Escribe: Milciades Ruiz
En el colonialismo monárquico, la población nativa pagaba la “contribución indígena” que fortalecía el régimen de su opresión. Hoy también pagamos para que nos opriman. Parte de los impuestos que pagamos al erario nacional, se va para sostener a la OEA, el organismo testaferro de la dominación estadounidense. Desde su creación en EE UU, el pueblo peruano como de otros países latinoamericanos, vienen sufragando millones de dólares para su sostenimiento. ¿A cambio de qué?
Lo que recibimos a cambio de nuestro aporte son, injerencias en nuestros asuntos internos, respaldo a las invasiones norteamericanas a países miembros, como se hizo con Panamá y, el envío de mercenarios para invadir Cuba, derrocamiento de gobiernos populares, bloqueo genocida a los países que no se alinean con el amo yanqui y toda una serie de represalias para hacer prevalecer la doctrina de Monroe, “América para los norteamericanos”.
El diario español “El País” dijo sobre la OEA: “Su vinculación a la política exterior de los Estados Unidos quedó de manifiesto en la crisis de Guatemala (1954), Panamá (1959), Nicaragua (1959) y, sobre todo, en Cuba, en 1962, cuando la OEA apoyó todas las medidas de la «cuarentena» declarada por el presidente Kennedy y expulsó de la OEA al Gobierno cubano, alegando la incompatibilidad de los principios de la organización con el «comunismo».
Recordamos esto, porque en esa ocasión, el entonces canciller peruano Raúl Porras Barrenechea, que no era comunista, se opuso a tal medida en un brillante discurso doctrinario y, defendió a Cuba, desobedeciendo la orden del presidente Prado, quien lo conminó a renunciar. Parte de su extenso discurso es el siguiente texto:
“La no intervención es pues, uno de los puntos claves del interamericanismo. Es una sólida doctrina multilateral proclamada y sustentada por todas las repúblicas americanas, reafirmada en la Declaración de Lima de 24 de diciembre de 1938 que ordena el procedimiento de consulta para hacer efectiva la solidaridad americana contra cualquier atentado a su soberanía e independencia. El artículo 15 de la Carta de la OEA establece que ningún Estado o grupo de Estados tiene derecho de intervenir, directa o indirectamente, ya sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro, y agrega terminantemente que este principio excluye no solamente la fuerza armada, sino también cualquier otra forma de injerencia o de dependencia atentatoria de la personalidad del Estado y de los elementos políticos, económicos y culturales que lo constituyen.
(…) “Confiamos en que la revolución cubana que ha proclamado principios que significan una honda transformación económica, la mejora de los niveles de vida y una más justa distribución de la riqueza, no se desvíe de su camino original y su destino americano que comparte la mayoría de nuestros pueblos y gobiernos”
En estos días, la Organización de la Naciones Unidas con sede en EE UU, acaba de aprobar casi por unanimidad, el cese del bloqueo a Cuba. ¿Alguna vez la OEA ha condenado este bloqueo a un país miembro? Ya van 30 resoluciones de la ONU en el mismo sentido y no hay sanción para el agresor, ni la OEA se pronuncia al respecto. De acuerdo al informe previo, entre agosto de 2021 y febrero de 2022 esa política unilateral causó a Cuba pérdidas en el orden de los 3 806,5 millones de dólares.
A precios corrientes, los daños acumulados durante seis décadas del bloqueo ascienden a 150 410,8 millones de dólares. Solo en los 14 primeros meses del gobierno de Biden, las pérdidas ocasionadas por el bloqueo ascendieron a 6 mil 364 millones de dólares, lo que equivale a una afectación de más de 454 millones de dólares mensuales y más de 15 millones de dólares diarios, de acuerdo con el documento.
