Publicado por Francisco Umpiérrez Sánchez
viernes, 24 de abril de 2020
Hoy les obsequiaré con una cita del Hegel tomada del tomo I de su obra Lecciones sobre filosofía de la religión.
Antes que nada debemos percibir a Dios
de manera antropológica. ¿Qué significa esta propuesta? Que debemos ver a Dios
como un ser humano idealizado. En Dios no encontramos ninguna cualidad, virtud
o fuerza que no se de en los seres humanos. Hablemos de la idea de que Dios
creó el mundo. Pensemos en los seres humanos cuando apenas se distinguían de
los animales y anotemos en una libreta con ilustraciones todas las cosas que
han hecho desde ese entonces. Podremos observar que las creaciones del ser
humano a lo largo de muchos siglos son impresionantes y parecen no tener
límites. De muchas construcciones de la antigüedad nos asombramos: las
pirámides egipcias, el coliseo romano o más recientemente las grandes
catedrales góticas. Y en la actualidad pensemos en las grandes obras de
ingenierías, los gigantescos puentes y petroleros, en los poderosos medios de
transportes, la televisión, los grandes medios de comunicación, las imparables
conquistas de la ciencia, el arte y hasta en la misma religión. Si bien podemos
dudar de manera razonable de que Dios creó el mundo natural y al propio ser
humano, de lo que no podemos dudar es del inmenso y todopoderoso mundo objetivo
creado por el ser humano. Así que el punto de partida en el pensamiento
religioso ha sido al revés de cómo el propio pensamiento religioso nos quiere
presentar las cosas. Una vez que los seres humanos comprueban el todopoderoso
mundo objetivo que han creado con su inteligencia, deducen que la naturaleza
tuvo que ser creada igualmente por alguna inteligencia. De ahí la necesidad de
pensar que tras la naturaleza exista un Dios. Pero cuando nos hablan de este
Dios no mencionan nada que se de en él que no se de en los seres humanos. Lo
único que sucede es que aquello que se da en los seres humanos de manera
limitada y finita, se presenta en Dios de forma ilimitada e infinita. Pero esa
infinitud que se presenta en Dios, también se da en el pensamiento. En el
pensamiento ayudado por la imaginación todo puede darse y del mejor modo
posible. Así que Dios bajo el punto de vista conceptual no es más que una
creación del pensamiento humano. Partiendo de esta base, allí donde Hegel
escribe Dios, yo lo he sustituido por ser humano.
La cita de Hegel sirve para mostrar la enorme riqueza categorial del
pensamiento del filósofo alemán, su
compleja sintaxis, su profunda cultura y sus habilidades artísticas en el uso
de las metáforas. Permanezcan abiertos de mente y déjense llevar por su fluido
pensamiento. Disfruten. Pondré en negrita aquellas categorías en la que quiero
que se fijen. A mi juicio bajo el punto de vista de las categorías circulantes
son las más importantes. También pondré en negrita aquellos sintagmas que bajo
el punto de vista estético y metafórico me resultan grandiosas. Aquí va la
cita: “Las metas finitas, el hastío
en los intereses limitados, el dolor
de esta vida, momentos desdichados, aun cuando sean solamente momentos
aislados, la angustia, fatigas y cuidados de este banco de arena de la temporalidad, el lamento y la compasión.
Se siente que todo esto se evapora, como una imagen onírica, hacia un pasado;
así como Psique, la cual toma de las ondas del Olvido y hace esfumar su otra esencia temporal en una apariencia que no la
atemoriza más y de la que no depende más. Así como en la cumbre más alta de
una montaña, alejados de toda visión
determinada de lo terrenal, penetramos con la vista el cielo azul y, en la
calma y lejanía , abarcamos con la mirada todas
las limitaciones de los paisajes y del mundo; lo mismo sucede con el ojo espiritual: el hombre en la
religión, relevado de la dureza de esta
realidad, la considera solamente como una
apariencia fluyente que, en esta región pura, solamente en el resplandor de la calma y del amor refleja sus sombras,
contrastes y luces, mitigados en el reposo eterno. En esta intuición y
sentimiento no se trata del hombre mismo, de su interés, de su vanidad, del
orgullo de su saber y celebrar, sino solamente de este contenido suyo: anunciar
la gloria del ser humano a lo largo de toda su dilatada historia y manifestar su
majestad”. (Como advertí, he modificado esta última parte del texto de Hegel,
la escrita después de los dos puntos.. En el texto de Hegel esa afirmación mía
figura de este modo: “anunciar la gloria de Dios y manifestar su majestad”).
Reflexionemos de manera resumida sobre el contenido de este texto. Todas
las personas son finitas, limitadas y están atadas “al banco de arena de la
temporalidad”. Frente a esa realidad Hegel presenta a Dios como el ser
infinito, ilimitado y absolutamente universal. Todas las metáforas que Hegel
emplea en ese texto solo pretenden poner de manifiesto esa contradicción. Pero
todo esto que afirma Hegel de Dios puede ser afirmado del concepto. Pensemos en
el concepto de mesa. En el diccionario de Julio Casares en la entra de mesa
podemos leer: tablero sostenido por uno o dos pies que sirve para comer,
escribir, etcétera. Pensemos ahora en todas las mesas individuales que han
existido desde hace 2.500 años. Pensemos en las mesas individuales que existen
en cada una de las naciones del mundo y en cada uno de los hogares de cada
nación. A todas esas mesas individuales podemos aplicarles el mismo concepto.
Luego el concepto de mesa está dotado de una universalidad absoluta. Observemos
después que mientras las mesas individuales cambian por los materiales de los
que están fabricados y por sus diseños a lo largo de los años, la esencia del
concepto permanece igual. Luego el concepto de mesa no se ve afectado por “el
banco de arena de la temporalidad”. También el concepto de mesa es infinito
puesto que no hay mesa del pasado ni mesa del futuro que escape a su contenido
significativo. Luego el concepto de mesa tiene los atributos de Dios:
universalidad absoluta, superación de la limitación temporal e infinitud. Y
como el concepto es obra del pensamiento, todo aquello que podemos afirmar de
Dios podemos afirmarlo del pensamiento. Y así como el pensamiento, esa poderosa
fuerza subjetiva que distingue al hombre y a la mujer del resto de los
animales, es un producto histórico humano, del mismo modo todos los dioses y no
solo el dios cristiano es igualmente un producto histórico humano.
Fuente: https://fcoumpierrezblogspotcom.blogspot.com/2020/04/la-universalidad-absoluta-anunciar-la.html
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