En la ciudad de Rosario, conversamos con la socióloga Julia Expósito en busca
de algunas claves económicas y sociales que expliquen el éxito de Milei y la
derrota de la izquierda.
23 dic 2023 06:00
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Javier Milei
asumió la presidencia el pasado 10 de diciembre en una puesta en escena
mesiánica y llena de simbolismo y con un discurso repleto de datos falsos o
erróneos. Mientras Argentina se despierta de la gran resaca electoral, desde
diversas posiciones se multiplican los análisis para explicar cómo se ha
llegado hasta aquí. En la ciudad de Rosario, conversamos con la socióloga Julia
Expósito en busca de algunas claves económicas y sociales que expliquen el
éxito de Milei y la derrota de la izquierda.
Politóloga,
feminista, marxista y doctora en la Universidad de Buenos Aires, Expósito ha
centrado sus investigaciones en la teoría feminista del capitalismo
patriarco-colonial. Autora del libroFeminismos revolucionarios (Buenos
Aires, Red Editorial, 2021), una suerte de mapeo de las tensiones internas del
feminismo marxista, en torno a la consideración del trabajo reproductivo, y de El
marxismo inquieto(Buenos Aires, Prometeo Libros, 2018), sobre los nuevos
retos del marxismo como herramienta de análisis de la contemporaneidad, además
de numerosos artículos académicos. Docente de la cátedra Análisis Político y
del Centro de InvestigacionesFeministas y estudios de género y en la Maestría
en Cultura Pública, es una de las miles de investigadoras que se encuentran
ahora en el punto de mira de las políticas de ajuste del nuevo Gobierno de la
Libertad Avanza.
Tras ganar
las elecciones primarias, Javier Milei ratificó que eliminaría el Ministerio de
Ciencia y Tecnología en caso de ser electo presidente. ¿Crees que realmente va
a desaparecer la ciencia del sistema público argentino?
Hice mi estudio de posgrado como becaria doctoral y postdoctoral de Conicet
(Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina), que
es uno de los frentes que el Gobierno de Milei quiere hacer
desaparecer.
Desde las
elecciones nos han bombardeado con toda una serie de medidas que supuestamente
se van a tomar y luego no. Todo eso genera una especie de terror. Uno de esos
frentes es la ciencia, la tecnología, la investigación y la educación. Ahora
parece que no lo va a cerrar, sino que lo va a definanciar, que es otra forma
de reventar la ciencia y la tecnología del país.
Ese terror
se da en todos los espacios. La dolarización también va en esa clave. Amenaza
con ir a por todo y después en realidad lo que sucede es la estanflación y los
ajustes. Y así la gente se va conformando. Tiene que ver con el proceso de
precarización en el trabajo que sucede desde hace tiempo a nivel internacional.
Ese proceso de implementación neoliberal es un proceso violento en América
Latina con las dictaduras de los 70 y 80. En toda América Latina, el
neoliberalismo nace con violencia, con recortes y con ajustes.
El Gobierno
de Milei viene a reponer algo de esa clave neoliberal cuando dice en su
discurso que “los planes contra la pobreza generan más pobreza”, que “la única
forma de salir a la pobreza es con más libertad”.
En España se
habla mucho de la aporafobia, el odio a los pobres, incluso por parte de gente
que tienen pocos recursos.
Sí, gente que es pobre te va a hablar mal de la gente que vive de prestaciones
sociales y no trabaja. Me parece que la batalla ideológica que se perdió es
justamente esa. Hay algo de este plan económico que está totalmente ligado a
una forma de construcción de la subjetividad.
En los 90
comienza ese neoliberalismo de las empresas y, de ahí hasta ahora, esa batalla
ideológica la ganó la derecha. Y la perdimos en términos de clase. La clase
trabajadora no se siente trabajadora o siente que no es pobre. Como que el
pobre siempre es el otro, el negro siempre es el otro, el violento siempre es
el otro.
El ultraliberalismo de Milei proviene de un discurso viejísimo, pero el
envoltorio es totalmente contemporáneo con TikTok, las fake news
Milei no se
monta sobre la nada. Se monta sobre un proceso que viene sucediendo hace años.
