¿Rechazo al conservadorismo y al fascismo?
El
Perú cívico se acerca a la realidad, a través de las elecciones extraordinarias
para el congreso los ciudadanos que viven en el milenario territorio de costa, sierra
y selva, tal vez por primera vez hacen llegar al congreso de la república a
agrupaciones que ya son partidos y/o están caminando a convertirse en partidos
políticos, siempre y cuando practiquen la democracia interna y tengan
adherentes prestos a trabajar para fortificar a sus respectivos partidos.
La
sorpresa de estas elecciones es el movimiento religioso comunitario agrario
–frepap- el mismo que vendría a redondear de lo que hemos dicho sobre que
ganaron todas las sangres, expresión formulada por el escritor -literato y
etnólogo- don José María Arguedas, un ilustrado compatriota que se educó
siguiendo las costumbres y vivencias de los valores de la civilización
milenaria peruana y en especial de la cultura andina inca/quechua.
Arguedas
no solo empleó la lengua quechua y la hispana para transmitir los aspectos de
la civilización andina en cuanto a su manera de vivir y de organizarse hasta
siglo XVI, en especial de la cultura inca, y que, a la llegada de los españoles
todavía no se consolidaría como nación, esto último perjudicó su unidad
imperial nacional en razón a tener menos de cien años de existencia.
Sin
embargo, llegó a ser un imperio poderoso gracias no solo a su rápida expansión
y la de sus guerreros, encabezados por el mismo Inca; sino que tuvo un
permanente trabajo destinado a una infraestructura material en caminos y en la
construcción de acueductos que permitieron un avanzado proceso de
producción agraria, dirigido al autoabastecimiento alimentario para millones de
habitantes; asimismo el desarrollo alcanzado estuvo en la forma de organizar a
la población tanto en distribuir las tierras de cultivo, como de contar con los
niveles de aprovisionamiento a consecuencia de la variedad de productos que
rendían gracias al trabajo comunitario, teniendo los sistemas solidarios en el
trabajo y en la vida de relación social a través del ayni, la minka y la mita.
Qué
hubiera pasado si los españoles en lugar de llegar al comienzo del siglo XVI,
hubiesen llegado pasado la mitad de ese siglo, es muy probable que los Incas
estuvieran mucho mejor organizados y a la vez estarían en un proceso de
perfeccionamiento del sistema de trabajo comunitario, elementos claves para su
permanente tasa de crecimiento en la producción, ello estaría estrechamente
relacionado en lograr unidad y promoción que conectaría a la autoridad de
gobierno (Inca) y los señoríos organizados bajo los términos de una amplia y
compartida solidaridad humana, de trabajo y de producción. Igualmente, habrían
perfeccionado su utilización de los frutos de la tierra, respetando la
naturaleza y la ecología, incluido lo que significaba los tambos o depósitos de
bienes como prevención ante las catástrofes naturales.
Este
nivel alcanzado lo convertía en un país territorialmente capaz de dar respuesta
como nación organizada a elevar su poderío y el liderazgo en la región,
asegurando su existencia imperial que lo llevaría a no esperar al conquistador
europeo, y más bien, teniendo conocimiento de su llegada al nuevo mundo, irían
al encuentro de ellos hasta las tierras del istmo de Panamá.
Otra
hubiese sido la suerte de los andinos de costa/sierra/selva que al encontrarse
con los conquistadores españoles medirían fuerzas en igualdad de condiciones,
esto habría ocurrido gracias al mayor tiempo de la existencia del imperio, pues
ello le permitió contar con mayores ventajas para sus ejércitos quechuas; pero
esto no ocurrió, porque en realidad los españoles llegaron primero, y ellos
intentaron colonizar a un imperio que, en puridad no necesitaba de ser sometido
dado que la civilización andina había creado una cultura avanzada y tenía los
elementos humanos capaces de producir lo suficiente para la vida individual y
colectiva. Como también tenía un ejército organizado y aguerrido que fue
materialmente el que ayudó a someter a las otras culturas.
Lo que
ocurrió es que la fuerza bélica de los españoles era superior a la incaica y
contando con ayuda de los señoríos sometidos por los incas, resultó que los
conquistadores reforzaron sus fuerzas, aun cuando se vertiera mucha sangre para
apoderarse de un imperio no consolidado y que todavía no había alcanzado a ser
nación. La hazaña de los españoles no se debe medir en términos de una
colonización, solamente fue una conquista militar y religiosa, por eso el Perú
pasó la etapa de la conquista la cual permitiría tres siglos de existencia bajo
los designios del virreinato de Lima, el mismo que se conocería en el
mundo entero gracias a su riqueza de oro y plata, connotando porque ese
virreinato del reino español tuvo mucha riqueza y poder; sin embargo, los
peruanos lograrían a través de la ayuda de los libertadores sudamericanos su
independencia.
