Publicado
por Francisco Umpiérrez Sánchez
lunes, 18 de marzo de 2019
Un concreto teórico es
una totalidad de conceptos articulados. Debe tener un carácter orgánico, esto
es, los conceptos articulados deben distinguirse funcionalmente. En dicha
totalidad conceptual hay que hacer tres distinciones: uno, la existente entre
los conceptos elaborados y los conceptos que sirven de material de elaboración,
dos, la existente entre los conceptos
fundamentales y los conceptos derivados, y tres, la existente entre los
conceptos principales y los conceptos secundarios. Los conceptos fundamentales
de El Capital son los siguientes:
valor de uso y valor –en el valor incluimos el valor en su forma acabada, esto
es, el dinero– capital constante, capital variable y plusvalía. La
utilidad, la necesidad y la satisfacción
son conceptos que sirven de material de elaboración, pero ellos mismos carecen
de elaboración propia. Mientras que el concepto de valor de uso y valor, en su
condición de conceptos fundamentales, son conceptos elaborados. El concepto de precio, por ejemplo, es un
concepto derivado del concepto de dinero, quien en esta relación debemos
considerarlo concepto principal. Y otro ejemplo: el concepto de ganancia es un
concepto derivado del concepto de plusvalía. Hay conceptos como el de
apariencia y mistificación que son conceptos secundarios sin elaboración. De
ahí que sea un error hablar de que en El
Capital hay una teoría de la apariencia o considerar que el concepto de
mistificación desempeña un papel fundamental o principal en dicho cuerpo
teórico, como mantiene Clara Ramas, quien en la presentación de su obra Fetiche y mistificación capitalista, se formula la siguiente idea: “Clara Ramas analiza hasta qué punto
ambos conceptos, el de fetiche y mistificación, constituyen el núcleo de la
crítica de la economía política”. Si bien es cierto que el concepto de fetiche
está elaborado en El Capital, no es
cierto que surque toda esa obra teórica; mientras que el concepto de
mistificación carece de elaboración propia. Y en palabras de Marx: “Esta
naturaleza doble del trabajo contenido en la mercancía la he demostrado yo por
primera vez de un modo crítico. Como
éste es el punto en torno al cual gira la comprensión de la economía política, debemos
examinarlo más de cerca”. De lo que debemos concluir que “el núcleo” de la
crítica de la economía política lo constituyen los conceptos de trabajo
concreto y de trabajo abstracto.
La reproducción ampliada: el concreto teórico
La reproducción ampliada
es el concreto teórico donde veremos el papel que desempeñan los conceptos de
apariencia y mistificación. Hay teóricos marxistas que hacen de los conceptos
de apariencia y mistificación conceptos diluidos y vagos. ¿Cuál es la causa?
Que lo desligan del concreto teórico al que pertenecen. Los conceptos no se
deben llevar más allá de sus límites, esto es, extenderlos más allá del
concreto teórico al que pertenecen. Cosa diferente sería que alguien al
percatarse de que Marx analiza un fenómeno donde la apariencia se opone a la
esencia, decide elaborar una teoría de la apariencia donde la apreciación de
Marx representa una parte de dicha exposición. La apariencia es una categoría
filosófica especialmente vinculada a la epistemología de la percepción y es ahí
donde adquiere su reinado como categoría fundamental. También es necesario no modificar el papel
que los conceptos desempeñan en el concreto teórico: si son secundarios, no
deberían presentarse como principales; y si son derivados, no deberían
presentarse como fundamentales.
En lo que sigue expondré
los cuatro razonamientos mediante los cuales se llega al concepto de
mistificación tal y como figuran en el capítulo de El Capital titulado Conversión
de la plusvalía en capital. Los expondré sin extenderme mucho. Presupongo
en el lector ciertos conocimientos básicos sobre el valor de uso, el valor y el
capital, tal y como han sido expuestos en El
Capital. Primer razonamiento: Capital y plusvalía. Segundo razonamiento:
Forma de existencia originaria del capital y la plusvalía. Tercer razonamiento:
Trabajo propio y trabajo ajeno. Cuarto razonamiento: Mera apariencia o forma
pura.
Capital y plusvalía
Marx señala que en
capítulos anteriores se ha estudiado cómo brota la plusvalía del capital. En
esta exposición se demuestra que sin alterar las leyes de la producción mercantil
el propietario del capital puede apropiarse de trabajo ajeno. La posibilidad de
este hecho se basa en tener claro en que una cosa es el valor de la fuerza de
trabajo y otra muy distinta es el valor creado por el uso de la fuerza de
trabajo. Y la clave está en que la fuerza de trabajo crea más valor del que
cuesta. Mientras que en el capítulo referido anteriormente, titulado Conversión de la plusvalía en capital,
se estudiará cómo nace el capital de la plusvalía. Ahora Marx elabora de modo
simple el concepto de acumulación afirmando: “La utilización de la plusvalía
como capital o la reconversión de plusvalía en capital se llama acumulación de
capital”. De ahí que el concepto fundamental de este capítulo sea la conversión
de la plusvalía en capital; en ningún caso el concepto de mistificación.
