miércoles, 9 de mayo de 2018

MARXISMO COMO HUMANISMO



Marxismo como Humanismo (1-3)

TRABAJO – MÁQUINA - ESCLAVO

 

   UNO

Si cada instrumento pudiese, en virtud de una orden recibida o, si se quiere, adivinada, trabajar por sí mismo, como las estatuas de Dédalo o los trípodes de Vulcano, “que se iban solos a las reuniones de los dioses”; si las lanzaderas tejiesen por sí mismas;  si el arco tocase solo la cítara, los empresarios prescindirían de los operarios y los señores de los esclavos
Aristóteles (384-322 a.n.e) La Política, Cap.II, De la esclavitud. Gráficas Modernas, Bogotá, 2000, pág. 28

DOS

En el primer proyecto de Constitución (1848) redactado antes de las jornadas de junio, figuraba todavía el “droit au travail”, el derecho al trabajo, esta primera fórmula, torpemente enunciada, en que se resumen las reivindicaciones revolucionarias del proletariado. Ahora se convertía en el droit àl`assistance, en el derecho a la asistencia pública, y ¿qué Estado moderno no alimenta, en una forma u otra, a sus pobres? El derecho al trabajo es, en el sentido burgués, un contrasentido, un mezquino deseo piadoso, pero detrás del derecho al trabajo está el poder sobre el capital, y detrás del poder sobre el capital, la apropiación de los medios de producción, su sumisión a la clase obrera asociada, y, por consiguiente, la abolición tanto del trabajo asalariado como del capital y de sus relaciones mutuas. Detrás del “derecho al trabajo” estaba la insurrección de Junio.
Marx, 1850. La lucha de clases en Francia de 1848 a 1850. Editorial Progreso, Moscú, 1979, p.64

         TRES

Y así se explica también la paradoja económica de que el recurso más formidable que se conoce para acortar la jornada de trabajo se trueque en el medio más infalible para convertir toda la vida del obrero y de su familia en tiempo de trabajo disponible para la explotación del capital. “Si las herramientas -soñaba Aristóteles-, obedeciendo a nuestras órdenes o leyendo en nuestros deseos, pudiesen ejecutar los trabajos que les están encomendados, como los artefactos de Dédalo, que se movían por sí solos, o los trípodes de Hefestos, que marchaban por su propio impulso al trabajo sagrado; si las canillas de los tejedores tejiesen ellas solas, como esos mecanismos, el maestro no necesitaría auxiliares ni el señor esclavos”
Marx, 1867, El Capital, Libro primero, Capítulo 13, Maquinaria y gran industria. Fondo de Cultura Económica, México, 2001, págs.335-336

(N.B. Marche: obrero francés que, en nombre del pueblo, exigió en 1848 del Gobierno Provisional la proclamación del derecho al trabajo)

         CUATRO

“El prejuicio de la esclavitud dominaba al espíritu de Pitágoras y de Aristóteles”, ha escrito alguien desdeñosamente”. Y sin embargo, Aristóteles preveía que: “si cada útil pudiera ejecutar sin colaboración, o bien por sí mismo, su función propia, y ello del mismo modo que las obras maestras de Dédalo se movían por si mismas o que los tridentes de Vulcano emprendían espontáneamente su trabajo sagrado, si por ejemplo las lanzaderas de los tejedores tejieran solas, el encargado del taller no necesitaría más ayudas ni el amo más esclavos”

El sueño de Aristóteles es nuestra realidad. Nuestras máquinas alentadas por el fuego, dotadas de miembros de acero, infatigables, fecundas e inagotables, desempeñan dócilmente, por sí mismas, su trabajo sagrado. Pero, no obstante ello, el genio de los grandes pensadores capitalistas permanece dominado por el prejuicio del asalariado, por la peor de las esclavitudes: todavía no comprenden que la  máquina es la redentora de la humanidad, el dios que rescatará al hombre de los sordidae artes (oficios) y del trabajo asalariado, en una palabra el dios que le dará ocio y libertad.
Lafargue, 1880, El Derecho a la Pereza, Apéndice. Editorial Grijalbo, México, 1986, p.55

         CINCO

Lo que da, además, a nuestra obra una importancia especialísima es la circunstancia de que en ella se proclama por vez primera la fórmula en que unánimemente los partidos obreros de todos los países del mundo condensan su demanda de una transformación económica: la apropiación de los medios de producción por la sociedad. En el capítulo segundo, a propósito del “derecho al trabajo”, del que se dice que es la “primera fórmula, torpemente enunciada, en que se resumen las reivindicaciones revolucionarias del proletariado”, escribe Marx: “Pero detrás del derecho al trabajo está el poder sobre el capital, y detrás del poder sobre el capital la apropiación de los medios de producción, su sumisión a la clase obrera asociada, y por consiguiente la abolición del trabajo asalariado y de sus relaciones mutuas”. Aquí se formula, pues -por primera vez-, la tesis de que el socialismo obrero moderno se distingue tajantemente de todos los matices del socialismo feudal, burgués, pequeñoburgués, etc., al igual que de la confusa comunidad de bienes del comunismo utópico y del comunismo obrero espontáneo.
Engels, 1895. Prólogo a Las luchas de clases en Francia.... Editorial Progreso, Moscú, p. 8

