Paolo
Guerrero
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14/11/2017
Análisis
A propósito de la sanción por doping a
Paolo Guerrero, el capitán del equipo peruano de fútbol, es bueno recordar
qué fue lo que pasó en Bolivia en 1993 cuando la Federación Internacional de
Fútbol Asociado (FIFA) sancionó al boliviano Miguel Ángel Rimba, el
“Correcaminos”, y al brasileño Armelino Domizetti, el popular
"Zetti", que fueron sancionados al encontrárseles "trazas de
cocaína" en un control de dopaje luego de un partido contra Brasil.
No habían consumido la "perica blanca", sino ingerido un inocente
mate de coca y, por primera vez en su historia, la FIFA levantó la sanción a
ambos.
En relación con Paolo, todo hace pensar que es un
caso similar. El doctor Elmer Huerta, médico peruano de mucho prestigio, se ha
pronunciado al respecto señalando que el “metabolito de benzoilecgonina sólo
puede contenerse en el organismo si se ha ingerido cocaína o mate de coca”
(Caretas Nro. 2513, 9 de noviembre). Aunque no se han descartado hipótesis
conspirativas para sacar a nuestro capitán futbolero del cuadro nacional,
suspendiéndolo por 30 días mientras se investiga el caso, esto permitió que
Paolo no estuviera en Wellington para enfrentar a los maorís y tampoco estará
el miércoles 15 de noviembre cuando en Lima se decida si vamos o no al Mundial
de Rusia 2018.
No obstante, con el caso de Paolo creo que ya no
hay mucho que hacer, salvo solidarizarse con nuestro goleador estrella. El
mejor aliciente para todos es que ganemos a los maorís y nos clasifiquemos para
el mundial de Rusia. Ojalá que la danza de tijeras de los guerreros chankas,
yanahuaras y quechuas se imponga sobre la danza haka de los bravos visitantes.
Respecto a Bolivia, he tenido el gusto y el honor
de conocer el tema ya que en 1993 y 1994 viví en ese hermano país, que desde el
2006 es gobernado por un indígena que se las trae, don Juan Evo Morales Ayma,
que dirige su país con un “modelo agotado que goza de buena salud” y recibe las
felicitaciones de los centros financieros internacionales por sus altas tasas
de crecimiento, pero no sólo eso: “Entre 2004 y 2015 la pobreza bajó de un 63
por ciento de la población a un 39 por ciento, mientras que la distribución del
ingreso (según cifras del FMI) mejoró en ese período, y Bolivia pasó de ser el
país más desigual en Sudamérica a situarse en una posición promedio en la
región”: http://estrategia.la/2017/11/08/bolivia-un-modelo-agotado-que-goza-de-buena-salud/
El 2 de agosto de agosto de 1993, siete días
después del histórico triunfo 2 a 1 de Bolivia contra Brasil en La Paz, la
Federación Boliviana de Fútbol (FBF) encabezada en ese entonces por el Ing.
Guido Loayza, recibió de la FIFA un lapidario fax que decía: "uno de los
laboratorios homologados por el Comité Olímpico Internacional ...
encontró que su jugador Nro. 4, Miguel Angel Rimba Alvis, sometido al control
de doping ... dio positivo en la sustancia COCAINA (por lo que) a partir de
este momento y hasta que el caso no sea juzgado ... queda suspendido de toda
actividad futbolística a nivel nacional e internacional". La FIFA dio
plazo de 48 horas a las federaciones de futbol de ambos países para que
sancionaran a los jugadores y/o presentaran sus descargos. Me pregunto
¿por qué la FIFA no nos dio el mismo plazo en el caso de nuestro Paolo
Guerrero?
En 1993 Bolivia decidió defender a su jugador y
gracias a un informe técnico, la FIFA reconoció su error y levantó la sanción,
según fax del 6 de agosto de 1993. Se demostró con pruebas documentales que el
defensa boliviano, había tomado un trimate (anís, manzanilla y coca) dos horas
antes del partido entre Bolivia y Brasil por las eliminatorias para el Mundial
de Fútbol de 1994 … para contrarrestar un malestar estomacal.
El primero en enterarse del resultado del examen
fue el Ing. Loayza quien el jueves 29 de julio de 1993 recibió el informe
reservado de la FIFA que sostenía que a Rimba y a Zetti le habían
encontrado "metabolitos del tipo etil ecgnonine, o sea los
residuos orgánicos provenientes del consumo de cocaína por los seres
humanos". Loayza convocó de inmediato al bigotón Xabier Azkargorta -
director técnico vasco-catalán - y al médico de la selección boliviana, Dr.
Miguel Elias Zaiduni, para informarles sobre lo sucedido y diseñar una
estrategia ante la FIFA. Me invitaron a participar en la "Escuelita de la
Coca" que se formó con excelentes profesionales bolivianos, para
argumentar a favor del jugador boliviano y en contra de la sanción de la FIFA.