Forma de existencia originario del capital y de la plusvalía
Mientras que el capital
existe originariamente como dinero, no sucede lo mismo con la plusvalía: existe
desde un principio como una parte del producto elaborado por el trabajador
colectivo. En el trabajo colectivo siempre hay que incluir el trabajo del
gestor o gestores de la empresa. Si el producto total se vende, donde incluimos
el capital y la plusvalía, el capital retorna a su forma originaria, mientras
que la plusvalía transforma su forma de existencia originaria: de existir en
forma de producto del trabajo pasa a existir en forma de dinero, de manera que
en cuanto a la forma no se diferencia del modo originario de existencia del
capital. Este concepto, el referido a la forma de existencia originario de la
plusvalía y su reconversión en dinero, constituye un concepto principal en la
elaboración del capítulo referido.
Trabajo propio y trabajo ajeno
Este razonamiento puede
llevar por título una parte de lo expresado por Marx en la sección primera del
capítulo referido: “Conversión de las
leyes de propiedad de la producción de mercancías en leyes de la apropiación
capitalista”. En esta sección Marx nos habla de un hilandero que ha
desembolsado un capital de 10.000 libras esterlinas, donde 4/5 partes se han
invertido en capital constante y 1/5 se ha invertido en salarios. Marx dice que
el capital originario se formó
mediante el desembolso de 10.000 libras esterlinas. Y se pregunta: ¿De dónde
las sacó su poseedor? Y responde, siguiendo el decir de los economistas
políticos: De su trabajo y el de sus antepasados. Y añade Marx que esta
hipótesis es la única que concuerda con las leyes de la producción de
mercancías. Dicho de otra forma: debemos aceptar que el dinero que lleva el
hilandero al mercado como capital se basa en el trabajo propio.
Supone Marx que la cuota
de ganancia que obtiene el hilandero es del 20 por ciento, esto es, obtiene una
plusvalía de 2000 euros. Ahora nos advierte que sabemos de dónde proviene esta
plusvalía: está constituida enteramente por trabajo ajeno no retribuido. Si los
2000 euros los vuelve a invertir como capital y en la misma proporción, esto
es, 4/5 partes en capital constante y 1/5 partes en capital variable, entonces
es la clase obrera quien con el plustrabajo de este año crea el capital que al
año siguiente creará trabajo complementario. Marx define este hecho, crear al
año siguiente puestos de trabajo con el plustrabajo producido este año,
producir capital con capital. Este concepto, producir capital con capital, es
igualmente un concepto principal en el capítulo referido.
Mera apariencia o forma pura
El intercambio de mercancías,
de acuerdo con sus propias leyes, se presenta como un intercambio de
equivalentes. Y según nos advierte Marx: la transformación originaria de una
suma de valor en capital se realiza en completa conformidad con las leyes del
intercambio. Pero desde que la plusvalía se convierte en capital, las cosas
cambian. Marx nos advierte que cuando la plusvalía se emplea como capital solo se intercambia en apariencia. ¿Por
qué? “En primer lugar, la misma parte intercambiada por fuerza de trabajo no es
más que una parte del trabajo ajeno apropiado (por el capitalista) sin
equivalente, en segundo lugar, su productor, el obrero, no solo tiene que
reponerla, sino que tiene que reponerla con un nuevo excedente”.
Luego añade Marx: “La
relación de intercambio entre capitalista y obrero deviene, pues, una mera apariencia inherente al proceso de
intercambio, pura forma, ajena de por sí al contenido, y que tan solo lo
mistifica”. En la forma de intercambio se produce el intercambio entre
dinero, en manos del capitalista, y fuerza de trabajo, en manos del obrero.
Pero con la plusvalía capitalizada sucede que el dinero que entrega el
capitalista al obrero es trabajo de la clase obrera. Luego es intercambio solo
por la forma, por el contenido no hay tal intercambio. De ahí que Marx
catalogue a este intercambio mera
apariencia. También afirma que la
forma del intercambio es ajena al contenido del intercambio. De ahí que la
llame pura forma. Y cuando se produce
que la forma del intercambio es ajena de por sí al contenido, la forma
mistifica o falsea el contenido. Por
último, Marx añade: “la constante compra y venta de la fuerza de trabajo es la
forma. El contenido estriba en que el capitalista vuelve a cambiar siempre una
parte del trabajo ajeno ya objetivado, del que se apropia incesantemente sin
equivalente, por una cantidad cada vez mayor de trabajo ajeno vivo”. El
contenido conceptual principal de este apartado es el siguiente: en el
intercambio de mercancías se intercambia trabajo propio por trabajo ajeno,
mientras que en el intercambio de la plusvalía capitalizada se intercambia
trabajo ajeno por trabajo ajeno. Mientras que el concepto de mistificación es
un concepto secundario atributivo sin elaboración. Y con respecto al concepto
de mera apariencia también es un concepto secundario, cuya definición
consistiría en lo siguiente: llamaremos mera apariencia de intercambio cuando
la forma de intercambio no se corresponde con el contenido del intercambio. Y
no hay más. Es un concepto con una mínima o escasa elaboración. No es un
concepto plenamente desarrollado, como sucede con todos los conceptos
fundamentales y principales de El
Capital. Quien pretenda convertir dos conceptos secundarios como son el de
mera apariencia y mistificación, uno con mínima elaboración y el otro carente
de elaboración, en conceptos principales
de este concreto teórico titulado Conversión
de la plusvalía en capital, sencillamente falta a la verdad o especula. Y
si lo extiende a todo El Capital, más
grave sería aún su falta a la verdad y su discurrir especulativo.
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