09/03/2022
Ahora,
la cuestión es quién saldrá victorioso en Eurasia: la “realidad” que EEUU creía
poder controlar, o una realidad económica fuera del control del imperio.
Los
imperios suelen seguir el curso de una tragedia griega, provocando precisamente
el destino que buscan evitar. Este es el caso del Imperio estadounidense, ya
que se está desmantelando a sí mismo en cámara no tan lenta.
El supuesto básico de la previsión
económica y diplomática es que cada país actuará en su propio interés. Tal
razonamiento ayuda a comprender el mundo de hoy. Para describir la
confrontación de EEUU y sus aliados contra Rusia los observadores diplomáticos
de todo el espectro político están utilizando frases como «. EEUU se está
disparando en su propio pie». Nadie pensó que el Imperio "americano"
se autodestruiría tan rápido.
Durante más de una generación, los
diplomáticos estadounidenses más destacados nos han advertido: "la
principal amenaza externa para la nación es una alianza de Rusia y China
dominando Eurasia". Las sanciones económicas y la confrontación militar de
EEUU están uniendo a estas dos potencias y está empujando a otros países a la
órbita euroasiática en plena emergencia.
Se esperaba que el poder económico y
financiero estadounidense evitara este destino propio de una tragedia griega.
Durante el medio siglo transcurrido desde que EEUU abandonó el oro en 1971, los
bancos centrales del mundo han operado con el patrón dólar, manteniendo sus
reservas monetarias internacionales en valores del Tesoro de EEUU, en depósitos
bancarios, acciones y bonos, todo ello en dólares.
El estándar de bonos del Tesoro ha
permitido a EEUU financiar su gasto militar simplemente mediante la creación de
pagarés en dólares. Entonces, el déficit de la balanza de pagos estadounidense
se ha podido transformar en superávit de reservas. ¿La explicación? Los
deudores (las naciones y particulares del Sur Global) necesitan dólares para
realizar el comercio exterior y pagar a los tenedores de bonos y acciones.
Este privilegio monetario, este
"señorío del dólar", ha permitido a los estadounidenses imponer sus
políticas neoliberales al resto del mundo, y lo ha hecho sin tener que usar
mucha fuerza militar propia, excepto para apoderarse del petróleo del Cercano
Oriente.
La reciente escalada de sanciones de
Washington, que han bloqueado el comercio y la inversión de Europa, Asia (y
otros países) con Rusia, Irán y China ha impuesto enormes costos y una
lacerante perdida de negocios para los aliados de EEUU.
Y, la reciente confiscación del oro y
de las reservas de Venezuela, Afganistán y ahora de Rusia, [1] junto con el
cierre selectivo de cuentas bancarias de extranjeros adinerados está acabando
con la idea que la tenencia en dólares - o también los activos en libras
esterlinas y en euros - son un refugio de inversión seguro, en los momentos que
las condiciones económicas mundiales se vuelven inestables.
Así que me ha impresionado ver la
velocidad con que este sistema financiarizado centrado en los EEUU se habrá
desdolarizado, en el lapso de solo uno o dos años. El tema básico de mi libro
'SuperImperialismo' ha sido cómo (durante los últimos cincuenta años) los bonos
del Tesoro norteamericano han canalizado los ahorros extranjeros hacia los mercados
financieros y bancos de EEUU, dando grandes beneficios sin ningún costo para la
"diplomacia del dólar".
Hace algún tiempo pensaba que la
desdolarización la iba iniciar China y Rusia, que al tomar el control de sus
economías evitarían la polarización financiera qué impuso EEUU [2]. Sin
embargo, los últimos acontecimientos nos demuestran que son los funcionarios
estadounidenses los que están obligando a Rusia, China y, a otras naciones a
salirse de la órbita del dólar estadounidense. La política de Washington está
obligando a estos países a superar cualquier vacilación que tuvieran para
desdolarizar sus economías.
Esperaba que el fin de la economía
imperial vendría por la ruptura de otros países con el dólar. Pero esto no está
sucediendo exactamente así. En los hechos es la política de Washington la que
está poniendo fin a la dolarización de la economía internacional, además está
obligando a Rusia a construir sus propios medios de producción de manera
autosuficiente.
Este proceso de fractura global
comenzó con las sanciones que bloquearon el comercio con Irán, China y Rusia
con los EEUU y sus satélites económicos. Para Rusia, estas sanciones tuvieron
el mismo efecto que habrían tenido unos "aranceles proteccionistas".
Durante más de una década Rusia
estuvo demasiada cautivada por la ideología neoliberal del libre mercado como
para tomar medidas para proteger su propia agricultura e industria. Ahora las
sanciones estadounidenses favorecerán un desarrollo autosuficiente de la
economía Rusa. Cuando los estados bálticos obedecieron las sanciones
estadounidenses y perdieron el mercado ruso para sus productos agrícolas, Rusia
creó rápidamente su propio sector de productos agrícolas, mientras se convertía
en el principal exportador de cereales del mundo.