         SEIS

En los primeros tiempos de la vida ateniense, cuando entre los Aquiles y los Agamenón uno solo entre cien sabía leer y escribir, la “virtud” del hombre de gobierno no estuvo muy distante del ideal guerrero y brutal de los espartanos. Pero más delante, cuando la sociedad fue complicando su estructura y el trabajo del esclavo aseguró a las clases directivas un bienestar cada vez más acentuado, otros elementos se incorporaron al ideal de la “virtud”. Desvinculadas totalmente del trabajo productivo, fueron poco a poco considerando las actividades alejadas de la práctica y de la necesidad como a las verdaderamente distintivas de las clases superiores. El tiempo dedicado a esas ocupaciones y las ocupaciones mismas fueron calificadas con una palabra intraducible, diagosos, pero que significa algo así como “ocio elegante”, “juego noble”, “reposo distinguido”. Y como las concepciones religiosas reflejan paso a paso los movimientos de la sociedad que las produce, los dioses batalladores y guerreros de las épocas bárbaras fueron cediendo el paso a otros dioses equilibrados y serenos que saboreaban en el Olimpo una vida de perpetuos diasgogos.
Aníbal Ponce, 1934. Educación y Lucha de Clases. Bogotá, s.f. aprox. 1984. p.70)

         SIETE

Más franco todavía que Platón, Aristóteles no se ampara ni disfraza con las metáforas y los mitos: en  él hay muy poco de armonías musicales y de sociedades comparadas a organismos. No sólo sostuvo que la esclavitud estaba en la naturaleza de las cosas; no sólo afirmó como ya dijimos que las clases industriales son incapaces de “virtud” y de poder político, sino que reservando para muy pocos elegidos la visión de lo divino -que eso quiere decir teoría- lanzó con crueldad su sarcasmo sangriento: “cuando los telares marchan solos y las citaras suenen por sí mismas, entonces no necesitaremos ni esclavos ni patrones de esclavos. (“Si cada instrumento, en efecto, pudiera trabajar por sí mismo al recibir una orden o al adivinarla -como las estatuas de Dédalo a los trípodes de Vulcano, ‘que se presentaban solos, según dice el poeta, a las reuniones de los dioses’- si las lanzaderas tejiesen solas, si el arco se moviese solo sobre la cítara, los empresarios no necesitarían obreros ni los patrones, esclavos”. Aristóteles, La Política, p.13)
Tenía razón Aristóteles, como la tenía Platón: una sociedad asentada en el trabajo del esclavo, no podía asegurar la cultura para todos. El rendimiento de la fuerza humana es tan exiguo que un mismo hombre no podía a la vez, estudiar y trabajar. Los filósofos por eso debían conducir la sociedad; los guerreros protegerla; los esclavos mantener a los filósofos y los guerreros. La separación de la fuerza física y de la fuerza mental imponía al mundo antiguo estas dos enormidades: para trabajar había que gemir en las miserias de la esclavitud; para estudiar había que recluirse en el egoísmo de la soledad.

Veintitrés siglos hubo que esperar para que se cumpliera al pie de la letra la profecía involuntaria de Aristóteles: los telares empezaron a andar solos y las citaras a sonar sin citaristas. Pero más de un siglo fue todavía necesario para que los hombres llevaran a la práctica la profecía total. Puesto que la máquina liberó al hombre del trabajo interminable, ya están de más, en nuestros propios días, los esclavos y el patrón.
Aníbal Ponce, 1934. Educación y Lucha de Clases. Bogotá, s.f. aprox. 1984. p.84)

         OCHO

Para esta sociedad en que el trabajo ha dejado de ser un tormento, han retrocedido los límites de lo imposible. En las estepas, en las montañas, en los desiertos, en los pantanos, en los torrentes, surgen como por ensalmo las maravillas del hombre. Aldehuelas perdidas, villorrios hasta ayer desconocidos, adquieren de pronto repercusión universal. Pocos, muy pocos, ni en el mismo Ural, sabían a dónde estaba la montaña Magnitaya. ¿Quién no conoce hoy Magnitogorsk, una de las más grandes empresas siderúrgicas del mundo?

Nota del autor: La palabra “trabajo” se deriva de “tripaliun”, instrumento de tortura formado por tres piezas. En un principio, trabajar significaba atormentar.
Aníbal Ponce, 1935. Humanismo Burgués, Humanismo Proletario. Editorial Signos, Bogotá, 1983, p. 123.

         NOTA.- El presente año 2018 es útil para conmemorar tres aniversarios importantes:

-Bicentenario de Karl Marx (1818-2018)
-Mariátegui 124 Años (1894-2018)
-Centenario del Socialismo Peruano (1918-2018).

         Hace un par años el C-PI difundió una serie donde se ponía el acento en el trabajo como tema central del Marxismo, de José Carlos Mariátegui, del Socialismo Peruano. Esta vez se amplía el tema, comenzando por una serie de citas que sirven para respaldar esta interpretación.

         El objetivo de la teoría y práctica del Marxismo se basa en la liberación de las fuerzas productivas de la humanidad toda.

         El objetivo de la teoría y práctica de José Carlos Mariátegui se basa en la liberación de las fuerzas productivas del pueblo peruano

         El objetivo de la teoría y práctica del Socialismo Peruano se basa en la liberación de las fuerzas productivas de nuestro Perú Integral.