Los detalles de este incidente, sus consecuencias y esperanzas, los he
relatado en un folleto titulado "Crónica del otro partido que ganó
Bolivia" (La Paz, 1993), que se lo puedo enviar por mail al que lo
desee.
Pero, lo que no sabía al momento de escribir esa
crónica que formaría parte de un libro, era que en realidad la sanción se
levantó debido a la presión de la Coca Cola luego de una llamada telefónica del
gerente general de esa compañía, el cubano-estadounidense Roberto Goyzueta al
presidente de la FIFA de ese entonces, el brasileño Joao Havelange. En resumen,
se levantó la sanción no por nuestros argumentos, jurídicos, médicos,
farmacológicos y étnico/culturales elaborados en la "escuelita de la
coca", sino porque a la Coca Cola, siendo auspiciadora del Mundial de
Fútbol, no le convenía que la FIFA sancionara a dos jugadores por tomar mate de
coca fabricado con la sagrada hoja con la que también se fabrica la famosa
bebida.
Cuidadosa de su imagen internacional, la empresa no
creía conveniente abrirse este frente, nada menos que en un Mundial de Fútbol
auspiciando por ellos y, menos aún, con un país como Bolivia que
internacionalmente era defensora del uso tradicional y medicinal de la hoja de
coca. Con Guido Loayza y el Bigotón, escribimos un libro que quedó inconcluso y
sin publicar, libro que probablemente se titularía "El cándido mate de
coca, la abuela Coca Cola y la FIFA desalmada" ya que el entuerto era
digno de relatar para el mundial de 1994 en los Estados Unidos.
Luego de la sanción, vino la indignación de un país
para el que la defensa de la coca es tan importante como su reivindicación
marítima. No es por gusto que más de un millón de bolivianos - tres millones,
según otras fuentes y muchos más ahora que un indígena como Evo Morales es su
Presidente desde el 2006 -, "acullican" la hoja sagrada de los incas.
Casi ninguno de los habitantes de este país multiétnico ha dejado de tomar mate
de coca cuando tiene problemas estomacales o, simplemente, como "agüitevieja"
luego del almuerzo o la cena. A diferencia del Perú, Colombia, Ecuador, Chile o
el norte de Argentina, el consumo de coca en Bolivia no es "cosa de
indios" sino de todos: blancos, negros, chinos, cholos, ricos y pobres,
hombres, mujeres y niños.
Varios medios de comunicación, sobre todo
brasileños pero también algunos despistados en Bolivia, sospecharon que los
jugadores se habían dopado con cocaína, ignorando que este alcaloide no sirve
como estímulo para deportistas, aunque sí figuraba la cocaína, pero no la hoja
de coca, ni el mate de coca, entre las 112 sustancias prohibidas del Reglamento
de Control Doping de la FIFA. Ninguno de los malpensados aceptó la tesis de la
ingestión de mate de coca o se puso a averiguar si la inocente hoja y su
derivado mate figuraba en el listado de la FIFA. Tampoco se tomó en
consideración la limpia foja de servicios de Rimba. Resulta que el jugador
beniano, según carta/certificada de la Confederación Sudamericana de Fútbol,
salió sorteado para control doping en tres oportunidades de la Copa América con
resultados negativos: el 6 de julio de 1989 en el partido contra Ecuador; el 9
de julio de 1991 contra Brasil; y, el 20 de junio de 1993 contra Colombia.
Bajo la batuta de Loayza y Azkargorta, vino el
cierra filas boliviano alrededor de la versión de su jugador Rimba, mientras
que los brasileños expulsaron de sus filas al vapuleado Zetti.
Comprensible la reacción carioca, ya que para ellos y desgraciadamente
todavía para muchos en el mundo, coca o mate de coca sí es cocaína. La FBF
convocó, sin mucho esfuerzo, a un equipo técnico para sustentar el alegato de
defensa: juristas, bioquímicos, farmacólogos, médicos, profesionales de otras
disciplinas, como este economista cholo, que de futbol no sabía nada y tampoco
tenía vela en el entierro prematuro de Rimba y Zatti.
Con periodistas entusiastas y no pocos curiosos,
nos reunimos a tiempo completo y ad-honorem, como todo en esa Federación pobre
en plata pero rica en patriotismo, alrededor de una mesa y un fax para juntar
argumentos y documentos de todas partes: laboratorios, universidades, centros
de investigación y documentación de Bolivia, Perú, Estados Unidos, Canadá y
Alemania. Otros cholos estuvieron virtualmente presentes como los doctores
Fernando Cabieses, Teobaldo Llosa, Baldomero Cáceres, Ricardo Soberón,
Alejandro Camino y Enrique León Soria, quienes nos enviaron argumentos hasta La
Paz.
En la "Escuelita de la Coca" los no
entendidos aprendimos sobre coca, cocaína, benzoylecgonina, metabolitos,
cromatografía de gases, pico gramos y espectometría de masas. Con estos
terminajos ampliamente aprendidos y discutidos, con mucho entusiasmo y pocas
esperanzas de que la FIFA diera su brazo a torcer, se elaboró un alegato de 24
páginas que fue enviado por fax a Zurich el día 4 de agosto, dentro del plazo
previsto para ello.
