19/03/2019
El Banco Mundial le ha puesto el ojo a una de las
mayores reservas de agua del mundo. Su propósito es moldear las legislaciones
nacionales de los países suramericanos para que faciliten programas de
inversión privada.
Se trata del tercer acuífero más grande del mundo,
detrás del Areniscas de Nubia en África y la Gran Cuenca Artesiana en
Australia. Ocupa 1.200.000 km cuadrados los cuales se reparten en Brasil un
70%, en Argentina un 19%, en Paraguay un 6% y en Uruguay un 5%. Por el norte
toma contacto con el Pantanal brasilero que a su vez se conecta con la
Amazonia. El límite oeste en el Paraguay es difuso. En territorio argentino se
estima que se prolonga en el norte hacia la cuenca del Bermejo y el límite sur
es también difuso por lo que no se descarta que continúe hacia la región
pampeana y eventualmente hacia la patagónica también pudiendo llegar a
conectarse con la zona de los grandes lagos precordilleranos. El volumen total
de agua del acuífero se estima en unos 30.000 km cúbicos y las reservas
explotables son de unos 2000 km cúbicos al año. La recarga del acuífero en los
lugares en que aflora es de solo 5 km cúbicos al año.
El área más importante y fundamental de recarga y
descarga es el corredor transfronterizo entre Paraguay, Brasil y Argentina más
conocido como la Triple Frontera. Como este reservorio de agua se halla ubicado
en gran parte debajo de la cuenca fluvial del Río de la Plata, es justamente
ella la encargada de retroalimentarlo, así como también recibe aportes desde
los Andes a través del acuífero Puelche. Técnicamente, las disponibilidades de
agua potable serían suficientes para abastecer una población del orden de los
360 millones de personas, con una dotación de 300 litros diarios por habitante.
El país que más lo explota es Brasil abasteciendo aproximadamente 400 ciudades
del sur del país, Uruguay tiene en el oeste 135 pozos públicos algunos usados
para la explotación termal y abastecimiento público, Paraguay tiene 200 pozos
para uso humano en su región oriental y en Argentina se explotan cinco
perforaciones termales de agua dulce y una de agua salada en noreste del país.
Ante semejante recurso estratégico, de vital
importancia en un mundo con problemas actuales y futuros de abastecimiento de
agua dulce, el Banco Mundial ha demostrado su interés en este inmenso
reservorio y en el año 2003 organizó una reunión en Montevideo a la que
asistieron representantes de países del Mercosur, ocasión en que fue firmado un
proyecto de Protección Ambiental y Desarrollo Sustentable del Sistema Acuífero
Guaraní. El mismo contaba con aportes del propio ente crediticio y de los
gobiernos de Holanda a través del Bank Netherlands Water Partnership Program,
de Alemania a través de la German Geological Survey, de la Agencia
Internacional de Energía Atómica, de la Organización de los Estados Americanos
y del Fondo Mundial para la Naturaleza.
Según informes proporcionados por el Banco Mundial,
se destinaron en total 40 millones de dólares para estudios y exploraciones de
toda la cuenca que incluye ríos, arroyos, lagunas y esteros para, de ese modo,
elaborar e implementar en forma conjunta un marco institucional y técnico para
el manejo y la preservación de este sistema. Estas buenas intenciones pasarían
desapercibidas si no fuera que el típico modus operandi, en este tipo de
proyectos, de la entidad crediticia mencionada. Su interés inicialmente sería
reconfigurar el manejo de cuencas y luego propiciar la transferencia de los
servicios hídricos al sector privado. Es decir, por un lado impulsa la
concentración en manos de selectos actores y una vez asegurada busca colocar a
las multinacionales de los acreedores en el centro de la gestión y usufructo de
tan valioso recurso, es decir, en los negocios de servicios hídricos,
almacenaje, distribución, potabilización, generación de termo e
hidroelectricidad, entre otros. De lo que se está hablando, en definitiva, es
de moldear las legislaciones nacionales de los países suramericanos en cuestión
para que faciliten programas de inversión privada.
Vale recordar que existen tres formas, en líneas
generales, de privatizar el agua a nivel mundial y la mayoría de los casos
involucra el aval de organismos internacionales como el Banco Mundial, por
ejemplo. En la primera hay una venta total de los sistemas de distribución,
tratamiento y/o almacenamiento por parte del Estado Nacional. En la segunda se
hace una concesión por parte del Estado Nacional para que las multinacionales
se hagan cargo del servicio y del cobro por la operación y mantenimiento del
sistema en uso. Y en el tercer caso se trata de un modelo restringido en el que
el Estado Nacional contrata a una multinacional para que administre el servicio
de agua a cambio de un pago por costos administrativos. De las tres
alternativas, por desgracia, se opta mayoritariamente por la segunda la cual
implica un despojo de tan significativo recurso en donde los únicos ganadores
son las corporaciones transnacionales y los perdedores, naturalmente, son los
países poseedores de dicha riqueza.
A modo de reflexión final, no está demás decir que
operativos colonialistas como el Plan Colombia, la Iniciativa Andina, el Plan
Dignidad o el Plan Puebla-Panamá o Proyecto Mesoamérica tienen entre sus
verdaderos objetivos la expansión militar norteamericana en América Central y
del Sur para poder controlar los recursos naturales, en especial los ríos,
lagos, glaciares y aguas subterráneas desde México hasta la Patagonia
argentina. En este marco, aparece como una zona muy apetecida la que rodea
justamente al Acuífero Guaraní. Para construir un consenso que ampare la
decisión estratégica de Washington, sugestivamente los legisladores
republicanos en una maniobra conjunta con el ala conservadora del gobierno
israelí, echaron a correr desde hace tiempo la versión de que en la Triple
Frontera hay células terroristas islámicas dormidas dedicadas al envío de
dinero para financiar la actividad de los grupos armados en Medio Oriente , un
argumento a todas luces tan falso como la presencia de armas de destrucción
masivas en Irak.
https://www.alainet.org/es/articulo/198804
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