(23 de abril de 2020) (*)
Por Miguel Aragón
La gran inversión económica, que
necesaria e inevitablemente tiene
que hacerse, para superar las grandes deficiencias que tienen el actual
“sistema de salud” y el actual “sistema educativo” en el país, no se pueden
afrontar con donaciones. No seamos ingenuos, y mucho menos ignorantes.
Tampoco se resuelve con hipócritas
descuentos de los sueldos de “los que supuestamente
más ganan” (congresistas, ministros, presidente, otros funcionarios públicos).
A corto plazo, para obtener los
fondos necesarios para afrontar la crisis sanitaria debemos de plantear y
exigir un IMPUESTO A LAS SOBREGANANCIAS de las grandes empresas mineras, de las
grandes empresas comerciales y de los bancos.
Durante los últimos 20 años, la
producción y el comercio en el país han crecido a niveles superiores a la
mayoría de países del continente. Por eso hasta hace poco se hablaba del
llamado “milagro económico peruano”, y hasta se proponía que Perú se debía
integrar “al club de los ricos”, a
la OCDE. ¿Se acuerdan, o ya nos olvidamos?
Durante este lapso de 20 años de
crecimiento extraordinario de la Producción Social Global, las grandes empresas
mineras, comerciales y bancarias, además de recuperar su inversión en capital
constante (materiales e instalaciones) y en capital variable (sueldos y
salarios), también obtuvieron una ganancia similar a las otras empresas
(ganancia media). Y adicionalmente, por encima de esa ganancia media,
obtuvieron una descomunal “sobre ganancia”, o “ganancia extraordinaria”.
Todo ese inmenso monto de ganancias
extraordinarias está debidamente contabilizado por los organismos públicos
respectivos. Durante los últimos 20 años “los ricos se hicieron más ricos, y
los pobres nos hicimos más pobres”.
Nuestra propuesta, acorde al momento
actual, debe ser decretar
con carácter de urgencia UN IMPUESTO A LAS SOBREGANANCIAS.
Con este impuesto, no se afectan las
ganancias “normales” de las empresas, ni se afecta la “estabilidad” de las
empresas.
Por lo tanto, no nos pueden acusar
de proponer medidas “socialistas”, y mucho menos de agitar una propuesta
“terrorista”.
Esta propuesta, simplemente es una
propuesta democrática, “que paguen más, los
que más tienen”.
(*) Nota.- Esta propuesta es la
segunda parte de un comentario más amplio que publicamos el día 15 de abril.
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