El mundo sigue viviendo la crisis que comenzó en
2007, cuando se agotó el modelo económico que estábamos usando, asegura el
economista español Santiago Niño Becerra. En su nuevo libro 'El crash. Tercera
fase', el catedrático de la Universidad Ramón Llull analiza qué le espera al
mundo en los próximos años y cómo será el nuevo modelo.
Un nuevo modelo
De acuerdo con Niño Becerra, la 'tercera fase', que
empezó en 2018, representa "el despertar" y es acompañada por una
deuda impagable y una guerra comercial.
Por lo
tanto, es inevitable la llegada de un nuevo modelo que provoca al principio
cierta desconfianza y un cambio en la conceptualización financiera y en la
valoración de los recursos. Con el nuevo modelo viene "una crisis de la
deuda, una crisis tecnológica y la percepción de que ya no hay vuelta
atrás", explica el autor del libro.
Luego, según Niño Becerra, "'la calle' se enterará
de lo que significa ese nuevo modelo: desempleo estructural, subempleo,
aplicación de la inteligencia artificial, robotización, concentraciones de
compañías, delimitación de zonas viables y polarización social", entre
otras cosas.
"Pienso que una de las consecuencias del nuevo
modelo será la dilución del concepto de Estado que conocemos y que ha estado
vigente desde el siglo XIV con escasas variaciones. Pienso que vamos hacia
áreas de colaboración a caballo entre países, y no solo a nivel productivo y logístico,
sino también monetario", comentó Niño Becerra a Sputnik.
España y América Latina
Según el economista, en ese tipo de escenario
"España lo tiene mal".
"No
tiene tecnología preponderante, ni grandes compañías de extensión planetaria,
ni geográficamente se encuentra integrada en un área con posibilidades, tan
solo el País Vasco y la franja de Cataluña hasta el puerto de Sagunto pienso
que pueden formar parte de un área europea potente", señaló en
declaraciones a la agencia.
Mientras tanto, en Latinoamérica la situación es
aún peor, agregó Niño Becerra.
"Salvo excepciones, su economía se basa en la
exportación de 'commodities' dependiendo, además de la inversión extranjera y,
en concreto, del dólar USA. A eso hay que añadir las históricas pugnas entre
países que les ha impedido formar un área de libre cambio para toda la
región".
Tema relacionado: Las consecuencias de la guerra comercial entre Washington y
Pekín para América Latina
Sistema capitalista
Es lógico que con el cambio de modelo cambie el
sistema capitalista, pero no lo hará inmediatamente.
"El
sistema capitalista no cambiará de momento porque sus principios conceptuales
continuarán siendo los mismos: propiedad privada de los medios de producción,
defensa jurídica de la propiedad privada, existencia de trabajo
asalariado", pronosticó Niño Becerra.
No obstante, del mismo modo que el capitalismo de
1968 no era igual que el de 1845, el capitalismo del 2030 no será igual que el
de 1968, de hecho el de hoy ya no es igual que el de 1968, explicó el
economista.
"Continuará la propiedad privada de los medios
de producción, pero así como hasta ahora una empresa minera podía adquirir diez
camiones, la tendencia está siendo ya que esa empresa pueda disponer de los
camiones que necesite, cuando los necesite y por el tiempo que los necesite.
Adquirirlos era el 'viejo modelo', pagar por acceder a su uso será el nuevo
modelo".
"De todos modos es verdad que el capitalismo
acabará muriendo lo mismo que murieron otros sistemas a lo largo de la
historia, como el feudal y el mercantilista, y algo estamos viendo ya
de eso: antes, hace veinte años, el individuo era lo fundamental, el centro
de todo, hoy cada vez más la colaboración incluso entre competidores tiene una
mayor importancia, y será creciente. Es un hecho que el capitalismo acabará
desapareciendo", concluyó Niño Becerra.
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