miércoles, 29 de mayo de 2024

HABLEMOS CLARO: LA IZQUIERDA TAMBIÉN ES RESPONSABLE DEL ASCENSO DE LA EXTREMA DERECHA

 


Fuentes: Ganas de erscribir 

Por Juan Torres López 

29/05/2024 

        

Escribió Walter Benjamín que lo hecho nunca está definitivamente hecho y que, por tanto, lo peor puede volver. Desde hace tiempo, comprobamos que es así: los partidos de una extrema derecha que creíamos desparecida, o al menos reducida a la mínima expresión desde hace décadas, vuelven a tener influencia política decisiva, e incluso gobiernan en algunos países de gran relevancia.

En las próximas elecciones europeas veremos, sin duda, que su representación parlamentaria se multiplica y, lo que es peor, que se convertirán en socios para nada vergonzantes de las fuerzas de derecha más centristas que dirigen los destinos de la Unión Europea.

Cuando todo eso se produce, las izquierdas se empeñan en erigirse en defensoras de la democracia y en baluartes frente al extremismo de la derecha neofascista. Un intento que se revela vano cuando no cambian la estrategia que precisamente ha llevado a que sus antiguos electores se conviertan en la base social y electoral de la extrema derecha.

Esta, en sus diferentes variedades, está llevando a cabo en todos los países donde se expande políticas privatizadoras, recortes sociales y favores indisimulados a las grandes empresas, a la banca y fondos de inversión. Pero con los únicos votos de los propietarios de estos últimos no podría nunca tener el éxito electoral que tiene.

Milei, Trump, Meloni, Orbán, Le Pen, Abascal, Ayuso… están instigados y financiados por el poder económico y financiero, pero su apoyo social proviene de millones de personas desposeídas, de clases trabajadoras explotadas, desahuciadas y excluidas, de trabajadores autónomos precarizados y de miles de propietarios de micro empresas o de pequeños y medianos negocios cada vez más ahogados a base de impuestos que las grandes empresas no pagan o por la morosidad de estas últimas (en España les deben más de 80.000 millones de euros), o de clases medias que ven que sus hijos no pueden salir del hogar familiar porque no pueden tener vivienda y que viven en la inseguridad e incertidumbre permanentes. Y, sobre todo, que están hartas de cómo se ha venido gobernando antes, de la corrupción y, como he dicho, de la desposesión que sufren.

Ese es el drama. Pero un drama que se produce porque han sido partidos socialistas los que han puesto en marcha en Europa las políticas que han producido esos efectos. En concreto, los Tratados pro-mercado y las de estabilidad y austeridad. Y porque los que se sitúan a su izquierda, en lugar de dar prioridad a las reivindicaciones socioeconómicas centrales que tienen que ver con esa desposesión, han fragmentado su discurso y se dedican a defender reivindicaciones particularistas con las que es imposible conseguir amplios apoyos sociales. En mi reciente libro Para que haya futuro he contabilizado 16 corrientes de izquierdas, 21 feministas y 27 ecologistas, aunque es posible que estén mal contadas y que aún haya más de cada una. Por supuesto, sin unirse ni apenas colaborar entre sí y, a veces, incluso fuertemente enfrentadas. ¿Cómo se van a poder sentir protegidas así las clases desposeídas que necesitan seguridad, ayuda y comprensión? ¿Cómo van a confiar y encontrar la voz y el poder que buscan en quienes no se entienden ni aclaran entre sí y andan siempre a la greña?

Las izquierdas han renunciado a defender los valores universales que son los únicos que permiten aglutinar en torno a ellos a las amplias mayorías sociales que es imprescindible tener para evitar la desposesión generalizada. Y el resultado es que la derecha y ahora la extrema derecha inteligentemente los asumen como suyos. Es verdad que no mencionan que para ponerlos en práctica y disfrutarlos es preciso actuar sobre los derechos de propiedad, que ocultan las causas reales que producen la desposesión y que mienten sobre ellas, por ejemplo, haciendo creer que no hay vivienda por culpa de los okupas o que hay paro e inseguridad ciudadana por los inmigrantes. Pero, como no hay reclamo alternativo sobre ellos, su mera enunciación basta para que la gente crea que la extrema derecha es la que puede defender la libertad, la seguridad, la soberanía, los intereses nacionales, el empleo o la integridad del territorio. Y, al paso que vamos, incluso otros derechos como el acceso a la vivienda, la propia democracia, los derechos humanos o la paz. Tiempo al tiempo.

¿Cómo se va a evitar que las clases desposeídas voten a la extrema derecha si esta defiende los valores con los que se identifica el sentir común de tanta gente, mientras que las izquierdas no hacen autocrítica de sus políticas equivocadas, o se empeñan en darle prioridad a valores o reivindicaciones que tan sólo pueden defender grupos muy reducidos o de interés, por muy legítimo que sea, muy minoritario?

¿A quién le puede extrañar que la extrema derecha se haga con la bandera de la libertad, de la seguridad o la soberanía nacional mientras las izquierdas no disimulan su complicidad con los grandes poderes, se hacen militaristas y se dedican a plantear la tauromaquia como gran problema político o a hacer creer que en la especie humana no hay diferentes sexos masculino y femenino, según los casos y por poner algún ejemplo concreto? O mientras que no terminan de pelearse entre ellas y elevan a la categoría de arte el maltrato hacia quienes tratan de poner en marcha sus propios proyectos políticos.

¿Cómo se va a poder evitar que la gente desposeída se eche en brazos de la extrema derecha si los partidos de izquierdas se han convertido en organizaciones cesaristas en donde la militancia apenas participa, ni decide, ni tiene protagonismo diario, o cuyos dirigentes y cargos públicos no son referentes ejemplares para la gente corriente, sino privilegiados que no muestran más interés ni estrategia que mantener sus prebendas?

En pocas palabras: la izquierda ha dejado desamparada a su base social.

Como explico en mi libro, las izquierdas no sólo han renunciado a soñar, para diseñar horizontes y proyectos que sean atractivos a la gente que sufre; ni ponen en práctica experiencias que permitan demostrar que otro mundo es posible. Más grave aún es que, a fuerza de haber estado expuestas al neoliberalismo, han terminado siendo insensibles a sus males y los reproducen en su seno.

Cuesta decirlo, pero las izquierdas que ahora se nos ofrecen como salvadoras frente al ascenso de la extrema derecha no van a poder evitar su creciente protagonismo porque, como he dicho, en gran medida han sido sus torpezas y renuncias las que han permitido que esos nuevos partidos totalitarios se ganen el apoyo de su antigua base social.

Es imprescindible darle la vuelta a todo esto que está pasando entre quienes se autodefinen como motores del progreso y la transformación social. Afortunadamente, hay otras formas de hacer política y de hacer sociedad y ya las ponen en marcha muchas personas y colectivos sociales en todo el mundo. Lo urgente es apoyarlas, difundirlas y, sobre todo, practicarlas.

