en muchos países
es privada, en chile las fuentes de agua están privatizada, el rio que tu
acabas de ver tiene dueño, tiene un propietario del derecho de aprovechar esa
agua. AES gener tiene propiedad del derecho de aprovechar 3 ríos que son los
ríos más importantes que alimentan al río Maipo. Y finalmente lo que hace el
proyecto de Alto Maipo es modificar el funcionamiento natural de toda la
cuenca, no solo de este territorio que es San José de Maipo, sino desde el
nacimiento del Maipo hasta la desembocadura en el mar.
El proyecto
consiste en un sistema de túneles de 8 metro de diámetro, muy parecido a los de
cualquier metro. Este sistema de túneles mide 70 kilómetros e interviene en 3
subcuentas. La subcuenca del río volcán, la subcuenca del río yeso y la
subcuenca del río colorado. Captan el agua desde el nacimiento de estos 3 ríos
y la conducen por estos tunes hasta la turbina para producir la energía
eléctrica. Esto resulta muy invasivo para el territorio porque ha significado
perforar la cordillera del cajón del Maipo en distintos lugares. En chile un
proyecto eléctrico o un proyecto minero son considerados de interés nacional y
al tener ese calificativo muchos terrenos que son propiedad del estado y que
son administrados por el ministerio de bienes nacionales son entregados en
concesión a estos proyectos eléctricos o mineros. No solamente tienen el agua,
además el estado les entrega los terrenos para que puedan construir el
proyecto. También en chile la ley eléctrica o la ley minera son jerárquicamente
superior a cualquier decreto de protección de zonas de preservación ecológica o
lugares de biodiversidad o santuarios de la naturaleza. La ley eléctrica y
minera son más importantes. Gran parte del sistema de túneles de Alto Maipo va
a pasar por debajo del glaciar El Morado, actual Monumento natural. Con toda la
escasez de agua que hay debido al calentamiento global lo que habría que hacer
es proteger las reservas de agua dulce que son los glaciares, no destruirlas
por un proyecto hidroeléctrico. Pero las leyes de Chile están hechas a la
medida de cualquier proyecto extractivista transnacional.
El proyecto
Alto Maipo conduce el agua por este sistema de túneles y devuelve el agua al
rio Maipo, esto es, hace un trasvasije de cuencas, tomando agua de tres
subcuencas y la devuelve a una cuarta que es el Maipo pero no la devuelve en la
misma cantidad de agua ni en la misma calidad de agua. Para producir
electricidad el agua que pasa por las turbinas tiene que estar absolutamente
limpia, sin ningún material ni sedimento que es lo que naturalmente traen los
ríos y hace que el lecho de un rio se mantenga vio y por lo tanto mantenga los
ecosistemas saludables. Ninguna de esas consideraciones fue tomada en cuenta
cuando el estado de chile decidió aprobar el proyecto. El proyecto fue aprobado
cundo Michelle Bachelet era presidenta en su primer periodo, pero finalmente es
una decisión del estado, no del gobierno. La decisión de aprobar un proyecto
por razones políticas y no técnicas. AES gener tiene mucho poder en Chile, en
nuestra clase política. Si la empresa tiene algun problema con algún proyecto
quien interviene directamente es la embajada de estados unidos, con la
presidencia o el ministerio de interior. Ahí hubo un gran lobby, un importante
tráfico de influencias para poder aprobar el proyecto de Alto Maipo.
El impacto
más grave es que este proyecto va a causar un problema de abastecimiento de
agua para Santiago, uno de los ríos involucrados es el río Yeso. En el río Yeso
está toda la infraestructura de una compañía de agua española, Aguas Andinas.
Esta empresa tiene la concesión sanitaria y el contrato de abastecimiento de
agua en Santiago. El problema es que el 40%de las personas del país vive en
Santiago y el 80% de agua potable para consumo humano es del cajón del Maipo,
por lo que la reducción en la cantidad y calidad del agua va a traer un
desabastecimiento importante. Además, hay un impacto en la cantidad de agua de
riego. El río Maipo riega todas las hectáreas agrícolas de la región
metropolitana de Santiago, al haber menos agua hay menos agua para regar y hay
menos producción agrícola y se produce un enceramiento o una menos producción
de los alimentos.
