viernes, 29 de diciembre de 2017

EL PERÚ EN CRISIS, ENTRE LA VACANCIA Y EL INDULTO




Estimados amigos:
Los saludamos y a Dios gracias por haber superado tamaño problema del desmedro a la institucionalidad democrática.
Los antecedentes de esta conspiración tienen sus orígenes en la pérdida de las elecciones presidenciales de Keiko Fujimori. El fujimorismo al perder las presidenciales, tuvo el consuelo de alcanzar una mayoría apreciable en el congreso de 72 escaños del total de 130 miembros.
Esta impresionante mayoría le valió a Keiko Sofía Fujimori comunicar al país que el fujimorismo gobernaría desde el congreso de la república. Su consuelo al no haber sido elegida presidenta, tomó la decisión con su clan dirigencial de gobernar el Perú desde el congreso.
De esa manera Keiko Sofía asumía informalmente la condición de sentirse presidenta y jefa del gobierno; pero ella y su clan no analizaron, o mejor no se dieron por enterados que la candidata no era ni es líder, y que solamente pasa por ser la caudillo de un partido en que trabajó mucho en organizarse e invirtió mucho dinero, para formar dicho partido, con el ánimo de que no podían ser derrotados; pero, quienes organizaron fuerza popular tampoco se dieron por enterados que el movimiento no era producto de una elite, razón por la cual carecían de ideología que a la vez sustentara sus conocimientos en política nacional e internacional como para rivalizar con las otras agrupaciones. 
A Keiko Fujimori nada le impidió decidir que, a través del congreso de la república, donde tenía una contundente mayoría, que en esta condición le permitía al fujimorismo manejar el congreso; la actitud tomada se compatibilizaba con la calidad de democracia peruana de precaria y mediocre, a pesar de los  dieseis años de cuatro elecciones presidenciales, falta mucho para que en el Perú se desarrolle una verdadera democracia, esto porque no existen los grupos políticos organizados y que hayan trabajado para fortificar la democracia.
Esta última condición también permitiría la aventura de Keiko Sofía de sentirse una mandamás, pudiendo en primer lugar mostrar su fuerza destinada a golpear al ejecutivo de PPK trayendo abajo a sus ministros; y después buscaría demostrar de como el congreso en sus manos podía jaquear al ejecutivo  y buscar en él que se sintiera débil, meciéndolo y engañándolo, para llegar a acuerdos de gobernabilidad.
Así, poco a poco la señora Fujimori se cobraba la revancha, y su poder también arremetía contra los otros poderes públicos, preparándose para acusar, por ejemplo tanto al Fiscal de la Nación, como a cuatro miembros del Tribunal Constitucional, tanto es así que se comienzan los procesos de fiscales y vocales del TC; parecería que las cosas estaban estudiadas como para concretarse las acusaciones respectivas.
Sin embargo, en ese camino también se encontraba el presidente PPK que infortunadamente no quería asistir a la comisión investigadora de Lava Jato, esta inasistencia dio motivo a que el presidente fuera envuelto en la figura de la vacancia, acusándolo de haber caído en incapacidad moral permanente.
Es decir, PPK por mentir y confundir por su conducta de hace doce años al contrariar la distinción entre funcionario público y empresario privado, y por consiguiente, había sido un aprovechado al tomar contratos de servicios que finalmente se pagaban con fondos del presupuesto público, agravó su situación de que esas contrataciones se hacían gracias a la principal empresa brasilera Odbrechet, a la que la fiscalía peruana la situaba como la repartidora de sobornos y coimas hacia los funcionarios estatales.
La vorágine del acontecimiento que acusaba a PPK llegaba a su clímax, su vacancia resultaría inminente no solo de parte de Fuerza Popular que era la más decidida, hasta plazo le dio para que renunciara; al pedido de vacancia se sumaron los otros grupos políticos en el congreso: caso de los apristas; la izquierda tradicional del llamado frente amplio (ahora disminuido); nuevo Perú; alianza para el progreso; y algunos miembros destacados de acción popular.
La suerte de la vacancia estaba echada y rodaría la cabeza del presidente PPK, los mentores de la vacancia en especial del fujimorismo atacaban con vehemencia, sin calcular las consecuencias; sin embargo, los medios de comunicación repensaron su presencia en y por la vacancia, y fueron dando pasos atrás, el ejecutivo de los peruanos por el cambio daba muestras de buscar asesoramiento, capaz de traer abajo los argumentos de quienes veían que PPK era un lobbista de siempre acostumbrado a ganar dinero y poder.