Hace 15 años empezamos a tener linchamientos a pibitos en situación de calle
que robaban un celular o una billetera.
En los 90 comienza ese neoliberalismo de las empresas y, de ahí hasta
ahora, esa batalla ideológica la ganó la derecha. Y la perdimos en términos de
clase
Acá le
llaman “planeros” a aquellos que reciben ayudas del Estado. Ahora son
percibidos como vagos, lumpen, que no quieren trabajar y que viven de la teta
del Estado. Pero eso sucede tanto con gente que cobra para el agua, la
asignación universal por hijo o los becarios de Conicet.
Fue una de
las luchas que se dio en el sector bajo la consigna de “investigar es
trabajar”. La investigación como una inversión, no como un gasto del Estado. Es
importante que un Estado pueda tener ciencia, tecnología, investigación y
educación propias, y no coloniales. La discusión de fondo es una discusión
colonial clásica en Argentina.
Milei dice
que “no hay plata”. Sin embargo, según el Instituto Internacional de Finanzas,
los argentinos poseen 260.000 millones de dólares en depósitos y cuentas del
exterior.
Eso de que “no hay plata”, es una falacia, a diferencia de lo que fue el
menemismo, hoy en Argentina hay sobrante de pesos. No es que no haya plata, hay
pesos circulantes. Todo el plan de las Leliq —instrumento de deuda remunerada
por el Central por el Banco Central— y los plazos fijos para los trabajadores
precisamente era un gesto para mantener la plata en el banco. Lo que no hay son
dólares.
Esos dólares
se materializan en esa fuga de divisas de la que estás hablando, que es el
problema sobre el que habría que ir y no en ajustar sobre lo público. Además,
lo público no representa la cantidad de dinero suficiente para sacarnos de la
situación inflacionaria y devaluatoria en la que en la que nos encontramos en
este momento.
Otra de las
cuestiones es la deuda con el FMI y que hay que pagarla este mes.
Claro, vence el acuerdo. Sobre eso no hay nada en concreto. No conocemos el
proyecto económico concreto de Milei, sí sabemos que vamos a ser cada vez más
pobres.
Y esa deuda
de la que hablan y de la que culpan a la “pesada herencia de los últimos cuatro
años”, nombrando específicamente el Gobierno de Alberto Fernández, es la deuda
que tomó el Gobierno de Mauricio Macri con Luis Caputo, el mismo ministro de
Economía de Milei.
Otra de las
cosas que dijo Milei en su campaña es que iba a cerrar el Banco Central.
El concepto de ir contra la casta está asociado en
el discurso electoral de Milei al cierre del Banco Central y al proceso de
dolarización. Hoy esas medidas no parecen que vayan a ocurrir. La casta ya nos
son los políticos corruptos, sino todos los trabajadores del Estado.
El mileísmo
cambia de piel y habla de negociar con la casta para formar gobierno. Sale en
un tono muy tranquilo, reivindica al padre de Macri y al propio Macri como los
mejores políticos y empresarios, y empieza este plan donde la dolarización y el
Banco Central pasan a un segundo plano. Lo que vuelve es el ajuste y la deuda,
cosas que conocemos muy bien.
A diferencia
de las ofensivas de la derecha de otra época en América Latina, hoy esos golpes
se hacen por la vía institucional.
Eso no es un dato menor respecto a cómo se construyeron los mecanismos
democráticos en nuestro país. En Argentina, no hay un debate sobre cómo fue esa
transición a la democracia, sobre cómo se generaron los mecanismos de la
memoria. ¿Qué le sucede a la memoria cuando se institucionaliza? Ahí creo que
hay una pregunta interesante para pensar por qué prende tan rápido un discurso
fascistoide, de derecha, en lo popular. Ahí hay algo en relación a otras
reflexiones: ¿cómo construimos memoria?, ¿cómo hicimos esa transición en la
democracia?, ¿cómo se pensó la institución democrática?, ¿y cómo se pensó el
mundo del trabajo?
