viernes, 24 de abril de 2020

LA UNIVERSALIDAD ABSOLUTA: ANUNCIAR LA GLORIA DEL SER HUMANO Y MANIFESTAR SU MAJESTAD





viernes, 24 de abril de 2020

Hoy les obsequiaré con una cita del Hegel tomada del tomo I de su obra Lecciones sobre filosofía de la religión. Antes que nada debemos percibir a  Dios de manera antropológica. ¿Qué significa esta propuesta? Que debemos ver a Dios como un ser humano idealizado. En Dios no encontramos ninguna cualidad, virtud o fuerza que no se de en los seres humanos. Hablemos de la idea de que Dios creó el mundo. Pensemos en los seres humanos cuando apenas se distinguían de los animales y anotemos en una libreta con ilustraciones todas las cosas que han hecho desde ese entonces. Podremos observar que las creaciones del ser humano a lo largo de muchos siglos son impresionantes y parecen no tener límites. De muchas construcciones de la antigüedad nos asombramos: las pirámides egipcias, el coliseo romano o más recientemente las grandes catedrales góticas. Y en la actualidad pensemos en las grandes obras de ingenierías, los gigantescos puentes y petroleros, en los poderosos medios de transportes, la televisión, los grandes medios de comunicación, las imparables conquistas de la ciencia, el arte y hasta en la misma religión. Si bien podemos dudar de manera razonable de que Dios creó el mundo natural y al propio ser humano, de lo que no podemos dudar es del inmenso y todopoderoso mundo objetivo creado por el ser humano. Así que el punto de partida en el pensamiento religioso ha sido al revés de cómo el propio pensamiento religioso nos quiere presentar las cosas. Una vez que los seres humanos comprueban el todopoderoso mundo objetivo que han creado con su inteligencia, deducen que la naturaleza tuvo que ser creada igualmente por alguna inteligencia. De ahí la necesidad de pensar que tras la naturaleza exista un Dios. Pero cuando nos hablan de este Dios no mencionan nada que se de en él que no se de en los seres humanos. Lo único que sucede es que aquello que se da en los seres humanos de manera limitada y finita, se presenta en Dios de forma ilimitada e infinita. Pero esa infinitud que se presenta en Dios, también se da en el pensamiento. En el pensamiento ayudado por la imaginación todo puede darse y del mejor modo posible. Así que Dios bajo el punto de vista conceptual no es más que una creación del pensamiento humano. Partiendo de esta base, allí donde Hegel escribe Dios, yo lo he sustituido por ser humano.

La cita de Hegel sirve para mostrar la enorme riqueza categorial del pensamiento del filósofo alemán,  su compleja sintaxis, su profunda cultura y sus habilidades artísticas en el uso de las metáforas. Permanezcan abiertos de mente y déjense llevar por su fluido pensamiento. Disfruten. Pondré en negrita aquellas categorías en la que quiero que se fijen. A mi juicio bajo el punto de vista de las categorías circulantes son las más importantes. También pondré en negrita aquellos sintagmas que bajo el punto de vista estético y metafórico me resultan grandiosas. Aquí va la cita: “Las metas finitas, el hastío en los intereses limitados, el dolor de esta vida, momentos desdichados, aun cuando sean solamente momentos aislados, la angustia, fatigas y cuidados de este banco de arena de la temporalidad, el lamento y la compasión. Se siente que todo esto se evapora, como una imagen onírica, hacia un pasado; así como Psique, la cual toma de las ondas del Olvido y hace esfumar su otra esencia temporal en una apariencia que no la atemoriza más y de la que no depende más. Así como en la cumbre más alta de una montaña, alejados de toda visión determinada de lo terrenal, penetramos con la vista el cielo azul y, en la calma y lejanía , abarcamos con la mirada todas las limitaciones de los paisajes y del mundo; lo mismo sucede con el ojo espiritual: el hombre en la religión, relevado de la dureza de esta realidad, la considera solamente como una apariencia fluyente que, en esta región pura, solamente en el resplandor de la calma y del amor refleja sus sombras, contrastes y luces, mitigados en el reposo eterno. En esta intuición y sentimiento no se trata del hombre mismo, de su interés, de su vanidad, del orgullo de su saber y celebrar, sino solamente de este contenido suyo: anunciar la gloria del ser humano a lo largo de toda su dilatada historia y manifestar su majestad”. (Como advertí, he modificado esta última parte del texto de Hegel, la escrita después de los dos puntos.. En el texto de Hegel esa afirmación mía figura de este modo: “anunciar la gloria de Dios y manifestar su majestad”).

Reflexionemos de manera resumida sobre el contenido de este texto. Todas las personas son finitas, limitadas y están atadas “al banco de arena de la temporalidad”. Frente a esa realidad Hegel presenta a Dios como el ser infinito, ilimitado y absolutamente universal. Todas las metáforas que Hegel emplea en ese texto solo pretenden poner de manifiesto esa contradicción. Pero todo esto que afirma Hegel de Dios puede ser afirmado del concepto. Pensemos en el concepto de mesa. En el diccionario de Julio Casares en la entra de mesa podemos leer: tablero sostenido por uno o dos pies que sirve para comer, escribir, etcétera. Pensemos ahora en todas las mesas individuales que han existido desde hace 2.500 años. Pensemos en las mesas individuales que existen en cada una de las naciones del mundo y en cada uno de los hogares de cada nación. A todas esas mesas individuales podemos aplicarles el mismo concepto. Luego el concepto de mesa está dotado de una universalidad absoluta. Observemos después que mientras las mesas individuales cambian por los materiales de los que están fabricados y por sus diseños a lo largo de los años, la esencia del concepto permanece igual. Luego el concepto de mesa no se ve afectado por “el banco de arena de la temporalidad”. También el concepto de mesa es infinito puesto que no hay mesa del pasado ni mesa del futuro que escape a su contenido significativo. Luego el concepto de mesa tiene los atributos de Dios: universalidad absoluta, superación de la limitación temporal e infinitud. Y como el concepto es obra del pensamiento, todo aquello que podemos afirmar de Dios podemos afirmarlo del pensamiento. Y así como el pensamiento, esa poderosa fuerza subjetiva que distingue al hombre y a la mujer del resto de los animales, es un producto histórico humano, del mismo modo todos los dioses y no solo el dios cristiano es igualmente un producto histórico humano.



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