12/Oct/2024
Hay gentes que vienen al mundo con una novela bajo el pañal,
como Arthur Blair, nacido en 1903 en Bengala, durante el colonialismo británico
de Asia. Fue hijo de un funcionario, administrador del ministerio
del opio del Gobierno inglés en la India, y de una birmana de
ascendencia francesa. Su antepasado Charles Blair había sido dueño de cientos
de esclavos en Jamaica.
Su
madre regresó a Inglaterra con Arthur, quien sería internado en prestigiosos
colegios, a base de becas. En el de Eaton vivió lo que se supone fue un
influyente encuentro con el profesor Aldous Huxley, autor de “Un mundo feliz”,
clásico de la ciencia ficción. En esa época escribió textos en publicaciones
universitarias, estrenándose en lo que iba a ser su profesión.
Acabadas
las becas, se enroló durante cinco años como oficial de la Policía Imperial
India en Birmania, experiencia que resultó la escuela del anti imperialismo que
mostraría en ensayos y en su primera novela, “Los días de Birmania” (1934).
Militante en favor de las clases populares, vivió de trabajos humildes y hasta
en la calle, según contó en “Sin blanca en París y Londres”, considerada su
primera obra importante.
En 1933, adoptó el seudónimo de George Orwell, tres años después se casó con Eileen O'Shaughnessy, tuvo un hijo adoptado y enviudó en 1945. El Left Club Book le encargó en 1936 analizar las condiciones de vida de la clase obrera en el norte de Inglaterra, que relató en El camino a Wigan Pier.
Su
conciencia solidaria le empujó a la Guerra Civil española y llegó a Barcelona
en Navidad de 1936, bajo carta de presentación del Partido Laborista
Independiente.
Fue
alistado en el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), donde ascendió a
teniente y cayó herido grave. Pero antes, y de permiso, participó en las
llamadas Jornadas de Mayo de 1937, el sangriento enfrentamiento barcelonés
entre fuerzas del Gobierno republicano y milicias de la anarquista CNT y el
propio POUM.
Su estudio Homenaje a Cataluña, de 1938, fue una pionera reflexión sobre la deriva autoritaria del llamado socialismo real contra las prácticas autogestionadas y colectivistas en la zona republicana. Una experiencia que vivió durante la persecución del POUM, con algunos de sus miembros ejecutados o desaparecidos (Andreu Nin).
Orwell
relató que estuvo a punto de morir cuando vigilaba la sede de la organización
en el edificio que hoy es el Hotel Rivoli Rambla. Sus referencias morales e
ideológicas saltaron por los aires al comprobar la activa participación represiva
del Partido Comunista español y sus asesores rusos en aquellos sucesos, que
revivió en 1995 su compatriota Ken Loach en la película Tierra y libertad.
Orwell
escribió en 1946:
La guerra de España
y otros acontecimientos ocurridos en 1936-1937 cambiaron las cosas, y desde
entonces supe dónde me encontraba. Cada línea en serio que he escrito desde
1936 ha sido escrita, directa o indirectamente, contra el totalitarismo y a
favor del socialismo democrático como yo lo entiendo.
Vivió
con la idea de que podía ser asesinado y, a mediados de los años cuarenta, el
novelista Ernest Hemingway le regaló una pistola en París, porque lo veía
"paranoico". Trabajó en la BBC, ejerció de crítico literario y
participó en la Segunda Guerra Mundial, experiencia que reflejó en Diario de Guerra. 1940-1942. Murió en 1950 por una
tuberculosis que contrajo en tiempos de indigente.
Rebelión
en la granja, de 1945, fue una original fábula
política sobre lo que consideraba corrupción de los ideales socialistas de la
Revolución rusa. Un grupo de animales se aliaba para derrocar a sus dueños
humanos y organizaba su propia sociedad igualitaria. Los cerdos líderes
acababan abusando del poder y formando una dictadura aún más opresora que la de
los humanos.
Pero
fue 1984, anti utopía o distopía publicada en 1949, la que
le encumbró como creador de una visión que reflejaba la realidad de las
sociedades totalitarias que dominaron la tierra en esa época. Aparecido un año
antes de su muerte, fue su último libro.
