El
misterio de Kobane
Asia Times Online
28-10-2014
Traducido del inglés para Rebelión
por Germán Leyens
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Las
valerosas mujeres de Kobane –donde los kurdos sirios combaten desesperadamente
contra el EI (ISIS)– están a punto de ser traicionadas por la “comunidad
internacional”. Estas guerreras también combaten, además de contra los
terroristas del Califa Ibrahim, contra los planes traicioneros de EE.UU.,
Turquía y la administración del Kurdistán iraquí.
¿Qué
pasa realmente en Kobane?
Comencemos
por hablar de Rojava. El verdadero significado de Rojava –las tres provincias
de mayoría kurda del norte de Siria– es transmitido por este editorial (en
turco) publicado por el activista encarcelado Kenan Kirkaya. Argumenta que
Rojava es el hogar de un “modelo revolucionario que desafía ni más ni menos que
'la hegemonía del sistema capitalista de nación-estado'”– mucho más allá de su
significado regional “para los kurdos, los sirios o el Kurdistán”.
Kobane
–una región agrícola– se encuentra en el epicentro de este experimento no
violento en democracia, posibilitado por un acuerdo a principios de la tragedia
siria entre Damasco y Rojava (no apoyéis el cambio de régimen contra nosotros y
os dejaremos tranquilos). Aquí, por ejemplo, se argumenta que “incluso si un
único aspecto de un verdadero socialismo pudiera sobrevivir allí, millones de
descontentos serían atraídos por Kobane”.
En
Rojava, la toma de decisiones es a través de asambleas populares,
multiculturales y multireligiosas. Los tres máximos funcionarios de cada
municipalidad son un kurdo, un árabe y un cristiano asirio o armenio; y por lo
menos unos de los tres debe ser mujer. Las minorías no kurdas tienen sus
propias instituciones y hablan sus propios idiomas.
Entre
una miríada de consejos de mujeres y jóvenes también hay un crecientemente
famoso ejército feminista, la milicia Estrella YJA (“Unión de mujeres libres”,
y la estrella simboliza la diosa mesopotámica Ishtar).
El
simbolismo no podía ser más gráfico: pensad en las fuerzas de Ishtar
(Mesopotamia) combatiendo contra las fuerzas de ISIS (originalmente una diosa
egipcia), convertida en un califato intolerante. En el joven Siglo XXI, las
barricadas femeninas de Kobane se encuentran en la vanguardia de la lucha
contra el fascismo.
Inevitablemente
debería haber un buen número de puntos de intersección entre las Brigadas
Internacionales que combatieron al fascismo en España en 1936 y lo que está
sucediendo en Rojava, como subraya uno
de los escasos artículos al respecto publicados en medios
dominantes occidentales.
Por
si estos componentes no bastaran para enloquecer a wahabíes y takfiris,
profundamente intolerantes, y a sus poderosos patrocinadores en petrodólares
del Golfo, existe la situación política general.
La
lucha en Rojava es dirigida esencialmente por el PYD, que es la rama siria del
PKK turco, las guerrillas marxistas en guerra contra Ankara desde la década de
los 70. Washington, Bruselas y la OTAN –bajo permanente presión turca– siempre
han catalogado al PYD y al PKK de “terroristas”.
Un
cuidadoso examen del indispensable libro del líder del PKK Abdullah Öcalan Confederalismo
democrático revela que esa ecuación terrorista/estalinista es un
engaño (Öcalan ha estado confinado en la isla-prisión de Imrali desde 1999.)
Lo
que buscan el PKK –y el PYD– es “municipalismo libertario”. De hecho es
exactamente lo que Rojava ha estado intentando: comunidades con autogobernadas
que aplican la democracia directa, utilizando como pilares concejos, asambleas
populares, cooperativas dirigidas por trabajadores y defendidas por milicias populares.
De ahí el posicionamiento de Rojava en la vanguardia de un movimiento mundial
de economía/democracia cooperativa cuyo objetivo en última instancia sería
dejar de lado el concepto de una nación-estado.