Rusia está descubriendo (o está a
punto de descubrir) que no necesita dólares estadounidenses como respaldo para
el tipo de cambio del rublo. Su banco central puede crear los rublos necesarios
para pagar los salarios internos y financiar la formación de capital. Las
confiscaciones estadounidenses, de sus reservas de dólares y euros, pueden
finalmente llevar a Rusia a poner fin a su adhesión a la filosofía monetaria
neoliberal.
La terapia de choque neoliberal y las
privatizaciones de la década de 1990 dejaron a los cleptócratas rusos con una
sola forma de sacar provecho de los activos que habían esquilmado del dominio
público. Lo que hicieron fue aprovechar sus ganancias para comprar y vender
acciones en Londres y Nueva York. Como resultado la capitalización mediante el
ahorro interno desapareció, entonces, los asesores estadounidenses persuadieron
al banco central de Rusia para que no creara su propio dinero en rublos.
El resultado fue que el patrimonio
nacional de petróleo, gas y minerales de Rusia no se utilizó para financiar una
racionalización de la industria. En lugar de invertir los ingresos de la
privatización para crear nuevos medios de protección, el dinero terminó en
manos de los nuevos ricos que adquirieron bienes raíces británicos, yates y
otros activos de capital. Fue una brutal fuga a occidente del capital y el
ahorro ruso.
Hoy, las sanciones que toman como
rehenes las tenencias de dólares, libras esterlinas y euros de los
multimillonarios rusos ha transformado a la City de Londres en un lugar
demasiado riesgoso para mantener activos; ahora los millonarios de cualquier
otra nación saben que potencialmente están sujetos al chantaje del dólar. Al
imponer sanciones a los rusos más ricos los funcionarios estadounidenses
esperaban inducirlos a oponerse a la ruptura con Occidente y, por lo tanto,
servir como agentes de influencia de la OTAN. Pero, por el momento, los multimillonarios
rusos, creen que su país es más seguro.
Desde hace décadas, la Reserva
Federal y el Tesoro ha estado luchado contra la recuperación del papel del oro
como respaldo de las reservas internacionales. Por tanto, es legítimo
preguntarse, ¿cómo verá India y Arabia Saudita sus tenencias de dólares
mientras Biden y Blinken intenta obligarlos a seguir el «orden basado en
reglas» en lugar de su propio interés nacional?
Los recientes dictados de Washington
no dejan más alternativa que comenzar a proteger la autonomía política y
económica convirtiendo las tenencias de dólares y euros en un mineral precioso:
el oro. Esto en el corto plazo será la única manera que un activo no se
transforme en rehén de unas exigencias imperiales cada vez más costosas y
perturbadoras.
La diplomacia estadounidense ha
llevado a Europa en un servilismo abyecto. Después que se bloquearon las
reservas extranjeras de Rusia y se desplomara el tipo de cambio del rublo EEUU
exigió a los gobiernos europeos que sus empresas nacionales se deshagan de los
activos rusos por unos centavos de dólar. Mientras tanto, grandes
inversionistas estadounidenses como Blackstone, Goldman Sachs se movieron
rápidamente para comprar lo que Shell y otras compañías del viejo continente
estaban vendiendo a vil precio.
Nadie pensó que el orden mundial de
la posguerra 1945-2020 se derrumbaría tan rápido. Está surgiendo un orden
económico internacional verdaderamente nuevo, aunque aún no está claro qué
forma tomará. Pero las confrontaciones resultantes de la «presionar al oso
ruso» ha superado el nivel de masa crítica. Ya no se trata solo de Ucrania. El
conflicto bélico es simplemente el detonante, está funcionando como un
catalizador que alejará a gran parte del mundo de la órbita de EEUU/OTAN.
El conflicto económico llegará
próximamente a la propia Europa. Llegará cuando los políticos nacionalistas
europeos rompan con la subordinación al excesivo poderío de EEUU. El precio de
la obediencia de la Unión Europea será un vertiginoso aumento de los costes a
su industria. Este será el resultado final de la política impuesta por los
procónsules pro-estadounidenses de la OTAN.
Estas consecuencias deberían
considerarse como "advertidas o esperadas". Demasiados observadores
internacionales alertaron exactamente lo que está sucediendo. El propio
presidente Putin y su ministro de Relaciones Exteriores Lavrov explicó cuál
sería su respuesta si la OTAN insistiera en arrinconarlos mientras atacaban a
los hablantes de ruso en el este de Ucrania y trasladaban armamento pesado a su
frontera occidental.
Las consecuencias fueron anticipadas.
Pero, a los neoconservadores que controlan la política exterior estadounidense
simplemente no les importa. Consideraban que reconocer las preocupaciones rusas
los convertía en unos fans de Putin.