A nivel territorial también hay conflictos. En chile los proyectos se evalúan en la comuna donde se construyen, no se evalúa el impacto de todas las comunas. El Maipo comienza en este territorio pero termina en otra región de Chile, que es la región de Valparaíso. Al solo evaluar el impacto en San José de Maipo no tenían obligación de hacer un estudio sobre la afectación de la disminución de agua para riego o agua potable en otras zonas.
En 2007 empieza el proyecto y ahí es cuando nos empezamos a organizar en torno al Colegio Andino Antuquelén. Comenzamos a desarrollar todas las observaciones y estudios de Alto Maipo y a contactar con profesionales de la totalidad de las áreas que aborda un proyecto hidroeléctrico de esta magnitud. Pudimos desarrollar argumentos técnicos, científicos, demostramos las debilidades del proyecto en un extenso estudio, pero como ya estaba la decisión de aprobar el proyecto nada de eso fue tomado en cuenta.
A nivel territorial también hay conflictos. En chile los proyectos se evalúan en la comuna donde se construyen, no se evalúa el impacto de todas las comunas. El Maipo comienza en este territorio pero termina en otra región de Chile, que es la región de Valparaíso. Al solo evaluar el impacto en San José de Maipo no tenían obligación de hacer un estudio sobre la afectación de la disminución de agua para riego o agua potable en otras zonas.
En 2007 empieza el proyecto y ahí es cuando nos empezamos a organizar en torno al Colegio Andino Antuquelén. Comenzamos a desarrollar todas las observaciones y estudios de Alto Maipo y a contactar con profesionales de la totalidad de las áreas que aborda un proyecto hidroeléctrico de esta magnitud. Pudimos desarrollar argumentos técnicos, científicos, demostramos las debilidades del proyecto en un extenso estudio, pero como ya estaba la decisión de aprobar el proyecto nada de eso fue tomado en cuenta.
Alto Maipo
no presentó un estudio de cambio climático, hasta dia de hoy no es obligatorio
en Chile para los proyectos evaluar el cambio climático. Tampoco hizo un
estudio sobre cómo iba a afectar la construcción de los túneles con los
glaciares de la cordillera del Maipo, no solo con el que impactan directamente.
En la cordillera del cajón del Maipo hay más de 600 glaciares, de los cuales
muchos se verán afectados por este proyecto. También hicieron un cálculo de la
cantidad de agua para producir la energía, qué era un cálculo de un promedio.
Hace doce años en la cuenca habia mucha más agua de la que hay ahora. Ellos han
avanzado en el proyecto pero cada vez tienen menos agua para hacer funcionar su
proyecto y el impacto será todavía más grave.
Lo que ha
ocurrido es que como se ha alargado el proceso de construcción, el costo del
proyecto fue aumentando. Cuando se aprobó el proyecto en 2009 ellos fijaron la
inversión en 700 millones de dólares y hoy dia el proyecto vale 3400 millones
de dólares. Pero su construcción sigue interesado. Un proyecto como este mueve
mucho dinero, construirlo es un negocio. Son miles y miles de quilos de
cemento, tuberías, las antenas de comunicaciones, los 4000 trabajadores de la
obra, la manutención de estos trabajadores… Es más costoso para ellos dejar el
proyecto que terminar de construirlo. El proyecto solo está construido en un
50% pero no tienen intención de abandonarlo.