         No está demás reiterar que estas celebraciones marcan etapas de balance. La actividad ni comienza ni termina el mismo día de conmemoración. Bien se sabe que el hombre llega para partir de nuevo. Por eso, estas conmemoraciones tienen un objetivo definido:


Las discrepancias teóricas no impiden concertarse respecto de un programa de acción. El frente único de los trabajadores es nuestro objetivo. En el trabajo de constituirlo, los trabajadores de vanguardia tienen el deber de dar el ejemplo. En la jornada de hoy nada nos divide: todo nos une.


         Por eso, deseamos que estos temas sean de utilidad para el lector, para las Nuevas Oleadas de Activistas NOA

                                                                                              Ragarro
                                                                                              03.05.18



Marxismo como Humanismo (2-3)

EL MARXISMO COMO HUMANISMO

            (En 1983) A 100 años del fallecimiento de Marx (14 de marzo) y a 165 años de su nacimiento (5 de mayo), se puede hacer un balance recordatorio de la vigencia de su pensamiento y actualidad de su doctrina, de su teoría.

            La exacerbación de la lucha política ha nublado desde un comienzo la esencia vital del marxismo. Y más todavía si la construcción del socialismo no logra ciertamente los resultados previstos por su principal orientador. Por eso el marxismo viene siendo cuestionado como una utopía más, como una quimera irrealizable, como un horizonte que “por más que nos acerquemos a él jamás lo alcanzaremos”

            Es menester, entonces, analizar esta esencia vital.

            El marxismo tiene tres partes integrantes, internamente relacionadas y de consecuencias lógicas entre sí. El socialismo es relativo a la economía tanto como la economía es relativa a la filosofía. Y si se analiza la obra de Marx desde estos tres aspectos se puede apreciar nítidamente el porqué de estas relaciones y consecuencias.

            Las tres partes integrantes son otras tantas rupturas. En filosofía es una ruptura con la filosofía de Hegel. En economía es una ruptura con la economía de Ricardo. En socialismo es una ruptura con el socialismo de Saint Simon. Esta triple ruptura es histórica y es universal. Por eso Marx señala que con el sistema capitalista “termina, pues, la prehistoria de la sociedad humana” (Contribución a la Crítica de la Economía Política, Prólogo)

            No es casual que el marxismo haya comenzado con la ruptura filosófica. Con Hegel el pensamiento filosófico llegó a su más alta cumbre. Por vía del idealismo nadie ha podido agregar una coma siquiera a la idea dialéctica. Por eso se le conoce como filosofía clásica. Con Hegel la teoría del desarrollo llega a su cumbre dialéctica, pero el análisis de las contradicciones parte de que ese motor está en el Demiurgo, otra manera de denominar a Dios. De allí que Hegel sostenga que es la conciencia la alienada y no el hombre mismo. Es decir, la dialéctica estaba de cabeza.

            Marx da el paso trascendental para la humanidad. Señala que no es la conciencia la que determina el ser social sino al contrario, que es el ser social el que determina la conciencia social. Así puso la dialéctica de pie, y con ello comenzó a poner de pie todo el pensar milenario de la humanidad, abriendo un inmenso campo a la investigación. Esto a veces no se toma en cuenta o se minimiza.

            Así, con Hegel termina el idealismo y con Marx comienza el materialismo, la materia dialéctica.

            Termina la filosofía especulativa, la filosofía tal cual se la entiende tradicionalmente. De ella sólo quedan la ontología, la gnoseología y la lógica dialéctica. Sus otras ramas, como la fenomenología, pasan a ser piezas del Museo del Pensamiento, e igual sus profesores, discípulos y propugnadores.

            Por eso también se desarrolla un primer capítulo de la obra de Marx constituido por los Manuscritos Parisinos (1844), Tesis sobre Feuerbach (1845) y Miseria de la Filosofía (1847)

            Planteada la tesis de que la alienación no radica en la conciencia sino en el ser, toca pasar a demostrarla. Y Marx desarrolla su monumental análisis de las formaciones económicas.

            Con Ricardo el pensamiento económico llega a su más alta cumbre. Por vía del idealismo nadie ha podido agregar una coma siquiera a la idea económica. Por eso se le conoce como economía clásica. Con Ricardo la teoría del desarrollo llega a su cumbre económica, pero la teoría del trabajo como base de todo valor no puede descubrir la esencia del doble valor, del valor de uso y del valor de cambio de toda mercancía.

            Marx da el paso trascendental. Y con una aparentemente sencilla interpolación, venta de la fuerza de trabajo en lugar de venta del trabajo, demuestra la raíz económica de la alienación. El análisis económico de la alienación, iniciado en los Manuscritos Económicos, lo desarrolla Marx en Fundamentos de la Crítica de la Economía Política (1859) y El Capital (1867 y 1884-1895-1905)

            El segundo capítulo de la obra de Marx, el análisis económico, es trascendental. Marx descubre que la alienación no es posterior a la propiedad privada sino anterior a ella. Por eso, aunque expresión extrema, el capitalismo es sólo consecuencia de la alienación y no al revés. Aquí también pone al derecho el pensar milenario de la humanidad, porque el origen de la alienación está en el trabajo mismo. La alienación en el trabajo no es sólo del explotado sino también del explotador, del ser humano, del ser social, lo que se acrecienta en el período histórico de la sociedad de clases y se extrema en el capitalismo.