Empero,
los andinos oriundos llamados los indios del Perú durante la república, eran no
solo vistos como rezagos de una milenaria civilización; sino por el complejo de
superioridad del centrismo occidental, el nuevo peruano criollo y mestizo le
dio la espalda a los excluidos compatriotas indios. En estos doscientos años
los peruanos originarios del Perú milenario hasta hace poco, inclusive hoy los
peruanos, no han tenido la capacidad dispuesta para ser solidarios y
reencontrarse con los indios del Perú.
Esto
último se debe tomar con las miras de una perspectiva dirigida a afianzar la
unidad ciudadana, pues desde ese momento todos los peruanos recuperarían la
prestancia y fortaleza que se gozó en el imperio incaico y también durante el
virreinato, poderío reconocido tanto en la América conquistada, como en el
occidente y el mundo por la presencia del virreinato.
Han
tenido que pasar casi doscientos años para que el Perú independizado despierte
del cerco de dominación de los caudillos militares, del autoritarismo y la
presencia indomable de los grupos de poder político y económico de criollos y
mestizos encumbrados, quienes fueron gobiernos y dirigieron la república -libre
en apariencia- porque los poderes extranjeros en los distintos momentos de los
años centenarios ejercieron la prelación neo colonial; sin embargo, en el siglo
XIX, a través de los dos periodos de gobierno de don Ramón Castilla y la
primera vez en que la civilidad gobernó bajo la presidencia de don Manuel
Pardo, se presentarían los intentos de alcanzar a ser una república soberana.
En el
siglo XX las cosas no cambiaron, siguieron igual, la república aristocrática y
el piérolismo no se convirtieron en un ordenado despertar después de la
catastrófica guerra del Pacífico; y luego el leguiísmo nunca llegó a convertir
a la república en patria nueva, la misma que siguió sometida al autoritarismo
entreguista, tanto de los gobiernos de los caudillos militares, como de los
caudillos civiles (asolapados autoritarios) que no solamente aparecen en el
siglo XX; sino también continuaron en el presente siglo XXI.
Los
caudillos que todavía gobiernan no pudieron formar partidos políticos, ni representaron
nada nuevo que fortificara también a la sociedad civil, más bien se comportan
tan igual que los autócratas militares como Cáceres, Benavides, Odría, y el de
Fujimori con su alianza militar dirigida por el general “victorioso” Nicolás de Bari Hermoza, que resultaron tan corruptos y autócratas como los generales de
principios de la república.
En
consecuencia, el Perú no se desarrolló de acuerdo a los ideales libertarios, no
hubo un liberalismo solidificado, más bien tuvo un desarrollo incompleto, porque
su economía siguió dependiendo de los recursos naturales no renovables, esta
situación continuó imparable en estos doscientos años de república. Asimismo,
no podía ser una república de ciudadanos, ya que la mayoría india (indígena) en
general, tuvieron una economía bajo el sistema de hacienda en el trabajo de la
tierra, donde la explotación de las mayorías se daba en dichas haciendas, caso
de la costa en que hubo el uso de técnicas modernas y la presencia sindical, en
la sierra los predios estuvieron atrasados bajo el servilismo (casi semifeudal)
donde la ignorancia era compartida entre los latifundistas y campesinos
sometidos y explotados lejos de ser asalariados.
En
consecuencia, el Perú no fue una república completa, dado que postergó a las
mayorías que eran la fuerza laboral agraria por excelencia, como también el
hombre de la costa trabajó la hacienda la que, ya no lo manejaron los criollos
herederos hispánicos, sino aparecían como dueños los consorcios extranjeros,
esto último se trasladó también al trabajo de las minas, del comercio, los
servicios de la banca y de la poca industria que existe, lo que tipificó un
predominio de la economía internacional, cuyos propietarios son invisibles,
porque representan intereses extra nacionales, como ocurre hasta ahora.
Estos
acontecimientos desgarradores que sufrieron los ciudadanos del campo y de la
ciudad, tuvo y tiene eco en la vida cultural y económica, pues al pasar y vivir
bajo el neo colonialismo sin hacer caso a los valores universales de los
pueblos que hicieron suyo los ideales de la democracia política, social y
económica, esto no ocurrió en el Perú; sin embargo, hubo intentos de amaneceres
de democracia política ya entrado el siglo XX, con gobiernos como el de 1945/48
presidido por el doctor José Bustamante y Rivero, que llegó al poder elegido
por las bases apristas y medias, e igualmente otros intentos se grafican en la
década del 60 con la presidencia de Fernando Belaúnde y la alianza AP/DC y
después con la constitucionalidad vuelta realidad en 1980.
