martes, 17 de diciembre de 2019

LA DEBILIDAD DEL EJECUTIVO DE PPK PARA NO ASUMIR RESPONSABILIDAD DE LOS ACTOS INVESTIGATORIOS Y DELICTIVOS DE LAS EMPRESAS BRASILERAS



LA FISCALÍA DE LA NACIÓN SE COMPRA EL PLEITO PARA INVESTIGAR Y ACUSAR A LOS SOBORNADOS POR ODEBRECHT, DE LAS OTRAS EMPRESAS BRASILERAS Y LAS DE ORIGEN NACIONAL

Estimados amigos:

El suscrito en su publicación de su último libro: “El Estado en el Perú deber ser para todos” en enero del 2018 señalé en el Epílogo, que es la parte final de este libro, lo que debe saberse en lo referente a la segunda mafia que operó  a cargo de las empresas brasileras en el Perú; éstas han calificado a cada colaborador de acuerdo a la información obtenida y proporcionada sobre la categoría del cargo, de la carencia de valores, de ética y de cuanto costaría cada sobornado. Esto expresa el acervo geopolítico brasilero sobre las dirigencias del resto de países sudamericanos, incluido el Perú. 

Estas ilícitas operaciones de la mafia necesitaron un tiempo largo, donde trascurrieron varios gobiernos, en el Perú no se conocía del andar brasilero, será recién desde el exterior que los peruanos nos enteraríamos de la existencia de la mafia, y en consecuencia el nuevo gobierno peruano encabezado por el presidente de la república: Pedro Pablo Kuczynski –que no practicó lo que el presidente Paniagua hizo en los momentos en que reinaban los actos delictivos del fujimorismo- a él personalmente le correspondió dirigir tamaño trabajo, lo que permitiría obtener, por ejemplo de manera inmediatamente un inventario por cada empresa y por cada obra ejecutada, además de que cada ministerio y otros organismos públicos -gobiernos regionales y municipales- asumirían el control del movimiento económico financiero de quienes habían operado delincuencialmente. 

En cambio las empresas brasileras tuvieron el personal especializado para enganchar a altos y medianos funcionarios peruanos que los “ayudaban” a salir ganadores de las licitaciones convocadas destinadas a construir las obras de infraestructura. Los políticos peruanos que intervenían en esos acuerdos ilícitos ¿ignoraban del trabajo geopolítico iniciado hace varias décadas de la elite brasilera –militar y después política- como para que este país sea potencialmente el más fuerte de la región?  

Esto no puede pasar ni se puede olvidar de las arremetidas brasileras, al eliminar competidores, usando formas y estilos que les felicitaría operar construyendo en el Perú, y de cómo no resulta creíble que los brasileros escondían al ostentar que sus empresas tenían que ser las más poderosas de la región sudamericana y latinoamericana.

Ante lo acontecido urgía que el ejecutivo desde el 2017 usando las vías judiciales correspondientes, debió nombrar interventores en cada una de las empresas brasileras, a fin de que las obras continúen, no paralizando ni abandonando a las mismas, dado que ello afectaría la continuidad en las inversiones, cuyos resultados afectarían la economía nacional.

Esta era una acción predominante, a fin de llegar a recuperar lo apropiado ilícitamente y de los balances finales antes de actuar en expulsarlos; se habría  tenido primero que verificar los montos de las probables reparaciones civiles, ante la apropiación ilícita de estas empresas constructoras. Asimismo, se habría que dictar los dispositivos que reglamentarán que el accionar de las empresas delictivas que hemos señalado en los párrafos anteriores, estuvieran destinados a dar fluidez en el manejo de las empresas por intervenir. 

Estos dispositivos se habrían de disponer en el marco de la participación de los interventores judiciales; por ejemplo el DS de Urgencia Nº 003 se debió promulgar después del ingreso de los interventores y no necesariamente todos los artículos de éste decreto serían considerados, si no los que tomen en cuenta las sugerencias de los interventores; e igualmente los otros dispositivos que se hacían necesarios para ser dictados en la medida de las acciones realizadas por dichos interventores judiciales.

El resultado de este trabajo investigatorio debió contar con la presencia de los técnicos del poder ejecutivo, para saber cuál era la parte más importante en lo referente al costo de cada proyecto y de sus adicionales, los que fueron costeados y pagos indebidamente. Esto último debe comparase con lo que realmente costó el proyecto, usando los índices internacionales, para conocer la diferencia de lo sustraído (robado) por las empresas brasileras al Estado peruano. Esto motivaría que los petitorios judiciales de recuperación procedieran a establecer los procedimientos ilícitos de dichas empresas.

Esta organización empresarial extranjera tuvo como acompañantes de construcción de obras públicas a las empresas nacionales de significativa organización y de elevado capital, además que trabajaron unidas por muchos años. La habilidad delictiva de los brasileros como se ha dicho, tuvo características de modernidad no sólo para reclutar a funcionarios “colaboradores”; sino de cómo usaron el dinero en una serie de mecanismos de transacciones financieras hasta llegar a los depósitos cifrados en el exterior. 

Sobre lo dicho cabe decir que será imposible llegar a conocer cuánto recibieron de los que se pusieron “en venta” a las empresas brasileras, a no ser que se consigan o se presenten personas que se conviertan en colaboradores –peruanos y extranjeros- o que la empresa extrajera negocie con las autoridades peruanas del ejecutivo (procuradores) y de la fiscalía de la nación, partiendo de que, a través de esta negociación se pueda saber quiénes han sido los comisionistas en todos los niveles y cuánto han recibido. Algo que hasta el momento no se ha producido en su totalidad.

