Asia Times Online
05-08-2013
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
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¿Qué va a hacer ahora el Gobierno
“extremadamente desilusionado” de Obama, el complejo orwelliano/panóptico y el
desacreditado Congreso de EE.UU.? ¿Enviar un Team 6 de los
Seals de la Armada, capturarlo o convertirlo en víctima de un “asesinato
selectivo”? ¿Convertir Moscú en Abbottabad 2.0? ¿Enviar un drone a matarlo?
¿Envenenar su borscht? ¿Regar uranio empobrecido sobre su nueva
casa? ¿Establecer una zona de exclusión aérea sobre Rusia?
A Edward Snowden, con su nuevo estatuto
legal en Rusia, simplemente no se le puede entregar a la chusma “linchadora” de
Bradley Manning. Legalmente, ahora Washington es tan impotente como una niña
tribal pastuna frente a un misil Hellfire. Por no mencionar al Presidente de
EE.UU. (POTUS) orgulloso de su pedigrí de derecho constitucional –a pesar del
reciente pisoteo en serie de la Constitución de EE.UU. y del derecho
internacional– que no parece haber comprendido el mensaje.
Barack Obama prácticamente gritó como
un loco al presidente ruso Vladimir Putin que tenía que entregarle a Snowden
“según el derecho internacional”. Putin le dijo repetidamente que eso no
ocurrirá.
Obama incluso llamó por teléfono a
Putin. Nada. Washington incluso obligó a sus perritos falderos europeos a
interferir en el plan de vuelo del avión del presidente de Bolivia, Evo
Morales. Peor todavía. Moscú se ajustó a la ley rusa y finalmente concedió
asilo temporario a Snowden.
La saga de Edward Snowden ha puesto sobre
su cabeza la hidra de la doctrina de Dominación de Espectro Completo del
Pentágono. No solo porque ha humillado a todo el aparato de seguridad estatal
de EE.UU., sino también por reventar el mito de la Dominación de Espectro
Completo de POTUS.
Obama se reveló una vez más un político
mediocre y un negociador incompetente. Putin lo devoró como un suculento plato
de huevos benedictinos. Glenn Greenwald infligirá la muerte mediante mil
filtraciones, porque está a cargo del cofre del tesoro digital de Snowden. Y
Snowden tomó un taxi y abandonó el aeropuerto bajo sus propias condiciones.
Capas y más capas de matices se han
capturado en esta fascinante discusión en el blog de Yves Smith, imposible de
encontrar en los medios corporativos occidentales. En cuanto a POTUS, todo lo
que le queda es la probabilidad de boicotear una reunión bilateral con Putin el
próximo mes, al margen de la cumbre del G20 en San Petersburgo. La palabra
patético no alcanza para describirlo.
Lo hice a mi manera
¡Qué impulso para la buena literatura!;
Snowden pasó la mayor parte de su tiempo en la sección de tránsito del
aeropuerto leyendo Crimen y Castigo de Dostoievski, una
colección de historias de Chejov, una historia del Estado ruso del historiador
del Siglo XIX Nikolai Karamzin, y aprendiendo el alfabeto cirílico.
Tomó un taxi hacia la luz cuando se fue
de Sheremetyevo, junto a Sarah Harrison de WikiLeaks. Puede haber
ido a un piso franco del FSB sin la menor posibilidad de que los agentes de la
CIA en Moscú lo encuentren, aunque su abogado dijo que elegiría su sitio de
residencia y forma de protección. Su padre Lon podría visitarlo pronto. Incluso
su autodeclarada amiga, “súper heroína del baile del caño” Lindsay Mills,
podría reaparecer pronto.
Cómo debe de haber disfrutado al
terminar el angustioso juego de la espera al tener la última palabra, como en
su declaración publicada porWikiLeaks: “Durante las últimas ocho semanas
hemos visto que el Gobierno de Obama no muestra ningún respeto por el derecho
internacional o nacional, pero finalmente gana la ley. Agradezco a la
Federación Rusa que me haya concedido asilo de acuerdo con sus leyes y
obligaciones internacionales”.