En Chile
estas empresas aprueban el proyecto, buscan inversionista y depuse hay otra
empresa que lo construye. Por lo que en ningún sitio hay dinero propio de AES
corp. Son bancos chilenos y extranjeros que le han prestado plata AES gener
para construir el proyecto. La compañía que está construyendo el proyecto es
una compañía austriaca, se llama Strabag. Esta compañía a llevado a cabo muchos
proyecto en Europa, como por ejemplo Los Canales de La Mancha. Es además una
compañía con mucho respaldo político, el presidente de Strabag, Alfred
Gusenbauer viene de la socialdemocracia europea fue Canciller Federal de
Austria y vice presidente de la Internacional Socialista Europea. Esto es un
ejemplo de que la hidroeléctrica es un proyecto más político que técnico. Hay
un abandono total desde el estado central y el gobierno local respecto a lo que
Alto Maipo haga. No se cumplen las leyes ni los permisos, de hecho los camiones
transitan en horarios que están prohibidos y l autoridad local no puede hacer
nada al respecto porque se necesita una autoridad que instruya la
fiscalización. Las Mujeres por el Maipo hemos presionado para lograr un acuerdo
con el capitán de la policía del cajón para que en conocimiento de los permisos
ambientales la policía local pueda fiscalizar cualquier irregularidad.
Y todo
impacto medioambiental suele estar ligado a un impacto social, que no ha sido
menos en este caso. De los 4000 trabajadores de la obra solo el 15% es del
cajón del Maipo. El resto o es de fuera del cajón o extranjero. La mayoría de
ellos son croatas, brasileños o italianos. También hay trabajadores austriacos
y alemanes, pero estos son por su mayoría los altos cargos, gerentes e
ingenieros. Se ha construido un campamento para alojar a esos trabajadores,
porque sí, prácticamente todos son hombres, pero aún asi hay un gran transito
que ha impactado en nuestra calidad de vida. El cajón del Maipo es un lugar
tranquilo, los y las vecinas nos conocemos. Desde el comienzo de la
construcción se ha documentado un aumento de acoso sexual a chicas jóvenes.
Ellas han identificado este acoso callejero desde los vehículos de Alto Maipo.
Ha habido denuncias de violaciones, llegando al caso de la destitución de uno
de los gerentes del proyecto por acoso laboral y sexual. Hemos denunciado un
aumento del embarazo adolescente, no hay forma de que nosotras podamos medirlo
con exactitud pero ya se está dando. Las chicas de acá ven a estos hombres
extranjeros, con ojos claros, rubios, con un buen auto, un trabajo y que las
invitan a fiestas. Representan el sueño europeo que ellos mismos venden. Se ha
generado una gran masculinización de los espacios pero sin que estos hombres
colaboren en la comunidad.
La cuestión
es que ellos, aun siendo de fuera del cajón o extranjeros en el fondo sienten
que este territorio es de ellos, es como una invasión. Llega la colonización a
tal punto que en las faenas de construcción del proyecto hay banderas de
Austria. Es muy violento porque con ese gesto dicen que este territorio es suyo
y que ellos mandan. Son prepotentes, desde su mirada de profesionales europeos
nos consideran gente de otro nivel, de otro orden, somos sudacas casi
indígenas.
Ante todas
dinámicas de opresión no podíamos quedarnos de brazos cruzados. A propósito del
movimiento feminista que ha sacudido el mundo las mujeres que estábamos en la
coordinadora no Alto Maipo de la cual yo soy la vocera nos pusimos a pensar que
había chicas en el cajón, vecinas, amigas que querían participar más
activamente en la protesta contra el proyecto. Hay una compañera que es
Verónica Quense, documentalista chilena, que siempre ha sido parte del
movimiento feminista. Fue ella la que nos planteó la posibilidad de organizar
un grupo de mujeres para abordar nuestra lucha desde el feminismo.
Nuestra
organización y la campaña No Alto Maipo habíamos tenido muchas dificultades para
que la gente nos acompañara a protestar. Había una necesidad urgente de activar
la protesta en el territorio. Porque el proyecto se está construyendo, porque
el proyecto avanza y entienden que hay mucho dinero involucrado y es muy
difícil que el proyecto pare. Algunos vecinos y vecinas decidieron hacer
negocios con el proyecto, prestarles servicios de alimentación, de hospedaje,
de limpieza de sus vehículos… entonces hay gente que empezó a ganar dinero y se
empezó a notar esa bonanza económica. Se compraron autos, arreglaron sus casas,
viajaban fuera de Chile. Todo eso produce a nivel social una desmovilización.