En Argentina
vivimos procesos de precarización sobre los cuales se activó el consumo de las
clases populares vía deuda. Finanzas y deuda son importantes para entender por
qué hoy puede ganar un tipo como Milei.
Milei te está amenazando con quitarte la beca, la ayuda del comedor, el
subsidio. Los sectores populares están en el puro presente, solucionando el
cómo comer hoy
¿Qué representa la actual vicepresidenta de Argentina, Victoria Villarruel, familiar de genocidas, y Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad?
Villarruel y Bullrich son dos figuras con una disputa interna en la coalición
de Gobierno respecto al eje de seguridad. Las dos representan lugares de
represión y violencia. Bullrich es la responsable de la represión policial de
los últimos años, del asesinato de Santiago Maldonado, por ejemplo. Pero
Villarruel representa a los militares más duros de la dictadura. Pretende
volver a la teoría de los “dos demonios” según la cual no hubo un genocidio,
sino que había un enemigo interno que había que exterminar. Ese discurso, si
bien no había desaparecido socialmente, de alguna manera no se podía decir
públicamente. Algo de eso se empezó a quebrar y se puso en el debate. Por
ejemplo, frente a la denuncia de los 30.000 desaparecidos, Milei dice que
fueron 8.000. Y volvemos a esa teoría del enemigo interno, del “algo habrán
hecho”, que es el discurso de la dictadura cívico militar. Nos han ganado la
batalla de alguna manera y vuelven a habilitarse estos lugares tremendos de la
violencia política, de la violencia social y de culpabilizar al otro.
¿Qué significa
la frase de Milei “el que corta no cobra”?
En 2001 con el proceso de resistencia que se dio a la crisis del horror
neoliberal surgen los piqueteros. Ahí se junta la clase trabajadora que estaba
totalmente desempleada y la privatización de empresas públicas, o sea, nada muy
distinto a lo que se está gestando ahora. Cuando se le toca el bolsillo a la
clase media es cuando todo salta, ¿te acordás del corralito?
Tradicionalmente
los trabajadores hacían huelga tomando su lugar de trabajo. Pero cuando no
tienen trabajo, ¿cómo se hace para generar algún tipo de escucha? Se cortan las
calles, se hacen ollas populares, se generan mecanismos de reproducción social
súper interesantes de sostenibilidad de la vida de forma colectiva, popular y
callejera. Y en términos de organización eso hasta hoy persiste.
Pero también
ha ido generando algo de este discurso que hablábamos antes de derechización de
lo social. Se pone al resto de los trabajadores contra los piqueteros porque no
les cortan las calles y no pueden llegar a tiempo al trabajo.
Cuando Milei
dice “El que corta no cobra”, está hablando de esa figura. De un piquetero muy
relacionado a los planes sociales. Hay una amenaza: “Yo sostengo mientras
ustedes no corten”. Esa frase marca la represión a la movilización.
Milei te
está amenazando con quitarte la beca, la ayuda del comedor, el subsidio. Los
sectores populares están en el puro presente, solucionando el cómo comer hoy.
¿Cuál es la proyección a futuro cuando vos solo podés cerrar hoy? ¿Cómo
discutís que estos mecanismos que Milei tiene no son democráticos cuando tenés
a parte de la población que no accede a derechos? Es muy complejo cuando
nosotros decimos “nos van a quitar los derechos”, y la gente más pobre nos dice
“pero si yo ya no los tengo”.
Hay algo de
eso por lo que gana Milei y ahí es donde me parece que tanto los gobiernos
progresistas como los feminismos tenemos que pensar qué pasó en estos años que
no funcionó. Jugar ahí con la autocrítica. El concepto de democracia es el que
está puesto en tensión y también los derechos humanos. No hemos sido capaces de
generar un discurso que sea atractivo para la gente joven o que lo entienda y
lo sienta como propio.
El
ultraliberalismo de Milei proviene de un discurso viejísimo, pero el envoltorio
es totalmente contemporáneo con TikTok, las fake news. Lo que hace a
Milei un líder carismático y atractivo que prende entre la gente joven es esa
contemporaneidad.