La
acción sucedía en el Londres de Oceanía, en una
sociedad dirigida por el Hermano Mayor, líder mesiánico que controlaba a una
población manipulada y adoctrinada en el fanatismo. Con ministerios como el de
la Paz, que se ocupaba de la guerra. El de la Verdad, de la mentira. El del
Amor, de la tortura. Y el de la Abundancia, de la hambruna. Más la Liga Juvenil
Anti-Sexual, que militaba contra las relaciones sexuales y por la inseminación
artificial. Los matrimonios debían ser autorizados por el Partido.
La
Policía del Pensamiento controlaba el lenguaje con conceptos como la neolengua y el doblepensar, a los
que se oponía el crimental, delito de pensamiento
contra la doctrina del Partido, por el que alguien podía ser detenido y
convertido en nopersona o desaparecido.
El
protagonista, Winston Smith, trabajaba para el Estado totalitario,
supuestamente en guerra contra otras tres grandes superpotencias, por el
control del planeta. Desde su responsabilidad laboral manipulaba la historia
borrando el pasado. Pero expresaba sus sentimientos críticos a través de un
diario secreto, rompió las normas morales relacionándose con la joven Julia y
entró en contacto con una supuesta Hermandad contra el régimen. La pareja vivió
una relación clandestina, controlada e infiltrada por sistema, que terminó con
su detención y tortura y obligada a traicionarse mutuamente y asumir el régimen
vigente. Un epílogo del libro recuperó un mensaje de supuesta esperanza frente
a una trama tan negativa.
El
término orwelliano se usa ahora para nombrar las amenazas
para un mundo de ideas y opiniones libres. Convertida en influyente obra
clásica de ciencia ficción distópica, la novela ha conocido al menos tres
versiones audiovisuales, todas bajo el título de 1984: un telefilme de 1954, dirigido por Rudolph
Cartier y estrenado por la BBC; dos años después, Michael Anderson realizó la
primera adaptación al cine; y, en 1984, Michel Radforf volvió a insistir en el
tema.
La
novela gráfica ha usado un tema tan apropiado para el dibujo en diferentes
versiones en viñetas. En 2014, la editorial Herder publicó 1984, el manga, adaptación del libro a ese estilo de
cómic japonés. En 2020, apareció la versión del brasileño Fido Nesti, avalada
por The Orwell Foundation. Otros dibujantes que han pasado el libro a viñetas
son el argentino Luis Scafati, el valenciano David Goliart, el francés Xavier
Coste o el checo Matyas Namai.La editorial Planeta Cómic publicó en 2022 la, de
momento, última gran novela gráfica a cargo de los autores galos Jean-Christophe
Derrien (guionista) y Rémi Torregrosa (dibujo), libro que ha sido relanzado
recientemente.
Con
tapa dura y en un apropiado blanco y negro de buen y detallista dibujo,
coloreado en los breves momentos de relación de la pareja Winston-Julia, el
tebeo resume bien la trama que creó Orwell. El mundo del que nos avisó parece
hoy bastante real ante el auge autoritario y neofascista y el revisionismo y
borrado reaccionario de la historia.
Anthony
Burgess (autor de la también distópica La naranja mecánica)
escribió en 1978 una derivación titulada 1985. Recientemente,
la estadounidense Sandra Newman ha reinterpretado la novela como Julia, en clave feminista actual, a través de la visión
del personaje secundario de la novela.
Personalmente,
Orwell fue crítico contra los nuevos hábitos y libertades, y con la
homosexualidad. La australiana Anna Funder escribió Wifedom, donde denuncia la relación machista con su
primera mujer.
El eco creativo de su obra ha tenido influencias en iniciativas como la serie de cómic y película V de Vendetta, el guiño del reality show televisivo Gran Hermano y filmes o videojuegos futuristas. Visionario en cuanto al moderno poder de control a través de las telepantallas, no debió imaginar que en Barcelona habría una plaza (popularmente conocida como del Tripi) a su nombre, que fue en 2001 el primer espacio público condal con cámaras de vigilancia.
Fuente:
https://vientosur.info/orwell-y-1984-viejas-profecias-distopicas-inquietantemente-actuales/
No hay comentarios:
Publicar un comentario