martes, 10 de octubre de 2023

ISRAELITAS CONTRA PALESTINOS, ¿UNA GUERRA ENTRE SERES HUMANOS?

 

 

En los medios canadienses todo es muy simple: hay muchos asesinados en Israel y muchos muertos en Gaza.



I

 

El ministro de Defensa israelí ordena un asedio completo de la Franja de Gaza sin importarle las condiciones de los civiles.

 "He ordenado un asedio completo de la Franja de Gaza. No habrá electricidad, ni alimentos, ni combustible, todo está cerrado. Estamos luchando contra los animales y actuando en consecuencia", dijo Yoav Gallant.

Informa The Times of Israel

 

II

 

Jean Jacques Rousseau en su Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres (1755), distingue dos características que hacen del homo sapiens una especie singular en el planeta. Por un lado, el hombre se perfecciona. Este es el lado progresivo que lo dignifica y eleva socialmente sobre el resto del mundo animal. Y, por el lado opuesto, es único entre los animales por su habilidad para proceder como un perfecto imbécil.

Juan Jacobo Rousseau, se pregunta: “¿Por qué sólo el hombre es susceptible de convertirse en imbécil? ¿No será porque vuelve así a su estado primitivo?”

Animal que crea armas para destruirse a sí mismo. Animal que destruye su propio hábitat. ¿Cómo debe ser calificado? Marcelo Colussi, dice que la profesión del militar es un absurdo. Y tiene razón. Matar a sus parientes lejanos o próximos es oficio condecorado o premiado si lleva uniforme. Asesinar a sus semejantes es un honor en el planeta Tierra. El hombre es único entre los animales por su capacidad para sentir placer cuando provoca dolor en sus semejantes. Destruir nuestra casa, la naturaleza, nuestra fuente de vida, es una manera de opulencia y de ser importante. Ese es el lado regresivo, negativo, que lo retrotrae a la animalidad, mucho más bajo que el resto de las especies animales.  Pero, ¿por qué los seres humanos son así? Será un castigo divino. Será muy propio del homo sapiens. Estaremos condenados, como especie, a esa aberración, a ese absurdo.

Los seres humanos somos creaciones de las circunstancias en que nacemos y vivimos. El individualismo, parasitario y rentista, sólo percibe el inmediato rédito, la ganancia, la utilidad. La obsesión por acumular riqueza lo insensibiliza sin importar el costo o las vidas que deja en el camino al “éxito”. El capital tiene horror a la ausencia de ganancia o a la ganancia demasiado pequeña, como la naturaleza tiene horror al vacío. Pero, no hay crimen a que no se arriesgue, aunque arrostre el patíbulo. Allí tenemos la trata de blancas, el tráfico de niños y órganos, florecientes negocios de nuestro tiempo. Allí tenemos el narcotráfico que enriquece a una minoría a costa de la destrucción y muerte de millones de seres humanos. Allí tenemos el negocio de las armas que no duda en promover guerras en aras de maximizar las utilidades. Ese es el lado regresivo, negativo, que lo retrotrae a la animalidad, mucho más bajo que el resto de las especies animales. Tiene, por eso, absoluta razón el subcomandante Marcos cuando afirma: “la estupidez es la dama de compañía de la codicia capitalista”.

 

 Febrero 2013 – octubre 2023

Edgar Bolaños Marín

 

 

 

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