Esta semana una comisión de alto nivel de la OEA visitará al Perú para intervenir en nuestros asuntos internos a petición del presidente Castillo que, pide la aplicación de la “Carta Democrática” aduciendo que hay peligro de golpe de estado. Este mismo pedido se hizo para desconocer al gobierno legítimo de Venezuela y, reemplazar a Maduro por Guaidó. Ante el fracaso, se formó el “Grupo de Lima” con los países que estaban de acuerdo con EE UU para atacar a Maduro. En ese contexto, Juan Guaidó se juramentó como presidente encargado de Venezuela y la Asamblea General de la OEA reconoció al gobierno paralelo.
Entonces, ¿Con qué moral la OEA viene al Perú, pretendiendo arreglar nuestros asuntos internos? ¿No ha sido la OEA la que, ha respaldado intervenciones militares de EE UU en Panamá (1989), Guatemala (1954, 1967-1969), ¿Cuba (1961), Nicaragua (1980-1990), y muchas otras intervenciones encubiertas, contra la democracia en los países latinoamericanos?
¿No ha sido la OEA la que ha conspirado contra Allende y defendido a Pinochet? El siguiente comunicado lo dice.
COMUNICADO DE PRENSA DEL SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS
Washington, DC, 11 de diciembre de 1998
El Secretario General de la OEA, César Gaviria, ante la decisión del gobierno británico de permitir la extradición del General Augusto Pinochet, expresó su preocupación por lo que puede constituirse en un nuevo antecedente de la aplicación unilateral de la extraterritorialidad de las leyes nacionales, en violación de la igualdad jurídica de los Estados y de la no intervención en los asuntos internos, principios éstos, que son pilares fundamentales del derecho interamericano. Expresó también que es necesario el absoluto respeto a la igualdad soberana de los Estados, tal como lo disponen las Cartas de la OEA y de las Naciones Unidas como base de la convivencia internacional. En consecuencia, reiteró que la lucha por la plena vigencia y el respeto de los derechos humanos debe darse dentro de este marco.
El Secretario General, César Gaviria, afirmó que los países americanos disponen hoy de los instrumentos adecuados para solucionar los problemas jurídicos en el ámbito de sus propios territorios, con plena garantía para las partes. Las naciones de América están hoy plenamente comprometidas con el fortalecimiento y consolidación de la democracia y a tales efectos han adoptado instrumentos jurídicos obligatorios, que son fundamento del proceso de integración de los pueblos de nuestro continente. Asimismo, estas naciones cuentan hoy con procedimientos e instituciones regionales que aseguran el pleno respeto de los derechos humanos.
Esta es la OEA. Pero también el presidente de Bolivia, Luis Arce, en entrevista concedida a France 24 en el marco de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, el 28/09/2021 dijo: “La OEA ha jugado un rol nefasto en el golpe de Estado de 2019 en Bolivia”. Por su parte, el ministro de Justicia de Bolivia, Iván Lima, afirmó que el secretario general de OEA, Luis Almagro, y un grupo de políticos opositores del expresidente Evo Morales fueron los encargados de propalar el entuerto de fraude electoral en 2019, al entregar en la madrugada del 10 de noviembre un informe preliminar que indicaba que existieron irregularidades. Hoy sabemos que era falso. Esto nunca se demostró, ni siquiera durante los 10 meses de gobierno de facto de Áñez.
Con estos antecedentes, ¿Qué podemos esperar de la Comisión especial de la OEA en su visita al Perú? La correlación de fuerzas está cambiando en la OEA, con representantes de nuevos gobiernos populares, pero no al punto de cambiar la trayectoria de sumisión a EE UU. En el Perú, ni el poder ejecutivo ni el legislativo son un peligro para EE UU. Dicha comisión de “alto nivel” no tiene facultad para poner orden al caos político en nuestro país. No hay sustento para temer un golpe de estado retórico, pero si para nuevas elecciones.
Entonces, todo quedará en simples recomendaciones teóricas para el entendimiento entre ciegos que no quieren ver y sordos que no quieren oír. La solución la tiene el pueblo si supera el marasmo que lo tiene en la desesperanza. Sacudirlo del ostracismo político y estimular su protagonismo histórico, es nuestra responsabilidad. Salvo mejor parecer.
Noviembre 4- 2022
Mayor información en https://wordpress.com/view/republicaequitativa.wordpress.com
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