20 febrero, 2020
La
Haine -19/02/2020
Carta abierta a mis
amigos los socialdemócratas de mierda - Angel Lara
Mis estimados amigos
socialdemocratas de mierda:
Recordaba recientemente
el catedrático universitario e investigador social argentino Marcelo Colussi a
los olvidadizos socialdemócratas europeos, que el capitalismo está basado
esencialmente en la explotación de las grandes mayorías. Este sistema político
social nació, escribía Colussi, con las manos encharcadas en sangre, y ni
siquiera por un instante a lo largo de su historia se ha torcido ni un ápice de
ese camino.
La cuestión, estimados
reformistas que nada reformáis, es que el capitalismo como sistema no puede
transitar por otros derroteros diferentes a los que ya transita. Su naturaleza
viene determinada por las leyes que marcan su evolución: beneficios, beneficios
y más beneficios Ésa es la razón por la que, por mucho que os empeñéis, no ha
existido ni podrá existir nunca ese capitalismo "bueno" que tan
perseverantemente nos recomendáis. O sea, un capitalismo que tenga la debilidad
de ocuparse del bienestar de los seres humanos, de su salud, de su cultura, de
su ocio...
Eso no lo comprende todo
el mundo. Bueno, hay quienes son capaces de entenderlo, pero sus intereses los
alinean necesariamente entre sus defensores. Entre ellos os encontráis vosotros.
Pretendeis empujarnos a
que nos miremos en el espejo de Suecia, Noruega, Finlandia… Cuando, como fieles
valedores del sistema, os veis atrapados por las contradicciones de la realidad
social que os circunda, nos espetáis a los que no pensamos como vosotros:
"¡Hay que mirar hacia Suecia, compañeros. Ésa es la meta a
conquistar!".
¿Podrán ser Suecia,
Finlandia y Noruega un ejemplo a seguir por parte del resto del planeta? ¿Son
estos supuestos "mirlos blancos" del conjunto del sistema una
expectativa real de un capitalismo con "rostro humano"?
En principio conviene
puntualizaros, amigos socialdemócratas, que esos presuntos "estados
benefactores" nórdicos deben su holgada existencia a la enorme acumulación
de capitales y riqueza, que hace posible para sus respectivas clases poderosas
desprenderse de unas pocas migajas en favor de aquellos que se encuentran en la
puta base de vuestra pirámide social.
Pero, además, por
simples razones de justicia universal resulta inevitable preguntarse, ¿esa
gigantesca acumulación de riqueza de los países nórdicos es posible en el resto
del mundo?
En la respuesta a esta
interesante interrogante reside el quid de la cuestión del tema que estamos
tratando. Los llamados "estados benefactores nórdicos" sólo han sido
posibles gracias a la sobreexplotación y a la miseria de una buena parte de la
población restante del planeta. La sobreacumulación en los países citados, que
tienen además unas características demográficas excepcionales, se las pueden
permitir porque miles de millones de seres humanos del resto del mundo –en
África, América Latina, Asia y extensas áreas de la propia Europa– están
sometidos a un intercambio brutalmente desigual. El llamado Tercer Mundo paga
los productos manufacturados provenientes de los complejos industriales del
Norte a precio de oro. En cambio, ellos se ven obligados a vender a precio de
retales las valiosas materias primas que hacen posible que las grandes
industrias del Norte sobreproduzcan y puedan apropiarse de los mercados
mundiales. Esta simple diferencia de "matiz" entre el papel que
desempeñan unos y otros explica la diferencia entre los del Norte y los del Sur
Pero este
"intercambio desigual" entre el Norte y el Sur es sólo una parte de
la explicación que permite entender por qué razón las escuelas de los niños de
Finlandia estén tan bien atendidas y pertrechadas y, en cambio, los tugurios
miserables en los que habitan los niños congoleños no les ofrezcan siquiera la
posibilidad de sobrevivir una tercera parte de la edad que llegarán a vivir los
niños suecos. Así de simple, mis queridos reformistas que nada reformáis.
A ese factor clave del
intercambio dramáticamente desigual, que se produce entre el Norte y el Sur del
planeta, se unen otros muchos que explican, igualmente, las injustas
diferencias entre la niñez entre algodones de la que disfrutan los niños
fineses, y la podrida miseria que rodea a los infantes de la República del
Congo.
Entre esos otros
factores que también contribuyen al expolio que vosotros defendéis en vuestras
instituciones económicas internacionales, se encuentra igualmente la
apropiación directa de las materias primas, la especulación financiera a través
de vuestras Bolsas y Bancos, la organización de la economía mundial en función
de vuestros intereses, los suculentos negocios de las armas en los que
hipócritamente paticipáis, el tráfico de drogas, el lavado de capitales
“negros” en vuestros paraísos fiscales, el crimen organizado, las guerras que
organizáis para evitar que los pueblos del mundo se atrevan a levantar cabeza…
¿Os enteraos, por fin,
mis queridos socialdemócratas de mierda, cuáles son las razones por las que
nunca podréis construir un capitalismo con "rostro humano"?
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