Fuente: https://juantorreslopez.com/hablemos-claro-la-izquierda-tambien-es-responsable-del-ascenso-de-la-extrema-derecha/

https://rebelion.org/hablemos-claro-la-izquierda-tambien-es-responsable-del-ascenso-de-la-extrema-derecha/


martes, 28 de mayo de 2024

OCCIDENTE NECESITA LA GUERRA PORQUE LAS DEUDAS YA NO SON SOSTENIBLES

 


Por PieroMessina/MartinArmstrong

 28.MAY.24

 

Entrevista a Martin Armstrong por Piero Messina para SouthFront mayo 05, 2024

Martin Armstrong es uno de los economistas más influyentes de nuestros tiempos. Alguien lo llamó el “Pronosticador”, porque ese era el título de la película biográfica que ayudó a dar a conocer sus actividades en todo el mundo.

Las de Martin Armstrong no son sólo “predicciones”, pues sus reflexiones se basan en el compendio de fórmulas matemáticas precisas y habilidades analíticas. Lo entrevistamos para intentar comprender el contexto geopolítico actual. Desde la crisis de las democracias occidentales hasta el nacimiento del frente BRICS, para llegar a reflexiones profundas sobre el riesgo de un conflicto militar a escala global, Armstrong interpreta datos en tiempo real gracias a su “visión” diacrónica y a un esfuerzo de décadas de investigación y análisis. El trabajo de Armstrong nos permite conectar el conocimiento del pasado con factores críticos del presente. Por todas estas razones, los análisis de Armstrong son valiosos para comprender el presente y orientarnos hacia un futuro que parece lleno de incógnitas y trampas.

Fukuyama abogó por el fin de la historia. Huntington habló de un choque de civilizaciones. ¿Es posible imaginar una tercera vía?

Nuestra mayor amenaza es el control centralizado; eso es lo que condenó al comunismo. Estoy de acuerdo con Huntington en que el choque de civilizaciones se basará en culturas y religiones principalmente debido al intento centralizado de imponer una cultura unificada.

A finales de los años 1980, el modelo geopolítico de referencia era el mundo unipolar, basado en la primacía occidental. ¿En qué pilares culturales, militares y económicos se basa el Consenso de Washington? ¿Es la verdadera libertad?

Los militares en los pilares económicos que hoy dominan Washington no tienen nada que ver con la libertad. Tienen que ver con personas que no estaban dispuestas a aceptar el colapso del comunismo. Por lo que el enemigo fue transformado por el comunismo en racismo étnico.

Con el nacimiento de los BRICS, ¿se puede hablar de una opción multipolar? ¿Cuáles son los límites que ve en esta dimensión geopolítica?

El nacimiento de los BRICS fue causado por estas personas que llamamos neoconservadores que se involucraron en el racismo étnico y atacaron a Rusia sacándola de la economía mundial bajo SWIFT. Esto despertó a muchos en el mundo, al darse cuenta de que el dólar ahora se estaba utilizando como arma y ya no era un instrumento monetario exclusivamente. Las naciones comenzaron a darse cuenta de que si no cumplían las órdenes de Washington, podrían ser eliminadas de SWIFT. Así han dividido la economía mundial poniendo fin a la globalización.

Sus análisis y estudios parecen revelar varias cuestiones críticas relativas a la estabilidad del llamado sistema occidental. Hay una profunda crisis de los sistemas democráticos, hay mucha desconfianza hacia la información dominante y, sobre todo, hay “agentes” externos a las instituciones (un ejemplo sobre todo es la actividad de George Soros) que parecen influir en las decisiones de los gobiernos en Estados Unidos y Europa Occidental. ¿Qué podría pasar en el futuro inmediato y en los próximos años?

Ha sido propaganda de que vivimos bajo una democracia. Vivimos en repúblicas, en cuyo caso el pueblo está representado y no tiene derecho a votar en cuestiones críticas. Históricamente, las repúblicas son las formas de gobierno más corruptas en comparación con una monarquía o una dictadura a las que no se puede sobornar. En una república, todos los representantes que carecen de límites de mandato están en venta al mejor postor. Esto ha resultado en el colapso de la confianza en el gobierno tanto en Europa como en Estados Unidos, que ha caído por debajo del 30%, el nivel más bajo desde la Segunda Guerra Mundial. Agentes externos como George Soros, Bill Gates y el Foro Económico Mundial impulsan agendas personales que han socavado aún más la confianza en nuestros sistemas. Es el gobierno el que decide si vamos a la guerra o no. A la gente nunca se le pregunta.

Ahora, te invitamos a hacer algunas reflexiones sobre la dimensión geoeconómica. El sistema capitalista global se basa en el endeudamiento de los estados soberanos. ¿Es esta una situación sostenible? ¿Quién pagará la factura al final?

La crisis de deuda soberana que enfrentamos ha aparecido con frecuencia a lo largo de la historia. Es insostenible porque los gobiernos actúan en su propio interés y siempre ampliarán la deuda para retener el poder. Históricamente, estos sistemas colapsan cuando emiten nueva deuda para pagar la antigua y no hay nadie allí para comprar la nueva deuda. Una vez que ya no pueden seguir pidiendo prestado dinero nuevo, inevitablemente colapsan.

Su modelo predictivo se basa en cálculos precisos. Los ciclos de la historia y la economía parecen, pues, perseguirse a lo largo del tiempo de la historia. Si no me equivoco, comparó el contexto actual con la crisis y disolución del Imperio Romano. ¿Es correcto?

La historia se repite porque la naturaleza humana nunca cambia. El Imperio Romano es sólo un ejemplo de la historia de sus éxitos y fracasos. Duró más que nadie porque no impuso regulaciones culturales. Los cristianos los llamaban paganos porque tenían muchos dioses. Ese fue el producto de su política de libertad de religión. Atenas tenía a Atenea, el norte de Europa tenía a Thor, por lo que no intentaron cambiar la cultura de las tierras que conquistaron. Crearon un mercado común donde alguien en Gran Bretaña podía vender productos a alguien en Roma. Así, la libertad de religión, los bajos impuestos, la libertad de movimiento y un mercado común se combinaron para crear la Pax Romana.

¿Es todavía posible evitar un conflicto mundial a gran escala?

Es poco probable que podamos evitar una guerra mundial. Los gobiernos necesitan la guerra porque sus deudas ya no son sostenibles. Utilizarán la guerra como excusa para los incumplimientos, como fue el caso en la Segunda Guerra Mundial. Crearán Bretton Woods II con la moneda digital del FMI como reserva.

El Papa Francisco lleva años hablando de una Tercera Guerra Mundial gradual. Desde su punto de vista, ¿se puede compartir lo que afirma el Santo Padre? ¿Cuáles son las principales armas de esta posible Tercera Guerra Mundial?

Creo que tenemos una tercera guerra mundial que comenzará poco a poco con Oriente Medio, Irán contra Israel, Europa contra Rusia, Corea del Norte contra Japón y Corea del Sur, China contra Taiwán. Pero eventualmente se fusionarán.

