Estimados amigos:
Los saludamos y a Dios
gracias por haber superado tamaño problema del desmedro a la institucionalidad
democrática.
Los antecedentes de esta
conspiración tienen sus orígenes en la pérdida de las elecciones presidenciales
de Keiko Fujimori. El fujimorismo al perder las presidenciales, tuvo el
consuelo de alcanzar una mayoría apreciable en el congreso de 72 escaños del
total de 130 miembros.
Esta impresionante mayoría
le valió a Keiko Sofía Fujimori comunicar al país que el fujimorismo gobernaría
desde el congreso de la república. Su consuelo al no haber sido elegida
presidenta, tomó la decisión con su clan dirigencial de gobernar el Perú desde
el congreso.
De esa manera Keiko Sofía
asumía informalmente la condición de sentirse presidenta y jefa del gobierno;
pero ella y su clan no analizaron, o mejor no se dieron por enterados que la
candidata no era ni es líder, y que solamente pasa por ser la caudillo de un
partido en que trabajó mucho en organizarse e invirtió mucho dinero, para
formar dicho partido, con el ánimo de que no podían ser derrotados; pero,
quienes organizaron fuerza popular tampoco se dieron por enterados que el
movimiento no era producto de una elite, razón por la cual carecían de
ideología que a la vez sustentara sus conocimientos en política nacional e
internacional como para rivalizar con las otras agrupaciones.
A Keiko Fujimori nada le
impidió decidir que, a través del congreso de la república, donde tenía una
contundente mayoría, que en esta condición le permitía al fujimorismo manejar
el congreso; la actitud tomada se compatibilizaba con la calidad de democracia
peruana de precaria y mediocre, a pesar de los dieseis años de cuatro
elecciones presidenciales, falta mucho para que en el Perú se desarrolle una
verdadera democracia, esto porque no existen los grupos políticos organizados y
que hayan trabajado para fortificar la democracia.
Esta última condición
también permitiría la aventura de Keiko Sofía de sentirse una mandamás,
pudiendo en primer lugar mostrar su fuerza destinada a golpear al ejecutivo de
PPK trayendo abajo a sus ministros; y después buscaría demostrar de como el
congreso en sus manos podía jaquear al ejecutivo y buscar en él que se
sintiera débil, meciéndolo y engañándolo, para llegar a acuerdos de
gobernabilidad.
Así, poco a poco la señora
Fujimori se cobraba la revancha, y su poder también arremetía contra los otros
poderes públicos, preparándose para acusar, por ejemplo tanto al Fiscal de la
Nación, como a cuatro miembros del Tribunal Constitucional, tanto es así que se
comienzan los procesos de fiscales y vocales del TC; parecería que las cosas
estaban estudiadas como para concretarse las acusaciones respectivas.
Sin embargo, en ese camino
también se encontraba el presidente PPK que infortunadamente no quería asistir
a la comisión investigadora de Lava Jato, esta inasistencia dio motivo a que el
presidente fuera envuelto en la figura de la vacancia, acusándolo de haber
caído en incapacidad moral permanente.
Es decir, PPK por mentir y
confundir por su conducta de hace doce años al contrariar la distinción entre
funcionario público y empresario privado, y por consiguiente, había sido un
aprovechado al tomar contratos de servicios que finalmente se pagaban con
fondos del presupuesto público, agravó su situación de que esas contrataciones
se hacían gracias a la principal empresa brasilera Odbrechet, a la que la
fiscalía peruana la situaba como la repartidora de sobornos y coimas hacia los
funcionarios estatales.
La vorágine del
acontecimiento que acusaba a PPK llegaba a su clímax, su vacancia resultaría
inminente no solo de parte de Fuerza Popular que era la más decidida, hasta
plazo le dio para que renunciara; al pedido de vacancia se sumaron los otros
grupos políticos en el congreso: caso de los apristas; la izquierda tradicional
del llamado frente amplio (ahora disminuido); nuevo Perú; alianza para el
progreso; y algunos miembros destacados de acción popular.
La suerte de la vacancia
estaba echada y rodaría la cabeza del presidente PPK, los mentores de la
vacancia en especial del fujimorismo atacaban con vehemencia, sin calcular las
consecuencias; sin embargo, los medios de comunicación repensaron su presencia
en y por la vacancia, y fueron dando pasos atrás, el ejecutivo de los peruanos
por el cambio daba muestras de buscar asesoramiento, capaz de traer abajo los
argumentos de quienes veían que PPK era un lobbista de siempre acostumbrado a
ganar dinero y poder.
