Si
ya antes de declararse la pandemia del covid-19 se había ido aclarando el
panorama de que el modelo económico neoliberal capitalista en nuestro país
había significado una corrupción generalizada que abarcaba muchos espacios de
la actividad diaria, principalmente, entronizada en los tres poderes del estado
(Ejecutivo, Legislativo y Judicial), en esta coyuntura de tipo sanitaria dicho modelo
mostro su faz más descarnada.
No
es necesario repetir lo que ha sucedido y lo que sigue aconteciendo con
respecto al colapso de la infraestructura y las limitaciones de seguridad del
personal del área de salud, los resultados de la estadística oficial así lo
demuestran. Claro está que, como en otras oportunidades, estas cifras no
reflejan la realidad de los hechos.
Lo
cierto es que el corona virus sigue difundiéndose con mayor agresividad en
todas las regiones, convirtiéndose Lima Metropolitana en el epicentro del
contagio masivo. Pese a esta realidad objetiva el gobierno neoliberal de Martin
Vizcarra prioriza la “reactivación” económica a la salud de la población.
Entramos entonces a una disyuntiva, aceptamos el “sálvese el que pueda” del
gobierno o ponemos en práctica la “solidaridad comunitaria” del pueblo.
Definitivamente
la solución integral al problema de salud y otros temas más solo se
alcanzara con un cambio estructural erradicando el actual modelo económico.
Para lograr ese cambio es necesario salir de esta coyuntura en condiciones
favorables para el pueblo, y eso lo alcanzaremos si en este periodo de lucha
contra la expansión del contagio masivo del corona virus, lo hacemos de manera
organizada.
Existen
en cada comunidad las llamadas organizaciones bases, y eso se viene advirtiendo
con la masificación de las actuales ollas comunes en diferentes lugares. Pues
bien también existen las organizaciones sindicales, culturales, juveniles y de
mujeres que, hasta la fecha, muy poco se ha escuchado de ellas. Es momento que
se pongan a trabajar tejiendo una red transversal para desarrollar la
“solidaridad comunitaria”.
Los
activistas de cada organización deben unir fuerzas y conocimientos para
enfrentar esta pandemia con éxito, hacer que los profesionales de diferente
especialidad apoyen este trabajo de acuerdo a sus competencias. Ir forjando
desde abajo, y aprovechando este momento, el futuro recambio de actuales
autoridades pero con nuevos principios de comportamiento y de desarrollo
político, social y económico.
Si
este difícil momento no lo convertimos en una oportunidad de cambio positivo,
estaremos condenados a seguir soportando a quienes han demostrado, hasta la
saciedad, que no les importa la vida humana, sin no es solo la de ellos.
Esta
solidaridad comunitaria debe estar conformada por equipos de acción donde
necesariamente este integrado personal de salud que nunca falta en una zona o
comunidad, con dinámica y fortaleza de los jóvenes para el trabajo logístico y
la participación de cada poblador.
Se
saluda y valora que actualmente hay campañas de apoyo alimenticio por
parte de personas naturales y algunas instituciones pero no solo pensemos en el
presente sino con mayor interés en el futuro, y eso solo se podrá lograr con
organización popular.
15
/ 07 / 2020
MI
PALABRA
http://laluchadeclasessigue.
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