¿Ha argumentado que la verdadera riqueza de un estado es su gente? ¿Por qué nos olvidamos de todo esto? Sobre todo ¿a quién le conviene?

La riqueza de cada nación es su gente. Esto ha quedado demostrado con el ascenso de Alemania y Japón después de la Segunda Guerra Mundial. Ésta es la esencia de la "Mano Invisible" de Adam Smith. Pero quienes están en el gobierno prefieren a Marx, porque él defiende que el Estado tiene el poder de manipular al pueblo. Entonces, los gobiernos lo han olvidado y rechazan a Smith porque Marx les proporciona más poder.

¿Es correcto afirmar que su análisis logra cubrir la intersección de la geopolítica, los mercados globales y la confianza económica? ¿Puedes explicarnos de forma sencilla cómo funciona tu modelo predictivo de Sócrates? Por cierto, ¿por qué le pusiste el mismo nombre que el filósofo griego?

Le puse a mi modelo de computadora el nombre de Sócrates porque el oráculo de Delfos había dicho que él era el hombre más inteligente de Grecia. Intentó demostrar que el oráculo estaba equivocado y el proceso demostró que era correcto. Fue juzgado y condenado a muerte porque sabía demasiado. Mi computadora me ha enseñado mucho sobre geopolítica. Teníamos un banco importante en el Líbano en la década de 1980 y me preguntaron si podía crear un modelo sobre la libra libanesa. Puse los datos en la computadora y salió diciendo que su país se desmoronaría en 8 días. Pensé que algo andaba mal con los datos. Cuando se lo dije al cliente, me preguntaron qué moneda sería mejor y dije el franco suizo. Ocho días después comenzó la guerra civil. Obviamente, ellos mismos vieron el movimiento del dinero y acudieron a mí para saber el momento. Lo mismo ocurrió con un cliente en Arabia Saudita que era un gran transportista. Me llamó preguntándome qué haría el oro mañana porque Irán iba a comenzar a atacar el transporte marítimo en el golfo. Así que una vez más había información avanzada sobre la guerra. En 1998, entendí cómo la computadora pronosticaba tales eventos. En junio, en nuestra conferencia de Londres, advertí que Rusia estaba a punto de colapsar. El Financial Times de Londres se había colado en el fondo de la sala e informó ese pronóstico en la portada de su periódico el 27 de junio de 1998. Rusia colapsó unas seis semanas después.

¿Se consideran también acontecimientos impredecibles, como el ataque terrorista en Moscú, entre los parámetros de su modelo predictivo? ¿Un evento tipo “cisne negro” puede cambiar el curso de la historia y las relaciones geopolíticas?”

Sí, vimos cómo los flujos de capital cambiaron con un día de anticipación, hasta con una semana de anticipación en el caso del ataque en Israel. Las acciones de defensa comenzaron a subir incluso con el 11 de septiembre; el gobierno utilizó nuestro modelo para observar quién compró opciones de venta en aerolíneas en los días anteriores. Alguien siempre sabe cuándo va a hacer este tipo de eventos. Y mueven su dinero ya sea para obtener ganancias o para evitar pérdidas. La computadora está rastreando todo. No puede decirme quién lo ha hecho. Sólo que la mudanza está a punto de concretarse.

Fuente: http://infoposta.com.ar/notas/13502/occidente-necesita-la-guerra-porque-las-deudas-ya-no-son-sostenibles/

 

MAESTRO, CONSTRUCTOR DEL ORDEN NUEVO

 



El maestro peruano quiere ocupar su puesto en la obra de reconstrucción social. No se conforma con la supervivencia de una realidad caduca. Se propone contribuir con su esfuerzo a la creación de una realidad nueva”.

 

J.C.M. COC-T.14-65

 

El maestro juega un rol protagónico muy importante en la preparación de las nuevas generaciones que el Perú necesita para impulsar el cambio social y promover el desarrollo integral de la patria. Estratégicamente el maestro se encuentra en todo el territorio nacional, similar a nuestras venas y arterias que recorren por todo el organismo humano. Por eso cuando el movimiento magisterial se pone en pie de lucha por sus más sentidas reivindicaciones, se deja sentir su fuerza en todo el territorio nacional, contando con el respaldo de los padres de familia y pueblo en general.

Para que los maestros puedan cumplir conscientemente con tan digna misión, tienen que liberar sus fuerzas productivas elevándose del sindicalismo al socialismo, así como el Amauta JCM se elevó del periodismo a la doctrina; tienen que practicar la moral de productores, muy distinto y distante de la moral burguesa; tienen que enarbolar la lucha contestataria, contraria a la lucha protestataria; tiene que promover y fortalecer el frente unido con programa reivindicativo, ajeno al círculo vicioso de la vieja política criolla; tienen que formular planteamientos propositivos en vez de planteamientos suplicativos. He ahí a los maestros calificados, aptos para contribuir con eficiencia y eficacia al desarrollo de las fuerzas productivas de su entorno, potencializando la formación de nuevas generaciones para el resurgimiento del país. Esta labor, indudablemente no es nada fácil. Mejor que así sea, porque todos los trabajos difíciles dejan huellas indelebles y profundas. De allí que el profesional dedicado en cuerpo y alma al Magisterio, es un hombre de ideas renovadoras, solidario, integral, creativo e imaginativo. Como profesional propiamente dicho, instruye al factor humano con dedicación; como profesor, enseña apasionadamente a sus discípulos; y, como persona, forma con el ejemplo a sus continuadores. Que gran responsabilidad social e histórica como forjador de hombres nuevos, críticos, dinámicos, solidarios, de pensamiento y acción.

El espíritu renovador e inquieto del maestro, hace que sea exigente consigo mismo y exigente con los demás. En ese sentido es disciplinado porque reúne las siguientes cualidades.

1: Maestro histórico, porque valora su pasado, vive y siente su presente preparando sin reservas mentales a sus continuadores.

2: Maestro con moral de productor, porque al pensar con cabeza propia se esfuerza por contribuir al desarrollo de su pueblo, promoviendo trabajos de investigación.

3: Maestro Dialéctico, porque avanza en medio y a través de contradicciones, imprimiendo optimismo, confianza y vitalidad plena en sus discípulos.

4: Maestro creador, porque es un hombre imaginativo con capacidad para presentar alternativas de solución, a los diferentes problemas que se presentan en la vida diaria.

5: Maestro Solidario, porque es ajeno a todo espíritu sectario y ególatra. Promueve el trabajo en equipo, educando en colectividad, a través de la colectividad y para la colectividad.

6: Maestro Crítico, porque cuestiona el contenido de la estructura curricular oficial, dada su formación panorámica, adaptándola a la realidad concreta donde ejerce su labor educativa.

7: Maestro Transformador, porque su actitud afirmativa es consecuencia del análisis socio – económico y cultural del país y/o región donde labora, interpretando su realidad y estimulando la necesidad de transformarla, contribuyendo al cambio social. Vale decir, no basta con sólo interpretar la realidad sino que se debe luchar con razón y ventaja para su transformación.