Para darle una solución a esto decidimos enfocarlo desde el movimiento
feminista, hicimos una convocatoria y conformamos este colectivo que se llama
Mujeres por el Maipo, en el que actualmente estamos alrededor de 25 mujeres.
Hemos logramos activar la protesta en el territorio, mucha vecinas se han implicado y el conflicto se ha visibilizado a nivel internacional. Nosotras hemos pujado por la no violencia activa como sello de la campaña de No Alto Maipo. Y esta es una característica de las mujeres por el Maipo. Toda nuestra protesta contra el proyecto es pacífica. Pensamos que no valía únicamente con ir a hacer funa (palabra chilena que se refiere a hacer una denuncia pública ante una persona o entidad que ha cometido una mala acción o un crimen) cortar el tránsito en la carretera. Buscamos la manera también simbólica de restaurar el río, de restaurar nuestro territorio y nuestras redes. En estos 12 años el estado nos ha violentado permanentemente al respaldar al proyecto y a pesar de la rabia también queremos focalizar la protesta desde la unión. Entonces decidimos hacer los mandalas. Básicamente consisten en conformar diseños circulares con nuestros propios cuerpos para obstruir los trabajos del proyecto. De esta manera paramos el trabajo, se demora la construcción y aumentan los gastos. Hoy día paramos 10 camiones durante 3 horas. Eso es mucho dinero para ellos. Los sobrecostos están empezando a significar un problema para el proyecto y los bancos están amenazando con que no van a poner más dinero. Nuestra lucha es por un lado intentar boicotear con nuestros cuerpos el proceso de construcción y por otra llevar todos los estudios ambientales que hemos ido realizando ante el estado o la ley.
Hemos logramos activar la protesta en el territorio, mucha vecinas se han implicado y el conflicto se ha visibilizado a nivel internacional. Nosotras hemos pujado por la no violencia activa como sello de la campaña de No Alto Maipo. Y esta es una característica de las mujeres por el Maipo. Toda nuestra protesta contra el proyecto es pacífica. Pensamos que no valía únicamente con ir a hacer funa (palabra chilena que se refiere a hacer una denuncia pública ante una persona o entidad que ha cometido una mala acción o un crimen) cortar el tránsito en la carretera. Buscamos la manera también simbólica de restaurar el río, de restaurar nuestro territorio y nuestras redes. En estos 12 años el estado nos ha violentado permanentemente al respaldar al proyecto y a pesar de la rabia también queremos focalizar la protesta desde la unión. Entonces decidimos hacer los mandalas. Básicamente consisten en conformar diseños circulares con nuestros propios cuerpos para obstruir los trabajos del proyecto. De esta manera paramos el trabajo, se demora la construcción y aumentan los gastos. Hoy día paramos 10 camiones durante 3 horas. Eso es mucho dinero para ellos. Los sobrecostos están empezando a significar un problema para el proyecto y los bancos están amenazando con que no van a poner más dinero. Nuestra lucha es por un lado intentar boicotear con nuestros cuerpos el proceso de construcción y por otra llevar todos los estudios ambientales que hemos ido realizando ante el estado o la ley.
Hace un año
que llevan haciendo las mándalas. Las primeras veces no entendían muy bien que
hacíamos cuando llegábamos. “Hay unas viejas acá tirándose al suelo” gritaban.
Los desconcertaba mucho. Nos ponemos en la vía pública, en la entrada de los
territorios de la obra, que ahora mismo se consideran terreno privado por lo
que si entramos podríamos ser desalojadas por carabineros por invadir un
espacio privado. Y durante horas los camiones o la comida para los trabajadores
se para, esperando a que nosotras decidamos irnos. Tampoco interrumpimos todo
el tránsito, dejamos pasar a los y las vecinas, al autobús, lo único que
queremos parar es el proyecto.
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