            El animal humano se hizo hombre por el trabajo, proceso magistralmente explicado por Engels (El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, 1876) ¡Pero se deshumaniza en el trabajo! La división del trabajo es la raíz de la alienación. En la división del trabajo el producto se separa del productor como un ser extraño a él. Por eso en su relación con las cosas, con los objetos, el ser humano los humaniza (fetichismo), y en su relación con otros seres los cosifica (alienación, deshumanización)

            Esta alienación está registrada desde la,antigüedad. Los teóricos del esclavismo clasificaron los instrumentos de trabajo en mudos (el arado, p.e.), que emiten sonidos (las bestias) y que emiten palabras (los esclavos) Y el genio español acuñó el conocido dicho: “Poderoso caballero es Don Dinero”

            En el capitalismo la fuerza de trabajo deviene mercancía, sujeta a la ley de la oferta y la demanda como cualquiera otra. Marx extrema el análisis de la mercancía y descubre la diferencia entre el trabajo concreto y el trabajo abstracto, y por ende de dónde surge el valor y la plusvalía. La teoría de la plusvalía, piedra angular de la teoría económica marxista, es también la piedra angular del análisis de la alienación. Con ella demostró que no es el trabajador el que vive del propietario sino al contrario. La dialéctica de pie es diametralmente opuesta a la dialéctica de cabeza.

            En sus célebres Tesis sobre Feuerbach (1845), señala que “los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo” Por ello, el objetivo de interpretar la realidad, el objetivo de analizar la alienación no puede tener sino un corolario, la lucha por la transformación de la realidad, la lucha por la abolición de la alienación, tanto en su expresión extrema el capitalismo y toda explotación del hombre por el hombre, cuanto en su raíz primigenia la división manufacturera del trabajo.

            La alienación fue la premisa necesaria para el desarrollo de la humanidad. La civilización comienza con la deshumanización, con la explotación del hombre por el hombre. Pero el fin de esta alienación es la premisa consciente para la continuidad del desarrollo, para salir de la prehistoria de la sociedad humana.

            A través de la alienación el hombre cobra conciencia de la alienación. Esto lleva a la lucha por el socialismo, a la lucha consciente por la transformación de la realidad.

            Con Saint Simon el pensamiento social llega a su más alta expresión. Por vía del idealismo nadie ha podido agregar una coma siquiera a la idea socialista. Por eso se le conoce como socialismo clásico o socialismo utópico. Con Saint Simon la teoría del desarrollo llega a su cumbre social, pero la teoría de la justicia social no podía descubrir que el socialismo no es un problema de justicia sino de necesidad, no es un problema de moral sino de economía, de propiedad sobre los medios de producción y, por ende de propiedad sobre el Estado, un problema de qué clase detenta el Poder.

            Marx da el paso trascendental. Y señala que la lucha de clases conduce necesariamente a la expropiación de los expropiadores, a la dictadura del proletariado como premisa para la extinción del Estado y de las clases sociales.

            Marx descubre al proletariado como última clase de la humanidad. Ya en La Sagrada Familia (1844) señala que “Es cierto que la propiedad privada empuja por sí misma, en su movimiento económico, a su propia disolución, pero sólo por medio de un desarrollo independiente de ella, inconsciente, contrario a su voluntad, condicionado por la naturaleza misma de la cosa; sólo cuando engendra al proletariado como proletariado, a la miseria consciente de su miseria espiritual y física, consciente de su deshumanización y, por tanto, como deshumanización que se supera a sí ella misma. El proletariado ejecuta la sentencia que la propiedad privada pronuncia sobre sí misma al crear al proletariado, del mismo modo que ejecuta la sentencia que el trabajo asalariado pronuncia sobre sí  mismo, al crear la riqueza ajena y la miseria propia. Al vencer el proletariado, no se convierte por ello, en modo alguno, en el lado absoluto de la sociedad, pues sólo avanza destruyéndose a sí mismo y a su parte contraria. Y, entonces, habrán desaparecido tanto el proletariado como su antítesis condicionante, la propiedad privada” (Glosa marginal, Crítica nº II)

            Pero proletario no es lo mismo que obrero. Se puede ser proletario sin ser obrero y se puede ser obrero sin ser proletario. Este es el problema de la conciencia social. En el proceso de alienación el hombre no sólo adquiere interés de clase y conciencia de clase sino también adquiere conciencia de su alienación. El marxismo es precisamente esta conciencia de la alienación.

            La conciencia social se expresa entonces como conciencia de clase. Y siendo la clase obrera la última clase, la conciencia de clase del proletariado es la conciencia social del ser social. Así, la alienación social, el concepto más importante del marxismo puede ser mejor aprehendido cuando se interrelaciona con los conceptos de ser social (su antecedente) y de conciencia social (su consecuente)

            Por tanto, la conciencia social del ser social, de la humanidad, no sólo es inherente a los obreros sino a todo ser social que toma conciencia de su deshumanización. El hombre deviene proletario conscientemente, y no espontáneamente por el solo hecho de ser obrero, asalariado.

            El análisis social de la alienación, iniciado en los Manuscritos y desarrollado en El Capital, lo realiza Marx en el Manifiesto Comunista (1848), La lucha de clases en Francia (1850), El Dieciocho Brumario (1852), Carta a Weydemeyer (1852), La Guerra Civil en Francia (1871) y en Crítica del Programa de Gotha (1875)

            Este análisis de la transformación de la sociedad tiene tres etapas. En el Manifiesto Comunista señala la necesidad de la instauración del Poder; en La Guerra Civil en Francia (La Comuna de París) analiza el problema del Gobierno del Poder; en la Crítica del Programa de Gotha plantea el problema de la extinción del Poder, que es en buena cuenta el problema de la extinción de la alienación.