Estas características básicas, fortalecen a los Maestros de ideas renovadoras y orientan su trabajo para fecundar con su soplo creador las inquietudes de las nuevas generaciones altruistas al servicio del pueblo. He ahí la reivindicación del Maestro líder de la Comunidad y constructor del orden nuevo.

Como líder, los maestros no pueden permanecer indiferentes ante los grandes problemas del país. Tienen que contribuir con su esfuerzo, a la creación de una realidad nueva. Tienen que ser sembradores de gérmenes de renovación, forjando el hombre nuevo que el Perú nuevo necesita.

En ese sentido, tienen que asimilar y poner en práctica los mensajes afirmativos e históricos de los ilustres maestros que representando a su generación, han dejado huellas imperecederas valorando el rol del maestro. Entonces, tener siempre presente el mensaje del ilustre maestro José Antonio Encinas, quien afirmó que “El más alto cargo que un ciudadano puede desempeñar en una democracia es el de maestro de escuela” (JAE-Un Ensayo de escuela nueva en el Perú). Asimismo, reflexionar con el mensaje del Amauta José Carlos Mariátegui que a la letra dice: “De todas las victorias humanas les toca a los maestros, en gran parte, el mérito. De todas las derrotas humanas les toca, en cambio en gran parte, la responsabilidad” (JCM-T.14-62). Y, por último el maestro German Caro Ríos, discípulo de Mariátegui, con su mensaje aleccionador precisando que “El profesor es un trabajador de la enseñanza que labora con la materia prima más delicada y noble que es el niño. Su producción es la cultura que es la fuerza espiritual que impulsa el progreso general de la patria” (GCR- Las Escuelas de estudio e Trabajo en Coeducación). En efecto, estas contribuciones no hacen sino reafirmar la noble misión del maestro en su diaria labor de construir con las inquietudes de los estudiantes, nuevos conocimientos que abarca la formación Científico-Técnico; Físico-Deportivo; Ético-Espiritual. Y al aplicar el método de Aula-Taller-Proyecto, no hacen sino armonizar la teoría con la práctica para afirmar la asimilación consciente de todo conocimiento. He ahí el rol histórico del maestro, constructor del orden nuevo.

Lima-Perú, 06 julio 2018

José Félix Damián

 

domingo, 26 de mayo de 2024

DESCUBRIR LA MULTIDIMENSIONALIDAD DE MARX

 


A propósito de Marx en los márgenes, de Kevin B. Anderson

 

JAIME PASTOR

21/MAY/2024

 

La reciente publicación en castellano de esta obra por Verso, originalmente editada en inglés en 2010 y luego en 2016, supone una muy buena noticia. Ayuda a poder conocer en el ámbito hispanohablante un ambicioso trabajo de investigación sobre los escritos de Marx durante la etapa que transcurre de 1869 a 1883, prestando especial atención a los que recogen sus notas y comentarios sobre las sociedades no occidentales y precapitalistas, si bien también se refiere a periodos anteriores. Recordemos que hasta fechas recientes, en las que han ido apareciendo muchas contribuciones de interés sobre esa etapa (como las de Marcello Musto o  Álvaro García Linera), apenas se podía contar en castellano la edición en 1988 por Siglo XXI de Los apuntes etnológicos de Karl Marx, de Lawrence Krader, o la de 1990 por la Editorial Revolución de El Marx tardío y la vía rusa, coordinado por Teodor Shanin.


Kevin B. Anderson, forma parte de una corriente singular dentro del marxismo, la Organización Internacional Marxista-Humanista, que tiene como referentes a Raya Dunayevskaya (autora, entre otras obras, de Rosa Luxemburgo, la liberación femenina y la filosofía marxista de la Revolución)  y a  C. L. R. James (cuya obra más conocida es Los Jacobinos negros), sin olvidar la influencia que en la evolución personal del autor han tenido Frantz Fanon o W. E. B. Du Bois.


En esta obra centra su atención en, entre otros temas, la evolución de las reflexiones de Marx en torno a la cuestión nacional en Irlanda y Polonia; los artículos sobre la Guerra Civil en Norteamérica; el papel que puede jugar la comuna campesina en Rusia dentro de un proyecto socialista; su preferencia por la edición francesa de El Capital de 1872-1875 hecha por Marx, que le permite precisar algunas interpretaciones; y también, sus inacabados cuadernos etnológicos de 1879-1882 sobre las formas agrarias y comunitarias en India, las Américas, norte de África o la antigua Roma, incluyendo asimismo notas de interés sobre el género y la familia, en las que también se puede encontrar diferencias con lo que escribirá su gran amigo Engels. Se trata, además, de una contribución relacionada con su colaboración en el proyecto editorial en marcha MEGA (Marx-Engels Gesamtausgabe), de 32 volúmenes, lo que le ha permitido poder contar con el acceso a archivos de escritos todavía no publicados.


Anderson sostiene tras ese documentado recorrido que, aunque en un sentido diferente al que sostuvo Althusser, es fácil demostrar que hubo una evolución del Marx tardío hacia una concepción multilineal de la historia, nada determinista ni economicista, y alejada a su vez de la mirada eurocéntrica que pudo caracterizarle en etapas anteriores respecto a la cuestión colonial principalmente. Esta interpretación le lleva a justificar la tesis que defiende al final de su trabajo, según la cual “Marx desarrolló una teoría dialéctica del cambio social ni unilineal ni exclusivamente basada en las clases. Al igual que su teoría del desarrollo social evolucionó en una dirección más multilineal, su teoría de la revolución empezó a concentrarse cada vez más en la interseccionalidad de las clases, etnicidad, raza y nacionalismo. Para dejarlo claro, Marx no era un filósofo de la diferencia en el sentido posmoderno, ya que la crítica de una sola entidad global, el capital, se hallaba en el centro de la totalidad de su proyecto intelectual. Pero centralidad no significa univocidad o exclusividad” (p. 369)1/.

Puede parecer quizás demasiado rotunda esta percepción de un Marx interseccional, pero creo que hay razones suficientes para considerar con Anderson que el conjunto de estos trabajos permite afirmar que el Marx tardío apuntaba hacia una visión omnicomprensiva de las diferentes formas de explotación, opresión y dominación, desde una mirada internacionalista y siempre centrada en la crítica del capital.

Pero vayamos por partes. Anderson comienza recordando los primeros escritos sobre el impacto europeo en India, Indonesia y China, sin negar la influencia de Hegel en Marx en su visión de la inevitabilidad del colonialismo. Aborda las críticas que posteriormente desarrolló, entre otros, Edward Saïd, pero también las contrasta con el efecto que llegarían a tener en Marx la rebelión Taiping de 1850 a 1864 en China, y la de los “insurgentes” Cipayos en 1857 en India, después de la cual llegaría a escribir que “Ahora, la India es nuestro mejor aliado” (p. 88).

