La psicología será una herramienta vital en el nuevo y extraño escenario
psicosocial que comienza a partir de la pandemia. La mejor comunicación será la
de quienes comprendan que en los momentos más críticos las personas se
concentran más en sus problemas y sus miedos que en las diferencias políticas.
Recién después de la crisis viene el tiempo del balance y ahí sí valen la
diferenciación y la confrontación.
El consultor político Isaac Hernández me entrevistó en
su podcast Políticast.
El diálogo fue a fines de abril de 2020 y hablamos de psicología
política, de comunicación y de marketing político en tiempos de Coronavirus.
Pero además me preguntó por temas más personales y así fue que surgieron mis
raíces vascas, el ajedrez, los libros y el cine (entre otros asuntos).
Resumen de la entrevista
A continuación un resumen de lo conceptualmente más importante de la
entrevista:
¿En qué proyecto te encuentras trabajando ahora?
En este momento estoy trabajando en una campaña presidencial, en la
comunicación para un par de empresas y próximo a cerrar acuerdos para una
campaña legislativa y otra a Gobernador. Es complejo lo que está pasando en
este tiempo porque mi trabajo habitualmente implicaba estar una vez por mes en el
país de mis clientes, haciendo allí trabajo presencial durante 4 o 5 días. Pero
con la pandemia he tenido que reformularlo todo y desplazar el trabajo
íntegramente hacia herramientas de comunicación a distancia como por
ejemplo Zoom para reuniones virtuales, Signal para conversaciones confidenciales, Telegram para mensajes rápidos y Protonmail para correos encriptados.
Estas herramientas al final resultan más eficaces y nos permiten a todos
optimizar recursos, tanto a mí como a mis clientes. Inclusive en las reuniones
virtuales se aprovecha más y mejor el tiempo que en las reuniones presenciales,
y además los clientes evitan todos los gastos de transporte aéreo, hoteles y
estadías.
Por otra parte también estoy tratando de leer y estudiar mucho porque
todo esto que está pasando es un enorme desafío para la comunicación política,
las campañas electorales y el marketing político. Además de para nuestro
trabajo como consultores, claro.
¿Por dónde deberían los partidos políticos empezar a aplicar la
psicología?
Si los partidos y las campañas no conocen la psicología del
votante están regalando un terreno que alguien va a ocupar. Ahí
tiene que haber un lugar para estudiar las razones y las sinrazones del voto,
para profundizar en el conocimiento de los votantes, para posicionar un
liderazgo.
Todos los caminos de la política conducen a la mente humana. Todo lo que
se hace y se dice en materia política y electoral termina siendo procesado por
la mente de los votantes. Y es entonces allí, en la mente humana, donde hay
que instalar el
mensaje y el liderazgo.
En estos tiempos de pandemia, y en la también dura etapa que vendrá
después, la psicología será un arma vital para los partidos políticos. Sin ella
no van a poder comprender el nuevo y en cierto modo extraño escenario político
que se abre. Y sin esa comprensión fallarán desde la raíz tanto la estrategia
como la comunicación. Ya sabes: si eso falla, pues entonces no hay votos.
¿Crees que va a cambiar mucho la comunicación política debido al
Coronavirus?
Sin duda que sí. Todavía no sé exactamente hacia dónde, pero estamos
descubriendo cosas, cambiando hábitos y todo esto va a ser una gran sacudida
para la comunicación política y también para la estrategia.
Estamos en una etapa de grandes transformaciones desde la revolución
científico-técnica que se aceleró en los años ochenta del siglo pasado. Hemos
quemado etapas a toda velocidad: ordenadores personales en todos los lugares de
trabajo y en todas las casas, conexión generalizada a internet, desarrollo de
todo el ecosistema de la web, internet en la palma de la mano a través de los
móviles, mensajería instantánea, internet de las cosas, redes sociales y nuevos
modos de aprendizaje y de relacionamiento.
Hasta comenzado este 2020 no sabíamos realmente cómo manejar toda esta
revolución de un modo razonable y productivo. En su conjunto, como especie
humana, todavía no encontrábamos el mejor rumbo. Por eso veíamos todavía
procedimientos de comunicación de la Edad de Piedra junto con campañas
tradicionales ancladas en un pasado históricamente reciente, con campañas
novedosas pero poco eficaces y asimismo con campañas nuevas pero efectivas y
potentes.
Estábamos en medio de todo eso cuando comenzó a caer el Coronavirus.
Todavía no teníamos las mejores respuestas cuando de golpe nos cambiaron todas
las preguntas. Y en eso estamos.
¿Qué consejos le darías a los políticos para trabajar mejor su
comunicación?
Un manual breve de consejos rápidos iniciales podría ser el siguiente:
·
Tener siempre muy claro a qué público se va a dirigir. Porque el mensaje
es el mismo pero hay que modularlo para que cada público realmente lo pueda asimilar.
·
Concentrarse en los problemas principales que tiene ese público. Eso es
lo que hará que esas personas sientan que vale la pena escuchar a ese político.
·
Autenticidad. Es necesario que cada cual sea fiel a sí mismo, a su
personalidad. No hay nada peor que alguien tratando de ser quien no es.
·
Comunicar con hechos, con acciones. La trayectoria, la biografía y lo
que se hace ante cada situación son de una enorme potencia comunicativa.
·
Contar historias. Las cifras y los datos sirven de poco si no forman
parte de una buena narrativa.
·
Emocionar.
La política nunca fue un frío torneo dialéctico. Ahora menos que nunca. Ahora
hay muertos, hay enfermos, hay dolor, hay sufrimiento, hay miedo, hay temor a
la enfermedad y angustia ante los problemas económicos. El que no conecte con
ese universo emocional quedará fuera de juego.
·
Mantener un talante abierto, tranquilo, democrático. Mi hipótesis es que
en el punto álgido de la crisis a la gente no le importan tanto las diferencias
políticas sino que se concentra en sus problemas y en sus miedos, en que se
resuelvan y se alivien.
·
Tener en cuenta que los discursos para diferenciarse son menos efectivos
en los momentos más duros de la pandemia. Los tiempos de diferenciación y de
confrontación son posteriores, al llegar el momento del balance.
·
Prepararse para lo que viene. Y lo que viene es una crisis económica de
magnitudes no vistas por nuestra generación. Será sobre eso, sobre la economía
personal y familiar, la gran demanda popular hacia los políticos.
·
Escucha la entrevista completa en el enlace de abajo:
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