            El tercer capítulo de la obra de Marx, la transformación de la sociedad, de la realidad, es el que ocasiona más confusión porque es un problema de praxis, de demostración de la teoría.

            El marxismo triunfó teóricamente en 1848 con el Manifiesto Comunista. Triunfó políticamente en 1917 con la Revolución de Octubre. Pero económicamente está aún lejos de la victoria. Su victoria sólo puede darse a nivel mundial. Para ello la humanidad, el socialismo, el proletariado tiene que luchar contra “el sello de la vieja sociedad de cuya entraña procede”

            En el Manifiesto Comunista Marx señala que la lucha del proletariado es internacional, pero que tiene que expresarse en su propia forma nacional. Este es el problema de la relación entre internacionalismo, nacionalismo, revolución y coexistencia. Este es el problema de la dictadura del proletariado, de la dictadura proletaria, del Estado de nuevo tipo.

            En La Guerra Civil en Francia Marx analiza que el Estado proletario tiene que ser un Estado tipo Comuna; no un Estado como aparato burocrático-militar sino un Estado basado en el pueblo en armas y en la simplificación de la administración y de la justicia; un Estado sin ejército permanente ni policía política, sin burocracia política ni partidaria, sin tribunal ni cárceles. Pero todo Estado proletario es hasta el presente un aparato burocrático-militar, lo que representa la principal distorsión del socialismo. Este es el problema de la democracia proletaria.

            El Estado proletario como aparato burocrático-militar tiene su explicación, aunque explicación no es lo mismo que justificación. Ningún país socialista ha dejado de ser hasta ahora un Estado burocrático-militar por dos razones que en verdad son una: el acoso del sistema capitalista, del imperialismo, que no lo pensó dos veces para lanzar una guerra de agresión y de exterminio, y el atraso con que se inicia todo Estado proletario. La única razón es en verdad el atraso. Si en Estados Unidos de América triunfara la revolución, cualquier otro país lo pensaría dos veces antes de pretender la agresión y exterminio.

            En la Crítica del Programa de Gotha Marx señala que todo derecho es derecho de la desigualdad. La fórmula del socialismo “de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo” es también un derecho de la desigualdad. Este derecho sólo podrá ser abolido cuando el desarrollo del socialismo acabe con las tres diferencias fundamentales, expresiones de la alienación, entre el trabajo femenino y el trabajo masculino, entre el trabajo agrícola y el trabajo industrial, y entre el trabajo manual y el trabajo intelectual. (No es casual que el marxismo subraye que el grado de emancipación de la mujer expresa el grado de emancipación de la humanidad) Este es el problema de la anarquía como extinción de la clasiarquía (dictadura), y de la acracia como extinción de la democracia. Este es el problema de la extinción de la política, que sólo es un derivado de la sociedad de clases.

            Así, la alienación comienza con la división del trabajo, y se extingue con la extinción de las tres diferencias fundamentales en el trabajo.

            Pero mientras gravite el sello de la vieja sociedad, mientras el Estado proletario sea un aparato burocrático-militar y mientras persistan las diferencias fundamentales en el trabajo, el socialismo sólo será una realidad precaria.

            El ser humano se habrá humanizado cuando se desligue el trabajo de la paga, cuando trabaje “según su capacidad” y reciba de la sociedad “según su necesidad” Trabajando todos según su capacidad, cada cual debe recibir según su necesidad, y no al revés según su trabajo. Esta es la expresión acabada de la dialéctica puesta de pie, del pensar milenario de la humanidad puesto de pie.

            A esto llegará ineluctablemente la humanidad, tarde o temprano. Pero depende del hombre concreto el que sea más temprano que tarde, porque una cosa es el determinismo (la teoría, lo objetivo) y otra cosa es el volitismo (la praxis, lo subjetivo) Y determinismo y volitismo en unidad e integración son precisamente las coordenadas del desarrollo del marxismo.

            Por eso se puede decir que el marxismo es una Filantropía, un amor al hombre (homo) porque es una Filosofía (Sapiens) Y que con el marxismo es que el hombre inicia verdaderamente su historia, con el marxismo es que el hombre llega verdaderamente a Homo Sapiens.

            Así, Marxismo es Humanismo. He ahí su esencia vital, que ya Marx señalara en el tercero de sus Manuscritos Parisinos (1844): “3. El comunismo, abolición positiva de la propiedad privada (alienación humana de sí ella misma) y por consiguiente, apropiación real de la esencia humana por el hombre y para el hombre; por tanto, retorno total del hombre para sí como hombre social, es decir, humano; retorno consciente y operado con la conservación de toda la riqueza del desarrollo anterior. Este comunismo, como naturalismo consumado = humanismo, como humanismo consumado = naturalismo, es la verdadera solución del antagonismo entre el hombre y la naturaleza, entre el hombre y el hombre, la verdadera solución de la lucha entre existencia y esencia, entre individuo y género. Es el enigma de la historia ya resuelto, y sabe que es esta solución.”