Sus reflexiones sobre Rusia y Polonia irían también cambiando a medida que Marx va reconociendo el papel de Polonia como “termómetro externo de la revolución europea” a partir sobre todo de la insurrección polaca de 1863. Así lo pone de manifiesto en el discurso inaugural de Marx en el momento de la fundación de la Primera Internacional en 1864, o con la polémica que entablará con los proudhonianos y su nihilismo nacional.

Otro capítulo de interés es el dedicado a la Guerra Civil en Norteamérica, en el que subraya el apoyo decidido de Marx a la lucha por la abolición de la esclavitud, en cuyo marco llega a ver a los afroamericanos como sujetos potencialmente revolucionarios (recordemos también su sentencia según la cual “el trabajador estadounidense de piel blanca no puede emanciparse mientras siga marcado a fuego el de piel negro”), manteniendo no obstante algunas diferencias con Engels, por ejemplo respecto a la Proclamación de Emancipación de Abraham Lincoln.

La cuestión de Irlanda es también tratada a fondo, ya que en ella Marx y su familia, al igual que Engels, se implicaron muy directa y activamente. Su evolución en esta cuestión es más conocida, ya que le condujo a modificar su posición inicial ante la relación que había que establecer entre la lucha por la independencia de Irlanda y la del proletariado inglés. Llegaría así en los años 1869-1870 a argumentar que, dado el predominio del racismo entre los trabajadores ingleses frente a los inmigrantes irlandeses, debería ser la lucha del pueblo irlandés la “palanca” de la revolución en Inglaterra y no lo contrario.

En relación con las sociedades no occidentales, Anderson observa cómo en sus Manuscritos Económicos de 1861-1863 Marx ya reconoce la singularidad del modo de producción asiático respecto al feudalismo occidental para comprobar luego cómo  “la perspectiva de Marx sobre el ‘sistema comunal asiático’ y sus aldeas había cambiado de forma evidente en comparación a la insistencia sobre el ‘despotismo oriental’ y el letargo vegetativo que observaba antes” (p. 263). Esta evolución se reflejaría también en su rechazo de cualquier filosofía teleológica de la historia, como se puede ver en la actualización que hace Marx de la edición francesa de 1872-1875 de El Capital: en ella precisa que “El país industrialmente más desarrollado sólo le muestra, a aquellos que lo sigan en la escalera industrial, la imagen de su propio futuro” (el énfasis es de Anderson) (p. 276). Dejaba así fuera de esa concepción unilineal a los países que no se encontraban dentro de ese marco, como Rusia o India, y apostaba por una visión multilineal de la historia, diferente de la que podía interpretarse en el Manifiesto Comunista y otros artículos suyos sobre la cuestión colonial.


Así es como, bajo la influencia especialmente de los escritos de Kovalevski sobre las formas de propiedad comunal, Marx irá reconociendo el papel que éstas juegan en diferentes países, como India, Argelia, América Latina y, sobre todo, Rusia. Expresa así, refiriéndose a Rusia en su conocida correspondencia con Vera Zasulich pero extendiendo su reflexión a otras regiones, su esperanza en que las comunas rurales sean “puntos de partida para un desarrollo comunista”. Con todo, no deja de precisar Anderson que Marx considera que para ello tendrían que vincularse con “las incipientes revoluciones de la clase obrera en el desarrollo industrial occidental” (p. 341).

 Igualmente, tiene interés la referencia a los escritos de 1879-1882 sobre la cuestión del género a través de sus estudios sobre los pueblos indígenas pero también sobre la sociedad romana y sus notas sobre la obra de Morgan. En esos apuntes Anderson subraya cómo Marx analiza en términos dialécticos las formas alternativas de relaciones de género que se dieron en esas comunidades, situándolas en sus épocas respectivas y evitando “idealizaciones simplistas”.

El conjunto de estos trabajos aporta, por tanto, razones suficientes para sustentar la tesis de que es posible encontrar en Marx la progresiva elaboración de una “teoría dialéctica del cambio social que no fue unilineal ni exclusivamente basada en las clases”.

En el prefacio escrito para la edición española Anderson explica también que con este libro ha intentado “tender un puente entre dos corrientes”: la que se centra en la dominación de clase, por un lado, y la que lucha contra las otras opresiones o la destrucción medioambiental, por otro. Esta última dimensión, por cierto, fundamental en estos tiempos de capitalismo del desastre, se sale del objeto de estudio en esta obra, pero el autor no obvia por ello su relevancia remitiéndose a algunas contribuciones al respecto, especialmente las de Kohei Saïto, no exentas sin embargo de polémica.

No faltan ejemplos de la utilidad de esta mirada multidimensional en Marx para poder abordar con mejores herramientas los conflictos y los debates de hoy superando falsas oposiciones binarias. Confiemos, pues, en que esta obra no sea recibida como algo ajeno a las preocupaciones de las nuevas generaciones que apuestan hoy por “repensar las luchas y la revolución” en estos tiempos de emergencia global, ya sea desde el marxismo o en diálogo con él.2/

 

Jaime Pastor es politólogo y miembro de la redacción de viento sur

 

1/ Las citas son de la edición de Verso en castellano.

2/ Para más información sobre este libro y su nuevo proyecto: https://vientosur.info/los-escritos-tardios-de-marx/

 

Fuente: https://vientosur.info/descubrir-la-multidimensionalidad-de-marx/

 

LA DOCTRINA POLÍTICO-MILITAR DEL «PUEBLO EN ARMAS»

 


MARIANO MORENO Y LA DOCTRINA POLÍTICO-MILITAR DEL «PUEBLO EN ARMAS»[1]

 

NÉSTOR KOHAN - LA HAINE

25 de mayo de 1810, reguero de pólvora e inicio de la revolución continental

El ciclo de la rebelión anticolonial comienza en 1780-1781 con Tupac Amaru II y se prolonga en 1791-1804 con Haití. Esas deberían ser las referencias originales para conmemorar el Bicentenario… Las discordias de las colonias con las metrópolis europeas se venían incubando desde esas décadas (a partir de las rebeliones indígenas, comuneras y esclavas, habitualmente “olvidadas” o silenciadas por la historia oficial absolutamente eurocéntrica). Luego, los movimientos de independencia se vuelven mucho más contundentes con la invasión napoleónica de España y el apresamiento del monarca Fernando séptimo. Como apunta el historiador Sergio Guerra Villavoy en su Breve historia de América Latina esos últimos acontecimientos abrieron de manera inevitable el conflicto entre realistas españoles y juntistas hispanoamericanos. En 1810 estalla la fase insurreccional abiertamente continental. Se simula y utiliza la supuesta “defensa del rey apresado” como máscara política —conocida como la estrategia del “fernandismo”— para legitimar y sentar las iniciales bases de la lucha independiente. El 19/4/1810 se produce la sublevación y queda instalada la Junta de Caracas (en diciembre de ese año Bolívar logra repatriar a Caracas a Miranda). El 25/5/1810 en Buenos Aires estalla la revolución y se destituye al virrey español. El 16/9/1810 se produce en México “el grito de Dolores”, cuando el cura del bajo clero Miguel Hidalgo y Costilla convoca a la rebelión contra los españoles con uno de los programas sociales más radicales del período. Según Juvenal Herrera Torres en Simón Bolívar, vigencia histórica y política, con los levantamientos de Caracas, Buenos Aires y Bogotá se inicia la revolución de independencia continental. Es verdad. Sin embargo — insistimos— nunca debe olvidarse que ésta tenía como antecedentes los levantamientos indígenas de Tupac Amaru II y Tupac Katari, los comuneros de José Antonio Galán, las insurrecciones de los negros de José Leonardo Chirinos, la revolución de Haití y más cerca, la insurrección juvenil de Chuquisaca (hoy Sucre) del 25/5/1809.

