(07 de
noviembre de 2019)
Por Miguel
Aragón
La Revolución rusa inició una nueva época histórica en el
desarrollo de la humanidad. Ese fue el mayor aporte de ese gran acontecimiento
histórico.
A partir del 7 de noviembre de 1917 el proletariado asumió la
dirección del progreso de la humanidad, relegando a la burguesía a un
segundo plano. Ocurra lo que ocurra en las próximas décadas, por más
avances y retrocesos que ocurran, ese hito histórico será
imborrable, y necesariamente será reivindicado por las futuras
generaciones.
La revolución rusa triunfó el 7 de noviembre de 1917, y de
inmediato su efecto repercutió en todos los países del mundo, incluido
China en Asia, Italia en Europa, y Perú en Nuestra América.
Dos semanas después del inicio de ese trascendental acontecimiento, el 24 de
noviembre de 1917, el todavía joven socialista italiano Antonio Gramsci
escribió su apresurado artículo “La Revolución contra el Capital” (ver
trascripción más abajo).
Ahora, a la distancia, y partiendo del análisis de los hechos, único
criterio de la verdad, me parece que la opinión de Gramsci de noviembre de 1917
fue apresurada, estaba cargada de comprensible subjetivismo.
Sin el estudio de “El Capital”, el necesario cambio histórico en
Rusia y en el mundo (que no está condicionado por la publicación de libros)
hubiera sido un cambio más difícil, un cambio más lento.
Si revisamos las etapas del desarrollo del pensamiento de Lenin y del
pensamiento de la mayoría de sus colaboradores, fácilmente podemos encontrar
que, por lo menos en Tres Momentos el centro del estudio y del
debate teórico entre los socialistas rusos estuvo en el libro “El Capital”. El
desarrollo y la continuación de la revolución rusa eran imposibles sin el
estudio de esa trascendental obra teórica de Carlos Marx.
1.- A fines
de 1a década de 1890, los socialistas rusos estaban concentrados en descubrir
las leyes del desarrollo de la realidad rusa de ese tiempo, para sobre esa base
teórica precisar el carácter del programa de la revolución rusa,
revolución que en las masas estaba madurando aceleradamente.
Para escribir el libro “El desarrollo del Capitalismo en Rusia”
(1898), “Nuestro Programa” (1901) y “Dos Tácticas…”(1905), el libro de
referencia obligado fue “El Capital” de Marx. Las conclusiones teóricas,
estratégicas y tácticas, que se acordaron en ese entonces, guiaron el
trabajo de los socialistas rusos hasta la gran conmoción del año 1917. Sin el
estudio de “El Capital” los socialistas rusos no hubiera llegado a dirigir ese
cambio tan trascendental.
2.- A
comienzos de la década de 1910, se agudizaron las contradicciones en el
desarrollo del capitalismo monopolista en todo el mundo, aceleradamente
maduraban los factores que llevaban a la necesaria guerra mundial. En
esas condiciones tan complejas, nuevamente los socialistas rusos
colocaron en primer plano el estudio de “El Capital”, incluso Lenin fue más
allá, y revisó la monumental y compleja “Lógica” de Hegel.
Como resultado de esa relectura de “El Capital”, Lenin, Bujarin,
Zinoviev, Trotsky, y otros destacados teóricos rusos, publicaron sendos
estudios, como por ejemplo el conocido folleto “El imperialismo fase
superior del capitalismo” (1916). Sin el estudio de “El Capital”, los
socialistas en Rusia, Alemania, Francia y otros países europeos, no
hubieran podido orientarse correctamente en el desarrollo de la guerra, ni la
hubieran aprovechado para romper el viejo orden, justamente en el
eslabón más débil.
3.- Iniciada
la construcción del socialismo en Rusia en noviembre de 1917, y después
de casi dos años de aplicación obligada del “comunismo de guerra”, a fines del
año 1919 comenzó una tercera campaña masiva de estudio y debate de “El
Capital”. En ese momento era una necesidad más urgente que antes, era una
necesidad planteada por el desarrollo de la compleja realidad rusa.
Esos estudios, cuando ya estaban en el poder, desembocarían en los
valiosos artículos de Lenin, Bujarin, Trotsky y otros, sobre “la ley del
valor”, y “el papel del mercado” en los inicios de la construcción del
socialismo. Esos primeros estudios darían forma a los ejes fundamentales
de la hasta ahora incomprendida Nueva Política Económica (NEP). Se recomienda
el estudio de la Tesis “Sobre el Impuesto en especie” (Significación de la
Nueva Política y sus condiciones) de Lenin.