Estos
intentos con Bustamante y Fernando Belaúnde estuvieron cerca de que el Perú
republicano se encausara por la historia milenaria y por ello se valoró a los
ciudadanos del Perú profundo, expresión elaborada por el historiador Jorge
Basadre, y de otros intelectuales contemporáneos como los antropólogos Luís E.
Valcárcel, Hidelbrando Castro Pozo y Uriel García y los científicos sociales
como, José Matos, José María Arguedas, Aníbal Quijano e historiadores como Raúl
Porras, Carlos Aranibar, Pablo Macera y los que han seguido a los ciudadanos
mencionados, sin olvidar a los egregios Víctor Andrés Belaúnde que elevó la
ideología del social cristianismo, y José Carlos Mariátegui de promover el
socialismo que no sería ni calco ni copia (creación heroica).
El
trabajo de quienes mencionamos pareciera estar dando frutos, porque todos ellos
hablaron de la reivindicación de los derechos humanos y sociales, como
propugnaron la reforma agraria que, recién después de ciento cincuenta años,
tuvo leyes en la década del 60: una, la que no pudo ser aplicada durante el
primer gobierno de Belaúnde, porque la ley aprobada por el congreso de mayoría
apro/odriísta entrampó su auténtica aplicación; y dos, son los militares
octubristas de 1968 quienes batieron palmas con una ley de reforma agraria de
carácter revolucionario. Empero, el tiempo pasado por reformar el campo, así
como la precipitación en las decisiones sobre políticas de Estado en el campo
agropecuario no se distinguieron por ser exitosas en cuanto a su realización
en términos de las formas de la propiedad y de gestión que dieran dichos frutos
en favor del autoabastecimiento alimentario, tan importante para la vida de los
peruanos que solamente fue plena durante la época prehispánica.
Esto
último volviendo al principio de lo que estamos escribiendo, ha tenido una
importante narrativa en los movimientos políticos y sociales como pareciera con
la agrupación del frepap que, por su propia decisión desde 1960 a la actualidad
ha volcado su accionar en el campo agrario y la comercialización de alimentos.
Este
despertar, este descubrimiento, y esta sorpresa tienen ahora un actuar
probablemente mucho más definido en favor de las reformas que se han intentado
promover por parte del poder ejecutivo presidido por el ciudadano presidente
Martín Vizcarra. Ello habrá de incluir, aparte del frepap, los comportamientos
renovadores de los partidos –acción popular y somos Perú-, y en otros casos de
quienes aparecen recientemente como el partido morado; es de suponer que los
resultados electorales todavía no son definitivos y oficiales de parte de la
ONPE, pues hay movimientos que si bien no tienen las cualidades históricas por
la renovación de los cuatro partidos arriba mencionados, también están
sumándose a las reformas políticas, electorales y del sistema judicial: la
alianza para el progreso y el movimiento podemos, acaudillado por el discutido
general en retiro Daniel Urréstegui Elera.
Expresamos
nuestras disculpas por el olvido de otros movimientos como los de la izquierda,
la cual indiscutiblemente se suma a este nuevo escenario de reformas, por
supuesto que nunca podemos dejar de pensar que todavía tienen existencia
movimientos aunque bastante disminuidos en su representación congresal, caso
del fujimorismo filo fascista portador del anticambio neoliberal.
Este
último pertenece a los movimientos conservadores que ahora tienen una pequeña
representación en el congreso. Asimismo, el pueblo peruano también ha
licenciado a otros movimientos conservadores, como el alanismo/aprista y
solidaridad de Castañeda y del fascista López Aliaga; igual licencia ha
recibido el partido ppc, este movimiento que no cuajó porque trató de esconder
su conservadorismo, sus caudillos como Bedoya Reyes, Antero Flores Araoz y
Lourdes Flores, conciente o inconcientemente manipularon la doctrina social
cristiana intentando introducirla al credo conservador, la ideología
socialcristiana es distante como para ser concordada con la derecha.
En una
palabra, la ciudadanía cancela la presencia en este congreso extraordinario de
estos movimientos y de otras “agrupaciones” si es que se pueden llamar así,
caso de vamos Perú (ex chimpún Callao de Álex Kouri) de Juan Sotomayor García y
el Perú nación de Francisco Diez Canseco Távara. Es de esperar que nunca más
vuelvan al campo político, porque nada aportaron, pero sí restaron la
importancia a los cambios sociales y públicos.