En Bogotá hay un cabildo abierto que finalmente proclama la independencia neogranadina el 11/12/1811. Dos sacerdotes mexicanos, Hidalgo y Morelos, encabezan un proceso insurreccional de indígenas y mestizos contra los criollos terratenientes y los colonialistas con un proyecto tan radical como el de Mariano Moreno, pero con mayor apoyo popular. El 18/5/1811, en el actual Uruguay, Artigas, con gauchos criollos, afroamericanos e indios derrota a los españoles en una batalla y pone sitio a Montevideo. En Caracas la Junta Gubernativa declara la independencia el 5/7/1811. En general las primeras juntas independentistas están formadas por criollos adinerados, blancos letrados —abogados, periodistas, incluso algún que otro cura— y “gente pudiente”. Las grandes mayorías populares —que encabezan la lucha directa en el campo de batalla contra la dominación colonial— terminan marginadas de esas primeras instituciones políticas propias. Recién logran integrarse como actores privilegiados al proceso de independencia a través de las milicias populares y las guerras de liberación continental lideradas por Bolívar y San Martín. Cuando ambos libertadores incorporan al pueblo en armas y al mundo plebeyo de las colonias —como proponía el programa político-militar de Mariano Moreno y ya venía realizando Artigas— en tanto sujeto principal de la lucha, las burguesías comerciales y las oligarquías criollas les quitan apoyo o directamente les dan las espaldas.

Mariano Moreno, de los pueblos originarios a Rousseau

Casi al mismo tiempo que se instala la Junta de Caracas, en Buenos Aires —capital del Virreinato del Río de la Plata— el pueblo destituye al Virrey español Cisneros (25/5/1810). Allí conviven tres orientaciones: a) los profranceses (el ex virrey Liniers), los españolistas (Álzaga) y los patriotas (encabezados por Mariano Moreno, Juan José Castelli y Manuel Belgrano). En el medio se encuentra el jefe militar Cornelio Saavedra, conservador. Mariano Moreno [1778-1811], secretario de la Primera Junta independentista, será el principal ideólogo patriota. Hijo de un funcionario menor y sin recursos, Moreno tiene 13 hermanos. Su familia no puede pagar los estudios. Gracias a miembros de la Iglesia logra viajar a la Universidad Mayor Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca (la misma donde se formarán Castelli y Monteagudo). Allí estudia leyes y teología (de 1799 a 1804, es probable que allí haya conocido en ese tiempo al futuro caudillo guerrillero Manuel Ascencio Padilla, compañero de Juana Azurduy). El canónigo Matías Terrazas, ilustrado, le abre la biblioteca (intransigente e incorruptible, como su admirado Robespierre, años más tarde Moreno incluye a Terrazas entre los enemigos de Chuquisaca por estar vinculado al colonialismo español). El joven Moreno (de 22 años) lee a Juan de Solórzano y Pereyra, autor de Política Indiana y también a Victorián de Villava, fiscal de la Audiencia de Charcas, autor del “Discurso sobre la mita en Potosí” donde muestra la explotación indígena. En esos años Moreno conoce de primera mano la vida miserable de los indígenas en la minería de Potosí. Denunciando la explotación de los yanaconas y mitayos escribe en 1802 su tesis doctoral “Sobre el servicio personal de los Indios”, aguda impugnación de la masacre indígena. Moreno critica la política colonial con ironía “Es mejor conservar la vida de los mortales que la de los metales” (1802). Una vez recibido de abogado, en Chuquisaca asume la defensa de los indios contra los encomenderos. En junio de 1807, ya de regreso en Buenos Aires, el joven jurista defiende a los oficiales del Cuerpo de indios, pardos y morenos a los que se pretendía disminuir el salario (manteniendo intacto el de los blancos españoles), luego de que esas milicias rechazaran las invasiones inglesas. El indigenismo de Moreno será compartido por sus compañeros Castelli y Belgrano, por Artigas, así como también por San Martín. No era un indigenismo filantrópico y declarativo sino basado en medidas concretas que intentó implementar desde el gobierno revolucionario, generando una reacción explosiva en las racistas clases dominantes criollas.

Además del problema indígena, en Chuquisaca Moreno estudió francés e inglés para leer los libros de la biblioteca de Terrazas. Entre otros estudia a Montesquieu, Voltaire, Diderot, Locke y el abate Mably. De todos ellos, prefiere a Jean-Jacques Rousseau. Al igual que don Simón Rodríguez, Moreno se nutrirá a lo largo de su corta y afiebrada vida política del autor de El contrato social, interpretado desde una perspectiva igualitarista radical. Años más tarde, ya como ideólogo revolucionario, lo sintetizará afirmando: “Si deseamos que los pueblos sean libres, observemos religiosamente el sagrado dogma de la igualdad” (Mariano Moreno: “Decreto sobre la supresión de honores al presidente de la Junta y otros funcionarios públicos”, La Gaceta de Buenos Aires, 8/12/1810). Tanto en Chuquisaca como en Buenos Aires, Moreno traduce El contrato social. En 1810, la Junta de Buenos Aires publica 200 ejemplares con prólogo suyo. En él afirma: “Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos, sin destruir la tiranía” (M. Moreno: Prólogo a su traducción de El Contrato Social de J.J. Rousseau, 1810).