            En fin, como balance recordatorio se puede subrayar que “Marx está vivo en la lucha que por la realización del socialismo libran, en el mundo entero, innumerables muchedumbres animadas por su doctrina” (José Carlos Mariátegui, Defensa del Marxismo, IV, 1928)

1) R. García R. 01.03.83
            Nota. Artículo difundido en esa fecha por un periódico local.
                                                                                                                                                                    2) Ragarro 04.05.18


COLECTIVO PERÚ INTEGRAL

4 de mayo 2018


Marxismo como Humanismo (3-3)

MARX - TRABAJO - HUMANISMO

UNO

            A 200 años del nacimiento de Karl Marx (5 de mayo de 1818), hasta el silencio de quienes niegan la vigencia de su gran obra se suma a la gran conmemoración de su Bicentenario. Una vida digna, una vida ejemplar. Al conocer la obra de Friedrich Engels, (su “genial esbozo de una crítica de las categorías económicas” y su Situación de las clases trabajadoras en Inglaterra,1845) “decidimos desarrollar nuestras ideas en conjunto,”(Contribución a la Crítica de la Economía Política, Prólogo, 1859) Así, trabajando juntos, Marx terminó desarrollando la teoría económica (El Capital), habiendo comenzado por la filosofía, y Engels terminó desarrollando la teoría filosófica (Dialéctica de la Naturaleza), habiendo comenzado por la economía. Digno ejemplo de apoyo mutuo, de colaboración solidaria, de iniciativa individual.

            Al parecer, el análisis del sistema capitalista fue el objetivo principal de Marx. Pero de comienzo a fin lo fue el análisis del trabajo, que es también el trasfondo de todo El Capital. Por eso es muy importante partir de sus primeras investigaciones para centrar el tema.

            En La Ideología Alemana (1845) Marx señala que “Podemos distinguir al hombre de los animales por la conciencia, por la religión o por lo que se quiera. Pero el hombre mismo se diferencia de los animales a partir del momento en que comienza a producir sus medios de vida, paso este que se halla condicionado por su organización corporal. Al producir sus medios de vida, el hombre produce indirectamente su propia vida material”, y que “la primera premisa de toda existencia humana y también, por tanto, de toda historia, es que los hombres se hallen, para ‘hacer historia’, en condiciones de poder vivir. Ahora bien, para vivir hace falta comer, beber, alojarse bajo un techo, vestirse y algunas cosas más” (Cap. II)

            Pasaron los años, y cuatro décadas después, 14 de marzo de 1883, fallecía Marx. En su Discurso Fúnebre ante la tumba de Marx, Engels recordó que Marx “descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, tan sencillo, pero oculto bajo la maleza ideológica, de que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión, etc.; que, por tanto, la producción de los medios de vida inmediatos, materiales, y por consiguiente, la correspondiente fase económica de desarrollo de un pueblo o una época es la base a partir de la cual se han desarrollado las instituciones políticas, las concepciones jurídicas, las ideas artísticas e incluso las ideas religiosas de los hombres y con arreglo a la cual deben, por tanto, explicarse, y no al revés, como hasta entonces se había venido haciendo” (17 de marzo)

            En 1876, como parte de su Dialéctica de la Naturaleza, Engels preparó suEl papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, y lo comienza señalando que “El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en Economía política. Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza, que lo provee de los materiales que él convierte en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo más que eso. Es la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre” Fue el pensamiento común de ambos.

            Y ya solo, en 1886 Engels termina su Ludwig Feuerbch…, señalando que “La nueva tendencia, que ha descubierto en la historia de la evolución del trabajo la clave para comprender toda la historia de la sociedad, se dirigió preferentemente, desde el primer momento, a la clase obrera y encontró en ella la acogida que ni buscaba ni esperaba en la ciencia oficial.”

            Toda la obra de Marx (y de Engels) gira, pues, en torno al análisis de la evolución del trabajo.

DOS

            El análisis de la evolución del trabajo, de eso se trata. Sin entrar en pormenores, importantes hitos de esta investigación son: Manuscritos Parisinos(1844), La Ideología Alemana (1845), La Sagrada Familia (1845), Trabajo asalariado y capital (1847), El Manifiesto Comunista (1848) Formaciones económicas precapitalistas (1857), Introducción general a la crítica de la economía política (1859), Contribución a la crítica de la economía política (1859), el propio El Capital (1867-85-94), Crítica del Programa de Gotha (1875). Un “resumen” de esta gran obra está en El papel del trabajo…, de Engels, donde además señala que “Por otra parte, el desarrollo del trabajo, al multiplicar los casos de ayuda mutua y de actividad conjunta para cada individuo, tenía que contribuir forzosamente a agrupar aún más a los miembros de la sociedad”. Ayuda mutua, colaboración solidaria, iniciativa individual (pionerismo), son los tres aspectos principales de la actividad laboral humana.

            El cambio radical entre Economía clásica y Economía marxista está en la diferencia entre venta del trabajo y venta de la fuerza de trabajo. Esta diferencia se señala por primer vez en Trabajo asalariado y capital: “Por tanto, los cinco silvergroschen se han consumido de dos modos: reproductivamente para el capital, puesto que éste los cambia por una fuerza de trabajo que produce diez silvergroschen; improductivamente para el obrero, pues los cambia por medios de vida que desaparecen para siempre y cuyo valor sólo puede recobrar repitiendo el cambio anterior con el granjero”; aunque en otros pasajes del texto sigue utilizando el término “venta del trabajo” Por eso, en la Introducción a la edición de 1891, Engels, al cambiar los otros términos “venta del trabajo” por “venta de la fuerza de trabajo”, explica que “Según el texto original, el obrero vende al capitalista, a cambio del salario, su trabajo, según el texto actual, vende su fuerza de trabajo. Y acerca de esta modificación tengo que dar las necesarias explicaciones. Tengo que darlas a los obreros, para que vean que no se trata de ninguna sutileza de palabras, ni mucho menos, sino de uno de los puntos más importantes de toda la Economía política.”