Llegó el día de la acusación
y del juicio en el pleno del congreso, y contra todas las virtualidades, salió
perdiendo el pedido de vacancia. Las razones de la anti vacancia no sólo se
sustentaba en el riesgo de la estabilidad y de la economía que mostraba signos
de recuperación del Perú; sino también se retrotrae a que los votantes a favor
de vacar a PPK, sus intereses políticos obligan estudiar el asunto,
produciéndose un marcha atrás. El costo de desaparecer y convocar a elecciones
generales apuntó al peligro de convocarse a elecciones generales después de la
vacancia presidencial y la renuncia de los dos vicepresidentes.
Los del frente amplio habían
manejado a favor de la vacancia, si bien lo hicieron desordenadamente, su
decisión fue unánime, primaría el voto por dicha vacancia; los del nuevo Perú
fueron analíticos y prefirieron retirarse sin participar en votar; no todos los
apristas y acciopopulistas aceptaron votar por la vacancia y se dividieron
absteniéndose. Los de APP de casi ocho asistentes, sólo dos votaron por el si.
Este primer ajuste sería desfavorable porque la abstención tenía una fuerza de
votos inesperada.
La sorpresa de que los
fujimoristas mantenían su disciplina se derrumbó, Kenyi Fujimori convenció con
la ayuda de su padre Alberto Fujimori que de esa inamovible mayoría, diez votos
se decidirían por la abstención, con lo cual la votación por la vacancia sólo
tuvo 78 votos a favor y no alcanzaba la meta calificada de los 87 y más votos.
Este hecho puso en evidencia
que fuerza popular (FP) no era tan fuerte, ni tenía la rigurosidad de la
cohesión de partido, era y es tan frágil como el resto de las organizaciones, a
no ser que medie un clientelismo político que de seguir habrá de costar trabajo
esmerado y mucho dinero. Estamos ante el inicio del fracaso de una de las
aventuras fujimorista y la de Keiko Sofía.
Se dirá que los acuerdos por
la puerta de atrás y por lo bajo entre los que no querían la vacancia respondía
a que 10 rebeldes no dieron los votos necesarios, lo que ha tenido un costo
para conseguir el indulto al reo Alberto Fujimori, lo que sería un precio
político por considerar, con las consecuencias que abonarían a todos los grupos
políticos del parlamento y del ejecutivo.
Sin embargo, el ver llorar a
una parlamentaria fujimorista después del evento que se abstuvo en la votación
final de la vacancia, trae consigo que se produjo un desembalse, es de anotar
que se rompió en el fujimorismo las amarras de la represión que existía en sus
filas, también se observa que había motivos para liberarse y salir de una
organización inflexible que demuestra el temperamento tremendamente
autoritario, lo que por cierto siempre ha estado presente, tomando en cuenta
también que ese autoritarismo se expresa en el tipo de expresiones, para atacar
con patonezca vehemencia a quienes dudaban, en este caso de la vacancia.
Una organización que más de
las veces no calcula las consecuencias de sus acciones, ha sido otra forma de
la contra manifestación de no ser un válido partido con altura discrecional y
menos de raigambre democrática, que presta a la duda generalizada de que no
llegue a ser un partido democrático.
Esto perjudica también a la
política peruana, pues, el movimiento en su cúspide y a nivel de sus
congresales no puede resistir cuando se produce alguna disidencia. Los años de
trabajo para glutinar y ganar las representaciones en el congreso se habrán de
caer. La situación queda entre ¿la huida y el desembalse? Jugándose su
reducción y/o su desaparición.
Estarán equivocados quienes
creen en que la dirigencia “elitista” se recuperara, el simplismo de asustar
porque son más fuertes, mostrando sus raíces autocráticas, el no tener cuadros
de gobierno con ideología y objetivos para entender que su comportamiento
no puede seguir, porque es la organización que pertenece y hasta el momento le
corresponde defender al neo conservadorismo y al neoliberalismo económico
sumando autoritarismo y corrupción, teniendo en cuenta sus antecedentes que
puso el fujimorismo en la década del 90. Fujimori tuvo gobiernos de las
calificados de autocráticos como de una extensa actividad corruptora de
instituciones y personas.
Estas consideraciones por
las que se incluyen el manejo partidario de fuerza popular y del fujimorismo en
general al aparecer como una sola organización o llegará a disgregarse, y en
que medida esto favorece al Perú que decide ingresar al grupo de países de
mayor intensidad democrática.
Insistiendo que FP y los
fujimoristas al ser recalcitrantes no compatibilizan con lo nuevo que haga
posible el progreso en el Perú, se sitúan fuera de una república con historia
constitucional y que después de casi doscientos años desea el régimen que por
lo menos milite en la democracia política, y cerrando el círculo no se toma en
cuenta lo que los egregios del siglo XX buscaban de que queremos Patria. Esto
último parece que los fujimoristas y otros ciudadanos como PPK no están
reflexionando sobre lo que representa patria, democracia y Estado soberano.
Surco, 28 de diciembre de
2017
Fernando Arce Meza
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