En contundente carta dirigida a Joseph S. Blatter,
Secretario General de la FIFA, el Ing. Loayza planteó que el desempeño positivo
que el equipo boliviano había tenido hasta el momento y sus esforzados antecedentes
hacía "innecesario el uso de artificio alguno ajeno al deporte
(y que) hemos podido esclarecer entre otras cosas que este tema tiene una
connotación geográfica y que no se lo puede tratar con la misma óptica cuando
las muestras se las obtiene en Copenhague o Zurich que si son obtenidas en La
Paz o el Cusco. Y es que la misma Convención de Viena de 1988 hace esta
discriminación, estableciendo que el uso medicinal de las hojas de coca no está
prohibido en Bolivia y Perú".
El voluminoso informe que preparamos en dos días,
tenía como anexos del que fui responsable, 62 documentos y 185 páginas,
mamotreto que debidamente fotocopiado y anillado fue enviado por courrier a
Zurich el jueves 5 de agosto. Los seis ejes del alegato fueron: 1) Rimba
ingirió mate de coca en horas previas al partido Bolivia/Brasil del 25 de julio
de 1993; 2) el consumo de infusión de coca es permitido por las leyes
bolivianas y la legislación internacional; 3) el jugador no tuvo intención
dolosa de mejorar su rendimiento físico o psíquico con la ingestión del mate y
el resultado del control doping tipifica un caso de contaminación accidental e
involuntaria; 4) como la ingestión del mate produce residuos en el organismo
que, analizados en laboratorio, dan resultado positivo de cocaína, el análisis
debiera discriminar el contenido de cocaína y otros alcaloides estableciendo si
hubo dopaje con el compuesto purificado; 5) el jugador es un deportista de
conducta intachable que fue sometido a varios controles doping en partidos
oficiales de la Confederación Sudamericana de Fútbol con resultados negativos;
y, 6) siguiendo la legislación internacional vigente resulta imprescindible
determinar el origen de los residuos de cocaína encontrados a fin de evitar que
se apliquen sanciones análogas por conductas enteramente diferentes, tanto en
lo deportivo como en lo humano.
Azkargorta había decidido contra su voluntad
remover a Rimba en la defensa boliviana, aunque dijo que no sería retirado del
cuadro nacional, ni reducidos sus derechos. El "Diablo" Marco Antonio
Etcheverry se preparaba para golear a Uruguay y el arquero Carlos Leonel Trucco
estaba dispuesto a no dejar entrar un gol en su vaya, el 8 de agosto frente a
Brasil, todo ello en desquite por la insultante sanción de la FIFA. Pero, un
día antes del partido con Uruguay, vino la respuesta al contundente informe de
la FBF: "Nos encontramos en posición de comunicarle que por
decisión de Bureau de la Comisión Organizadora de la Copa Mundial, la FIFA ha
levantado la suspensión de su jugador Nro. 4 Miguel Angel Rimba (nacido el
1.11.67)"…. En efecto, se ha comprobado que los indicios de
cocaína provenían de un té, el trimate, que suele consumirse en Bolivia contra
los efectos nefastos de la altitud, y el cual contiene hojas de coca".
Más de un boliviano se estuvo preguntando si los
habitantes de los Alpes suizos, que se encuentran a más de 4,000 metros sobre
el nivel del mar consideran "nefastos" sobre su organismo los efectos
de esta altura. Pero la suerte ya estaba echada: una instancia internacional
había reconocido que mate de coca no es lo mismo que cocaína y que, por lo
tanto, los jugadores Rimba y Zetti podían estar tranquilos.
Los de la "escuelita" recibimos entradas
para el palco de honor en el partido que se realizaba el domingo 8 de agosto
contra Uruguay. Una carta fue enviada directamente a Zurich por el Consejo
Andino de Productores de Coca (CAPC), instancia de coordinación gremial
Andino-Amazónica presidida por Evo Morales. "Coca no es cocaína", se
leía en las paredes de la ciudad de la La Paz y en el cartel de goles del
Estadio Hernando Siles, cuando el seleccionado boliviano, incluyendo a Rimba
entre sus jugadores, enfrentó a Uruguay el 8 de agosto.
La goleada fue histórica y sorpresiva: 3 a 1 contra
un bicampeón mundial dos veces como era el equipo "charrúa".
Los jugadores bolivianos salieron a la cancha orgullosos de su mate de
coca y del héroe de la jornada: Miguel Ángel Rimba. Mientras se desarrollaba el
cotejo, 45,000 espectadores realizaban un "acullicu" colectivo en
defensa de su coca, de su equipo y de su fútbol. Al final, Bolivia se clasificó
para ir al mundial de 1994 y el gnomo bueno de la coca se infiltró en la bolsa
de balotas de sorteo, ordenando que el cuadro boliviano inaugurara el Mundial contra
los Estados Unidos…
Lima, 14 de Noviembre 2017
https://www.alainet.org/es/articulo/189230
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