El concepto
de libertad viene siendo disputado y no supimos ver lo que estaba gestando. El
movimiento feminista a nivel internacional también puso en cuestión y en
disputa lo que era pensar la libertad. Se puso en la discusión y la pelea por
la libertad y no sobre la social, por la libertad y no sobre la igualdad y eso
sucedió tanto en los feminismos como en la ultraderecha.
La libertad en el feminismo apareció en frases como “mi cuerpo, mi
decisión”. Pero si esa libertad no está vinculada al debate sobre la igualdad,
es una libertad solo para blancas o ricas
Hay un
problema muy serio, porque dentro de los feminismos —un movimiento plural,
heterogéneo, complejo— apareció esa libertad en frases como “mi cuerpo, mi
decisión”, por ejemplo, pero si esa libertad no está vinculada al debate sobre
la igualdad, es una libertad solo para blancas o ricas. Eso explicaba también
por qué podíamos pensar un proceso tan complejo como el de un feminismo
neoliberal.
Pero el
feminismo está siendo utilizado como arma arrojadiza por esta derecha que habla
de ideología de género.
Se disputa ese concepto de libertad y lo hace de otra manera, y también
responde a la libertad de masculinidades que se sintieron agredidas. Milei
no habla de familia. ¿Cuál es la familia de Milei? Cinco perros, tres clonados
y su hermana. Eso es una familia queer en los términos feministas. El peligro
neoliberal de lo queer que había en los feminismos, ¿no?
Pero, sin
embargo, en los feminismos sí hay una puesta en cuestión más allá de esos
términos liberales, de las estructuras de reproducción social del capitalismo,
de la colonialidad y de las formas del patriarcado y por eso podemos decir que
el feminismo es un movimiento revolucionario en esos términos, y ese es el
peligro para las nuevas derechas.
El concepto
de libertad lo que viene a defender es a la propiedad, que es un concepto
claramente capitalista, pero también colonial y patriarcal. Traes la libertad
para vender lo que quieras.
¿Y se están
organizando los grupos feministas?
No es un momento fácil de pensar cómo salir y no es momento para apurarse. Hay
algo de eso de entender la gravedad, la urgencia de esta situación y lo que
está pasando en términos de movimiento. Es más bien un repliegue organizativo,
de ver qué forma de cuidado vamos a tener y cómo nos vamos a organizar cuando
la clave de lo acostumbrado cambia. Salir a la calle así nomás es convertirse
en carne de cañón.
No hemos sido capaces de generar un discurso que sea atractivo para la
gente joven o que lo entienda y lo sienta como propio
Vimos muchos
elementos de la extrema derecha internacional en la toma de posesión de Milei.
Parece que Argentina se puede convertir en un laboratorio de la extrema
derecha.
Sí, y con financiación extranjera. En sus orígenes, el laboratorio del
neoliberalismo también fue América Latina. Pensar en Milei solamente como un
fenómeno nacional es un error, hay que ligarlo a toda la coyuntura
internacional que se hizo fuerte en la pandemia.
Parece que
es más fácil pensar y construir distopías que construir utopías
Sí, me parece que la utopía es un lugar en crisis desde hace mucho tiempo.
Además tenemos una experiencia histórica de la crisis del marxismo respecto a
lo que a lo que fueron las utopías socialistas.
Hay que
volver a esa pregunta por el futuro. Hay algo en el feminismo que es
interesante, la pluralidad, no aparecer como un movimiento, sino como algo
heterogéneo que puede pensar quizá heterotopías y no utopías o generar otra
apertura. Pero hay que pensar el futuro, no se lo podemos regalar.
Porque esa
idea de que no hay futuro es la única que toma como guante la derecha. Para la
derecha este es el futuro y nos van a reventar, vamos a sufrir. Es casi
religioso el discurso de Milei: sufra y después ya vamos a ser potencia
internacional.
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/argentina/entrevista-julia-exposito-milei-feminismo-argentina-aborto
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