Erik
Verlinde. (Foto: NWO / Arie Wapenaar)
La gravedad
emergente (o gravedad inducida), como se conoce a la nueva teoría, predice la
misma desviación exacta de los movimientos cósmicos que normalmente se explica
insertando a la materia oscura en el cálculo. El profesor Erik Verlinde, un
experto reconocido en la teoría de cuerdas de la Universidad de Ámsterdam en
los Países Bajos, ha ampliado sus conclusiones previas al respecto, en un nuevo
estudio hecho público recientemente.
En 2010,
Erik Verlinde sorprendió al mundo con una teoría de la gravedad completamente
nueva. Según él, la gravedad no es una fuerza fundamental de la naturaleza,
sino un fenómeno emergente. De la misma manera que la temperatura surge del
movimiento de partículas microscópicas, la gravedad emergería de los cambios en
elementos de información fundamentales, almacenados en la propia estructura del
espacio-tiempo.
En su
estudio inicial de 2010, Verlinde mostró cómo la famosa segunda ley de Newton,
que describe cómo las manzanas caen de los árboles y los satélites se mantienen
en órbita, puede ser derivada de estos bloques de construcción microscópicos
subyacentes. Ampliando su trabajo anterior y otro hecho por otras personas,
Verlinde muestra ahora cómo entender el curioso comportamiento de las estrellas
en galaxias sin tener que añadir la extraña materia oscura.
Las regiones
exteriores de las galaxias, como la de nuestra propia Vía Láctea, giran mucho
más rápido alrededor de su centro de lo que deberían, teniendo en cuenta solo
la cantidad de materia ordinaria presente, como estrellas, planetas y gases
interestelares. Algo más tiene que producir la cantidad necesaria de fuerza
gravitatoria, y así fue como entró en escena la materia oscura. Esta parece
dominar nuestro universo: más del 80 por ciento de toda la materia debe tener
esa naturaleza oscura. Hasta la fecha, jamás se han observado las supuestas
partículas de materia oscura, a pesar de los múltiples esfuerzos por
detectarlas.
Según
Verlinde, no existe ninguna necesidad de añadir una misteriosa partícula de
materia oscura a la teoría. En su nuevo estudio, explica cómo su teoría de la
gravedad predice de forma precisa las velocidades bajo las cuales las estrellas
giran alrededor del centro de la Vía Láctea, así como el movimiento de las
estrellas dentro de otras galaxias.
El tiempo
dirá si la teoría de Verlinde es solo una ingeniosa explicación alternativa a
la realidad de la materia oscura, o si, sorprendentemente, esta no existe y lo
que propone el científico representa una revolución de la física tan radical
como lo fueron en su día la entrada en escena de la relatividad de Einstein o
la mecánica cuántica de Max Planck.
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