Jaime
Araujo-Frias
La educación tiene como finalidad el
desarrollo integral de la persona humana, reza el artículo 13° de la
Constitución política del Perú en vigor. Lo sabemos y es irrefutable. Pero ¿qué
significa educar para el desarrollo integral de la persona humana? Muchas
cosas, pero sobre todo una, que es la que nos distingue de las otras especies:
crear la posibilidad de hacer pensar. Sin embargo, la realidad del país nos
muestra que —salvo algunas excepciones — nuestras instituciones educativas y
sus autoridades trabajan para impedirlo. Nuestro objetivo es reflexionar sobre
por qué es necesario enseñar a pensar y qué área del saber es una de las más
eficaces para llevar a cabo semejante tarea.
Somos una combinación de biología y
cultura (Marina y Rambaud, 2018). De qué estamos hechos depende de la
biología; en qué nos convertiremos, de la cultura. En la biología nacemos y
permanecemos; en la cultura nos humanizamos y trascendemos. Ahora bien,
entendemos por cultura el conjunto de herramientas, instrumentos e instituciones
de las cuales se vale el ser humano para solventar sus problemas y prolongar
temporalmente su vida (Marina, 2019). En otras palabras, cultura es la
objetivación del pensamiento humano al servicio de la afirmación de la vida. Al
respecto, la neurociencia sugiere que la actividad cerebral persigue un fin muy
concreto: el de mantener vivo a su poseedor (Mora, 2018). Y para hacer posible
dicho fin produce pensamiento. Es decir, pensando el ser humano crea mundo, lo
agrieta, lo ensancha, cualifica y genera las condiciones de posibilidad de la
vida en la tierra. En suma, pensar no es una opción para el ser humano, sino
una necesidad como el respirar y comer.
El pensamiento es condición de
posibilidad de la cultura, es decir, de todo lo que ha creado el ser humano con
la finalidad de resolver sus problemas con la esperanza de asegurar
temporalmente su vida. En una frase: es el inicio de todo. Si no hay
pensamiento no hay cultura, y si no hay cultura no hay ser humano, hay mera
biología. De ahí que todo intento de persecución, de obstrucción y desinterés
por el cultivo del ejercicio del pensamiento, sea en el fondo, un intento de
aniquilación del ser humano. Porque, para decirlo parafraseando un dicho de
Friedrich Hölderlin, sustituyendo la palabra ‘poesía’ por ‘pensamiento’:
“pensando el ser humano habita la tierra”. Vale decir, pensando el ciudadano
habita su país. Si es así, ¿hay alguna institución o asignatura que tenga como
propósito enseñar a pensar?
La economía, la política, el derecho,
etc., derivan del pensamiento que los inventa. Si queremos resolver los
problemas que aparecen en la realidad económica, política y jurídica lo que
debemos de hacer es cultivar aquellas actividades humanas que tengan como
propósito estimular el ejercicio del pensar, entre las que se encuentra, sin
duda, la filosofía. ¿Por qué la filosofía y no más bien otra cosa? La
historia que es la suma de las experiencias humanas y la experiencia una de las
fuentes principales del conocimiento, sugiere que todos los saberes nacieron de
lo íntimo de la filosofía y se sostienen en ella. Como prueba lo
expuesto, en lo referido al derecho, citaré aquella famosa frase atribuida al
Fiscal Julius Hermann von Kirchmann: “dos palabras rectificadoras del
legislador bastan para convertir bibliotecas enteras en basura”. Lo cual es
cierto, pero en parte, porque los fundamentos filosóficos en los que se
sostiene el derecho moderno, tales como el iusnaturalismo y iuspositivismo
seguirán quedando intactos.
El pensamiento es condición de
posibilidad de la cultura, es decir, de todo lo que ha creado el ser humano con
la finalidad de resolver sus problemas con la esperanza de asegurar
temporalmente su vida. En una frase: es el inicio de todo. Si no hay
pensamiento no hay cultura, y si no hay cultura no hay ser humano, hay mera
biología.
Finalmente, en un país como el Perú
donde todos los problemas se pretenden resolver con la economía, plantear la
necesidad de la enseñanza de la filosofía puede resultar contraproducente. Y,
más aún, esbozar que su enseñanza pueda posibilitar la salida a algunos de
nuestros principales problemas, puede ser tomado por algunas autoridades como
un intento deliberado de desestabilizar al país. Pero, como dijo una vez Lord
Reith, el primer director general de la BBC, “hay personas a las que uno tiene
la obligación de joder”. No obstante, les iremos contrariando, pero
con cariño y con razones. Empezando por el principio, esto es, reflexionando
sobre: ¿qué carajo es esa cosa llamada filosofía? De eso trataremos en nuestra próxima
columna.
Referencias
bibliográficas
Marina,
José Antonio (2019). Historia visual de la
inteligencia. De los orígenes de la humanidad a la inteligencia artificial.
Barcelona: Conecta.
Marina,
José Antonio y Rambaud, Javier. (2018). Biografía de la humanidad. Historia
de la evolución de las culturas. Barcelona: Ariel.
Mora,
Francisco. (2018). Mitos y verdades del cerebro.
Limpiar el mundo de falsedades y otras historias. Barcelona: Paidós.
Fuente: https://barropensativocei.com/2022/01/21/los-peruanos-necesitamos-pensar/
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