Por Semanario Voz
10 marzo, 2022
Los puestos claves, los que definen
el rumbo de la economía, de la política social y de las relaciones
internacionales quedaron en manos de la Concertación pinochetista que perdió
las elecciones
Alberto Acevedo
A
pocas horas de su posesión como nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric hizo
unas declaraciones condenando la intervención militar rusa en Ucrania. Esta
posición no fue compartida por todos los partidos que integran Apruebo
Dignidad, su coalición de gobierno. Pero la discusión que se
generó, trascendió los límites del partido de gobierno y se convirtió en un
debate nacional.
Varios
sectores plantearon que no están de acuerdo con una condena a Putin por su
intervención en Ucrania, ni comparten un llamamiento a la solidaridad con el
presidente ucraniano Zelenski, un instrumento de intervención de la OTAN en los
países del antiguo bloque socialista de Europa Oriental. Algunos observadores
advierten de la coincidencia de Boric con el presidente Sebastián Piñera en
este asunto, cuestión que llama a la reflexión sobre la ruta de la nueva
administración de izquierda en el manejo de la política internacional.
El
responsable de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Chile,
Claudio Negri, afirmó al respecto: “Lo central de la postura adoptada por el
futuro gobierno es que en este conflicto hay una historia que hay que
considerar, hay razones de fondo detrás de por qué pasa esto y tiene que ser
tomado con mucha cordura, porque es un conflicto muy serio. Lo nuestro ha sido
tratar de contribuir en eso de la mejor forma”
Coincidencias
Una
paradoja de esta discusión es que Boric coincide en la condena con mandatarios
de ultraderecha como Iván Duque en Colombia, que desarrolla una política
genuflexa de “mirar hacia el norte”, diferente, ¡quién lo creyera!, a la de
Bolsonaro, que no condenó la intervención rusa en Ucrania y ha mantenido una
posición neutral.
Este,
sin embargo, es un tema menor en la política chilena a las puertas de un
gobierno que prometió grandes transformaciones sociales. Hay una expectativa
grande por el manejo que a la política nacional e internacional dará el nuevo
gabinete, que es, al fin y al cabo el que, junto al parlamento, van a ejecutar
el programa de Boric.
En
opinión del mandatario, la definición de los nuevos ministros sienta las bases
político sociales sobre las cuales la administración se va a sostener. Pero
llama la atención que no pocos ministros provienen de sectores ajenos a la
coalición de gobierno, compuesta por el Frente Amplio y el Partido Comunista.
Se trata concretamente de una concesión a los partidos Radical, Socialista y
Por la Democracia, es decir, el núcleo duro burgués bipartidista que manejó el
país, con resultados desastrosos desde el punto de vista de la política social
en los años posteriores a la caída de la dictadura de Pinochet.
Al servicio del gran capital
El
nombramiento de Mario Marcel como Ministro de Hacienda es elocuente. No se
trata de un simple cuadro técnico Es la conexión entre el nuevo gobierno y el
gran capital burgués neoliberal. Se trata de una figura de la burguesía al
mando de las finanzas públicas, que va a resguardar los equilibrios de la
política fiscal y monetaria en favor del gran capital.
Marcel
es un neoliberal del Partido Socialista que, en opinión de la prensa
tradicional, deja ‘contentos’ a los ‘mercados’. Fue director del Banco Central,
economista concertacionista al servicio, en varios períodos, del Banco Mundial,
el Fondo Monetario Internacional y el Banco Interamericano de Desarrollo, BID.
Lucía
Dammert, designada jefa de asesores de Boric es experta en seguridad y
‘violencia urbana’. Es nuera de uno de los agentes de la DINA, el temible
organismo de torturas y desapariciones de la dictadura de Pinochet. Es experta
en la represión a los muchachos de la Primera Línea, de la cual viene Boric.
Tiene una trayectoria vinculada a lo más sórdidos de la hasta hoy gobernante
Concertación.
Expediente
Su
exsuegro, Daniel Cancino Vargas, perteneció al ‘Grupo Vampiro’ un verdadero
escuadrón de la muerte que practicó ejecuciones sumarias de activistas
políticos. Ese organismo dependía directamente de Miguel Krassnof, quien en
octubre de 2014 fue condenado a 15 años de cárcel por el secuestro calificado y
homicidio de Carlos Guerrero, estudiante de Historia de la Universidad de Chile
y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario, MIR.
El
cargo que asumirá Dammert se ha convertido en uno de los espacios de mayor
influencia en las últimas administraciones. Durante la pasada campaña
presidencial se dio un fuerte vínculo entre Boric y Dammert, quien asesoró en
materia de seguridad al equipo técnico que acompañó al futuro presidente.
Otro
de los cuadros de los partidos de la Concertación que ingresan a la nómica del
Boric es Antonia Urrejola, cercana al Partido Socialista, asesora del
presidente Eduardo Frei, del presidente Ricardo Lagos, de la expresidenta
Michelle Bachelet y del secretario general de la OEA Ricardo Lagos.
Recibió
el apoyo del presidente saliente Sebastián Piñera para ocupar diversos cargos
en el exterior. Es enemiga furibunda de los gobiernos de Nicolás Maduro en
Venezuela y de Daniel Ortega en Nicaragua. Será la encargada del ministerio de
Relaciones Exteriores del gobierno socialista.
La burguesía al poder
La
cuota de los partidos de la burguesía en la nómina de Boric la completan Izkia
Siches como ministra del Interior; Carlos Montes en Vivienda; Maya Fernández en
Defensa y María Begoña Yarza, en Salud. Es claro que el nombramiento de Siches
aleja la posibilidad de encontrarle una solución a uno de los problemas
sociales más complejos que tiene Chille en estos momentos como es el de la
demanda de autonomía y respeto a su identidad cultural del pueblo mapuche.
Los
asesores más cercanos de Boric plantearon como estrategia un equilibrio en la
representación política en su gabinete. Habría que tener en cuenta a otras
fuerzas externas a la coalición ganadora, buscando una transición realista. Y
ciertamente a fuerzas como el Partido Comunista le entregaron cargos
importantes, como la vocería del gobierno en el ejecutivo.
Pero
los puestos claves, los que definen el rumbo de la economía, de la política
social, de las relaciones internacionales, quedaron en manos de la Concertación
pinochetista, que perdió las elecciones, pero mantiene el poder. Un analista
chileno dijo eso precisamente. Boric llega al gobierno, pero la burguesía neoliberal
llega al poder.
Boric
busca dejar contentos a dios y al diablo. Habrá que ver qué dicen los muchachos
de la Primera Línea, los sindicalistas, los integrantes de la comunidad
mapuche, las mujeres, los sectores de identidad sexual diversa, que reclaman
salarios y pensiones dignas, salud y educación gratuita y de calidad, vivienda,
tierra, territorio, y la liberación de los presos políticos y sociales.
Fuente: https://semanariovoz.com/nubarrones-en-el-palacio-de-la-moneda/
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