(18 de marzo de
2020)
Por Miguel Aragón
En el tratamiento y
la oposición al ataque de la última
pandemia de un nefasto virus, se vienen precisando
dos caminos bien definidos.
Por un lado el
CAMINO DEMOCRÁTICO del pueblo, que poco a poco va comprendiendo la magnitud del
problema, y viene colaborado solidariamente en la aplicación de las medidas de
prevención. Familias enteras, médicos, enfermeras, la mayoría del personal de
tropa de las fuerzas policiales,
vigilantes, empleados de centros comerciales que venden alimentos, empleados de
farmacias, choferes de transporte público, vienen
colaborando con buena
voluntad y mucha honestidad.
Por otro lado el
CAMINO AUTORITARIO de la clase dominante, y su gobierno de turno, que
aprovechando la grave situación, viene aplicando de manera autoritaria medidas
improvisadas, afectando la dignidad y la salud de la población necesitada.
Lo estamos viendo
en estos momentos (8:00 de la noche), con la aplicación impositiva del TOQUE DE
QUEDA.
El presidente de
turno, al medio día de hoy, sin previo aviso, anunció
el “toque de queda” a partir de las 8:00 de la noche del día de hoy miércoles.
Y de inmediato, el improvisado alcalde de Lima, dispuso que el servicio de
trasporte metropolitano se suspendiera hoy
día mismo, a partir de las 6:30 de la noche, sin prever las consecuencias que
esa medida iba a provocar.
Y ocurrió lo que
tenía que ocurrir.
Después de las 6:30
pm llegaron varios miles de usuarios a los paraderos del metropolitano y del
Metro de Lima, que se encontraron con las puertas cerradas. La mayoría de ellos
salieron temprano de sus viviendas para cumplir con sus trabajos en centros
comerciales, hospitales, y otros, y preveían regresar
a sus casas en horas de la noche, igual que el día de ayer martes.
De inmediato en las
estaciones terminales del tren y del metropolitano, se formó una aglomeración
totalmente desordenada de personas protestado por llegar a sus casas.
Esa “montonera” ha
sido provocada por el alcalde y por el presidente. No sabemos cuántos de ellos
podrían tener inicios del virus y en ese momento de aglomeración tal vez hayan
contagiado a varios cientos de personas desesperadas por regresar a sus casas.
Así como ésta, el
gobierno de turno, y la cúpula de las fuerzas armadas, vienen aplicando
inconsultas e improvisadas medidas, atentado contra los derechos democráticos
de la población.
Ante esta grave
situación, el propio pueblo peruano tiene que organizarse.
Tenemos que
organizarnos “a nivel de
barrios y municipios”, y en el caso de Lima, también a nivel de zonales o
“conos”.
Los activistas de
los movimientos democráticos
tenemos el deber y la obligación de promover
la acción conjunta en cada uno de nuestros distritos y/o conos, para
movilizar a la población en defensa de nuestros derechos básicos: SALUD,
EDUCACIÓN y TRABAJO, y así fortalecer la oposición
democrática del pueblo.
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