Empero,
no todo resulta color de rosa, por ejemplo el caso del frepac, después de dos
décadas alcanza una sorprendente mayor votación, de un movimiento que
ideológicamente responde a una forma religiosa que aparece combinando los
contenidos del viejo testamento y alguna simbología andina. Este es un
precedente en un movimiento que tiene enraizado lo religioso, que forma parte
de una ideología que practican y las mentalidades de sus cercanos adherentes no
escapan de su sectarismo que lo haría reaccionario, contrario a la
conceptualización renovada dirigida a fortalecer aspectos relacionados con el
principio de respetar la dignidad de la persona humana y la equidad ciudadana,
en especial en lo referente a vivencias de género en términos de igualdad entre
mujeres y hombres así como su paridad y reconocimiento de las minorías.
El
frepac tiene que tener presente que la constitución dispone que el Estado es
laico y no puede accionar bajo consignas religiosas, perturbar aspectos tan
precisos e imprescindibles de lo que es laicidad se hace importante en la vida
pública, no cabe cambiar estas políticas de Estado y de gobiernos, el
comportamiento ciudadano se desarrolla en el contexto de la democracia, lo que
resulta contrario a las ideas fundamentalistas, porque ellas se acercan a los
gobiernos para infiltrar ideas autoritarias, poniendo en riesgo la democracia.
Finalmente adelantamos juicios sobre los ganadores
de las elecciones
Hay
partidos que ganaron por razones circunstanciales. Otros pudieron tener mayores
votaciones como AP y el PM que se han renovado, dejando atrás los pasados
recientes de quienes dudan de las reformas en democracia; sin embargo, la
lista de acción popular tuvo fallas porque no aparecen liderazgos, a pesar de
pertenecer a la tercera generación partidaria, debieron responder haciendo
notar que son diferentes a los anteriores y que ellos representan a un porvenir
diferente. Los ataques no reflexivos y la carencia de las reacciones inmediatas
y sustentadas de sus miembros para clarificar el panorama los ha hecho perder
votos cuando en la encuestas estuvieron cerca del 15% del total, en
especial de Lima Metropolitana, “votos que pierdes los ganan los otros
movimientos”.
El
caso del partido morado, también perdió votos, en especial en grupos medios,
les faltó agresividad para debatir sobre sus propuestas, este hecho le restó
votos, pero lo más contrario fue que uno de sus candidatos de trayectoria fue
expulsado por su conducta en el maltrato dado a su mujer; a este hecho se
sumó que su presidente y jefe tuvo un comportamiento bochornoso y que no
se supo defender, estos dos hechos fueron clave para restarle votos.
La
lista de izquierda de nuevo Perú sufrió la pérdida de votos, y que lo ha
llevado a que no cruce la valla del 5%; los votos potenciales de la izquierda
se trasladaron a la upp que encabeza Antauro Humala; sin embargo, es pertinente
dudar de que upp sea un movimiento neto de izquierda, pareciera que es un
movimiento nacionalista y con evidentes rasgos autoritarios, a ello se agrega
que estaría cerca al frepap en cuanto a no considerar las minorías sexuales y
se dudaría de sus votos en el plenario de que sus representantes estén
necesariamente, a favor de las reformas públicas porque parece que no se
ajustan al ideario y accionar de lo democrático representativo, es una fuerza
política que estaría viviendo el confuso ideario de un nacionalismo
irreflexivo.
El
frepap apoyado por votos de la protesta, de la honestidad escondida de los
pobres que votaban por el fujimorismo, y como hemos comentado es un movimiento
que conlleva en su ideología el fundamentalismo religioso nada favorable a la
vida de la democracia laica que señala la constitución, tal vez en conocimiento
de las reformas dado lo variopinto de sus representantes, dudamos de su
integridad para sacar dispositivos que canalicen las reformas públicas:
políticas y judiciales, por decir lo menos. ¿Estarán en condiciones de dictar
dispositivos básicos que conduzcan a la reforma del Estado en cuanto a su
organización?
Los
movimientos últimos como frepap y upp no están lejos de una alianza, como
también de formar un frente con el fujimorismo disminuido, no olvidar que Martha
Chávez dijo que podía aliarse con el frepap, lo cual sería efectivo porque a
nuestro entender el voto escondido de la plantilla fujimorista del sector
popular y de los pobres se trasladaron a votar por el frepap.
En el
otro frente, vemos que existiría entendimiento entre el partido morado, acción
popular, alianza para el progreso, somos Perú e inclusive el frente amplio de
izquierda, porque están mejor enterados de una agenda que de prioridad a las
reformas quedadas truncadas y que dejaron los congresistas del parlamento
disuelto. Asimismo, no necesariamente este grupo de partidos es de extremismos,
ni de izquierda ni derecha, son representantes de organizaciones que demuestran
en su accionar político su moderación, no se espera de ellos ningún tipo de obstaculización
y confrontación con el ejecutivo.
Atentamente,
Fernando
Arce
Meza
Surco, 30 de enero del 2020