Llegó el día de la acusación y del juicio en el pleno del congreso, y contra todas las virtualidades, salió perdiendo el pedido de vacancia. Las razones de la anti vacancia no sólo se sustentaba en el riesgo de la estabilidad y de la economía que mostraba signos de recuperación del Perú; sino también se retrotrae a que los votantes a favor de vacar a PPK, sus intereses políticos obligan estudiar el asunto, produciéndose un marcha atrás. El costo de desaparecer y convocar a elecciones generales apuntó al peligro de convocarse a elecciones generales después de la vacancia presidencial y la renuncia de los dos vicepresidentes.
Los del frente amplio habían manejado a favor de la vacancia, si bien lo hicieron desordenadamente, su decisión fue unánime, primaría el voto por dicha vacancia; los del nuevo Perú fueron analíticos y prefirieron retirarse sin participar en votar; no todos los apristas y acciopopulistas aceptaron votar por la vacancia y se dividieron absteniéndose. Los de APP de casi ocho asistentes, sólo dos votaron por el si. Este primer ajuste sería desfavorable porque la abstención tenía una fuerza de votos inesperada.
La sorpresa de que los fujimoristas mantenían su disciplina se derrumbó, Kenyi Fujimori convenció con la ayuda de su padre Alberto Fujimori que de esa inamovible mayoría, diez votos se decidirían por la abstención, con lo cual la votación por la vacancia sólo tuvo 78 votos a favor y no alcanzaba la meta calificada de los 87 y más votos.
Este hecho puso en evidencia que fuerza popular (FP) no era tan fuerte, ni tenía la rigurosidad de la cohesión de partido, era y es tan frágil como el resto de las organizaciones, a no ser que medie un clientelismo político que de seguir habrá de costar trabajo esmerado y mucho dinero. Estamos ante el inicio del fracaso de una de las aventuras fujimorista y la de Keiko Sofía. 
Se dirá que los acuerdos por la puerta de atrás y por lo bajo entre los que no querían la vacancia respondía a que 10 rebeldes no dieron los votos necesarios, lo que ha tenido un costo para conseguir el indulto al reo Alberto Fujimori, lo que sería un precio político por considerar, con las consecuencias que abonarían a todos los grupos políticos del parlamento y del ejecutivo.
Sin embargo, el ver llorar a una parlamentaria fujimorista después del evento que se abstuvo en la votación final de la vacancia, trae consigo que se produjo un desembalse, es de anotar que se rompió en el fujimorismo las amarras de la represión que existía en sus filas, también se observa que había motivos para liberarse y salir de una organización inflexible que demuestra el temperamento tremendamente autoritario, lo que por cierto siempre ha estado presente, tomando en cuenta también que ese autoritarismo se expresa en el tipo de expresiones, para atacar con patonezca vehemencia a quienes dudaban, en este caso de la vacancia.
Una organización que más de las veces no calcula las consecuencias de sus acciones, ha sido otra forma de la contra manifestación de no ser un válido partido con altura discrecional y menos de raigambre democrática, que presta a la duda generalizada de que no llegue a ser un partido democrático.
Esto perjudica también a la política peruana, pues, el movimiento en su cúspide y a nivel de sus congresales no puede resistir cuando se produce alguna disidencia. Los años de trabajo para glutinar y ganar las representaciones en el congreso se habrán de caer. La situación queda entre ¿la huida y el desembalse? Jugándose su reducción y/o su desaparición.  
Estarán equivocados quienes creen en que la dirigencia “elitista” se recuperara, el simplismo de asustar porque son más fuertes, mostrando sus raíces autocráticas, el no tener cuadros de gobierno con ideología y objetivos para  entender que su comportamiento no puede seguir, porque es la organización que pertenece y hasta el momento le corresponde defender al neo conservadorismo y al neoliberalismo económico sumando autoritarismo y corrupción, teniendo en cuenta sus antecedentes que puso el fujimorismo en la década del 90. Fujimori tuvo gobiernos de las calificados de autocráticos como de una extensa actividad corruptora de instituciones y personas.
Estas consideraciones por las que se incluyen el manejo partidario de fuerza popular y del fujimorismo en general al aparecer como una sola organización o llegará a disgregarse, y en que medida esto favorece al Perú que decide ingresar al grupo de países de mayor intensidad democrática.  
Insistiendo que FP y los fujimoristas al ser recalcitrantes no compatibilizan con lo nuevo que haga posible el progreso en el Perú, se sitúan fuera de una república con historia constitucional y que después de casi doscientos años desea el régimen que por lo menos milite en la democracia política, y cerrando el círculo no se toma en cuenta lo que los egregios del siglo XX buscaban de que queremos Patria. Esto último parece que los fujimoristas y otros ciudadanos como PPK no están reflexionando sobre lo que representa patria, democracia y Estado soberano.
Surco, 28 de diciembre de 2017                              Fernando Arce Meza

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