17/04/2020
Una de las
ciudades de Estados Unidos, que nada tiene que ver con Estados Unidos es la
ciudad de New Orleans, ubicada en el Estado de Laosiana.
Decimos que
nada tiene que ver es por su rico proceso etnocultural, por su historia diversa
y sobre todo su gente.
New Orleans
perteneció breve tiempo al virreinato de México. Fue explorada por primera vez
por Fernando de Soto en 1540. Posteriormente en 1718, los franceses hacen
posesión del estado sureño de Luisiana, y el nombre de New Orleans lo colocan
en homenaje al Duque de Orleans (Francia). Los franceses fueron quienes
comenzaron con el proceso de exterminio y colonización de Laosiana (nombre que
pusieron por el Rey de Francia Luis XIV).
En el
periodo francés, estos colonialistas se adueñaron del río Mississippi para
enlazarse con Canadá, el cual tenían controlado.
En el
archivo de New Orleans conseguí varios documentos y uno de ellos habla de un
río afluente del Mississippi llamado Mardi Grass, nombre que lleva el carnaval
de New Orleans. En ese tiempo, un africano esclavizado Bambara (Mandinga)
llamado Samba Bambara se rebeló contra la esclavitud y se unió a los indígenas
Natchez, quienes lo acogen y, para despistar las tropas francesas, lo visten a
la manera indígena, de ahí es que el día más importante del carnaval es el
martes (mardi en francés) cuando los afro se ponen hermosos trajes indígenas.
Posteriormente,
Louisiana, producto de la geopolítica colonial, pasa a España (1763-1803). El
tráfico de esclavizados africanos no se paralizó al contrario se acrecentó,
pero las rebeliones también se agudizaron como la de Juan Malo (de origen
Congo-1782) y la Punta Cortada en 1795.
La
confluencia de franceses y españoles pobres, conjuntamente con africanos como
Kongo, Fon y Bambara, con el tiempo fue delineando una cultura diferente al
resto de Estados Unidos. Por supuesto no dejamos pasar por alto el impacto de
la rebelión haitiana de 1791 hacia donde migraron muchos plantadores franceses
con más de tres mil esclavizados. Eso influyó para que a comienzos del siglo
XIX (8 de enero de 1811) se dieran la rebelión de haitianos en las afuera de
New Orleans, encabezada por Charles Deslondes en búsqueda de su libertad.
Por último,
Luisiana cae de nuevo en manos de los franceses en 1803 y el emperador Napoleón
se la vende a los Estados Unidos por 15 millones de dólares, así queda como
territorio forzado con Estados Unidos, donde luego imperó el racismo, la
discriminación y el azote del Ku Klux Klan.
Esa historia
también se fue llenando de música, en la actual plaza de los Kongo (Congo
Square) se reunían, según las memorias del Conde Saint Mery, los africanos a
bailar la bambula. Es en ese contexto donde nacería la expresión musical que le
da perfil en Estados Unidos al Jazz, y fue en esa ciudad donde se van cuajando
elementos franceses, ingleses y caribeños para que surgiera este género
musical.
El primer
disco de jazz se graba en 1917 (Dixieland Jazz Band), pero era tan fuerte el
racismo que solo permitieron que lo grabaran los blancos (Nick La Roca (T),
Eddie Edwards (tromba), Larry Shields (clarinete), Henry Ragas (Piano), Tony
Sbarbaro (Drum). Pero el sonido no era el que se había generado en los bares,
burdeles, fiestas familiares de los descendientes de africanos. Al final, con
el sonido que el joven Lois Armstrong, boca de cartucho le da más con su voz
ronca, se comenzó a abrir espacio con nuevos estilos. En el cine mudo lo que se
escuchaba era música de jazz, lo cual le dio un gran impulso. Cuando New
Orleans cumple 300 años, en 2017, me correspondió dar varias conferencias como
resultado de mis investigaciones en los archivos de esa ciudad. A dos horas de
New Orleans, está Pensacola donde peleo a favor de la independencia de Estados
Unidos el venezolano Francisco de Miranda. En nuestra guerra de independencia
participó el almirante Renato Bellucci quien era de New Orleans y murió en
Puerto Cabello.
Del huracán
Katrina al coronavirus y la limpieza racial
New Orleans
siempre ha sido azotada por los huracanes, y aun recordamos la mortandad de
gente que dejó el huracán Katrina en 2005 y allí con líderes como Ajamu Baraca,
Kali Akuno, Janier Williams, entre otros, estuvimos participando en jornadas de
solidaridad. Katrina significó un proceso de limpieza étnica, según los
testimonios que recojamos en el 2006. Ahora está la pandemia del Covid-19 que
está acabando con la población de New Orleans. Ya no se escucha el Cajun, los
Jazz funeral, los clubes de jazz cerrado. Recientemente murió el legendario
pianista y maestro de maestro del jazz, Ellis Marsalis, al cual ni sus hijos
Winston Marsalis, Branford Marsalis o Delafayo Marsalis, le pudieron hacer su
homenaje. Hoy New Orleans al lado de New York y Washington son los que están
sufriendo fuertemente esta nueva limpieza étnica o eugenesia (como dice el Dr.
Marcos Polo).
Pero al lado
de los afrosureños de Luisiana también está la población garífuna que ayudó a
reconstruir a New Orleans cuando el huracán Katrina, como migrantes les han
despedido de sus trabajos, sin darles ni siquiera un hasta luego, no tienen
seguro médico. A la hora de escribir este artículo van mil muertos y 25 mil
contaminados sin contar con la más mínima solidaridad del gobierno de Donald
Trump, pues no les importas ni los migrantes, ni los afroamericanos ni los
indígenas del norte y sur Dakota. Pero el Jazz, como dijera Marcus Garvey
regresará como un huracán y se impondrá de nuevo contra la eugenesia y el
exterminio racial.
Jesús Chucho
García
Exconsul
General de la República Bolivariana de Venezuela en New Orleans (2015-2018)
No hay comentarios:
Publicar un comentario