Este
experimento no solo tiene lugar políticamente en el norte de Siria; en términos
militares, fueron el PKK y el PYD los que realmente lograron rescatar esas
decenas de miles de yazidis acorralados por el EI/ISIS en el Monte Sijar, y no
las bombas estadounidenses, como decían los medios de información dominantes. Y
ahora, como detalla la copresidente del PYD Asya Abdullah, lo que se requiere
es un “corredor” para romper el sitio de Kobane por los terroristas de Califa
Ibrahim.
Los
tejemanejes del Sultán Erdogan
Ankara,
mientras tanto, parece proponerse prolongar una política de “muchos problemas
con nuestros vecinos”.
Para
el ministro de Defensa turco, Ismet Yilmaz, “la principal causa del EI es el
régimen sirio”. Y el Primer Ministro Ahmet Davutoglu –quien inventó la difunta
doctrina de “cero problemas con nuestros vecinos” para comenzar– ha subrayado
repetidamente que Ankara solo intervendrá con tropas en el terreno en Kobane
para defender a los kurdos si Washington presenta un “plan post-Asad”.
Y
luego existe un personaje que desborda la realidad: el presidente turco Tayyip
Erdogan, conocido también como el sultán Erdogan.
Los
edictos del sultán Erdogan son bien conocidos. Los kurdos sirios deberían
combatir contra Damasco bajo el comando de esa ficción de mala muerte, el
Ejército Libre Sirio, reconstituido (que debe ser entrenado, precisamente, en
Arabia Saudí); deberían dejar de lado cualquier idea de autonomía; deberían
aceptar dócilmente la solicitud turca de que Washington cree una zona de
exclusión aérea sobre Siria y también una frontera “asegurada” en territorio
sirio. No es sorprendente que tanto el PYD como Washington hayan rechazado esas
demandas.
El
sultán Erdogan se ha propuesto relanzar el proceso de paz con el PKK y quiere
conducirlo desde una posición de fuerza. Hasta ahora su única concesión ha sido
permitir que los peshmergas kurdos iraquíes entren en el norte
de Siria como contrapeso de las milicias de PYD-PKK e impedir de esa manera el
fortalecimiento de un eje kurdo antiturco.
Al
mismo tiempo, el sultán Erdogan sabe que el EI/ISIS ya ha reclutado hasta 1.000
dueños de pasaportes turcos y que la cantidad sigue aumentando. Su pesadilla
adicional es que la mezcla ponzoñosa que destruye “Siraq” se extienda tarde o
temprano poderosamente dentro de las fronteras turcas.
Cuidado
con esos bárbaros a las puertas
Los
terroristas de Califa Ibrahim ya han telegrafiado su intención de masacrar y/o
esclavizar a toda la población civil de Kobane. Y sin embargo Kobane, per
se, no tiene ningún valor estratégico para el EI/ISIS (es lo que el propio
Secretario de Estado de EE.UU. John Kerry dijo la semana pasada; pero luego,
predeciblemente, se retractó). Sin embargo, la muy persuasiva comandante del
PYD es plenamente consciente de la amenaza del EI/ISIS.
Kobane
no es esencial en comparación con Deir ez-Zor (que tiene un aeropuerto que
abastece al Ejército Árabe Sirio) o Hasakah (que tiene campos petrolíferos
controlados por los kurdos con la ayuda del Ejército Árabe Sirio). Kobane no
tiene aeropuerto ni campos de petróleo.
Por
otra parte, la caída de Kobane generaría una inmensa y adicional publicidad
positiva a la muy hábil empresa del Califa ampliando la percepción de un
ejército victorioso, especialmente entre los nuevos potenciales reclutas, con
pasaportes de la UE, así como estableciendo una sólida base muy cerca de la
frontera turca.