            La evolución de la humanidad está íntimamente relacionada con trabajo-propiedad, familia- tribu, mercancía-dinero, valor-plusvalor (plusvalía) El trabajo mediante instrumentos separó al hombre primitivo de sus ancestros símidos. La propiedad fue primitivamente comunal, hasta que devino propiedad privada donde la fuerza laboral es también mercancía. La familia devino de la familia promiscua a la familia actual. Pero ¿qué fue primero, la familia o la tribu? Primero Marx, siguiendo a Aristóteles señala que la tribu es la familia ampliada; pero ya en El Capital, Engels anota que Marx había llegado a la conclusión de que la tribu constituye “la forma primitiva y natural de las asociaciones humanas” (T.1-285) Aparte, la sobreproducción trajo consigo la mercancía, el dinero, la ciudad en contraposición al campo, la sociedad de clases antagónicas.

            Marx analizó muy a fondo la propiedad y su relación con el trabajo. Señala que “originalmente propiedad sólo significa la relación del hombre con sus condiciones naturales de producción en cuanto le pertenecen, en cuanto son presupuestos de su propia existencia; su relación con ellas en cuanto presupuestos naturales de sí mismo que constituyen, por así decirlo, una prolongación de su cuerpo”. Luego se pasa de la propiedad territorial a la propiedad del instrumento de trabajo (artesanos, p.e.), hasta llegar a la propiedad como “derecho a disponer de la fuerza de trabajo de otros”, y la libertad o “derecho” a venderse a sí mismo como fuerza de trabajo, todo encubierto con el nombre de progreso. (Formaciones económicas precapitalistas)

            Por eso señala Marx que “La abolición de la propiedad privada es, pues, la emancipación total de todos los sentidos y de todas las cualidades humanas; pero es precisamente esta emancipación porque los sentidos y las cualidades se han hecho humanos, tanto subjetiva como objetivamente” (Manuscritos Parisinos)

            Marx desarrolló el tema del modo de producción (modo de vivir: producción-distribución-cambio-consumo). Insistió en que Europa también había pasado por la comunidad primitiva. Señaló el “modo de producción asiático” (despótico, señorial) Analizó por qué en India persistía la comunidad, independiente del cambio de dinastías. Y tiene cortas pero precisas notas acerca de América (México, Perú) Precisamente en el Tawantinsuyu el trabajo se expresaba en ayuda mutua (Ayni), colaboración solidaria (Minga) e iniciativa individual (Llankay) En el Tawantinsuyu, con todo su desarrollo aún no había propiedad privada, dinero, aunque ya se orientaba hacia el intercambio comercial (trueque) Por eso impactó tanto a los europeos estudiosos.

            Entonces, si se centra el estudio en la evolución del trabajo, se comprenderá mejor la gran contribución de Marx, y de Engels, a la humanidad toda.

            La historia de la evolución del trabajo tiene dos hitos. La primera división del trabajo es entre varón y mujer (en la familia, tribu, comunidad). En 1844 Engels-Marx bien nos recuerdan con Fourier que “el grado de emancipación femenina constituye la pauta natural de la emancipación general”. (La Sagrada Familia). Se ha avanzado mucho al respecto pero aún falta buen trecho para la emancipación integral de la “esclava del esclavo”

            El otro hito es muy pero muy actual. El hombre inventó sus medios de trabajo, entre ellos la máquina, que ha evolucionado hasta la presente cuarta revolución industrial. En su muy actual Derecho a la Pereza (1880), Paul Lafargue, basándose en el postulado de Marx de que “detrás del derecho al trabajo está el poder sobre el capital, y detrás del poder sobre el capital, la apropiación de los medios de producción, su sumisión a la clase obrera asociada y, por consiguiente, la abolición tanto del trabajo asalariado como del capital y de sus relaciones mutuas” (La lucha de clases en Francia, 1850), plantea que “la máquina es la redentora de la humanidad” al pasar a ser propiedad social.

            El socialismo, la humanidad toda, están ya frente a este histórico doble objetivo, lo que se expresa en la consigna vivamente actual de Rosa Luxemburgo: SOCIALISMO O BARBARIE.


TRES

            En 1845, en sus Manuscritos Parisinos, Marx señala: “3. El comunismo, abolición positiva de la propiedad privada (alienación humana de sí ella misma) y por consiguiente, apropiación real de la esencia humana por el hombre y para el hombre; por lo tanto, retorno total del hombre para sí como hombresocial, es decir, humano; retorno consciente y operado con la conservación de toda la riqueza del desarrollo anterior. Este comunismo como naturalismo consumado = humanismo, como humanismo consumado = naturalismo, es la verdaderasolución del antagonismo entre el hombre y la naturaleza, entre el hombre y el hombre, la verdadera solución de la lucha entre existencia y esencia, entre objetivación y afirmación de sí, entre libertad y necesidad, entre individuo y género. Es el enigma de la historia ya resuelto, y sabe que es esta solución” Y después reitera: “Vemos aquí que el naturalismo consecuente, o humanismo, se distingue tanto del idealismo cuanto del materialismo, y es, al mismo tiempo, la verdadera unificadora de estos. Al mismo tiempo, vemos que únicamente el naturalismo es capaz de comprender el acto de la historia universal” (Tercer Manuscrito, énfasis de Marx)

            Entonces, la teoría que desarrolló Marx tiene por nombre primigenio Humanismo.