Desde el punto de vista legal Snowden
puede trabajar, y ya ha recibido una oferta del fundador de Vkontakte (el Facebook de
Rusia), Pavel Durov, de incorporarse a su “equipo estelar de seguridad”. En el
año 2018 tendrá derecho a la ciudadanía rusa. Prometió a Putin que no filtrará
“información que pueda dañar a EE.UU.”, la condición esencial para que se le
concediera el asilo. Pero no tiene que hacerlo: Greenwald tiene todo desde esos
apasionantes días iniciales en Hong Kong. ¿Qué va a hacer Washington?
¿Convertir el apartamento de Greenwald en Rio en una boda pastuna?
La oportunidad no podía ser más
dramática. Snowden finalmente aterrizó en Rusia inmediatamente después de que
Greenwald revelara los detalles de XKeyscore [1], subrayando una vez más que la
opinión pública estadounidense, los medios de EE.UU. y su inmensamente inepto
Congreso no tenían la menor idea de la dimensión total del alcance de la NSA.
¿Quién habla de “controles y equilibrios constitucionales”?
Tiene que haber una seria falla
imprevista en el coeficiente intelectual colectivo de esa gente. El Gobierno de
Obama así como el complejo orwelliano/panóptico están consternados porque
simplemente no pueden impedir miles de filtraciones. Este cronista es uno de
los que sospechan que la NSA no tiene la menor idea de lo que Snowden, como
administrador de sistemas, pudo descargar (especialmente porque alguien con sus
habilidades puede borrar fácilmente los indicios de acceso).
Incluso el máximo robot de la NSA –el
general Keith Alexander– admitió oficialmente que la NSA no sabe cómo se las
arregló Snowden. Podría haber dejado un bug, o haber infectado el
sistema con un virus. Es posible que la diversión ni siquiera haya comenzado.
Veamos al inepto POTUS al final de su
mandato
Reconozcamos el mérito a algunas
latitudes cínicas, como en Suramérica, donde la gente ha bromeado durante años
diciendo: “los gringos espían todo lo que hacemos”. Internet, después de todo,
fue originalmente un programa militar estadounidense. El profesor John Naughton
de la Universidad Abierta de Gran Bretaña va un paso más lejos [2] subrayando
que “los días de Internet como una red verdaderamente global están contados”.
Lo que nos espera es la balcanización, subredes geográficas gobernadas por
EE.UU., China, Rusia, Irán, etc.
Naughton también subraya que EE.UU. y
otras subpotencias occidentales han perdido su legitimidad como gobernadores de
Internet. Para completarlo ya no existe la “agenda de libertad de Internet”,
como pregona el Gobierno de Obama.
La obsesión de este Gran Hermano por la
vigilancia, rastreo, monitoreo, control y descodificación prácticamente de todo
lo que hacemos por medios digitales conduce a estupideces monumentales como las
búsquedas en Google que atraen a agentes armados del Gobierno de EE.UU. a una
casa. Y encima el “paraíso de la paranoia” no ha librado a Washington de las
tremendas palizas de Afganistán e Irak ni previó la crisis
financiera de 2008. Aunque quizá lo hizo y las elites que manejaron toda esa
información confidencial la aprovecharon magníficamente.
Por el momento, lo que tenemos es un
complejo orwelliano/panóptico que persistirá con sus poderes fuera de control,
un populacho afásico, un hombre tranquilo e invisible entre una multitud
moscovita y un POTUS consumido por una rabia ilimitada. Cuidado. Podría sentir
la tentación de azuzar al perro (de la guerra).
Notas:
1. XKeyscore:
NSA tool collects 'nearly everything a user does on the internet', The
Guardian, 31 de julio de 2013.
2. Edward
Snowden's not the story. The fate of the internet is, The Observer,
28 de julio de 2013.
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World
is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red
Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su libro más reciente es Obama does
Globalistan (Nimble Books, 2009).
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rCR
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