La Dirección de
Ayotzinapa
Que
la rabia no eclipse a la conciencia
Rebelión/Universidad de la Filosofía
29-10-2014
Es hora de hablarnos con toda crudeza.
Parte de lo que nos pasa se debe, también, a que estamos desorganizados y
huérfanos de una política emancipadora. Algo de lo más peligroso que puede
ocurrir a los familiares y compañeros de los normalistas asesinados; a los
desaparecidos y a todo el pueblo mexicano, es ser derrotados por las trampas
añejas ensayadas sistemáticamente contra toda expresión de malestar y contra
toda voluntad de cambios. Se trata del peligro de ser ignorados, el peligro de
ser usados y el peligro de ser usurpadas las banderas. Se trata del
peligro de ver tergiversadas las demandas y, por colmo, de ser criminalizados,
satanizados y encarcelados por tener la razón y por luchar por sus derechos. En
eso las cúpulas del PRI, el PAN y el PRD, aliados con TELEVISA, son expertos
nefastos.
Se
vive en México un clima irrespirable que empeora con los años, los lustros y
las décadas, por cada hecho macabro que multiplicado por miles tapiza la
historia de un país secuestrado sanguinariamente por el neoliberalismo. Hoy
llegamos a límites de la criminalidad monstruosa que arremetió contra
estudiantes (masacrados y desaparecidos) luchadores sociales comprometidos con
el pueblo. Reina un clima de impotencia y desesperación que debe trascender la
ira para volverse organización y movilización de largo plazo. Se vive un
ambiente de repudio generalizado contra todas las instituciones
gubernamentales, contra todos los partidos políticos, contra el sistema
judicial en su totalidad y contra esa parte de las maquinarias mediáticas que
son protagonistas pertinaces de la criminalización y la calumnia a destajo. Si
el país no estuviese militarizado con el pretexto de la guerra contra el
“crimen organizado”, habrían proliferado muchas más expresiones de hartazgo,
furia y ascenso de conciencia.
Más
que nunca se requiere un frente único de todas las organizaciones sociales, es
decir de los estudiantes en huelga unidos con los maestros, unidos con los
grupos de autodefensa, unidos con las bases del MORENA, unidos con los
sindicatos. Necesitamos dinamizar la dirección del movimiento por Ayotzinapa y
MORENA tiene una oportunidad para acompañar mejor que nadie a los estudiantes
que, hoy por hoy, pueden hacer un llamado histórico a la clase trabajadora
rumbo a un frente unificado y organizado a nivel nacional e internacional.
Desde hoy es nuestro deber luchar por esa unidad porque sólo el pueblo salva al
pueblo.
Pero
eso requiere dar una batalla honda que rompa con los prejuicios
“anti-políticos” que se han inoculado en las cabezas y las luchas de muchos
jóvenes. No son pocos los que piensan y creen que la “política” es sólo ese
marasmo de corrupción, cinismo y demagogia que han vito siempre escurriendo de
las cúpulas de los partidos políticos como el PRD, PRI, PAN, PVEM. No son pocos
quienes creen que es imposible la Política sin la mezquindad, la usura y la
criminalidad con que se ha impuesto a México eso que han llamado “política” los
oligarcas durante muchas décadas. Contra eso es imprescindible construir una
revolución semántica y una práctica nueva de la política en manos de esos
jóvenes inspirados en una política revolucionaria a su vez inspirada en las
conquistas históricas que se ganó el pueblo de México con la Revolución y con
el gobierno de Cárdenas por ejemplo. Una política en verdad distinta y libre
que sea herramienta de lucha contra todas las formas de la vieja política
impuesta en México por el capitalismo y sus peleles. Nueva política impulsada,
también, por los jóvenes para derrotar a la crisis de dirección revolucionaria
que aqueja a la humanidad entera. Revolución de la política con canales de base
capaces de expresar el descontento una explosión de propuestas dirigidas por
consenso y llamando siempre a otros grupos para que se unan y sean también el
movimiento, tanto a nivel estatal como nacional e internacional.
Esta
tarea de llevar a la práctica una política liberada de las definiciones
corruptas dominantes en México, puede poner rápidamente al gobierno y al
empresariado que lo apoya, bajo una presión muy poderosa que logrará una
solución al caso Ayotzinapa (y a muchos otros casos). Lo que no puede ni debe
pasar es que la política nueva de los jóvenes se trate de sólo una explosión de
enojo o momentánea. Solamente así puede rendirse homenaje a los caídos y a los
desaparecidos y sólo así puede marcarse un punto de inflexión en la situación
política de México. Es preciso cuestionar a todo el sistema de mafias
criminales, someter a juicio y justicia social a los políticos burgueses en
todos los niveles. Si los jóvenes han comenzado a revelarse necesitan que su rebelión
produzca la fuerza de la acción política de todo un pueblo que los acompaña y
espera su dirección política al lado de los trabajadores, de los obreros, que
son indispensables para consolidar al movimiento. Solamente así será posible
poner fin a la espiral de violencia, represión y masacre en que nos ha hundido
el sistema capitalista.
Los
jóvenes en México integran al 70% de la población. Esos jóvenes viven con un
sentimiento de incertidumbre, abandono e insatisfacción y no tienen otro camino
que unirse contra un solo enemigo y en una sola lucha porque viven en un
callejón sin salida creado por un sistema depredador que impone su avaricia y
su desfachatez a la inmensa mayoría de los mexicanos. No será el gobierno
espurio quien detenga la violencia infernal del “crimen organizado” mientras
eso le reporte beneficios muy diversos.
Sólo
con una política nueva, fresca y correcta, capaz de eludir las provocaciones,
los prejuicios y las infiltraciones, los jóvenes de México hermanados (desde y
con Ayotzinapa) darán una lección política nueva a todo mundo. En su situación
actual la lucha por justicia y presentación de los desaparecidos tiene
preocupados a los 3 poderes que sólo han probado ser parásitos inútiles,
enemigos de los trabajadores y del pueblo mexicano. En ellos no podemos confiar
ni un milímetro. La lucha, tarde o temprano, tiene que ser por derrumbar al
capitalismo en todas sus expresiones. Luchar por lo inmediato y por lo mediato.
Eso sólo es posible con organización y con ideas políticas de nuevo género
capaces de entender a fondo los problemas y anhelos de la juventud y frenar a
todo lo que ataca a nuestro pueblo. ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
Rebelión
ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de
Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras
fuentes.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=191347
No hay comentarios:
Publicar un comentario