sábado, 23 de marzo de 2019

MIEDOS Y PREPOTENCIA ANTE LA VERDAD DE PROCESAR A CULPABLES DE ALTO VUELO



Fernando Anibal Arce Meza
vie., 22 mar. 14:15






Estimados amigos:

Es evidente que la desesperación de los grupos del conservadorismo y de la derecha son las que más están identificadas, para oponerse a lo que representa el acuerdo con la empresa corruptora Odebrecht, pues a través de dicho acuerdo se asume seriamente que será una colaboradora eficaz, para dar a conocer quienes han sido –personas, empresas y entidades civiles-  a las que sobornó durante décadas, hecho que le permitió a esa empresa conseguir privilegios, ganado siempre licitaciones y siendo proveedora única en ejecutar, principalmente obras públicas en el Perú.
Fueron los ex presidentes y candidatas que querían serlo, incluidos jefes regionales y alcaldes de este comienzo del siglo XXI los comprometidos en este abordaje por ganar comisiones a como de lugar. Este desatino convertido en corrupción de funcionarios se produce por la relación directa a las prosperidades falaces que el Perú se alimenta en determinados períodos, donde el Tesoro Público se vería rebosante de ingresos fiscales y de inversiones, para explotar y exportar nuestros recursos naturales, gracias a los altos precios que en el mercado mundial se registraron las exportaciones, en este caso las mineras. Hubo dinero para todo malo y poco para lo bueno,
Las empresas constructoras llamadas nacionales se hicieron secuaces y se comprometieron en participar no solo a construir conjuntamente con las entidades brasileras; sino que también se beneficiaron ilícitamente de ganancias nunca vistas, y en consecuencia fueron activos miembros del festín de los sobornos y la corrupción generalizada por la que el Perú ha pasado entre el 2001 y el 2016, aproximadamente.
Sacar a la luz estos robos, señalando culpables a muchos de los caudillos políticos que estuvieron en el poder o trataron de llegar a él, resulta que son imperdonables que en el sistema de justicia -jueces y fiscales-, hayan ido descubriendo a los arrebatadores de alta monta, que por cierto no son acreedores a cualidades de gobernantes, si no que por sus habilidades y ambiciones llenaron billeteras y cuentas bancarias sin mayor esfuerzo.
El congreso de la república es la caja de resonancia que tiene los políticos corruptos, y sus voceros de estos políticos no pueden dejar que se admitan los acuerdos para conocer a los delincuentes que han operado contra los fondos del erario y el patrimonio nacional; en consecuencia desde ayer han comenzado los apristas y los fujimoristas, incluidos algunos representantes compañeros del viaje de la corrupción a desacreditar a los poderes públicos (poder judicial y ministerio público); asimismo, arremeten contra los procuradores del poder ejecutivo, en especial del Ministerio de Justicia.
Los pretextos se envuelven en los documentos y formulas que han sido motivo de investigaciones realizadas por los procuradores, dirigidos a proporcionar las condiciones necesarias a lo que vienen juzgando los fiscales. Esto en la medida de que permite participar como parte del acuerdo con Odebrecht y que goce de los soportes técnicos correspondientes, y que, fujimoristas y apristas no han podido con la racionalidad administrativa y penal refutar, dado que son incapaces de tan difícil tarea de contrastar principios y doctrinas en especial de las reparaciones civiles.
El debate alturado no ha sido posible, se han dedicado a poner ante la opinión pública que los procuradores y fiscales son embusteros y bribones, y lo más grave, es que están al servicio del poder del dinero y la componenda de la empresa Odebrecht. Como no han podido refutar el contenido, se han ido por la ventaja de la cuchillada trapera por la espalda, intentados desprestigiar a funcionarios que han cumplido su trabajo, y que éstos sobre las reparaciones civiles se han ajustado a la última ley que permite compaginar la ciencia legal y las formulas de los cálculos de la economía financiera.
De la ignorancia que están sumidos determinados congresistas, donde imperan  los intereses subalternos de defender a sus caudillos, terriblemente comprometidos, y que por varios años residirán en Piedras Gordas, en Lurigancho y Sarita Colonia. Estos políticos que sin ninguna ética, ni moral de trabajo, y que además con se ha dicho son ignaros, ni saben que por primera vez en el Perú se utiliza la racionalidad de la lógica matemática, para elaborar acuerdos que servirán a los jueces en sentenciar al ejército de la corrupción.
El suscrito en su último libro “El Estado en el Perú debe ser para todos”, alcanzamos ha explicar las medidas de investigar para sancionar a las empresas brasileras, a través de interventores a nivel de cada empresa y de obras relievantes concluidas o por terminar su construcción.
Ello permitía que Odebrecht se quedará y no podía llevarse su activo circulante, ni podía disponer de los otros activos para transferirlos al exterior o la venta sin que el Estado peruano participara; asimismo, no se interrumpía la cadena de pagos y como se dice no “metía cabeza a cualquiera”.
Quedando estos interventores comprometidos legalmente, para constituir comisiones investigadoras al interior de las empresas y de las obras más destacadas, a fin de saber verdaderamente si éstas habían sobrevalorado. Se sugería convocar a licitación internacional, para efectos que entidades supranacionales y/o privadas igualmente extranjeras, participarán en señalar si  el precio y costos aprobados eran los correctos.
Además se establecían si las conciliaciones eran adecuadas e idóneas para adicionales de obras en financiamiento y/o ampliaciones materiales, esto por la circunstancia de que la autocracia fujimorista (1992 a 2000) y los gobiernos “democráticos” (2001/2018) después del transitorio de Paniagua, sacaron a la Contraloría General de este último tema, sabiendo que dicha institución desde 1972 hasta su razia de 1992 fue responsable de decirnos o no de las ampliaciones de las obras públicas, después de haberse aprobado.    
Lo propuesto y escrito en la obra de este autor y de otros sobre los interventores judiciales no fue en ningún momento tomado en cuenta; sin embargo, es fácil colegir que el recién instalado gobierno de PPK, respondiendo a su carácter de estar compuesto de lobbystas, no se encaminó por la figura de los interventores judiciales que, dicho sea de paso tenía cualidades de resolver integralmente el punto tan controvertido de los robos y asaltos que el Perú sufrió por la acción de las empresas brasileras. Se prefirió el DS 003 que fue limitado ante el tamaño del gigantesco hurto al país y que se llevaron empresas y ex gobernantes de toda laya; después de muchos meses fue derogado y se aprobó la ley que ha permitido llegar a los acuerdos de colaboración eficaz, tardía reacción para tamaña tarea por realizarse.
Atentamente,
Fernando Arce Meza.                             Surco, 22 de Marzo del 2019

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