En esas nuevas condiciones, sin el estudio y aplicación del método de
“El Capital”, la empobrecida y devastada Rusia no hubiera podido restablecer el
necesario crecimiento de sus fuerzas productivas, y no hubiera podido
atender las necesidades básicas de 150 millones de habitantes, sin lo cual la Rusia
Nueva hubiera sido fácilmente derrotada por el implacable cerco capitalista.
4.- La
posterior implosión de la URSS en 1990, y el actual crecimiento del
capitalismo en Rusia, están confirmando que la fase de crecimiento
capitalista es inevitable en el desarrollo de las sociedades modernas,
comprobando una tesis básica expuesta por Marx en “El Capital”.
Pero la historia, a su vez, nos está enseñado, que hay dos opciones para
el desarrollo de las relaciones mercantiles. Una opción es que el desarrollo de
las relaciones mercantiles sea dirigido por la burguesía, como en
los tiempos actuales del gobierno de Putin; y la otra opción es que el
desarrollo de estas relaciones sea dirigido por el proletariado,
como el ensayo en los tiempos de la NEP dirigida por
Lenin.
Después de cien años de iniciada la revolución rusa, hoy en día el
reestudio de “El Capital” es una tarea urgente, una tarea
obligatoria en China, Viet Nam, y Cuba, tres países en los cuáles se está
construyendo la fase inicial del socialismo, como “economía mercantil
planificada”, retomando así, el ejemplo de la NEP.
De igual manera el estudio de “El Capital” también es una tarea
necesaria en los países que todavía continúan siendo capitalistas, como
son los casos del Perú, Chile, Bolivia, Venezuela, y otros países del
continente americano.
Estudiar “El Capital” no es una expresión de “ortodoxia”, ni tampoco de
“dogmatismo”, como supone mi amigo Gustavo Pérez Hinojosa. Lo cual lo
comentaremos en una segunda parte.
Nota.- A continuación trascribimos el artículo de Antonio Gramsci, citado más
arriba. Artículo que fue publicado por Gustavo Pérez Hinojosa con el título
agregado por él.
¡ME CAGO EN LA "ORTODOXIA" Y EL
DOGMATISMO!
"La
revolución de los bolcheviques se compone más de ideologías que de hechos. (Por
eso, en el fondo, nos importa poco saber más de cuanto ya sabemos). Es la
revolución contra El Capital de Carlos Marx. El Capital de Marx era, en Rusia,
el libro de los burgueses más que el de los proletarios. Era la demostración
crítica de la necesidad ineluctable de que en Rusia se formase una burguesía,
se iniciase una era capitalista, se instaurase una civilización de tipo
occidental, antes de que el proletariado pudiera siquiera pensar en su
insurrección, en sus reivindicaciones de clase, en su revolución. Los hechos
han superado las ideologías. Los hechos han reventado los esquemas críticos
según los cuales la historia de Rusia hubiera debido desarrollarse según los
cánones del materialismo histórico. Los bolcheviques reniegan de Carlos Marx al
afirmar, con el testimonio de la acción desarrollada, de las conquistas
obtenidas, que los cánones del materialismo histórico no son tan férreos como
se pudiera pensar y se ha pensado.
No obstante
hay una ineluctabilidad incluso en estos acontecimientos y si los bolcheviques
reniegan de algunas afirmaciones de El Capital, no reniegan el pensamiento
inmanente, vivificador. No son marxistas, eso es todo; no han compilado en las
obras del Maestro una doctrina exterior de afirmaciones dogmáticas e
indiscutibles. Viven el pensamiento marxista, lo que no muere nunca, la
continuación del pensamiento idealista italiano y alemán, contaminado en Marx
de incrustaciones positivistas y naturalistas. Y este pensamiento sitúa siempre
como máximo factor de historia no los hecho económicos, en bruto, sino el hombre,
la sociedad de los hombres, de los hombres que se acercan unos a otros, que se
entienden entre sí, que desarrollan a través de estos contactos (civilidad) una
voluntad social, colectiva, y comprenden los hechos económicos, los juzgan y
los condicionan a su voluntad, hasta que esta deviene el motor de la economía,
plasmadora de la realidad objetiva, que vive, se mueve y adquiere carácter de
material telúrico en ebullición, canalizable allí donde a la voluntad place,
como a ella place".
Antonio
Gramsci "La Revolución contra "El Capital"
Aparecido en Avanti, edición milanesa, el 24 de noviembre de 1917. Reproducido en el Il Grido del Popolo el 5 de enero de 1918
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