            En 1886, en su Ludwig Feuerbach…, Engels señala: “Pero de la descomposición de la escuela hegeliana brotó además otra corriente, la única que ha dado verdaderos frutos, y esta corriente va asociada primordialmente al nombre de Marx”; y agrega una Nota: Permítaseme aquí un pequeño comentario personal. Últimamente se ha aludido con insistencia a mi participación en esta teoría; no puedo, pues, por menos de decir aquí algunas palabras para poner en claro este punto. Que antes y durante los cuarenta años de mi colaboración con Marx tuve una cierta parte independiente en la fundamentación, y sobre todo en la elaboración de la teoría, es cosa que ni yo mismo puedo negar. Pero la parte más considerable de las principales ideas directrices, particularmente en el terreno económico e histórico, y en especial su formulación nítida y definitiva, corresponden a Marx. Lo que yo aporté -si se exceptúa, todo lo más, dos o tres ramas especiales- pudo haberlo aportado también Marx aun sin mí. En cambio, yo no hubiera conseguido jamás lo que Marx alcanzó. Marx tenía más talla, veía más lejos, atalayaba más y con mayor rapidez que todos nosotros juntos. Marx era un genio; nosotros, los demás, a lo sumo, hombres de talento. Sin él la teoría no sería hoy, ni con mucho, lo que es. Por eso ostenta legítimamente su nombre.”

            En primer lugar, ¡QUÉ GRANDEZA! Así se forja una amistad entre luchadores sociales. Gran ejemplo de ayuda mutua, de colaboración solidaria, de iniciativa individual.

            En segundo lugar, con el término marxismo la práctica y teoría del pueblo trabajador cobró gran impulso en Europa y se expandió por el mundo entero. Pero lo positivo trae lo negativo. Actualmente, ¿tiene la misma eficacia que antes, incluso con los guiones e ismos agregados?

            En 1935 Anibal Ponce (marxista argentino, 1898-1938), inició un cursoHumanismo burgués  Humanismo proletario, publicado posteriormente, ydifundido décadas después por el Instituto Cubano del Libro. Señala en el Prefacioque el inicio de su curso, 7 de noviembre, coincidía con dos fechas memorables, el cuarto centenario de la muerte de Erasmo, que se acostumbraba recordar en esa fecha. Y que, “Cuatro siglos después, en esa fecha, la más gloriosa de las revoluciones, no sólo echó por tierra la explotación burguesa, sino que empezó a construir, sobre la base de una nueva economía, las premisas necesarias que asegurasen a las grandes masas el acceso a una vida embellecida por la dignidad y la cultura”
            
El escrito tiene dos partes iguales. En Humanismo Burgués trata de 1. Humanismo burgués, 2. Erasmo y su rol clave en la lucha por el surgimiento del capitalismo, y 3. Ariel o la agonía de una obstinada ilusión. En Humanismo Proletario trata de: 4 El proletario y la máquina, 5. La herencia cultural, 6. El realismo socialista, Notas sobre el realismo socialista, 7. Visita al hombre futuro”. Y termina su comparación entre dos humanismos señalando: “Dicha de vivir acompañaba a la burguesía en los tiempos heroicos de su ascensión triunfal. Por boca de sus humanistas y sus mercaderes le hemos oído lanzar a todos los vientos su confianza en la vida, su promesa segura en la realización de los valores humanos. De sobra sabemos, sin embargo, que todo aquello pasó muy pronto, y que aún en el instante más alto de la curva sólo alcanzó a conmover las fibras de un puñado de hombres ricos que nunca pensó en compartir con el popolo minutosu alegría de vivir.” Y que “Más felices que el mercader oscuro de Florencia, somos nosotros los contemporáneos del Renacimiento verdadero; y si en aquel instante pudo Rucellai expresar su regocijo frente al esplendor perecedero que comunicó a su Florencia la liberación de una exigua minoría, ¿cómo no vamos a poder nosotros, ante el espectáculo prodigioso de millones de seres liberados, y de otros millones resueltos ya a liberarse, salir al encuentro de la Historia para decir tan alto como la voz lo permita que estamos viviendo con lucidez absoluta este momento, el más dramático de la vida del hombre, y que tan seguro nos sentimos del porvenir inevitable -cualquiera que sea la suerte personal que el destino nos reserve- que ya podemos desatar al viento la infinita alegría de vivir ahora?”

            La diferencia entre estas dos actitudes es que el Humanismo burgués declinó por estar ligado al capitalismo, a la burguesía; y el Humanismo proletario, con todas sus vicisitudes recién comienza y está ligado al socialismo, al proletariado, con su centralidad en el ser humano en teoría y práctica.

            Una expresión muy grata a Marx era que Homo sum, humani nihil a me alienum puto,  “Hombre soy y nada de lo humano me es ajeno” Es de Terencio (Publio Terencio el Africano,  comediógrafo, 90-59 a.C., nació en Cartago y fue esclavo) Y también era muy grata a José Carlos Mariátegui; y por eso en la Presentación de Amauta señala que “Estudiaremos todos los grandes movimientos de renovación política, filosóficos, artísticos, literarios, científicos. Todo lo humano es nuestro” Esta expresión alumbra el Humanismo Proletario en su devenir teórico práctico.

            Entonces ahora, ¿marxismo o humanismo proletario? Juzgue el lector.

                                                                                                                                                            Ragarro
                                                                                                                                                             05.05.18

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