En el libro del suscrito, en la parte de su epilogo se hizo recomendaciones para que se juzgara y sentenciara a las malas acciones de las empresas brasileras y sus acompañantes peruanos, cuyas constructoras eran las más importantes en el Perú. De haber asumido la responsabilidad el ejecutivo la ilicitud de las mencionadas empresas, los interventores por nombrarse en cada una de las empresas, hubieran no sólo conocido la magnitud de lo que estalló en el 2017; sino también no se hubiera dado paralizaciones de las obras en ejecución, ni la cadena de pagos que estas empresas tenían tanto en lo referente al pago de los salarios de sus empleados, como de quienes brindaron apoyo logístico.

Estamos en los finales del 2019 y todavía no termina la Fiscalía de la Nación con el número crecido de investigaciones de los casos en lo referente a las presuntas coimisiones y sobornos que los peruanos recibieron de parte de las empresas brasileras y de sus socios peruanos; todavía falta un gran trecho para que se llegue a formular acusación y juicio oral de quienes fueron sobornados, partiendo de ex presidentes y altos funcionarios, así también de los estudios de abogados y agentes corredores bursátiles que ayudaron tanto a los sobornados, como a las mismas empresas mencionadas.

El ejecutivo en manos del nuevo presidente PPK actúo con cierta desidia para enfrentar a los involucrados en esta segunda mafia, así como de las consecuencias las que son importantes por ser fondos del erario público, lo que hizo que la Fiscalía de la Nación y el Poder Judicial fueran en su totalidad los que se compraran el pleito del accionar negativo de las empresas de esta segunda mafia, incluidos  los sobornados.

Esta falta de responsabilidad del ejecutivo de PPK nos motiva a comentar, que otros presidentes anteriores, caso de Alan García Pérez (2006-2011), aparecen en ésta última jornada de la semana pasada de este año de las entrevistas a los superintendentes y representantes de Odebrecht, que han estado a cargo de la fiscalía peruana, lo que grafica la existencia del hombre de confianza para la empresa brasilera, la que se remonta desde su primer gobierno. 

Los brasileros tenían un excelente interlocutor para poder accionar en las construcciones de importantes obras públicas; se observa que García Pérez, a parte de los arreglos nada felices que tenía con la empresa Odebrecht, se convertía en el patriarca –padrino, tío o hermano-  influyente en las acciones que desempeñaban los peruanos que aceptaban los sobornos de los brasileros. La presencia que le tocó, como en el caso del ex alcalde de Lima, Castañeda Lossio, es una evidencia del cómo se habría recibido los apoyos“, no sólo de Odebrecht, sino también de otras empresas en la forma que operaba esta segunda mafia en los casi últimos 40 años. 

Queda claro que estas empresas constructoras han sido no solo los autores de los sobornos a las autoridades de los gobiernos, sino como ellas actuaron para cometer delitos, para ello estructuraron una organización -caja 2- que movilizó ilícitamente millones de dólares en sobornos que, gracias -a quienes los ayudaron- ganaron las licitaciones de obras, incluidas las ampliaciones producto de las adendas que inicialmente se firmaron al comenzar las obras, y que después, a través del los arbitrajes, Odebrecht resultó ganando la mayoría de los casos, esto significó que los costos iniciales fueran incrementados en una y muchas veces más de lo presupuestado inicialmente, lo cual mostraba la capacidad “maravillosa” para conseguir dinero suficiente y a la vez recuperar los sobornos, lo que hizo posible asegurar la buena pro en las diversas licitaciones de obras públicas que ellos realizaron en el Perú.

El encaminarse a través de interventores judiciales hubiera sido tanto más beneficioso en el tiempo, como de tener un conocimiento total de cómo estas empresas habían operado, ¿por qué no se realizó bajo la fórmula sugerida? La respuesta está en que el presidente PPK estaba también implicado en las operaciones de las empresas brasileras desde el 2001, lo que quedaría demostrado con su detención domiciliaría; asimismo, hubo marchas y contra marchas de las procuradoras designadas, incluidos los ministros de justicia.  

La conducta de los fiscales de elite, quienes con conocimiento y valentía y del buen augurio que gozan, han decidido enmendar los errores iniciales y enfrentar las arremetidas de todos los que sufren, cuando se realizan las investigaciones destinadas a lograr las verdades de los hechos delincuenciales de ex gobernantes, ex gobernadores, jefa de partido, incluidos grupos empresariales y de políticos de corta perspectiva, en cuanto a lo que representa para el Perú la lucha contra la corrupción y la tenacidad de los fiscales y de sus equipos de investigación que, dicho sea de paso son muchos. 


Es de lamentar que en el Perú no haya un concierto elevado de quienes creen que se llegue a sancionar a los delincuentes de cuellos blancos y corbata; sin embargo, los peruanos decentes están listos para ayudar a las causas que llevan acabo los fiscales de la nación y los jueces. 


Esperamos, en vísperas de otro año nuevo, de tener a los ciudadanos en las calles, dispuestos a descalificar a magistrados –como los del TC- que bastantes errores han cometido y están por cometer; pareciera que una parte significativa de sus miembros están hermanados con los grupos conservadores que siempre se esfuerzan por mantener su actitud de ser secuestradores de la república, contrarios a las libertades públicas, como de su quietud que muestran también al ser contrarios tanto a  los cambios de mentalidades, como del aliento a las reformas políticas, judiciales y de renovados diseños de política económica. 


Atentamente,

Fernando Arce Meza                    Surco, 15 de diciembre del 2019

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