Mariano Moreno y su «Plan revolucionario de operaciones»

En 1809, en vísperas de la revolución, Moreno escribe La Representación de los labradores y hacendados, una contestación económica al apoderado del Consulado de Cádiz. En él Moreno se opone al monopolio del comercio ejercido por los españoles y todavía habla “en representación de” los grupos de burguesía criolla. Poco tiempo después usará como máscara la simulada defensa del rey prisionero Fernando Séptimo. No obstante, una vez triunfante la revolución de mayo de 1810, emergerá el verdadero rostro político de Moreno, quien a partir de allí deja de hablar, escribir y actuar “en representación de” para desbordar con nitidez el estrecho límite de los comerciantes y hacendados criollos. En la pirámide social del Río de la Plata había: (a) funcionarios coloniales, (b) comerciantes monopolistas españoles, (c) alto clero, (d) hacendados y comerciantes criollos, (e) profesionales y artesanos, (f) transportistas y pulperos, (g) plebe, castas, gauchos, trabajadores, jornaleros, mestizos, indígenas, negros (esta franja engrosará las milicias patriotas). El enemigo principal era (a), (b) y (c). En La Representación (antes de 1810) Moreno habla en nombre del grupo (d). A partir de la revolución y del Plan revolucionario de operaciones Moreno interpela como sujeto principal a los grupos (e), (f) y fundamental (g). Tanto en sus 46 artículos de La Gaceta de Buenos Aires, en sus decretos e instrucciones a los “Ejércitos Auxiliadores de los Pueblos” como principalmente en su Plan, Moreno sintetizará uno de los proyectos estratégicos continentales más ambiciosos y radicales del partido revolucionario de los patriotas latinoamericanos. El 28/5/1810 la Junta toma la resolución de confeccionar un plan. Moreno lo termina de redactar el 30/8/1810. Su título será Plan de las operaciones que el gobierno provisional de las Provincias Unidas del Río de la Plata debe poner en práctica para consolidar la grande obra de nuestra libertad e independencia. Ese Plan proporciona perspectivas estratégicas a nivel macro y detalladas medidas tácticas para la emancipación latinoamericana. Sugiere dividir al enemigo y crear alianzas propias (internas y externas), combinando la violencia extrema (explícitamente recomienda “cortar cabezas y verter arroyos de sangre” de los enemigos para fundar un nuevo orden revolucionario) con numerosas medidas destinadas a crear consenso en el seno de los sectores pobres y el campo popular (los sectores (e), (f) y fundamental (g)).

En ese Plan estratégico para la revolución de independencia, auténtico programa político, económico y social de alcance y perspectiva explícitamente continental, Mariano Moreno propone abolir la esclavitud de los negros y la servidumbre indígena, prohibir la tortura, ajusticiar a los principales jefes colonialistas y a los cabecillas de la contrarrevolución, no respetar la propiedad privada y expropiar las grandes “fortunas acaudaladas”, confiscar todos los bienes, los buques y las haciendas enemigas, crear el monopolio estatal de las minas de oro y plata y otros recursos naturales fomentando la industria nacional, establecer el control estatal de cambios y de exportación de capitales, asegurar el férreo control —con herramientas tributarias— de la circulación de capitales y la nacionalización del comercio exterior, entre otras medidas. También se proponía expandir de manera fulminante la revolución a la Banda Oriental (hoy Uruguay), Río Grande do Sul (hoy Brasil), Misiones y Paraguay, el Alto Perú (hoy Bolivia), Perú y Chile, no invadiendo ni conquistando sino organizando en cada región insurrecciones y milicias armadas bajo la doctrina revolucionaria del pueblo en armas que siguiendo sus instrucciones intentaron llevar a la práctica Juan José Castelli y Manuel Belgrano, sus mejores compañeros.

El programa político-militar de Mariano Moreno

El proyecto morenista —sintetizado en su Plan revolucionario de operaciones y en la doctrina de pueblo en armas — era muy ambicioso. Abarcaba lo económico, lo social, lo político, lo cultural y lo políticomilitar. Como jefe político y Secretario de Guerra de la Primera Junta de Buenos Aires, Mariano Moreno trató de realizar ese Plan a través de las primeras campañas independentistas del cono sur latinoamericano. Principalmente las dos expediciones militares de los Ejércitos Auxiliadores de los Pueblos que marcharon al Alto Perú (la primera bajo dirección de Castelli siguiendo instrucciones de Moreno, luego habrá otras tres expediciones posteriores) y también hacia el Paraguay-Banda Oriental (al mando de Belgrano, igualmente con instrucciones de Moreno). El mando militar estaba sujeto al político y éste a la Junta a través de la Secretaría de Guerra de Moreno. En ambas el proyecto morenista combinaba la lucha anticolonial con la promoción de cambios profundos en las relaciones sociales (abolición de esclavitud y servidumbre junto a reparto de tierras).

Su doctrina de pueblo en armas tiene antecedentes. En 1806 y 1807 hubo dos invasiones inglesas a Buenos Aires, ambas rechazadas. Desde allí se forman milicias populares. En julio de 1808 Moreno redacta para el Cabildo de Buenos Aires un pedido al rey de 10.000 fusiles para ser distribuidos en la población ante nuevas amenazas de ataques ingleses o franceses. Es a partir de esta sutil incorporación del pueblo humilde en las milicias —posterior a las invasiones inglesas y oficializadas en 1809— como el sujeto de la lucha por la independencia se va tornando más popular, superando el estrecho límite de los criollos blancos y adinerados. La historiografía oficial y académica de la burguesía argentina (desde el refinado T.Halperin Donghi hasta otros más rústicos) denomina a ese proceso “militarización”, cuando en realidad Moreno la pensaba como el desarrollo de la doctrina del pueblo en armas para la lucha anticolonial. Una vez producida la revolución de mayo de 1810 Moreno, Secretario de Guerra, se convierte en el creador de los ejércitos de la revolución (su primer decreto es del 29/5/1810). Moreno destaca que “las clases medianas, las más pobres de la sociedad” son las que mejor nutren los ejércitos patriotas (Moreno: Gaceta de Buenos Aires, 12/7/1810). El 8/6/1810 decreta la igualdad jurídica de los oficiales del Cuerpo de Indios, Pardos y Morenos con los criollos blancos. Según demuestra Julio Novayo en su libro Mariano Moreno, secretario de guerra, el programa militar morenista es expuesto en varios números de La Gaceta de Buenos Aires (9/8/1810, 23/8/1810, 17/9/1810, 19/9/1810 y 23/10/1810), periódico fundado por Moreno en el cual publica 46 artículos en seis meses. Su doctrina de pueblo en armas proponía: (a) ejército independentista como fuerza ofensiva y expansiva de la revolución contra amenazas exteriores, no para reprimir interiormente; (b) no conquistar sino crear milicias propias en cada región; (c) “Todo hombre es soldado nato, amenazada la patria”; (d) Todos los pueblos —indígenas, criollos, negros, zambos— son iguales, “fundando la base de su igualdad en el mérito contraído en la defensa de la patria”; (e) eliminación de servidumbre indígena y lo más resistido: (f) reparto de tierras (impulsada por Castelli en el Alto Perú y realizada por Artigas en la Banda Oriental). A través de la doctrina de pueblo en armas el principal sujeto social al que interpela el Plan Revolucionario de Moreno son las masas populares movilizadas en las milicias patriotas y los jóvenes radicalizados. Su programa militar independentista — que Castelli y Belgrano llevaron a la práctica— era la prolongación política de su concepción roussoniana, en la cual la soberanía reside en el pueblo. Desde esa perspectiva Moreno, Castelli y Belgrano propusieron y concretaron la emancipación de los pueblos indígenas y la liberación de los esclavos negros.