Esencialmente,
lo que el sultán Erdogan está haciendo es combatir tanto a Damasco (a largo
plazo) como a los kurdos (a medio plazo) mientras realmente otorga vía libre (a
corto plazo) al EI/ISIS. Y sin embargo, más adelante, el periodista turco Fehim
Tastekin tiene razón; el entrenamiento de los inexistentes rebeldes sirios
“moderados” en la democrática Arabia Saudí solo conducirá a la
"paquistanización" de Turquía. Un remix del escenario que tuvo
lugar durante la yihad afgana de la década de los 80.
Por
si esto no fuera bastante confuso, en un cambio del terreno de juego –y
revirtiendo su dogma “terrorista”– Washington mantiene ahora un acuerdo cordial
con el PYD. Y eso plantea un dolor de cabeza adicional al sultán Erdogan.
Este
toma y daca entre Washington y el PYD todavía existe. Sin embargo algunos
hechos sobre el terreno lo dicen todo: más bombardeos de EE.UU., más
lanzamientos desde el aire de EE.UU., incluyendo grandes
lanzamientos fracasados en los que las nuevas armas acaban en manos de los
terroristas de El Califa).
No
hay que olvidar un hecho clave. En cuanto el PYD fue más o menos “reconocido”
por Washington, el jefe del PYD, Saleh Muslim, fue a reunirse con el astuto
líder del Gobierno Regional del Kurdistán (KRG), Masoud Barzani. En esa ocasión
el PYD prometió “compartir el poder” con los peshmergas de
Barzani en el gobierno de Rojava.
Los
kurdos sirios que fueron obligados a abandonar Kobane y a exiliarse en Turquía,
y que apoyan al PYD, no pueden volver a Siria; pero los kurdos iraquíes pueden
ir y volver. Este sospechoso acuerdo fue negociado por el jefe de inteligencia
del KRG, Lahur Talabani. El KRG, crucialmente, se lleva muy bien con Ankara.
Esto
arroja más luz sobre el juego de Erdogan: quiere que los peshmergas, feroces
enemigos del PKK, se conviertan en la vanguardia contra el EI/ISIS y que de esa
manera se debilite la alianza PYD/PKK. Una vez más, Turquía usa kurdos contra
kurdos.
Washington,
por su parte, está manipulando Kobane para legitimar completamente –utilizando
una vena “humanitaria” R2P (Responsabilidad de proteger)– su cruzada contra el
EI/ISIS. Nunca se recuerda suficientemente que todo el asunto comenzó por una
andanada de sesgo de Washington sobre la preparación por el espurio y fantasmal
grupo de Jorasán de un nuevo 11-S. Jorasán, como era de esperar, desapareció
por completo del ciclo noticioso.
A
largo plazo, el tejemaneje estadounidense es una seria amenaza para el
experimento de democracia directa en Rojava, que Washington solo puede
interpretar como –¡Dios nos libre!– un retorno del comunismo.
Por
lo tanto Kobane es ahora un peón crucial en el despiadado juego que manipula
Washington, Ankara e Irbil. Ninguno de esos actores quiere que el experimento
de democracia directa de Kobane y Rojava tenga éxito, se expanda y comience a
conocerse en todo el Sur Global. Las mujeres de Kobane corren un peligro mortal
de ser, si no esclavizadas, cruelmente traicionadas.
Y
el asunto se vuelve todavía más siniestro cuando la acción del EI/ISIL en
Kobane se ve, esencialmente, como es: una maniobra de distracción, una trampa
para el gobierno de Obama. En realidad los terroristas del Califa apuntan a la
provincia Anbar en Irak –que ya controlan en gran parte– y el crucial cinturón
de Bagdad. Los bárbaros están a las puertas, no solo de Kobane, sino también de
Bagdad.
Pepe
Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving
into Liquid War (Nimble Books, 2007), Red Zone Blues: a
snapshot of Baghdad during the surge (Nimble Books, 2007) y Obama
does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto: pepeasia@yahoo.com
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