Aquellos funcionarios europeos que no
trepidaron en calificar a Donald Trump de "loco" ahora no se
sorprenden por el resurgimiento de un odio visceral hacia Rusia por parte de la
Administración Biden. El modo de expresión y los gestos de Trump eran groseros,
pero la pandilla neoconservadora que hoy está en la Casa Blanca quiere una
confrontación con Rusia mucho más amenazante que unos cuantos gestos groseros.
Ahora, la cuestión es quién saldrá victorioso: la "realidad" que EEUU
creía poder controlar, o una realidad económica fuera del control del imperio
"americano".
Lo que los países no han hecho por sí
mismos - reemplazando al FMI, el Banco Mundial y otros brazos de la diplomacia
estadounidense- con la actual política de Washington se está obligando a
desdolarizar la economías de muchas naciones. Más allá de "la niebla de la
guerra", Europa, el Cercano Oriente y del Sur Global deberán empezar a
defender sus intereses económicos.
En un corto plazo las sanciones de
EEUU a Rusia y China se habrán transformando en una espada de Damocles que
pende sobre todas las economías dolarizadas. Seguramente, en los próximos meses
veremos como muchos líderes políticos se preguntarán si sus países estarían
mejor con un nuevo sistema monetario que reemplace el comercio, la inversión y
el servicio de la deuda externa que ahora está en manos de dólar.
Ya los precios de la energía y de los
alimentos están afectando especialmente a los países del Sur Global, este
flagelo coincide con los graves efectos de la pandemia y el inminente vencimiento
del servicio de deudas externas dolarizadas.
¿Hasta cuándo se podrán imponer
medidas de austeridad para pagar a los tenedores de bonos en dólares? ¿Cómo se
las arreglarán la economía estadounidense y europeas frente a las sanciones
rusas a las importaciones de gas y petróleo, cobalto, aluminio, paladio y otros
materiales básicos? ¿Cómo responderán las empresas europeas cuando empiecen a
sufrir las consecuencias de las sanciones?
Los diplomáticos estadounidenses han
elaborado una lista de materias primas que su economía necesita
desesperadamente y que, por tanto, ha declarado exentas de las sanciones
comerciales a Rusia. Está lista ha proporcionado a Putin los puntos exactos de
presión para romper con la Cortina de Hierro que EEUU ha impuesto a los rusos.
La inflación de Biden
La ruptura de la política aventurera
de la OTAN vendrá desde dentro de los EEUU. En la medida que se acercan las
elecciones, de mitad de mandato, muchos políticos estadounidenses encontrarán
un terreno fértil para demostrar a sus votantes que la inflación de los
precios, es un subproducto de la política del bloqueo de las exportaciones de
petróleo y gas ruso realizada por la Administración Biden.
El gas es necesario no solo para
calefacción y producción de energía, sino también para hacer fertilizante, del
cual ya hay escasez mundial. Esta situación se ve agravada por el bloqueo de
las exportaciones de cereales de Rusia y Ucrania lo que hace que los precios de
los alimentos ya se hayan disparados.
Existe una sorprendente desconexión
entre la visión de la realidad del sector financiero y la que promueven los
principales medios de comunicación de EEUU y de la OTAN. Los mercados
bursátiles de Europa se desplomaron en su apertura el lunes 7 de marzo,
mientras que el petróleo Brent se disparó a $130 el barril.
El noticiero matutino de la BBC
presentó al parlamentario conservador Alan Duncan, un comerciante de petróleo,
advirtiendo que la casi duplicación de los precios de los futuros del gas
natural amenazaba con llevar a la bancarrota a las empresas que suministran de
gas a Europa. Pero en «Dos minutos de odio» de la BBC se siguió aplaudiendo a
los valientes combatientes ucranianos y a los políticos de la OTAN que piden
más apoyo militar. En Nueva York, el Promedio Industrial Dow Jones se desplomó
650 puntos, y el oro se disparó a más de $2.000 la onza, lo que refleja cómo ve
el sector financiero la crisis que se aproxima.
Tratar de obligar a Rusia a responder
militarmente y, por lo tanto, hacer "quedar mal a los rusos" ante el
resto del mundo es un truco destinado a garantizar que Europa contribuya más a
la OTAN y compre más equipo militar a los EEUU. La inestabilidad que está
política ha causado está produciendo que EEUU parezca tan amenazador como la
OTAN afirma que es Rusia.
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NOTAS
1. El oro de Libia también
desapareció después del derrocamiento de Muammar Gaddafi por parte de la OTAN
en 2011.
2. Véase más recientemente Radhika
Desai y Michael Hudson (2021), "Beyond Dollar Creditocracy: A Geopolítica
Economy", Valdai Club Paper No. 116. Moscú: Valdai Club, 7 de julio, repr.
en Real World Economic Review (97), https://rwer.wordpress.com/2021/09/23.
observatoriocrisis.com / La Haine
Fuente: https://www.lahaine.org/mundo.php/iesta-autodestruyendose-el-imperio-americano
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