Una imagen que pondera las audiencias del pasado. En el presente los pobres en vez de ir hacia la izquierda caminan hacia y con la derecha fascista. ¿Por qué es la pregunta obligada, que exige una respuesta?
Nota breve:
Presentamos estas breves anotaciones de nuestro anónimo colaborador que ponen en relieve las nuevas características de la base social del lumpen fascismo en nuestros países. Este es un magnífico ejemplo de que todavía tenemos entre nosotros continuadores del camino que inaugurará José Carlos Mariátegui. Camino que se caracteriza por priorizar el análisis concreto de las clases sociales y sus diferentes aristas en su desarrollo situacional. Estudios como este son absolutamente necesarios en medio de un panorama nublado por la ceguera intelectual dominada intencionadamente por representantes confesos o involuntarios del neoliberalismo y sus ONGs.
En los novecientos la clase media formada por la empleocracia, intelectuales y comerciantes era la base social del fascismo italiano o de donde fuere. Hoy en este siglo de profundos cambios geopolíticos, ocurre algo extraño, los sectores más empobrecidos por el neoliberalismo en vez de engrosar las filas del socialismo o los movimientos antisistema son el principal clientelaje de los nuevos movimientos fascistas. ¿Por qué ocurre este contrasentido? Lo que pasa es que los pobres seducidos por el discurso del establishment creen, en su cada vez más creciente pobreza, que son innovadores o empresarios independientes, cuando en verdad apenas si llegan a ser obreros sin sueldo ni derechos de las empresas que les proveen las mercancías. Estos sectores de Perú han sido ganados por la propaganda del capital internacional pasando a convertirse en la base social de un neo fascismo.
Pero, porque la “torpeza” del derecha bruta y achorada (DBA) tiene tanta acogida entre los nadies. ¿No será porque los socialistas no hemos hecho bien las cosas? Veamos, después de Mariátegui los lideres del socialismo han sido básicamente caudillos, más preocupados por su lucimiento personal que de la potenciación de la organización económica, política e ideológica de la clase obrera en la lucha de clases. Este es un problema que venimos arrastrando hace mucho. Sin liderazgo la masa se diluye en cientos de micro sectas de caudillos que dominan su metro cuadrado y, como contrapartida, es el terreno fértil para que oportunistas o arribistas de poca monta arrastre tras de sí sectores de esa población empobrecida.
T. 07 nov 2022
LA NUEVA BASE SOCIAL DEL NEOFASCISMO: CASO PERUANO Y BRASILEÑO
Recuerdo que a muchos amigos de mi generación, los poemas de Vallejo nos llegaron en un tiempo de transición, el tiempo del ingreso a la madurez juvenil (una forma especial de inmadurez), y llegaron entrelazados con los escritos de Mariátegui, especialmente. A esa edad uno era asaltado por las disquisiciones filosóficas más elementales, como la relación del ser humano (nosotros, yo) con el universo, la existencia de Dios, la injusticia, etc., etc. Vallejo, en muchos sentidos, alumbró el parto de toda una generación iconoclasta, entre fines de los años 50 y durante el decenio de los 60s.
El análisis de clase del proceso de elecciones en el Brasil y su resultado permiten observar una característica importante del desarrollo del lumpen fascismo en Latinoamérica, característica que la ideología predominante y los papagayos ideológicos impiden percibir a simple vista: el rol de la clase media como base de masas de ese fascismo, una nueva clase media surgida al calor del desarrollo del neoliberalismo. Estos papagayos se afanan en proclamar a los cuatro vientos su análisis basado en la segmentación de la sociedad en estratos sociales con distinto ingreso; el fino análisis de las elecciones en términos de la dinámica de las clases sociales no tiene cabida en su coro. En Brasil ha sucedido algo similar a lo que ocurrió con la elección de Castillo en el Perú: sectores populares han optado por el más crudo lumpen fascismo de Bolsonaro y López Aliaga. Lo que no se les ocurre a esos papagayos es que tasajear a la sociedad según lonjas de ingreso (la ciencia estadística utilizada para justificar pseudo ciencia social) es ocultar las contradicciones de clase que existen al interior de esos sectores populares. Cómo explicar, si sólo se recurre a los niveles de ingreso, que en los sectores populares de Lima (los de menor ingreso promedio), en esos sectores precisamente, el crudo fascismo lumpen tuvo un alto volumen de votación, incluso mayoritario en algunos casos. Lo que se pasa por alto es la existencia, en esos sectores populares, de una pequeña burguesía básicamente dedicada a actividades comerciales sobre la base de las cuales han surgido intereses comunes entre esa pequeña burguesía y la gran burguesía local (ésta, una burguesía lumpen, profundamente enfeudada al capital imperialista). Pequeños negocios como talleres, fondas, tiendas de abarrotes, restaurantes, etc., e incluso actividades desarrolladas en la superestructura legal e intelectual, nacidos de la desesperación causada por el desempleo, son fundamentalmente dependientes de la penetración y desarrollo del capital local y del imperialista en los sectores comerciales y de servicios, especialmente turismo y exportación e importación de mercancías, así como de las dádivas que a gotas y que por conveniencia sueltan los organismos de penetración cultural imperialista (en gran parte fondos dedicados a desarticular el movimiento clasista mediante el énfasis y la organización en torno al identitarismo supraclasista).
La antigua pequeña burguesía del imperialismo pre-neoliberal, pequeña burguesía basada en la empleocracia burocrática o del capital privado, ha sido sustituida por esa nueva pequeña burguesía que aparece con la penetración del imperialismo neoliberal especialmente desde la época del gobierno de Fujimori. A esta base económica de la nueva pequeña burguesía se suma la intensa y desenfrenada penetración de la ideología neoliberal en todos los rincones de la sociedad, que propaga la idea del individualismo y del emponderamiento: incluso un simple mercachifle de baratijas se ve elevado al status de "hombre (o mujer) de empresa", "hombre (o mujer) de negocios", "innovador", ocultándose lo que Marx, hace ya más de un siglo: el productor individual sólo adquiere el carácter de capitalista cuando de un lado su capital subsumido en los medios de producción, y de otro lado, la masa de trabajadores a su servicio, alcanzan ambos un cierto volumen que permite a dicho productor individual liberarse del trabajo en común con el resto de trabajadores, para dedicarse esencialmente a la explotación de la fuerza de trabajo. En estos sectores de pequeña producción y comercio, es común que el proto-capitalista, el pequeño patrón, impulsado por el afán de ganancia, lleve la explotación de su poco numerosa fuerza de trabajo a extremos inhumanos, y que los trabajadores, proletarios incipientes, vivan constantemente en la zozobra de perder sus míseros salarios si no se conforman con las condiciones bárbaras impuestas por el patrón. Esta es la base "popular", la masa movilizable del fascismo.
Nótese de paso, que esta modificación de la base social del fascismo lumpen explica también la debacle y cuasi extinción de los tradicionales partidos políticos de ideología fascista, como ha sido el caso de la APRA en el Perú.
Esta constatación obliga a los sectores revolucionarios a renovar el análisis de la realidad de las clases sociales en la sociedad concreta objeto de estudio, y a no dejarse arrastrar por el oropel estadístico de la teoría social burguesa.
6 noviembre 2022
Rebelde marxista
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