martes, 31 de enero de 2023

HORMIGAS Y HOMBRES

  


HORMIGAS Y HOMBRES 

 

Las hormigas actúan solidariamente bajo un régimen de trabajo para satisfacer las necesidades de toda la colonia. El individuo, glorificado por el individualismo capitalista, labora bajo un régimen de trabajo que sólo se preocupa por su bolsillo. La iniciativa privada, como motor de la sociedad, conduce a una guerra sin cuartel entre familias y al caos de la economía por la feroz competencia para apropiarse de los recursos que la naturaleza provee a TODOS los seres vivos.

Cuanta diferencia entre el mundo de las hormigas construido a base de solidaridad y el mundo capitalista, caótico e infectado por el virus individualista, que conduce a los seres humanos a su deshumanización bajo el imperio del egoísmo individualista.

Pese a todo. El siglo XXI dará a luz una nueva época. La naturaleza no sólo es fuente de trabajo del hombre sino, también, es materia de reflexión que le permite lograr lo que su constitución física no le admite realizar por sí misma (volar como las aves, por ejemplo).

En materia de organización, los hombres siempre hemos admirado la “perfección” organizativa de las abejas o de las hormigas. Sergio A. Moriello considera que una hormiga aislada “es una criatura sumamente tonta, estúpida, capaz únicamente de ejecutar -aunque de forma fiel y obstinada- un pequeño conjunto de rutinas innatas, pero condicionada por el entorno circundante. No obstante, tomadas en grupo, son capaces de erigir sociedades complejas con sofisticadas actividades como agricultura, ganadería, arquitectura, ingeniería e, incluso, prácticas de esclavitud. De esta forma, podría considerarse al hormiguero como un macroorganismo, que presenta un comportamiento global inteligente. Es decir, nadie planifica, nadie ordena ni controla, pero surge un comportamiento colectivo -quizás instintivo- o una necesidad que las "obliga" a trabajar juntas persiguiendo un fin común.”

 

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