El horror de la burguesía frente a Moreno

La derrota de Moreno (y la de sus compañeros) es el resultado de una contrarrevolución interna implementada por el sector más conservador de la oligarquía (terratenientes) y la burguesía (comerciantes) de su país. Su principal contendiente, el militar conservador Cornelio Saavedra que defendía a esos sectores, festejó el alejamiento de Moreno (y su muerte inminente, ejecutada por manos inglesas) afirmando: “Como que las cosas han variado de circunstancias, por la reunión de las provincias del Virreinato, también es consiguiente se varíen las resoluciones, esto es se moderen y mitiguen los rigores que hasta ahora se habían adoptado. El sistema robespierriano que se quería adoptar en ésta, la imitación de la revolución francesa que intentaba tener por modelo, gracias a Dios han desaparecido” (Carta de Cornelio Saavedra a Feliciano Antonio Chiclana, Buenos Aires, 15/1/1811). En otra carta a Chiclana, del 29/1/1811 Saavedra se refiere a Moreno como “el malvado Robespierre” cuyas miras eran “hacerse dictador” o “un tribuno de la plebe” (ambas cartas reproducidas en Enrique Ruiz Guinazú: Epifanía de la libertad. Documentos secretos de la revolución de mayo). El 5/2/1811 el Cabildo da la Orden de que se retire de circulación El contrato social (traducido y prologado por Moreno) “por considerarlo pernicioso a las conciencias y perturbador de la paz pública”. Mientras tanto en Oruro, un sacerdote reaccionario apellidado Azcurra, recorre las calles agradeciendo a Dios la caída política de Moreno y gritando en público “Ya está embarcado y va a morir”.

Los ganaderos y terratenientes, defendidos por Saavedra y legitimados por el alto clero, no tolerarán el programa social radical morenista. Ellos querían tan sólo desplazar la burocracia virreinal española, dejando intacta la estructura social colonial, la servidumbre indígena y la esclavitud de los negros. Las clases dominantes criollas lo derrotan y asesinan (en complicidad con la pérfida mano inglesa que lo envenena en alta mar con una dosis de cuatro gramos de antinomio y tartrato de potasa, no recetada por ningún médico, un vomitivo fulminante que le provoca convulsiones y en minutos la muerte). Según el testimonio de su hermano Manuel Moreno, quien llegó al camarote del barco donde agonizaba Mariano: “Aún quedó la duda si fue mayor la cantidad de aquella droga u otra sustancia corrosiva” la que le dio el capitán inglés. Agonizando por el veneno, el ideólogo de la revolución de mayo se dio cuenta de lo que estaba pasando, apenas alcanzó a despedirse de su hermano y familia, de sus amigos y de su patria. Su cuerpo no recibió autopsia y fue arrojado al mar.

Moreno fue envenenado cuando apenas tenía 32 años, el 4/3/1811, por el capitán de la fragata inglesa “Fame”. No tiene tumba. Según relatara en su vejez su hijo, también llamado Mariano, su mamá y esposa del secretario de guerra, doña María Guadalupe Moreno había recibido en su casa (poco antes de que su esposo se embarque) de manos anónimas una caja con guantes negros, un velo y un abanico de luto, anunciándole la futura “muerte accidental” de su marido. La propuesta radical de Mariano Moreno fue derrotada por la oligarquía terrateniente y la burguesía comercial de Buenos Aires que ya desde esa época comenzó a asesinar a los incómodos rebeldes y revolucionarios. Nuestra historia política está repleta de esas “muertes accidentales” y de otros tipos de asesinatos menos disimulados. Un método siniestro que se hizo costumbre en la práctica política de las clases dominantes.

“Esos perversos insurgentes”

Los historiadores de la oligarquía y la burguesía argentinas se horrorizan —hasta el día de hoy— frente a la política de insurgencia y la estrategia continental de Mariano Moreno, convergente con la obra emancipadora de Simón Bolívar y José de San Martín. No pueden aceptar que el fundador de la nación argentina y máximo estratega de la revolución de mayo de 1810 haya sido indigenista y patriota, igualitarista radical (postulando la alianza de criollos, mestizos, negros e indígenas), traductor de Rousseau al castellano y admirador al mismo tiempo de Maximilien Robespierre. Los irrita tanto que, por ejemplo, Paul Groussac, Ricardo Levene y otros historiadores liberales herederos del general Bartolomé Mitre (quien tuvo acceso a una copia del libro, pero sintomáticamente “la extravió” …) han puesto en duda la autenticidad del Plan revolucionario de operaciones.

A su vez, los historiadores argentinos nacionalistas, conservadores, católicos y partidarios de Rosas, también atacan a Moreno por “impío” y “subversivo”, mientras defienden a Saavedra. Para ellos habría continuidad entre Saavedra, San Martín —postulado como católico furioso y represor— y Rosas.

El historiador marxista Rodolfo Puiggrós, en su investigación La época de Mariano Moreno, ha demostrado la autenticidad de ese Plan y de ese programa que marcó a fuego el inicio de la revolución de independencia latinoamericana. Además del análisis riguroso y los argumentos irrebatibles de Rodolfo Puiggrós sobre la autenticidad del Plan, Enrique Ruiz Guiñazú publicó el libro Epifanías de la libertad. Documentos secretos de la Revolución de Mayo donde incluye correspondencia privada, escasamente conocida, de la princesa Carlota Joaquina y el rey español Fernando Séptimo refiriéndose — obviamente ambos horrorizados y espantados— al Plan de operaciones de Moreno. Esa correspondencia, no destinada al gran público sino al intercambio de información al interior de la familia real española, constituye una prueba irrebatible de la existencia y originalidad del Plan, por si acaso no alcanzara con que toda la obra política pública de la Junta durante ese primer año en que Moreno dirige la Revolución coincide plenamente, punto por punto, con las propuestas de dicho Plan. Carlota le escribe a Fray Cirilo de Almada, su agente ante Fernando Séptimo: “Remito la copia de las Instrucciones y de un Plan hecho por los revolucionarios; es bonito, pero nada nuevo para nosotros que los conocemos... Hazle ver (a Fernando) que con esta gente no se vence nada de ella por bien, que es preciso palo y a las cabezas, cabeza afuera”. En otra carta le dice: “No puedo dejar de enviarte las noticias, gacetas y el Plan de los revolucionarios... Los americanos son diablos en figura humana. Intriga refinada es la que los alimenta... Muchas pruebas de ello tengo, además del Plan, doctrina de un doctor Moreno, que hicieron para el método de un gobierno revolucionario”. Su hermano, el rey Fernando Séptimo, le escribe a ella: “También he visto el plan de la revolución de América que me has remitido, el cual demuestra bien la perfidia y maldad de esos perversos insurgentes”.

 

Fuente: https://www.lahaine.org/mundo.php/25-de-mayo-de-1810-1811



[1] Fragmento del libro Simón Bolívar y nuestra independencia (Una lectura latinoamericana). Buenos Aires, Editorial Amauta Insurgente, 2013