Publicado: 4 nov 2015 1
Corresponsales de RT han realizado dos viajes en un
año a Afganistán con el objetivo de ser testigos de la destrucción de los
cultivos de opio y demostrar quién se halla tras el negocio del narcotráfico.
Asimismo, intentaron descubrir por qué las fuerzas internacionales que llevan
14 años luchando contra el extremismo talibán en Afganistán no han destruido su
principal fuente de financiación: la droga.
"Se nos advirtió que no lograríamos ser
testigos de la destrucción de los cultivos de opio y que no tendríamos la
oportunidad de encontrar campesinos dispuestos a mostrar su cosecha. También
que no lograríamos demostrar quién se halla tras el narcotráfico en un país en
el que hay presencia militar de la OTAN desde hace 14 años. A pesar de todo,
logramos nuestro objetivo… aunque no sin dificultades", confesó el
corresponsal de RT Alexánder Kopysov.
En Afganistán resulta extremadamente difícil llevar
a cabo una investigación periodística debido a la inseguridad y la prohibición
de grabar en muchos lugares. En algunos casos hay que recurrir al 'baksheesh',
como llaman allí al soborno, para hacerse con una imagen. El equipo logró
acudir al mayor punto de encuentro de drogadictos de Kabul, donde la
Policía no puede hacer nada. "Todos los que estamos aquí tenemos
problemas. Todos estamos igual. Ninguno de nosotros tiene trabajo, todos somos
desempleados", confiesa Sayed, uno de los drogadictos.
"En el 2001, tras la caída del régimen talibán
y la entrada en el país de los efectivos de la coalición internacional, la
cosecha de opio se estimó en 180 toneladas, mientras que este año la misma será
de 6.500 toneladas. La diferencia es abismal", explica Iliá Levitán, del
Servicio de Control Antidroga de Rusia, que trabaja en el país. "La
pregunta es: ¿Cómo puede ser que las fuerzas internacionales que llevan 14 años
luchando contra el extremismo talibán en Afganistán no hayan destruido su
principal fuente de financiación que es la droga?"
"En Afganistán actúa una
mafia internacional liderada por EE.UU."
Los corresponsales de RT hablaron con el comandante
Jadiján, que en los años 80 luchó contra las fuerzas soviéticas. "Hay que
aceptar que, al fin y al cabo, los estadounidenses están interesados en que
Afganistán siga estando en guerra y que el país no prospere. Los mismos
talibanes son una creación de EE.UU. También encubren el narcotráfico.
Aquí actúa una mafia internacional liderada por estadounidenses", opinó
Jadiján.
En su reportaje el equipo de la cadena intentó
encontrar a testigos de la cooperación entre los soldados de la OTAN y los
talibanes. Asimismo, los periodistas visitaron los campos de amapola,
hablaron con los residentes locales y hasta participaron en algunas operaciones
de la Policía antidroga afgana.
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